[Capítulo brevemente narrado]

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Estabas en tu habitación escribiendo en tu cuaderno azul, donde escribías canciones y todo el mundo tenía prohibido tocarlo. Sentada en silencio escuchando a lo lejos las voces de los chicos que estaban en la sala, algunos otros en sus respectivas habitaciones. Había tranquilidad hasta que tocaron dos veces a tu puerta.

—Adelante -Hablas al mismo tiempo que cierras tu cuaderno–. Oh, Yunho.

—Hola -El chico fuerza una sonrisa al entrar–. ¿Estás ocupada?

—No, pasa -Yunho cierra la puerta a sus espaldas con suavidad y da pasos hacia ti–. Dime, ¿sucede algo?

—Quería decirte algo -Contesta mirando al suelo, pudiste reconocer que se encontraba un poco nervioso.

—¿Es algo malo? -Preguntas pero el chico niega–. ¿Entonces? ¿Por qué estás así de pálido?

—Es importante para mí decirte esto y admito que estoy demasiado nervioso -Suelta una ligera risa demostrando su nerviosismo-. No sé si pueda decirlo, es difícil para mí pero -Alza la cabeza, mirándote y tú le sonríes brindándole confianza para que hable porque él parecía querer desmayarse en cualquier instante–. Me gustas.

La sonrisa de tu rostro se va poco a poco hasta convertirse en una expresión de sorpresa y algo desorientada puesto que no te imaginabas que quería decir eso. Yunho vio tu reacción y temía que no pudieran ser amigos luego de lo que le confesó, ese era su más grande miedo.

—Ya no seremos amigos, ¿verdad?

—¡No! Claro que no es eso, Yunho. Vamos a seguir siendo amigos -Hablas mientras mueves tu cabeza en negación–. Esto no será la causa por la que acabaremos con nuestra amistad, te lo aseguro -Le vuelves a sonreír y haces una seña para que se acerque mientras te reincorporas a sentarte en tu cama, el chico se sienta lo más lejos que puede y tú al notar aquello, te acercas más a él poniéndolo un poco nervioso–. Es una de las cosas más bonitas que me has podido decir, lo juro. Esto es una completa sorpresa para mí.

—Lo sé, lo entiendo y de hecho pensaba no decírtelo nunca pero no podía seguir fingiendo a tu alrededor -Resopla–. Sé que no puedo hacer nada al respecto, estás en una relación con Yugyeom y es muy bonita. Eres feliz con él y yo no pretendo alejarte de su lado, claro que no sería capaz de eso porque me gusta verte sonreír, aunque sea junto a él -Toma tus manos y por fin puede mirarte a los ojos–. Solo quería decirte lo que siento, y que no me importa con quien estés con tal de verte feliz. No importa si es con él, conmigo o con quién sea, no quiero verte derramar una lágrima nunca.

Aunque Yunho haya dicho que no quería verte llorar, las palabras que te dijo ocasionó todo lo contrario y fue solo cuestión de unos segundos para que derramaras muchas lágrimas. Yunho acerca su pulgar a tu rostro eliminando las lágrimas que resbalaban por tus mejillas.

—Te dije que no quería verte llorar, Kiki -Ríes levemente mientras te limpias tus propias lágrimas.

—Fueron palabras muy bonitas, Yunho -Tragaste en seco–. Si no hubiera conocido a Yugyeom o me hubieras dicho esto hace seis meses, créeme que nuestra historia sería diferente -Diriges tu mano hacia la mejilla de él acariciándolo con cuidado–. No quiero perderte nunca. Quédate a mi lado como amigo, cómplice o lo que decida el destino, ¿sí?

Yunho asiente y ambos se sonríen con más tranquilidad.

Definitivamente eran dos almas que estaban destinadas a estar juntos pero ¿podrían lograrlo en un futuro?