Todos los Comandos Aulladores -el equipo de Steve y Evelyn que crearon- estaban sentados en círculo fuera, tomando una copa y compartiendo historias sobre los demás. De dónde eran, qué hacían antes de la guerra, ese tipo de cosas.

"Evelyn, te toca", dijo Chace.

"Bueno, mi nombre es Evelina Rose Parrish, pero llámame Evelyn o Eve", comenzó.

"Hola, Eve", sonrió Dum-Dum.

Evelyn le sonrió juguetonamente a su vez. "Tengo veinticinco años y soy agente desde hace casi tres. Mi cumpleaños es el treinta y uno de mayo. Nací en Brooklyn, pero fui adoptada por Jordan y Elizabeth Parrish y me trasladé de un lugar a otro de Nueva York y Estados Unidos. Mi madre biológica murió al darme a luz y no tengo ni idea de quién es mi padre. Mis padres y los de Howard ya eran mejores amigos antes de que naciéramos, así que no nos costó mucho hacernos grandes amigos.

"Mi padre me apuntó a clases de boxeo y karate cuando era más joven para que pudiera cuidarme", dice. "Destaco en ingeniería, ciencia en general, bailes de salón y ballet. Invento y diseño cosas y soy copropietario de Industrias Stark".

La conversación continuó a partir de ahí. Evelyn llegó a conocer a Jordan, Dum-Dum, Gabe y el resto incluso más de lo que ya conocía, aunque Gabe tuvo que traducir a Dernier para todos ellos.

"Barnes, tengo un problema contigo", dijo Dum-Dum en voz alta, ganando la atención del resto del grupo.

"Vale, dispara".

"Verás, no dejas de hablarnos de tu hermanito en casa, y de cómo era un gran tipo. Cómo nunca se echaba atrás en una pelea y cómo quería alistarse a pesar de que mide 1,50 metros y pesa 90 libras empapado". Dum-Dum dijo.

"Bueno, ya no, obviamente, pero sí. ¿Cuál es tu punto, Dum-Dum?" Preguntó Bucky.

"Verás, los chicos y yo estábamos teniendo un problema, porque el chico del que nos hablaste... Mencionaste que es una pequeña mierda. Que es un peleador. Que nunca escucha una palabra de lo que dices. Que hace trampas como un demonio a las cartas..."

"Dugan, ¿cuál es tu punto?" Bucky preguntó.

"Bueno, nunca mencionaste que puede maldecir lo suficiente como para hacer sonrojar a uno de los chicos de la marina".

"¿Steve jura?" Evelyn preguntó en voz alta.

"¿Qué? Buck, ¿hablas en serio? ¿Es por eso que todos me han estado mirando como si les hubiera crecido una segunda cabeza?" Bucky gimió suavemente cuando Steve se unió a su improvisado pow-wow. Entonces el rubio idiota sonrió y sacudió la cabeza con cariño, y el gemido de Bucky se hizo más fuerte mientras dejaba caer la cabeza sobre sus manos para evitar un inminente dolor de cabeza.

"Stevie, ¿qué estás pensando?"

"Nada". Oh, qué casualidad. "Sólo me pregunto por qué nunca te has molestado en contarles todas las veces que mi boca nos ha metido en problemas".

"¿Steve jura?" Evelyn preguntó en voz alta, de nuevo.

"No parecía importante. Además, tenía muchas otras historias que contarles".

"Sí, pero lo hiciste sonar como si él nunca hubiera jurado", dijo Jones.

"¡No, no lo hice! Nunca dije eso".

"En realidad, sí lo hiciste - esa historia con el martillo y la chica pin-up -" Chace comenzó.

"¡Bucky! Juraste no repetir esa historia". La voz de Steve subió una octava, y Bucky sintió que una sonrisa tiraba del ceño ansioso que su boca había puesto.

"Tú no estabas allí para saberlo, gamberro, y se suponía que nunca ibas a estarlo". Bucky protestó de forma simbólica, pero ya estaba jodido. En este punto, todo lo demás era sólo clavos en su ataúd.    "Te lo diré más tarde", le dijo en voz baja a Evelyn, haciendo que ella asintiera. "Y de todos modos, dije que no juraba delante de las damas. No es que no haya jurado nunca".

"Tiene sentido porque nunca le he oído jurar", dijo Evelyn, mirando a Steve.

"Parece un descuido por tu parte, Barnes, haciéndonos creer que el cachorro nunca soltó un solo "joder", y mucho menos esa ristra de bellezas con la que nos deleitó antes", rió Gabe.

Steve jadeó dramáticamente. "¡Jones! Lenguaje!" Bucky gimió y los chicos y Evelyn rieron.

"Ahora te ríes, pero no tienes ni idea de lo que has hecho". Volvieron a reírse de él. Bucky suspiró y se apalancó. Aprenderían.

~

La conversación fue bastante buena a partir de ahí. Cada vez que alguien decía una palabrota, Steve lo reprendía dramáticamente. Hasta que también soltó una accidentalmente, y se disculpó con Evelyn inmediatamente.

"¿Alguien quiere hacer un concurso de lucha de brazos?" preguntó Monty, cambiando de tema.

Todos los chicos se animaron. "¡Me apunto!"

"¡Yo también!"

"¡Apúntenme!"

"¡Os voy a ganar, perdedores!" Todos los hombres dijeron.

"Estoy bastante seguro de que os ganaré a todos". Todos los hombres se volvieron hacia Evelyn, mirándola con caras confusas.

"¿Vas a ganar?" Preguntó Dum-Dum.

"Oh, sí. Apuesto a que soy más fuerte que todos ustedes, incluso que el señor súper soldado de allí", Evelyn señaló a Steve.

"De acuerdo", Gabe bajó de golpe su vaso de cerveza, sonriendo ampliamente a Evelyn. "El que gane se queda con el resto de la cerveza". Todos se animaron y levantaron sus bebidas.

"Ya que crees que vas a ganar a todos los presentes, pequeña señorita Evelina, ¿por qué no empiezas tú?" preguntó Morita.

"De acuerdo, tú y yo", sonrió Evelyn mientras se levantaba de su sitio. Los hombres despejaron una mesa y colocaron una silla a cada lado.

Evelyn se sentó y puso el brazo en la posición correcta. Jim hizo lo mismo y se agarró a su mano. "¿Tienes miedo, Parrish?", sonrió.

"Ya quisieras", le devolvió Evelyn con una sonrisa.

Bucky se acercó y puso su mano sobre la de ellos. "¿Listos? Tres, dos, uno, ¡ya!"

Jim comenzó a empujar su mano, sólo lo hizo ligeramente, pero Evelyn mantuvo su mano en su lugar y apenas se movió una fracción. Jim levantó las cejas y esta vez lo intentó con más fuerza, pero fue en vano. Jim sacudió la cabeza y lo intentó con todas sus fuerzas, su cara se puso roja en el proceso. Evelyn seguía sin moverse. Jim levantó la vista hacia ella y sus ojos se encontraron con los de ella. Ella le envió un guiño antes de golpear su mano sobre la mesa, dándole la vuelta.

"¿Cómo carajo lo hiciste?" Jim se rió mientras se levantaba.

"¡Jim, lenguaje!" advirtió Steve. Bucky gimió y se golpeó la mano contra la frente.

"Apuesto todas mis fichas a que gana Evelyn", dijo Dum-Dum.

"¡Lo mismo!" Todos los hombres dijeron.

"Probablemente se la jugó fácil", les dijo Monty.

"Mont, adelante", dijo Jim señalando el asiento frente a Evelyn. James se encogió de hombros y se sentó.

"¿Preparado para perder?", le preguntó.

"No seré yo quien pierda, cariño".

Evelyn le sonrió mientras Bucky ponía sus manos encima de las suyas.

Jim se había ido. James se había ido. Dum-Dum se había ido. Jacques se había ido. Gabe se había ido. Bucky se fue. Chace se había ido. Evelyn había sacado a cada uno de esos chicos.

"El turno del Capitán América, por fin", exclamó Monty mientras el propio Steve se sentaba frente a Evelyn.

"¿Cuántas veces tengo que decir esto? Podéis llamarme Steve", dijo.

"Muy bien, Steven. Prepárate para perder como el resto", le dijo Evelyn.

"No creo que esto esté bien", murmuró Steve mientras le agarraba la mano.

"Por favor, no me subestimes", dijo ella. "Sabes que lo odio".

Pareció dudar cuando Bucky puso su mano sobre la de ellos. "Sí, está bien. Sólo para ti", murmuró.

Evelyn le sonrió. "¿Listos? Tres, dos, uno, ¡ya!" Bucky lo soltó y Steve comenzó a empujar.

Fue como el empuje de Jim; apenas lo intentó. Evelyn gimió. "¡Vamos, Steve!" Él empujó un poco más fuerte y ella levantó una ceja hacia él.

"¡Muy bien! De acuerdo". Empujó más fuerte, bastante más fuerte. La mano de Evelyn empezó a moverse ligeramente hacia la mesa, con una sonrisa en los labios. Sus ojos azules se encontraron con los verdes de ella antes de empujar más fuerte. El pequeño vano de su sien comenzó a palpitar, su mandíbula se apretó con determinación.

La mano de Evelyn seguía sin moverse.

Evelyn siempre se preguntaba de dónde sacaba su fuerza. No se parecía a nada que nadie hubiera visto jamás. El padre de Evelyn, Jordan Parrish, le dijo que no hiciera caso a los matones del colegio. Decía que si ella escuchaba lo que decían y reaccionaba mal, los chicos estarían muertos. Tener superfuerza y estar enfadado no es algo bueno. Sus profesores de boxeo y karate le enseñaron a autocontrolarse y a no utilizar toda su fuerza al pelear para no acabar matando a alguien.

Los ojos de Evelyn empezaban a estar caídos por la falta de sueño de los últimos días, y soltó un bostezo cansado. "Ya he tenido suficiente".

Evelyn bajó de golpe la mano de Steve sobre la mesa y se levantó. Todos los chicos la observaron boquiabiertos mientras Evelyn cogía todas las botellas de cerveza de los hombres. "Gracias, caballeros, por intentar probar algo que sabía que iba a ganar". Cogió la última de Bucky y sonrió. "Ahora puedo tomar toda su cerveza", Evelyn les guiñó un ojo a todos y luego se pavoneó hacia su tienda.

"¡Estarás borracho!" gritó Bucky.

Steve soltó una risita. "No, no lo hará", se volvió hacia los chicos. "Tiene una tolerancia extremadamente alta. Se tomó toda la botella de alcohol de Erskine y eso ni siquiera la afectó".

Todos los hombres volvieron a mirar a Evelyn, preguntándose cómo demonios había una mujer como ella.

~

A nadie le gustaba marchar con frío, y las dos últimas semanas no habían sido más que eso. Todo el mundo estaba de mal humor, y entonces Gabe atravesó con el pie un trozo de hielo que escondía un charco de agua helada. Uno de los mejores momentos de la experiencia de Evelyn con los Comandos Aulladores.

"¡Joder! ¡Maldito hijo de puta nazi! ¡Malditos palos podridos! ¡Joder!" Gabe maldijo.

"Lenguaje", murmuró Steve, incluso mientras ayudaba a Jones a quitarse la bota y el calcetín. Lo último que necesitaban era un pie de trinchera. Jones soltó una breve carcajada.

"Vete a la mierda, Rogers".

"Esa no es forma de hablarle a un oficial al mando".

"Lo siento. Váyase a la mierda, capitán".

"Sigue sin ser la forma de hablar a..." Steve se interrumpió, levantando el brazo para recoger el calcetín que goteaba a centímetros de su cara. Puso una exagerada cara de asco, manteniéndolo a distancia.

Todos los chicos soltaron risitas, y Bucky y Evelyn sonrieron. Incluso en medio de la nada, una docena de pulgadas y doscientas libras más grande, Stevie seguía siendo su antiguo y encantador ser.