𝟎𝟔𝟔 | butterfly effect
066. ┊໒ ⸼ 𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝗦𝗜𝗫𝗧𝗬-𝗙𝗜𝗩𝗘──
── 𝖻𝗎𝗍𝗍𝖾𝗋𝖿𝗅𝗒 𝖾𝖿𝖿𝖾𝖼𝗍 🐝•˖* 📼 ☄️
días antes . . .
Samara estaba sentada junto a John, los dos con un libro abierto entre risas. Habían descubierto que leer haciendo voces ridículas convertía cualquier historia aburrida en una aventura épica, sobre todo si el libro tenía dos protagonistas. Ese en particular era malísimo, pero con sus interpretaciones, parecía una comedia.
─ Y así termina nuestra breve pero gloriosa carrera de doblaje —declaró John con tono dramático, cerrando el libro. No solo porque habían terminado de leer la historia, sino porque se acercaba Sophia ─. Las dejo, ojitos de rana.
─ ¡Basta! ─chilló Samara entre risas, empujándolo ligeramente con el hombro. Caminó hacia Sophia con pequeños brinquitos, aún divertida.
Pero apenas notó la expresión seria de su mejor amiga, la alegría se le borró del rostro. Sintió un pequeño nudo en el estómago. Lo supo de inmediato: algo no andaba bien. De hecho, algo andaba muy mal.
─ ¿Pasó algo? ─preguntó, bajando la voz.
─ Tu relación con Carl... pero creo que ya es tarde para corregir ese error. ─respondió Sophia, con una sonrisa débil que no le alcanzaba los ojos.
Era la primera vez que Sophia iba a separarse de Samara desde que se conocieron. No era fácil decir adiós, pero tampoco podía dejar a su madre. Había tomado una decisión, una que venía cargando desde hacía días. Incluso había escrito una carta para Sam, su "hermana malvada", pero no tuvo el valor de entregársela. Tampoco quería una despedida real, con lágrimas, con ruegos. Sabía que si le daba espacio a Samara, ella intentaría hacer algo. Ella siempre hacía algo. Por eso, debía hacerlo rápido, como arrancarse una curita de un tirón.
─ Antes de que digas algo, te lo advierto: no seas tú. ─dijo Sophia con firmeza, alzando un dedo como si regañara.
─ ¿Qué?
─ Eso. No seas tú. Es decir, adoro cómo eres, pero no en este momento. Te conozco, Samara. Vas a buscar una forma de arreglar esto y... no quiero que lo hagas.
Samara frunció el ceño, empezando a preocuparse más.
─ Me estás asustando.
─Prometelo. ─insistió Sophia.
─ ¿Puedo ser Regina George?
─ Sé un Teletubbie si quieres. ─respondió, riendo un poco por primera vez.
Sophia respiró hondo, buscando las palabras. Había ensayado un pequeño discurso en su mente, pero ahora se le deshacía todo. Así que soltó lo primero que se le cruzó:
─ Me voy con mamá y Ron. No intentes detenerme. Sé que me amas, pero Ron es el amor de mi vida.
Samara parpadeó, confundida. ¿Qué?
─ ¿Qué?
Sophia no respondió. En vez de eso, la abrazó con fuerza.
─ Adiós, hermana malvada.
─ Adiós, hermana malvada. ─respondió Sam, casi en automático, aún sin entender.
El abrazo duró varios minutos. Sam quiso hablar, tal vez gritarle que no fuera, que podía quedarse con ella, que todo podía arreglarse... pero no dijo nada. Sus labios no se movieron. Sus manos no se aferraron más. Solo correspondió el abrazo, en silencio.
Sophia se alejó sin mirar atrás. Samara se quedó en el mismo lugar, con una sensación extraña en el pecho, como si le hubieran arrancado algo sin que pudiera evitarlo.
Más tarde, cuando estuvo sola, recordó algo que no pudo dejar de pensar: Tal vez, si le hubiera dicho algo... si hubiera insistido, si no hubiera prometido quedarse callada, Sophia se habría quedado. Tal vez una sola palabra hubiera cambiado todo.
Pequeñas decisiones, pequeñas acciones. Eso era el efecto mariposa, ¿no? A veces una simple frase podía ser el ala que desata el huracán.
Pero ya era tarde.
EFECTO MARIPOSA: pequeñas decisiones o acciones que pensamos que son inofensivas, pero con el tiempo te puedes dar cuenta de que esto causó cambios muy grandes.
Sí, es eso lo que pensaba.
Raro para ponerme a pensar en eso de la nada, pero cuando miro hacia atrás en mi vida y analizo lo que hice, me doy cuenta de que en estos momentos sería una persona diferente si me hubiera quedado con la familia Smith. O la persona que sería si no hubiera empezado un apocalipsis.
Me hubiera perdido muchas cosas. Si fuera posible regresar el tiempo, no cambiaría nada, pues si tomara una decisión diferente, tal vez estaría muerta, o no tendría a toda esta gente conmigo.
Tal vez no hubiera conocido a personas que cambiaron mi vida, a personas que me dieron lecciones que no hubiera podido aprender ni en mil años. No hubiera conocido al amor de mi vida, ni a mis mejores amigos, tampoco a Rick, ni a mi papá, Daryl Dixon.
Que también se que ni en mil años se hubiera imaginado ser papá de una loca pelirroja con complejo de héroe.
Si me hubiera quedado con Dennis y con el matrimonio Smith, ahora mismo no tendría a una bebe llamada Judith que balbucea mamá cada vez que me ve, se enamoro de aquella palabra, y al parecer tiene la necesidad de decirla cada vez que alguien se acerca a mi, algo así como para marcar territorio.
No, no cambiaría nada. Absolutamente nada.
En fin, regresando a la actualidad, a estos precisos momentos. Yo me encontraba en mi habitación, y no había salido de esta desde que llegué a Alexandria, y no es porque esté en shock por la primera vida que arrebate; eso ya había pasado, y lo había digerido. Sé perfectamente que lo hice para defender a Maggie. Y no diré que asesinar está bien, pero debo proteger a mi familia, y lamentablemente, ese es el precio a pagar en el mundo actual, y creo que también en el anterior, de alguna manera u otra.
Si alguien ahora mismo entrara a mi habitación, pensaría que un maldito unicornio vomitó aquí y se fue; tal vez tenga un poco de razón, pero me gusta. Antes tenía paredes blancas, ahora tiene colores.
─ ¿Cómo has estado, Sammy? ─me preguntó Jonh, llegando junto a mí y dejándose caer en el suelo para así quedar de la misma forma que yo. Muy pintoresco.
Añadió, viendo todo lo que le había hecho al techo de mi habitación, el cual estaba ahora pintado de estrellas, constelaciones, pequeños planetas y frases de libros que me marcaron; algunas de ellas también estaban en mis paredes.
─ Beth me ayudó a pintarlas, ayer, a medianoche. Son muy hermosas, ¿verdad?
─ Sam... ─llamó, pero no le hice caso.
─ Toda mi habitación es un gran lienzo abierto a la imaginación de esta artista ─me autoseñalé ─. Escuché a Marianne decir una vez que la habitación de una persona debe verse así, como su alma... si eso es posible, también que esta siempre refleja tu personalidad. Y la mía debía ser colorida y tener muchas estrellas y colores.
─ Sam...
─ Estoy bien, John, solo he tenido dos, estoy bien. ─le aseguré.
─ ¿Dos ataques de pánico en dos días y estás bien? ─inquirió muy indignado, para luego soltar una risilla. Mi madre te mandaría a terapia.
─ Tu mamá nos mandaría a todos a terapia ─murmuré ─. Y no fueron dos en dos días, fueron dos en una noche.
─ Ahora entiendo a Carl.
─¿Qué tiene Carl? ─inquirí con preocupación, pues él no había pasado por aquí desde ayer en la tarde.
─ Está leyendo.
─¿Algún cómic?
─ No.
Me giré sobre mí misma, viéndolo ─ ¿un libro?
─ Uno de la enfermería, es sobre ataques de pánico y ansiedad, lo lee por ti, quiere saber como poder ayudar a su esposa, futura madre de sus hijos.
─ Es muy lindo de su parte ─murmuré, sonriendo como boba. Por cierto, Enid es buena persona, pero eso ya lo sabíamos... Ella ayudó mucho, estuvo aquí hace rato, pero dijo que iba a descansar; la tuve despierta desde temprano.
─ Mi novia es la mejor, no me lo tienes que decir, Sammy.
─ Creo que tu novia tendrá que besar a alguien con el ojo morado. —dije, cuando usó aquel tonto apodo.
─ Eres muy agresiva, ¿te has dado cuenta?
─ Hija de Daryl Dixon, eso viene en los genes.
Ambos nos quedamos en silencio por algunos minutos, simplemente admirando lo que ahora es mi habitación. A cualquier lado que vieras, había un dibujo, un brochazo, un color diferente.
─ Seremos hermanos por siempre, ¿verdad?
─ ¿Por qué lo dices? ─inquirió con diversión ─. ¿Por qué me trato de sacrificar por todos? ¿Para eso?
─ ¿Y si yo soy el que muero?
Le tiré un zape. ─ ¡Que Merlín no te escuche!
─ Es verdad, puedo morir, o puedo irme.
─ Nadie aquí se va a morir, y nadie se va a ir...
Suspiré, mirando aquella carta que me había sido entregada hoy en la mañana, y tambien una que no leo.
─ Sophia se fue.
─ Lo sé, John, lo sé.
─ Genial, ambos Dixon se van. Que suerte que siempre vuelven, y vivos. ─solté, viendo como Glenn corría hacia un auto, subiendose con Michonne para ir tras papá y tío Merle.
─ ¡Hey, sin este cabrón no se van! ─exclamó Abraham, deteniendo a Glenn, pues el pelirrojo se había puesto en medio del camino y casi lo atropellan.
─ No ─negó Rosita, acercándose al auto. Tú cúbreme, yo iré.
─ Hey, necesitamos guardias aquí.
─ Yo sé a dónde van los Dixon. ─aseguró Rosita, subiéndose al vehículo.
Yo me acerqué a la ventana del conductor, viendo a Glenn con ojitos de perrito.
─ Regresare, Sam ─prometió, dejando caricias en mi cabello ─. Y lo hare vivo y con los Dixon, es promesa. Ya sabes, tendras Glenn para rato, soy inmortal. Y...antes que Rosita me mate, tengo un favor que pedirte.
─ ¿Si?
─ Cuida a Maggie por mi, ¿si? ─esto lo dijo en voz bajita, y yo asentí, alejandome para que el pueda seguir conduciendo.
siempre cuidare de Maggie . . .
LE DI A MAGGIE UNA LATA DE PEPINILLOS, la cual ella aceptó sin rechistar, pues tenía hambre. Le quisiera dar algo mejor, pero por ahora es lo único que tenemos para ofrecer.
─ ¿No se supone que hoy es cumpleaños de Carl? ─me preguntó, mientras abría la lata con ayuda de un pequeño trapo.
─ Sip, no lo he olvidado, pero...esta pasando la mañana con su novio, además, tengo algo preparado para él en la tarde. Termine la bufanda, y un tonto anillo de papel que me demore haciendolo.
─ ¿Como en la prisión?
Solo que en la prisión el anillo fue hecho con Sophia Peletier, y ahora ella no estaba, así que mi mente solo empezó a recordar como ella los hacia, pues con cada cuadrado de papel o aluminio que se encontraba, ella lograba hacerlos.
─Sí ─sonreí, pero luego fruncí mi ceño al verla irse. ¿A dónde vas?
─ A cubrir un turno.
─ Estás loca.
─ Sí, estás loca ─Beth se unió a la charla, llegando a mi lado y cruzándose de brazos, mirando muy desafiante a su hermana mayor ─. Sam y yo cubriremos turnos; de paso charlaremos y luego ella se irá donde su novio.
─ Sí, hasta eso, tú te quedarás aquí y levantarás los pies mientras comes eso... Y si por alguna razón del embarazo se te antojan chocolates, revisa debajo de mi cama. ¡Adiós! ─dije, llevándome a Beth conmigo.
Ambas comenzamos a reír, pues dejamos a Maggie babeando por los chocolates; sí, los había guardado para ella.
En fin, la menor de las Greene tomó su arma y juntas nos fuimos a un puesto de vigilancia. Yo había tomado el regalo de Carl antes de salir, así que aquí arriba, me puse a revisar que todo esté bien antes de dárselo.
─ ¿Crees que Carl interprete esto como una pedida de matrimonio? ─inquirí, señalando sus obsequios.
─ Pero ustedes ya estan casados ─la escuche decir y si tuviera agua en mi boca, ya la hubiera escupido ─. Él dijo que te pidio matrimonio en la prision y dijiste que si.
─ ¿Él dijo eso? ─levante ambas cejas.
─ Me pidio ser su novia...─recorde el momento ─ ¡No matrimonio! ─chillé espantada
─ Pues no le rompas el corazón en su cumpleaños. ─me sugirió Beth en un tono muy cómico, para luego soltar risitas.
─ Claro que no, yo no le haria eso en su cumpleaños.
claro que no lo haría, ¿verdad? . . .
ME HABÍA ARREGLADO UN POCO ANTES DE IR A DARLE SUS REGALOS A CARL, o al menos así me sentí yo. Me hice dos trenzas con mechones sueltos adelante, para así recordar viejos tiempo. Tambien, me puse mi confiable overol y mis botas favoritas.
Se que yo odio celebrar mis cumpleaños, pero amo celebrar el de otras personas, y en años anteriores, no teníamos tiempo para hacerlo, así que ahora que estamos aquí, en Alexandria, y en un ambiente relativamente tranquilo, quiero aprovechar.
Se supone que John debía traerlo ahora, pero conociendo a esos dos, probablemente se deben estar besuqueando por los rincones. En fin, luego de largos minutos de espera, escuche las voces y los pasos de John y Carl subiendo por las escaleras.
Así que me coloque frente a la puerta con una gran sonrisa en rostro. Apenas la puerta fue abierta, corrí hacia Carl y me lanzé a sus brazos, abrazandolo muy fuerte.
como si fuera el último . . .
Lo apachurré tanto como pude, luego dejé un beso en su mejilla y tomé su mano, guiándolo hasta el escritorio, pues ahí había colocado sus regalos.
Con un gesto de cabeza, le indiqué que sacara el contenido de estos, y ahí se encontraba una bufanda con los colores del traje de Superman.
─ Feliz cumpleaños ─felicité, mientras lo veía admirar su obsequio, para después ponérselo alrededor del cuello ─. No es perfecto...
─ Es perfecto para mi.
─ Dame tu otra mano ─pedí, y aunque él no entendía, de todas formas obedeció. Así que saque de mi bolsillo el anillo de papel, y lo coloque en su dedo anular ─. Este es el anillo de tu y yo hasta el final.
─ Espero que el próximo sea el de matrimonio. ─escuchamos que dijo John desde la puerta.
─ Esperemos. ─sonrió Carl, acercándose a mí y plantando un tierno beso en mis labios.
esperemos . . .
ENTRE A MI CASA, pues Scott había dicho que Maggie me mandó a llamar. Así que aproveché que Carl se había quedado dormido en mis brazos y me fui de ahí.
Esperemos que no llore cuando despierte y no me vea.
─ ¿Qué sucedió, Maggs? ─pregunté, adentrándome hacia la cocina, que era donde ella estaba ─. ¿Es Judith? La dejé durmiendo en la habitación de Enid, ¿ella se fue?
─ No, no es eso, Mara ─me sonrió ─. Quiero que me ayudes en algo.
─ En lo que quieras. ─le devolví la sonrisa.
Ella me ofreció unas tijeras; al parecer tenía todo preparado. Así que no tardé en descubrir que las hormonas del embarazo la hicieron tener un repentino cambio de look.
─ ¿En serio quieres que yo lo haga?
─ Sí, Enid comentó hace unos días que te enseñó, y que le cortaste el cabello a Sophia.
─ Y ella quedó hermosa, igual que tú. Así que siéntate y más diciendo como quieres; también hay que chismear como si estuviéramos en un salón de belleza.
─ Me pondre a quejarme de Glenn, así como esas señoras se quejan de sus maridos con el peluquero ─bromeo ─. Solo que no tengo de que quejarme...Glenn es un excelente esposo, y se que será un excelente padre.
─ Y es un gran ser humano. Solo que...no me puedes negar que su defecto es indignarse e irse del lugar haciendo drama. Espero que tu bebe herede eso. ─dije, comenzando a cortar mechones de su cabello.
─ ¿Qué crees que sea? ─inquirió Maggie. Beth apuesta a que será un niño.
─ Yo también, presiento que será una versión chiquita de Glenn, que se indignará si no tiene su sabor de papilla favorita ─reí de tan solo imaginarme el momento ─. También sé que lo mimaré mucho; quiero ser la tía... o hermana mayor consentidora.
─ Le tendremos que explicar nuestro loco árbol genealógico.
─ Sí que sí.
Y así, seguimos platicando de cosas divertidas, también del futuro. Incluso Maggie dijo que sería divertido si algún día me caso y hacemos una ceremonia, pues papá, tío Merle y Glenn se pelearían para decidir quién me llevaría al altar.
Qué buena charla, lástima que terminó, pues había acabado de cortar el cabello de Maggie.
─ Me gusta. ─solté, sonriendo al ver lo bonita que era.
Le pasé el espejo y ella se vio por primera vez.
─ Gracias, era justo lo que quería. ─me miró con ternura, sonriendo de la misma manera.
Le gustó.
─ Nunca te pregunté por qué de esta decisión.
─ Porque tengo que continuar ─respondió, mientras se veía de todos los ángulos posibles ─, y no quiero que nada se interponga en mi camino.
─ Te ves hermosa... ¿Estás bien? ─pregunté con preocupación, pues se había empezado a tocar su vientre con una mano.
─ Sí, no es... ¡agh!
Un grito de dolor salió de su garganta; ahora se sostenía el vientre con ambas manos, incluso terminó en el suelo por el grado de esto.
Ella comenzaba a sudar y el dolor parecía no parar.
─ ¡Enid, cuida a Judith! ─le ordene cuando la vi en las escaleras junto a su novio ─ ¡John, ve por Rick, debemos llevar a Maggie a Hilltop!
▬▬ 𝗟𝗨𝗖𝗬'𝗦 𝗦𝗣𝗔𝗖𝗘 🐝
empieza lo bueno, banda. Preparen botanita y pañuelos para el proximo cap. Además, recuerden que al inicio del acto prometieron no funarme.
En fin, con todo esto del efecto mariposa me puse a pensar en que sería de Samara si nunca hubiera dejado a los Smith. Como sería su relación con Carl, como surgiría el amor. En fin, si les interesa, luego podría hacer un pequeño fic alterno, donde todo eso se hiciera realidad.
Bueno, menos bla bla y más actualización. Nos vemos en el proximo capitulo.
▬▬ with love, Lucy Rhee
▬▬ palabras; 3026.
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