Nico

Estamos de regreso en la habitación vistiéndonos para el día, y no puedo parar de mirarla. Especialmente porque ya terminé, pero ella todavía está en su toalla decidiendo qué ponerse buscando en su maleta. Ella me mira y me pesca mirándola desde la cama. Pero en vez de ofenderse o enojarse, la veo sonriendo mientras escoge un atuendo. Me siento como un niño en un baile de secundaria quien finalmente tuvo el valor de sacar a bailar a la niña que siempre le ha gustado y ella dice que sí.

Decido hacer la cama para darle privacidad, pero como dije, no puedo parar de mirarla. Está en sus pantis ahora y está tratando de enganchar su sostén.

Dejo lo que estoy haciendo y me acerco a ella para ayudarla a engancharlo. Nunca he entendido por qué no hacen estas cosas más fáciles de quitar, pero nunca me di cuenta lo igual de difícil que es para las mujeres ponérselos.

Beso su hombro cuando termino, pero mi visión pronto baja a su trasero y lo tentadora que se ve en su tanga. No puedo evitar correr mis dedos por las tiras de encaje y su piel suave. Es entonces que me doy cuenta de la cicatriz de la que me contó. Se nota que la ha tenido por mucho tiempo porque no es muy visible. Es del tamaño de una moneda, y sólo resalta porque es más clara que el resto de su piel.

Corro mi pulgar encima de ella, pero apenas puedo sentir la diferencia entre la cicatriz y su piel. Todo se siente liso y suave para mí.

"¿Esta es, bebé?" le pregunto suavemente.

"Sí," ella contesta dudosamente.

Ella suspira cuando me pongo de rodillas y trata de alejarse de mí, pero sólo me hace más determinado. Además es una vista increíble y no puedo parar. Sostengo sus caderas, sujetándola, y beso su cicatriz.

Ella inhala fuerte, y la beso una vez más antes de levantarme y voltearla hacia mí. Se ve completamente asombrada mientras me inclino para besar sus labios. "Sabía que iba a ser sexy."

"Supongo que es mi turno, ¿no?" digo cuando ella no responde. La acomodo junto a mí sobre la cama, esperando que no se asuste como Sofía y salga huyendo cuando le muestre mi ojo. Pero parece muy curiosa y una promesa es una promesa.

"¿Lista?" pregunto.

Asiente con la cabeza y mira detenidamente hacia mis ojos. Me enfoco en su nariz hasta que doblo la imagen con mis ojos y estoy viendo doble, y luego la traigo de regreso otra vez.

"Vaya," ella dice, mirándome asombrada. "Tu ojo izquierdo se movió y el otro se quedó en su lugar."

"Sí, es raro."

"¿Lo puedes hacer de nuevo?" ella pregunta, y me río que está tan interesada.

Sacudo la cabeza. "Podría, pero no quiero arruinar mi vista."

Ella hace un puchero con los labios, pero antes que pueda decir algo se recorre encima de mis piernas y me besa. Si no tiene cuidado, voy a ser forzado a arrastrarla a la ducha de nuevo. "Termina de vestirte, guapa. Todavía hay unos lugares a los que te quiero llevar, y eso no va a pasar si no te pones la ropa pronto."

Es después del mediodía cuando finalmente salimos del apartamento. Nos encontramos con Sofía y Adrián quienes nos estaban esperando en una cafetería cercana. Aparentemente nos tardamos demasiado y ellos salieron a hacer mandados. Eso o sabían en lo que andábamos y decidieron darnos espacio. Pero no puedo llegar a sentirme mal por ello, y el minuto que veo la sonrisa en la cara de Adrián cuando llegamos, sé que no hay malos sentimientos entre nosotros.

Olivia, por otro lado, se ve un poco avergonzada. No es como si hubiese planeado esto. Si alguien me hubiera dicho hace unos días que Olivia y yo estaríamos actuando como un par de calientes durante este viaje, nunca les hubiera creído. Solamente sucedió.

Le pregunto a Sofía sobre sus clases para quitar el enfoque hacia nosotros, y Olivia se relaja visiblemente junto a mí y hasta me sorprende al unirse a la conversación.

"¿Es diferente estudiar en Estados Unidos comparado a España?" ella le pregunta a Sofía.

"En algunas cosas, sí. Las clases parecen bastante similares, pero diría que las cosas son más organizadas aquí, y hay más recursos y actividades disponibles. Por ejemplo, hay clubes para todo y un centro de trabajo, y puedes hacer citas para cualquier cosa, incluso si quieres que alguien te revise un ensayo, cosas así."

"Qué bien. Siempre me pregunté cómo sería," Olivia dice.

"¿Alguna vez consideraste estudiar aquí?" Sofía pregunta.

"Sí, solicité a unas universidades mi último año de la preparatoria. Era poco probable, pero mi mamá me animó a hacerlo."

La respuesta de Olivia me toma por sorpresa. Nunca me contó esto.

"¿Ah sí? ¿Dónde solicitaste?" Sofía pregunta.

"Universidad de Boston, Boston College, y Universidad Brown. Viví en Boston de pequeña, así que pensé que sería más fácil mudarme de regreso ahí, y Brown era mi universidad preferida."

"¿No te aceptaron?" pregunto, sorprendido que no la hubieran aceptado. Es muy inteligente y estudiosa por lo que he visto.

"Sí," ella responde.

"¿A cuál?"

"A todas."

Caigo en cuenta ahí mismo por qué decidió no ir, y siento mi corazón apretarse ante esta comprensión. Pero Sofía no sabe la razón y le pregunta antes de que la pueda parar.

Olivia duda y me mira brevemente antes de contestar.

"Nunca tuve la intención de ir en el primer lugar, y no pensé que me aceptarían de cualquier forma, pero mi mamá fue la que me empujó a hacerlo. Ella pensó que estaba siendo tonta, pero mi papá estaba enfermo y no lo quería dejar. Al tiempo que me llegaron las cartas de aceptación, su salud se había deteriorado mucho, y lo habíamos mudado a un asilo. Sabíamos que no tenía mucho tiempo después de eso, y simplemente ya no era opción."

La mesa se queda en silencio y Sofía me mira disculpándose. Aprieto la mano de Olivia sobre mis piernas y me inclino para besar su sien.

"Siento escuchar eso, Olivia," Adrián dice. "Tomaste la mejor decisión."

"Sí, no lo sientas," ella responde. "Fue mejor de esta manera. Si hubiera ido, probablemente hubiera tenido que dar de baja el semestre y regresarme. Me gusta la universidad en la que estoy y mis clases, y también me toca tutorear a la vez. Además conocí a Nico, así que muchas cosas buenas han salido de ello."

"No sé sobre conocer a Nico. Quizás te arrepientas algún día," Adrián bromea.

Le tiro agua con el dedo aunque no estoy enojado por su comentario. Sé que sólo está tratando de mejorar el estado de ánimo.

"Sí, tienes razón. Creo que le daré unos meses más," Olivia le regresa la broma.

"Espera, ¿qué?" le pregunto. "¿Me vas a dejar?" digo, fingiendo entrar en pánico con mi mano sobre mi pecho. Aunque el mero prospecto de ello me tiene poniendo los pies en el suelo y frunciendo el ceño.

"¡Estoy bromeando, Nico!" ella se ríe a mi expresión. "Tendría que estar loca."

La acerco a mí, envolviendo mis brazos alrededor de ella y besando la parte de arriba de su cabeza. Me llena de humildad pensar que tal vez no hubiera conocido a esta chica increíble en mis brazos. Hago a un lado ese pensamiento cuando me doy cuenta de otra cosa. "Mi novia es tan lista. Es de la Liga Ivy."

Nos vamos a pasear después del almuerzo. Estamos caminando alrededor de la Explanada Nacional cuando mi mamá llama de nuevo. Sofía y yo nos hacemos a un lado para hablar con ella, y está como en la luna que estemos juntos. Nos hace un millón de preguntas típico de mamá y le repite todas las respuestas a mi papá quien está justo a su lado y nos puede escuchar de todas maneras. Me siento mal por esquivar su llamada antes, pero tenía cosas mucho más importantes en mi mente.

Cuando colgamos, veo que Olivia y Adrián están a la mitad de una conversación, y sé con certeza que está hablando de su papá. Me siento tan orgulloso que se está abriendo con él sobre un tema tan importante, especialmente porque ella normalmente es tímida con la gente nueva, y sé que es difícil hablar de ello.

Decido darles espacio y tomo la oportunidad para hablar con Sofía. "¿Así que realmente te gusta aquí, no?"

"Sí. Estaba un poco nerviosa al principio que sería difícil adaptarme a la universidad como una estudiante de traslado viviendo fuera del campus, pero ha estado muy bien hasta ahora. He hecho un par de amistades en mis clases y son muy lindas. Paso mucho tiempo con ellas, especialmente cuando Adrián tiene que viajar por sus partidos."

"¿Es difícil cuando viaja?"

"A veces. Normalmente no está tan mal, pero los viajes más largos son un poco más pesados. Nos hace apreciar el tiempo que tenemos juntos aún más."

"Oye, ustedes realmente no están planeando en tener bebés, ¿o sí?" Sé que no es mi asunto, pero la manera en que Adrián estaba hablando sobre empezar una familia ayer me tenía sudando la gota gorda. Entiendo que viven juntos y todo, pero ella es demasiado joven para eso.

Sofía se ríe a carcajadas. "¡No, Nico! Necesito graduarme de la universidad primero y mucho más. Además, necesitaríamos casarnos primero."

"Bueno, eso nunca paró a nadie antes."

Ella me da un empujón en el brazo. "De la manera que tú y Olivia están encima uno del otro, no me sorprendería si tú los tuvieras primero."

Me río a su comentario. Si sólo supiera que no estamos ahí todavía. "Veremos sobre eso."

En la noche decidimos mantenerlo simple ya que la mayoría de nosotros todavía nos estamos recuperando de la noche anterior. Pedimos una pizza y miramos una película, que para mí siempre es el mejor tipo de noche. Sofía nos persuade de alguna manera a ver un romance de viaje en el tiempo que insistió que era diferente y supuestamente no cursi. Olivia la quería ver también entonces eso era todo lo que realmente me importaba.

Pero como de costumbre, Sofía se queda dormida dentro de los primeros veinte minutos, y antes que lo sepa Adrián la está cargando de regreso a su habitación.

Olivia se acurruca junto a mí sobre el sofá, y continuamos mirando la película por nuestra cuenta. Pronto me doy cuenta que la trama es mucho más que una historia de romance, y también trata sobre la relación del protagonista con su familia, en particular con su papá.

Cuando su papá revela que tiene cáncer terminal en la película, ya puedo ver a dónde se está dirigiendo y volteo hacia Olivia. "¿Estás bien con ver esto?" le pregunto.

Ella asiente con la cabeza, pero ya puedo ver que la está afectando.

"No tenemos que," le aseguro.

"Quiero ver qué pasa," ella contesta.

Acepto aún dudoso y procedo a mirar la escena más desgarradora de padre e hijo que he visto en mi vida, donde el hijo viaja atrás en el tiempo para jugar ping pong con su papá, y luego revive una memoria de ellos jugando en la playa juntos cuando era pequeño.

Pauso la película inmediatamente y acerco a Olivia a mí cuando veo las lágrimas cayendo bajo sus mejillas. Diablos, hasta yo estoy por lagrimear.

Limpio sus lágrimas y beso sus labios después. "Maldita sea, ¿quién ha estado cortando cebollas otra vez?" susurro.

Olivia se ríe sorprendentemente, y juro que no hay nadie más adorable en el planeta que ella.

"¿Tienes una memoria favorita así con tu papá?"

Ella lo piensa por un tiempo, y casi me arrepiento de haberle preguntado. No quiero que se ponga más triste, pero algunas veces es bueno traer recuerdos.

"Recuerdo cuando él nos llevaba a la escuela de pequeña. Él hacía un juego de ello, y le tenía que decir cómo llegar. Eso o sólo estaba probando mi memoria," ella se ríe. "Pero para mí era tan divertido. Recuerdo que me emocionaba tanto y gritaba las direcciones a puro pulmón aunque apenas podía ver por encima del tablero."

"Qué linda. Estoy seguro que lo dominaste cada vez."

Ella sonríe ligeramente, pero su expresión pronto se vuelve pensativa. "Estoy tan contenta que lo conociste," dice en voz baja.

"Yo también," respondo, apretando su mano.

"Sigo pensando en todas las cosas que se va a perder. Mi graduación, llevarme al altar, ser abuelo. Pero estoy tan agradecida que no se perdió de conocerte."

Sólo el hecho que me está incluyendo de alguna manera en la misma categoría que todos esos ritos de pasaje cruciales es impresionante. Creo que es el mejor halago que alguien me ha hecho.

"No se perderá esas cosas, Olivia. Él todavía estará ahí porque siempre lo vas a tener contigo. Especialmente en esos días tan importantes."

Sus ojos brillan y su sonrisa se agranda, y suspiro aliviado a lo rápido que ella se recuperó. Realmente se está poniendo mejor. Me pregunto si ella se dará cuenta.

"¿Terminamos la película?" me pregunta.

"Sí," respondo, y ella descansa su cabeza sobre mi pecho, lista para emprender cualquier cosa que venga después.

Infinitamente mejor.