𝟬𝟭𝟲 | new star in the sky
016. ┊໒ ⸼ 𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝗦𝗜𝗫𝗧𝗘𝗘𝗡──
── 𝗇𝖾𝗐 𝗌𝗍𝖺𝗋 𝗂𝗇 𝗍𝗁𝖾 𝗌𝗄𝗒 •˖* 📼 ☄️
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QUERIDO DIARIO;
Tuve un ataque de asma, sí, así los llamaré. Aunque en el fondo sé que no son esos, pero no importa.
El caso es que aunque fue malo, me hizo ver algo: hay gente a la que le importó, y eso de alguna manera borraba lo mal que me sentí en esos momentos.
Dale me dio una pequeña charla, y me hizo sentir incluso mucho mejor. Así que espero poder hablar más con él, y que este conmigo por mucho tiempo, para que así me ayude a calmar mi loco corazón.
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Todo ya había pasado, Carl y Sophia se habían enterado de lo que me paso y desde ese momento se han quedado conmigo, lo cual es muy lindo, a decir verdad, alguien que se preocupe tanto por ti.
Por otro lado estaban Rick y Shane; ellos regresaron, así que solo espero que todo haya salido como ellos lo planearon.
La señora Grimes se encontraba sirviéndole agua a su hijo, agua que pensé que él se la tomaría, pero esa idea desapareció cuando lo vi poniendo la taza de agua en mis manos.
─ Carl, no tengo sed. ─dije, haciendo una muequita.
─ La señora Patricia dijo que debes estar hidratada. ─insistió él, así que sin más remedio, tuve que empezar a tomar el agua aunque no quisiera.
Prefería hacerlo a recibir un sermón.
─ Señor Grimes, ¿entonces qué harán? ─pregunté, después de terminar hasta la última gota de mi agua, haciendo feliz al menor Grimes... menor por ahora.
─ Nos sentiríamos mejor si lo supiéramos. ─apoyó Lori.
─ ¿Tienen un plan? ─interrogó Andrea, caminando de un lado al otro.
─ ¿Lo mantendremos aquí? ─preguntó Glenn.
Vi al señor Grimes pensarla un poco ─ Pronto lo sabremos ─se limitó a decir, para después apuntar con su cabeza a una dirección, donde Daryl aparecía.
─ Tienen una banda, son 30 hombres ─contó Daryl una vez que llegó cerca del grupo ─. Tienen artillería pesada y no buscan amigos. Si nos encuentras, los hombres moriremos.
─ Claro, porque las mujeres somos más fuertes y sobreviviremos. ─sonreí.
─ Las chicas querrán estar muertas. ─termino por decir.
─ Genial, no debieron darme el inhalador si esto me espera ─bufé al lado de Sophia y Carl.
La niña Peletier me tiró un zape en la nuca, y Carl se limitó a fruncir el ceño.
─ ¿Cómo te dijo eso? ─inquirió Carol.
─ Con una amistosa charla, ¿o no, Daryl? ─comenté, con obvio sarcasmo y una sonrisa fingida.
─ Exacto. ─asintió.
─ Que nadie se acerque a él. ─ordenó Rick a todos.
─ Rick, ¿qué vas a hacer? ─escuché que su esposa le preguntó.
Ninguno de los tres menores del campamento podía escuchar lo que se habían puesto a charlar los adultos, porque nos habían alejado. Sin embargo, escuchamos aquello último que dijo Dale casi en un grito.
─ ¡Lo vas a matar! ─exclamó el anciano.
─ Está decidido, lo haré hoy. ─dijo un determinado señor Grimes, antes de girar e irse.
Oh no, escuché que Randall solo era un adolescente, de no más de 17 años. Una persona que será sacrificada esta noche.
¿Me tengo que convertir en una persona así solo para sobrevivir?
No quiero. Si él mundo de ahora se trata de asesinar a otros para poder vivir...no quiero estar en él.
Carl me traía a rastras detrás del granero.
─ Hey, si me meteré en problemas, al menos quiero saber porque. ─dije, parando mi caminar.
─ Solo quiero verlo...antes que papá lo haga, pero no quiero hacerlo solo. ─comentó.
─ Carl ─lo tome de los hombros. ─ te acompañare en todas tus aventuras, no importa que tan suicidas sean.
Se le pusieron sus mejillas coloradas, pero trato de disimularlas diciendo que él se trepaba primero para poder ayudarme a subir.
Él ojiazul empezó a subir por unos empaques de heno, hasta entrar por la ventana del granero. De inmediato sacó medio cuerpo por el mismo hueco y extendió su mano.
Yo de la misma manera empecé a trepar y tome su mano, para finalmente llegar arriba.
¿Se imaginan que hubiéramos ido a la misma escuela?, nos hubiéramos escapado juntos de la una aburrida clase de...mentira, a mi las clases no me parecían aburridas. O bueno, es porque mi abuela enseñaba demasiado bien, aunque tal vez si eran otros profesores, en definitiva hubiera huido de las clases.
En fin, quedamos en la parte de arriba del granero, los dos nos habíamos sentado en unas tablas, lo suficientemente lejos del prisionero.
Él muchacho no tardo en darse cuenta de nuestra presencia, así que levanto la vista hacia nosotros, dejando ver su rostro morado e hinchado, a causa de la platica amistosa que tuvo con Daryl.
─ Hey, hola. ─saludo, en un tono que me pareció amable. ─ ese es un lindo sombrero.
Claramente se dirigió a Carl.
─ Soy Randall, ¿Y ustedes?
─ Paquita ─me autoseñale, para luego apuntar a Carl. ─ y mi compañero se llama...Gonzalete, si, Gonzalete.
Randall me miro un tanto confundido, pero de igual forma siguió hablando.
─ ¿Él sheriff es su padre? ─preguntó, pero no respondimos ─. Me cae bien. Ustedes deben ser hermanos, ¿no?
─ Igh, no. ─solté.
─ No lo somos. ─respondió Carl.
Randall siguió hablando, mientras el niño Grimes, giro a verme y dijo en voz muy bajita ─para que solo yo escuchara─ "No digamos nada más, Mara"
─ T-tienen suerte de tener una familia.
Bueno, Carl tiene una familia. La mía es comida de caminante.
─ Yo perdí a la mía ─contó ─, no sé que andan diciendo de mi ahí afuera, pero no es cierto, yo no hice nada, lo juro. Tú padre ─se dirigía a Carl ─. Me iba a liberar hasta que su amigo se opuso.
Shane...
Espera, ¡Carl! ¿Por qué baja?
─ Se puso fea la cosa ─continuo narrando Randall, mientras yo veía desde arriba como Carl ya estaba a poca distancia del chico ─. Yo estaba preocupado. En mi campamento tenemos provisiones. Si me ayudas...si me ayudan, los llevare con mi gente. ─ofreció, con una sonrisa que me pareció algo macabra.
Aunque por el estado de su rostro, cualquier gesto parecía macabro.
─ Los cuidaremos ─continuo en un intento de negociar ─. Para que estén seguros. Solo deben ayudarme a salir. Deben ayudarme a abrir en candado, o encontrar la llave.
Carl se empezó a acercar poco a poco, hasta que de pronto, la puerta del granero se abrió de par en par, y la mirada de Shane se posó sobre el menor Grimes
Momento que yo aproveche para huir.
Se que no se abandona a un compañero en batalla, pero escuchar un sermón de Voldemort, no gracias.
─ ¡¿Que rayos haces aquí?! ─escuche a Shane gritar.
Mientras me alejaba del granero, lo último que pude escuchar fue la voz de Andrea pidiéndole al innombrable que se calme, y si mi cerebro no falla en la deducción. Al parecer Shane perdió el control y Andrea intenta que no haga una tontería.
─ Así que lo abandonaste. ─comentó Sophia mientras terminaba de hacerme la segunda trenza.
Si, le había contado nuestra pequeña travesía.
─ Sip, y aún no viene Glenn o Rick con su sermón, así que supongo que no me delato con Shane. ─aseguré.
─ Lo podrías usar para conquistar el mundo.
─ ¿Que? ─inquirí confundida.
─ Claro, tu haces los planes malvados, él te encubre y yo veo el mundo arder mientras como palomitas. El trío perfecto.
Mientras estaba terminando de escuchar la lista de Sophia de miles de razones de como podría usar a Carl, él señor Grimes apareció.
─ Sophia, podrías dejarnos solos. ─pidió él hombre, y la rubia asintió y se fue.
Rick se puso de cuclillas ante mi.
─ ¿Que pasó, Sam?
─ ¿Con qué? ─pregunté.
─ Tú sabes con que, Glenn me lo conto, Lori también. Están preocupados. ¿Necesitas los inhaladores? ─preguntó ─. Podríamos ir a buscarlos en farmacias y pueblos cercanos.
─ No quiero volverme dependiente ─conté, sonriendo de lado porque me parecía tierna la preocupación el hombre ─. En algun momento se acabarán, prefiero aprender a controlarlos.
─ Lo harás, yo se que lo harás. ─aseguró, brindándome una de sus sonrisas Grimes.
─ Señor Grimes...─llamé con curiosidad. ─ ¿Enserio matará a ese chico?
Un silencio reino el lugar, bueno, hasta que el termino de pensar que responder.
─ Sam, debemos aprender a jalar el gatillo.
─ Es muy difícil, es una vida. Yo no podría...─balbucee. ─ ¿Cómo puede usted con eso?
Él soltó un largo suspiro. ─ Aunque sea difícil. No pienses, solo hazlo y vive con lo que suceda.
─ Shh. ─pedí a los dos niños que estaban a mi lado.
Se supone que estamos jugando en nuestro campamento, lejos de la casa, lejos de la reunión de los adultos, donde debatirían la decisión final con respecto a Randall.
Pero obviamente no hicimos eso, en su lugar nos escabullimos y nos quedamos sentados de bajo de una ventana fuera de la casa, para así poder escuchar mejor.
Nos habíamos perdido más de la mitad de la discusión, pero no se debía ser un genio para deducir que habían terminado por decidir la muerte del chico. Bueno, al parecer todos están de acuerdo, menor Dale.
─ Una vez dijiste que no matamos a los vivos. ─recordó Dale las palabras de Rick.
─ Eso fue antes de que los vivos intentaran matarnos a nosotros. ─contraatacó él señor Grimes.
─ ¿No ves que, si hacemos esto, la gente que éramos, el mundo que solíamos conocer estará muerto? ─gritó Dale con la voz algo temblorosa.
En definitiva no piensa que la muerte es la solución.
─ Y este nuevo mundo es horrible. Es...es duro. La supervivencia del más fuerte. Y es un mundo en el que no quiero vivir.
Yo tampoco Dale, yo tampoco.
─ Y no creo que ustedes tampoco. ─siguió tratando de convencer al grupo. ─ No puedo creerlo. ¿Este es el mundo que quieren dejar para sus hijos?
De pronto, hubo un silencio.
Nadie quería abandonar la idea de matar a Randall.
─ Por favor. ─suplicó Dale, y yo rogaba internamente que en verdad cambiaran de opinión. ─ Hagamos lo correcto.
Silencio. Completo silencio.
─ ¿Nadie más está de acuerdo conmigo?
Yo, Dale.
─ Tiene razón. ─la voz de Andrea se hizo escuchar.
Me la espere de Glenn, ¿pero Andrea?
─ Deberíamos encontrar otro modo ─continuo diciendo la rubia.
─ ¿Alguien más? ─preguntó Rick
Pero nadie respondió.
─ ¿Todos irán a mirar? ─interrogo Dale, con la voz incluso más temblorosa que antes. ─ o se esconderán y trataran de olvidar que estamos sacrificando a un ser humano... ─soltó un suspiro ─ No seré parte de eso...y esto ya no es un grupo.
Fue lo último que dijo, antes que lo viéramos salir de la casa. Y esa fue nuestra señal para salir huyendo antes que los adultos nos vean.
Toda la tarde me la había pasado sobre pensando todo, absolutamente todo. Y eso me llevo a buscar a Dale, que estaba dentro de su caravana.
─ Hola linda ─saludó con un tono muy amable apenas me vio. ─ ¿Deseas algo?
Yo negué.
─ ¿Quieres hablar sobre algo?
Yo asentí, así que él palmeo un asiento al lado suyo.
─ No le digas a Rick. ─fue lo primero que dije, antes de sentarme junto a él.
─ Soy una tumba. ─aseguró.
─ Se que estuvo mal que escuchará la reunión que tuvieron en la tarde, pero...desde que él señor Grimes dijo que mataría a Randall, estuve pensando. ─conté, mientras el me escuchaba atentamente. ─ ¿Por qué tratamos de sobrevivir, de seguir viviendo, si este es el precio? ¿Si esto es en lo que nos convertiremos? En asesinos.
─ Nunca cambies, Sam. ─respondió, poniendo una de sus manos en mi hombro. ─ tú eres la luz de esperanza en la vida de las personas.
─ No quiero vivir en un mundo así... ─balbucee, sintiendo algunas lágrimas cayendo por mi mejilla.
─ Pues...Desafortunamente esa es la realidad. Pero no dejes que esta te cambie. La vida debe ser algo más que solo sobrevivir, la vida debe ser más que matar a otros para poder vivir. ─él me miro ─ lo siento, Sam. Lo siento si esta vez no tuve palabras de consuelo.
─ Fue real, y esas palabras son las que más te marcan.
─ ¿Que haces aquí, Sam? ─preguntó Carl.
Ya era de noche, y a pesar que en definitiva no quería ver como asesinaban a Randall. Esta es la cruel realidad del mundo, y si quiero sobrevivir y cumplir mi promesa, debo saber a que me enfrente.
Aunque yo no este de acuerdo en ello.
─ Lo mismo que tú ─murmuré, suponiendo que él vino por curiosidad.
Ambos nos acercamos lentamente a la puerta del establo, donde la escena que tuve frente a mis ojos, hizo que estos se cristalizaran.
Rick apuntaba con su arma a la cabeza de Randall, que estaba de rodillas y sollozando. Él mayor de los Grimes estuvo en esa poscisión por unos largos segundos.
Y tuve las esperanzas en que podía desistir de aquella idea.
Pero lo que me sorprendió en este momento, fueron las palabras de Carl.
─ Hazlo papá ─alentó junto a mi, haciendo que gire a verlo. ─ Hazlo.
─ No, no. ─negaba repetidas veces Randall, quien encima de todo, tenía una venda en los ojos.
La mirada de Rick se poso en mi por unos segundos, y yo balbucee un "No lo haga", pero él negó, para después con un movimiento de cabeza indicarle algo a Shane.
─ ¿Es una broma? ¿Qué te dije? ─Shane muy furioso se acercó a nosotros, sus palabras estaban dirigidas para Carl, pero de todas maneras, a mi también me tomaba del brazo, arrastrándome junto al ojiazul fuera del establo.
Pero antes que Shane nos pudiera sacar, la voz de Rick lo hizo parar.
─ Sácalo de aquí ─le ordenaba Rick a Daryl ─ llévatelo.
Dixon tomo a Randall de los brazos, y lo hizo pararse de un tirón, para así empezar a llevárselo fuera a tropezones, al menos seguía vivo.
Dale estará feliz.
Rick guardó su arma, y se acercó a nosotros, puso sus manos en nuestras espaldas y nos empezó a guiar lejos del establo.
Carl intento tomar mi mano, pero yo la aparte.
Él aprobaba que matarán a alguien, y yo no. Yo...yo no podría.
Regresamos al campamento, donde lo primero que hice fue correr donde mi pareja no oficial favorita...no oficial aún. Pero en mi mente ya estas casados y con ocho hijos.
Glenn me dio un medio abrazo y Maggie acomodo mi chaqueta, para que así este cerrada.
Por que aunque haya una fogata cerca, hace demasiado frío.
─ Lo mantendremos como prisionero por ahora, estará vigilado. ─informó Rick al resto del grupo.
─ Iré a buscar a Dale. ─dijo Andrea, levantándose de su asiendo para buscar al mencionado.
─ Dale estará feliz. ─comenté, y Glenn asintió.
─ Sam, Carl, vayan a dentro. ─ordenó la señora Grimes, en un tono muy serió. ─ Ahora, por favor.
Ambos asentimos y nos metimos a la tienda.
Una vez dentro, me senté en la esquina más alejada de Carl.
─ Mara... ─llamó.
─ No quiero hablar contigo. ─dije, tomando un libro de la mesa y empecé a ojear su contenido.
No paso mucho hasta que unos gritos se escucharon.
─ ¡Niños! ─llamó la señora Grimes.
─ ¿Que pasó? ─preguntó Carl, saliendo rápido de la tienda, conmigo detrás de él.
─ Vengan aquí. ─nos pidió, así que nos acercamos a ella.
─ ¡T-dog, trae una escopeta! ─ordenó Rick en un grito, haciendo que el nombrado obedeciera de inmediato.
─ Quiero que vayan a la casa, enciérrense y quédense ahí. ─ordenó Lori, así que asentimos.
Todo esto me ponía nerviosa. Yo corrí a la tienda de Sophia y rápidamente tome su mano, empezando correr con ella y Carl hacia la casa Greene.
Apenas llegamos a la puerta de la casa, vi a Glenn correr a la velocidad de un rayo, con Hershell detrás de él, y bueno, Maggie fue tras su padre.
Carl, ni Sophia y yo obedecimos la orden de quedarnos en la casa, así que empezamos a correr detrás de ellos.
Bajo la oscuridad de la noche escuchábamos al grupo y quejidos más y más cerca.
Una vez nos detuvimos, empecé a llorar al ver de quien se trataba.
Cubrí mi boca con mi mano, pará así evitar emitir sollozos fuertes.
Él se encontraba tendido en el suelo, jadeando de dolor, con el abdomen abierto y destrozado.
Sophia giro para no ver la escena, y yo no podía dejar de llorar.
Yo hable con él esta tarde y ahora...
Vi como él señor Greene toco el hombro de Rick, negando con la cabeza.
─ ¡No! ─grito él señor Grimes.
Y pude entender, no podían salvarlo. Perderíamos a uno de los nuestros esta noche.
─ Uno...dos...tres...─empecé a contar en voz bajita, para así no hiperventilar.
Trataba de calmarme, pero no podía apartar la vista del hombre agonizante, ni tampoco podía evitar escuchar el lamento de todo el grupo.
De pronto, sentí unos brazos rodearme. Carl.
No pude negar aquel abrazo, yo lo necesitaba, y al parecer el también, ya que empezó a sollozar en mis brazos.
─ Ya...─balbucee, en un intento inútil de calmarlo.
─ E-esta sufriendo. ─balbuceo Andrea, mientras yo obligaba Carl a no mirar, haciendo que se acurruque en mi hombro.
Pero yo podía ver perfectamente la escena.
─ ¡Hagan algo! ─rogaba Andrea.
Algunos miraron para otro lado, otros seguían lamentándose por lo que pasaría.
Pero yo...yo no aparte la mirada. Con el dolor de mi alma vi como Rick sacaba su arma y apuntaba a a cabeza de Dale.
Quien a pesar del sufrimiento, se podía percibir paz en su mirada. Y es ahí donde recordé sus palabras.
Él no quería vivir en este horrible nuevo mundo
Rick dudo en disparar, otra vez. Así que Daryl tomo el arma de Rick y apunto a la cabeza de Dale.
─ Lo siento, hermano. ─fue lo último que Daryl dijo, antes de apretar el gatillo.
Y todo acabo, él sufrimiento de Dale paro. Y ahora los vivos tendríamos que cargar con él dolor de su perdida.
Espero que este donde este, sea el lugar mejor, uno en el que él este feliz.
Ahora, tendremos una nueva estrella en el cielo . . .
Adiós, Dale.
▬▬ 𝗟𝗨𝗖𝗬'𝗦 𝗦𝗣𝗔𝗖𝗘 🐝
Ya...pero es simple hecho que Sam sea una nena de 11 años que viva todo eso...y se cuestione la vida de esa forma, duele.
10* años.
Bye, me voy a llorar en un rincón.
▬ palabras; 3073
▬ With love, Lucy Rhee
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