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𝟬𝟭𝟴 | we are all dead

018. ┊໒ ⸼ 𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝗘𝗜𝗚𝗛𝗧𝗘𝗘𝗡 ──

── 𝗐𝖾 𝖺𝗋𝖾 𝖺𝗅𝗅 𝖽𝖾𝖺𝖽 •˖* 📼 ☄️

Durante todo el camino a la casa Greene, nadie dijo nada. No hablamos del tema ni tampoco nos miramos.

Yo estaba sujetando el brazo de Carl. Él me ofreció su mano, pero me negué. Solo sujete la tela de su chaqueta. Era lo más que podía hacer ahora. Sé que Shane últimamente no era de mi agrado, pero es una vida, y verlo convertido... me dejó con una extraña sensación.

─ ¿También te mordieron? ─preguntó Carl a su padre, así que levanté mi mirada en dirección a Rick, tal vez había matado a Shane porque se iba a convertir... aunque hubiera disparado a la cabeza, o el cuchillo a la cabeza ─. ¿A ti, Mara?

─ No. ─respondimos ambos, haciéndolo suspirar con alivio.

─ ¿Y a Shane sí? ─me atreví a preguntar, intentando obtener más información. Porque la última vez que lo vi, él estaba bien. No tenía rasguños ni nada... a menos que la herida que tenía se infectara o algo por el estilo.

─ Ese no era Shane ─habló el señor Grimes, mirándonos a ambos ─. Lo saben, ¿verdad?

─ Pues, solía serlo. ─murmuró Carl con tristeza.

Era verdad, es muy triste cuando te pones a pensar en que cada caminante que matamos o vemos por ahí antes era una persona.

Una persona con familia, trabajo, sueños...

─ ¿Cómo pasó? ─interrogo Carl a su progenitor. ─ ¿Los atacaron? Porque oí un disparo ─contó y yo asentí, porque aunque no salimos juntos de la casa, ambos al parecer escuchamos aquel disparo ─. Pero no vi ningún caminante cerca. ¿Cómo murió Shane?

Yo mire al suelo, mientras el señor Grimes miro a su hijo, dandole esta típica mirada, esa que usa cada vez que quiere suavizar las cosas para los niños.

Pero de pronto, gruñidos y pasos se empezaron a escuchar.

Los tres miramos a nuestro alrededor, y al final, nuestras miradas fueron al mismo punto.

Miles y miles de caminantes venían en esta dirección.

─ Dios mío. ─murmure asustada.

─ Vamos, vamos, vamos. ─ordenó Rick en un susurro, empujándonos a los dos levemente para así avanzar.

Corrimos un tramo, y luego nos pusimos de cuclillas al llegar cerca del granero...

─ Tenemos que llegar a la casa y advertirles. ─masculló Carl, mientras yo palmeaba mi arma, que estaba en un cinturón ajustado en mi muslo derecho.

─ Nunca podremos pasarlos. ─dije, señalando a la horda de muertos vivientes que viene hacia aquí.

─ Niños, necesito que se queden cerca, ¿sí? ─preguntó Rick, y ambos asentimos.

Empezamos a correr hacia el granero, mientras yo rogaba que los que están en la casa salgan vivos y bien de allí. Que se den cuenta a tiempo.

Después de unos minutos, llegamos al granero. Junto con Carl entramos primero, y luego Rick, que cerró la puerta detrás de él.

Uno...dos...tres...

Contaba en mi mente, mientras apretaba fuertemente mis puños, en un intento de calmarme.

Y por el lado de los Grimes, ellos atoraban la puerta con tablones.

Uno...dos...tres...

Seguí contando, porque lo último que necesitan ellos dos es que me de uno de mis ataques. Sin embargo, los gruñidos y golpes de los caminantes a la puerta no ayudaban mucho.

Piensa en cosas bonitas...piensa en cosas bonitas...

Vi a Rick mirar a su alrededor, mientras Carl y yo lo mirábamos expectantes. Casi de inmediato, el adulto nos guía por el granero, hasta llegar a la parte del fondo del mismo.

Al parecer, una idea surgió en la cabeza del mayor Grimes.

─ Tomen eso. ─indicó Rick, señalando unos galones de gasolina.

Cada uno tomó uno, y empezó a esparcirlo por la paja del piso.

─ Ambos, suban ─ordenó Rick ─. Por aquí. Rápido.

Carl y yo giramos horrorizados.

─ ¿Y qué hay de ti, papá? ─preguntó Carl.

─ Yo estaré aquí. ─aseguró Rick, antes de poner un encendedor en mis manos ─. Dejarás caer el encendedor cuando lo diga. Evitaremos que lleguen a la casa y distraeremos a otros. Tenemos una oportunidad.

Yo negué repetidas veces.

─ Mírenme ─pidió Rick, colocando cada una de sus manos en nuestros hombros ─. Carl, Sam... los quiero.

Esto suena a una despedida, y no me gustan las despedidas. Odio las despedidas, y si esto es una despedida, lo atormentaré en el infierno... aunque usted claramente se irá al cielo.

─ Bueno, vamos, vamos. ─insistió, y no nos quedó más que obedecer.

Yo fui la primera en subir, y una vez arriba, ayudé a Carl a terminar de hacerlo.

─ Tengo miedo. ─murmure, mientras veía a Rick acercarse a la puerta y abrirla de golpe, dejando entrar a los caminantes.

Y luego retrocedió, empezando a llamar la atención de los caminantes con sus gritos.

─ Estoy contigo, Mara. Siempre estaré contigo. ─aseguró, tomando una de mis manos, y como cada vez que estoy nerviosa o asustada, le permito hacerlo, permito que me toque, permito que se meta en mi corazón.

Tomé una bocanada de aire y veía como Rick atraía a los caminantes más adentro del granero.

─ ¡Vamos! ¡Por aquí! ─llamaba mientras retrocedía.

Lo vi subir por la escalera, mientras los caminantes le pisaban los talones.

─ ¡Sam, ahora! ─ordenó el mayor Grimes, mientras terminaba de subir las escaleras.

Solté la mano de Carl, y abrí el encendedor. Puse rápidamente el seguro del objeto, y luego lo tiré.

Las llamas se esparcían, empezando a quemar a los caminantes y el granero.

─ Bien, Sam. ─habló Rick, mientras retrocedíamos poco a poco.

Desde afuera ─en el balcón del granero─, los tres tomamos nuestras armas, y empezamos a disparar.

Luego, como una señal divina, la caravana... que antes era de Dale venía en esta dirección.

─ Oigan, ¡Aquí! ¡Ven aquí! ─llamaba Rick a gritos.

Era Jimmy, quien se estacionó cerca de donde nosotros estábamos.

Rick fue el primero en saltar al techo de la caravana, y luego ayudó a su hijo a saltar. Finalmente, el adulto me ofreció su mano, la cual tomé, para luego dar un salto y llegar junto a ellos.

De pronto, los gritos de Jimmy resonaron en mis oídos.

Otra vida perdida...

Rick bajó por la escalera de la caravana; Carl fue el siguiente, y cuando yo iba a bajar, me quedé ahí, parada encima del techo de la caravana.

¿Cuál es el punto de vivir?

¿Sobrevivo un par de días y luego muero?

─ Mara...─llamó Carl, volviendo a subir, y extendiéndome su mano.

Yo negué repetidas veces, con ligeras lágrimas en mis ojos.

El ojiazul me extendió su mano. Con ojitos suplicantes pidiéndome que vaya con él. Pero me daba miedo. Ya abrí demasiado mi corazón, ya sobreviví más de lo que debía... ¿Por qué seguir? Todos estaremos muertos algún día, ¿por qué no solo adelantar el proceso?

─ Mara, ven conmigo.

Tome valentía y fuerzas de donde no había, y luego tome su mano. Una decisión que no sé si fue la correcta, no lo sabía.

Todo estará bien...todo estará bien...

Al parecer, Rick no se había dado cuenta de la muerte de Jimmy, así que quiso ir por él, pero al ver por la ventanilla, hizo que miráramos a otro lado, empezando a correr junto a él.

Todo nuestro alrededor era un completo caos, fuego, caminantes y disparos por todos lados.

─ Al bosque, corran tanto como puedan. ─indicó Rick, mientras corríamos esquivando a los caminantes.

No, Mara... no te puedes derrumbar ahora... conseguiste una familia, amigos...

Que probablemente estén muertos.

─ No están muertos. ─me repetí a mí misma en voz baja.

Llegamos a la casa; Rick dio un disparo, salvando a Hershell.

─ ¿Dónde está Lori? ─preguntó al mayor de los Greene ─ ¿la viste?

─ No sé qué pasó, Rick. No paran de venir ─contestó él, ignorando la pregunta de Rick ─. Son una plaga.

─ ¡Lori! ¿La viste? ─preguntó el adulto casi en un grito.

Yo corrí hacia adentro de la casa. Sabía donde había dejado mi mochila; estaba lista en la sala principal. Podía seguir escuchando a Rick y Hershell de afuera; ahora iría yo, solo necesitaba mi mochila. Solo eso.

─ ¡No! ─exclamó Hershell cuando salí, sacando munición para recargar mi arma.

─ Debemos irnos. Busquemos a Lori y al resto. ─informó Rick, disparando a los caminantes cercanos.

─ ¡Es mi granja! ─grito Hershell con una melancólica voz.

Esta es su granja, su hogar...

─ ¡Ya no! ¡Vamos! ─chilló Grimes, tirando del brazo del anciano, mientras empezábamos a correr, disparando a cada caminante cercano.

Vimos un vehículo y nos subimos de inmediato.

Pero Hershell no subía.

─ ¡Señor Greene, vámonos! ─grite desde la ventana.

Lo vimos pensar unos segundos, dio una última mirada a su granja, y luego subió al auto con nosotros. Rick en ese momento aceleró, dejando este lugar atrás, un lugar que pensamos que sería nuestro hogar.

Me acurruque en el hombro de Carl, y busque su mano para entrelazarla con la mía. Lo merecía. Estaba triste, y al parecer le parece esta la mejor opción; siempre le gusta hacer lo mismo conmigo cuando yo estoy triste. Así que sí, aquí me tenían.

Consolando a Carl. Porque él vio a su segundo padre morir... es decir, lo mató. Si se puede llamar así.

Y ahora, no encuentra a su madre.

─ Encontraremos a Lori. ─aseguré a su lado, y él asintió.

Espero que sea así.





















Una vez llegamos a la carretera, nos bajamos del vehículo. Carl miraba a todos lados, buscando a su madre, pero al no encontrarla, se giró furioso hacia su padre.

─ Dijiste que iba a estar aquí ─le reclamó a su progenitor ─. Tenemos que regresar a buscarla.

─ Carl...─empezó a hablar su padre con calma.

─ ¡No! ─gritó Carl ─ ¿Por qué huimos? ¿Qué estás haciendo? ¡Es mamá! Debemos ir a buscarla, no escondernos.

─ Shh...─sisee.

─ Baja la voz, por favor. ─pidió Rick a su hijo, poniendo una de sus manos en el hombro del menor.

─ Por favor ─suplicaba Carl ─. Es mamá.

─ Mira, Carl...─su padre iba a empezar a hablar, pero el ojiazul sabía a donde se dirigía esa conversación.

Él se removió bruscamente, para luego empezar a alejarse de su padre.

─ Yo voy con él. ─le asegure a Rick, para luego empezar a correr para alcanzar al Carl.

Una vez llegué a su lado, me coloqué frente a él y coloqué mis manos en mi cintura, mientras daba toquesitos al suelo con la punta de mi zapato.

─ Carl... no debes hablarle así a tu padre ─dije, acariciando sus mejillas ─. Sé que estarán bien. Sophia, Carol, Lori, Glenn, Maggie.

─ ¿Tu lo crees? ─preguntó, colocando una de sus manos sobre la mía.

─ Si, lo creo. ─aseguré.

De pronto, ambos adultos llegaron a nuestro lado, y nos pidieron hacer silencio.

Tomamos nuestras armas y nos escondimos detrás de unos autos. Rick adelante, luego Carl y yo, y al final Hershell.

Un caminante pasaba detrás de los autos.

─ Vamos. ─susurró Rick, haciéndonos una seña para así empezar a avanzar detrás de él.

Rodeamos el auto, esperando a que el caminante se aleje.

─ No sé cuanto tiempo podamos seguir aquí. ─murmuró Hershell, son teniendo su escopeta.

─ Yo no me iré sin mamá. ─habló Carl, muy decidido de sus palabras.

─ Y yo no me iré sin Glenn y los demás. Bueno, tal vez sin Daryl me iría. ─mascullé.

─ ¿Nos vamos a ir sin más? ─le preguntó Rick a Hershell ─ ¿Sin saber si mi esposa o tus hijas están bien? ¿Cómo viviremos con eso?

─ Solo puedes ocuparte de una cosa, solo de una cosa ─le contestó Hershell entre dientes ─. Debes mantener a estos dos niños con vida. Puede que la naturaleza esté en nuestra contra, pero un hijo es lo primero.

Rick lo pensó, y luego nos miró a ambos. Se puso de cuclillas y tomó nuestras manos.

Pero primero se dirigió a su hijo: ─ Carl, no es seguro aquí. Lo siento.

Carl había empezado a llorar, y era de esperarse. Es su madre. Yo haría lo mismo si tuviera una.

─ Debemos irnos...

Pero Rick dejó de hablar de pronto.

─ ¿Eso es...? ─pregunté, escuchando a vehículos acercarse.

Sonreí de pronto.

Vi a Carol correr hacia Sophia.

A Maggie y Beth correr hacia su padre.

A Lori corriendo hacia su hijo y su esposo.

A Daryl...a Daryl abrazando su motocicleta.

Y yo corrí hacia Glenn, brincando a sus brazos.

─ No podras librarte de mi, Moony. ─aseguró Gleen mientras me abrazaba. ─ tendrás Gleen por muchos años.

─ Más vale que lo cumplas, Rhee. ─amenace, mientras lo seguía abrazando.

Luego de todos los reencuentros, Rick preguntó:

─ ¿Cómo nos encontraron? ─preguntó Rick, mirándonos a todos nosotros.

─ Bueno, vi las luces traseras de un auto yendo zigzag por el camino. Supuse que conducía un asiático. ─bufó Daryl.

─ Buena esa. ─aceptó Glenn entre risas.

─ ¿Dónde está el resto? ─preguntó Dixon.

─ Somos los únicos que lograron salir. ─dije, mientras seguía siendo abrazada por mi mejor amiga.

─ ¿Shane? ─preguntó Lori de pronto.

Rick negó.

─ ¿Andrea? ─preguntó el coreano.

─ Me salvó, luego la perdí. ─explicó Carol con tristeza.

─ La vimos caer. ─contó Rick.

Otra vida perdida...

─ ¿Y Patricia? ─preguntó Hershell.

─ También la pedimos ─respondió Beth entre sollozos ─. La atacaron al frente mío. Yo la... Yo la tenía de brazo, papá.

Hershell le dio un abrazo a su hija, y esta se escondió entre sus brazos.

─ ¿Y Jimmy? ─preguntó Beth, aún entre sollozos ─ ¿lo vieron?

─ Él nos ayudó ─conté, secando una lágrima que caía por mi mejilla ─. Pero lo rodearon...

Y solo eso bastó. Beth siguió llorando en los brazos de su padre.

─ ¿Seguros que vieron a Andrea? ─interrogó la señora Peletier.

─ Había demasiados caminantes por todos lados. ─comentó Lori.

─ ¿Pero la vieron? ─insistió Carol.

─ Volveré ahí. ─habló Daryl, subiéndose a su motocicleta.

─ No. ─negó Rick.

─ No podemos dejarla ─señaló Dixon.

─ ¿Y si está ahí? ─inquirí.

─ No está ahí. No está ─dijo el mayor de los Grimes en un tono serio ─. Tal vez está en otro lado, o está muerta. No hay modo de hallarla.

─ ¿No la vamos a buscar? ─volví a intervenir.

─ Debemos movernos, Sam. Vimos que los caminantes vienen hacia aquí.

─ Vayamos al este. ─comentó T-dog, apoyándose en la puerta de un auto abandonado.

─ Exacto, lejos de la carretera ─apoyó Daryl ─. Porque en las carreteras grandes, hay más caminantes, como este.

Él agarró su ballesta y disparó.

De inmediato, todos los subimos a nuestros respectivos vehículos.

Solo que a diferencia de antes, esta vez me subí en el auto en el que están Gleen y Maggie, en el que ahora también están Beth y Hershell.





















De un momento al otro, uno de los autos se detuvo. Así que nosotros también lo hicimos, para luego bajar y ver que sucede.

Y una vez afuera del vehículo, empecé a notar aún más el frio, supongo que antes no lo note porque mi cuerpo estaba lleno de adrenalina.

─ No podemos quedarnos aquí ─opinó Maggie, bajando detrás mío, con un arma en su mano.

─ Y no entramos en un auto. ─Glenn dijo lo obvio, posicionándose detrás mío.

─ Buscaremos combustible por la mañana ─informó Rick.

─ ¿Pasaremos la noche aquí? ─preguntó Carol, tomando la mano de su hija.

─ Y hace frio. ─murmuré, abrazándome a mi misma, para así darme calor.

─ Haremos una una fogata. ─aseguró Lori, mientras el señor Grimes se acercaba a mi, sacándose su chaqueta, ofreciéndomela.

Y a pesar de que me negué, me obligó a meter mis brazos en el abrigo, así que una vez puestos, subí el cierre de la chaqueta y le agradecí.

─ Sí, busquemos leña, quédense cerca ─indicó Daryl ─. No tengo muchas flechas, ¿las municiones?

─ No hay suficientes. ─respondió Rick.

─ No podemos quedarnos aquí para que nos muerdan el trasero. ─soltó Maggie, doblando las mangas de la chaqueta de Rick, ya que esta me quedaba demasiado grande.

─ Cuida la boca ─le regaño su padre ─. No entren en pánico, escuchen a Rick.

─ Armemos un perímetro ─Rick tomó su porte de líder ─. En la mañana buscaremos provisiones y gasolina. Saldremos adelante.

─ Glenn y yo podemos ir a buscar un poco de combustible. ─ofreció Maggie.

─ No ─negó Rick ─. Nos quedaremos juntos. No dejaremos que nadie quede a la deriva.

─ Rick, ya estamos a la deriva. ─se atrevió a decir Gleen.

─ Sé que no está nada bien. Pasamos por un infierno, pero nos volvimos a encontrar. No estaba seguro, pero lo logramos. Estamos juntos. Y así seguiremos. Hallaremos un refugio, encontraremos un lugar. Debe haber un lugar.

─ Rick, mira a tu alrededor ─pidió Glenn ─, hay caminantes por todos lados. Están...

─ Iniciando una revolución. Son malvados. Incluso hice una canción sobre los caminantes. Ellos te harán un embrujo, con much...─Rhee cubrió mi boca.

─ Tiene que haber un lugar ─volvió a repetir Rick ─. Un lugar seguro. Uno donde podamos reconstruir nuestras vidas. Sé que existe ─dijo más exaltado ─ ¡Debemos encontrarlo!

─ Incluso si encontramos un lugar, nunca sabremos si es seguro. ─soltó Maggie.

Y era verdad; este mundo ya no nos pertenece; le pertenece a ellos, a los caminantes.

─ Mira lo que pasó en la granja, nos engañamos y creímos que era seguro. ─intervino Maggie algo nerviosa.

─ No cometeremos ese error otra vez. ─aseguró Hershell, sosteniendo su escopeta.

Rick ignoró todo, y luego dio media vuelta.

─ Acamparemos allí esta noche. ─nos informó, señalando una especie de construcción de piedras ─. Seguiremos el viaje al amanecer.

Beth se aproximó a Rick mientras yo también me acercaba.

─ ¿Qué pasa si vienen más caminantes u otro grupo como el de Randall? ─le preguntó la rubia.

Era verdad: con todo este ajetreo nos habíamos olvidado del tema de Randall.

─ Yo encontré a Randall ─comentó Daryl, haciendo que todos poseamos nuestra atención en él ─. Se convirtió, pero no lo mordieron.

─ ¿Cómo es posible? ─preguntó Beth.

─ Rick, ¿qué rayos pasó? ─le preguntó su esposa.

Mientras miles de teorías empezaban a recorrer mi mente.

─ Shane mató a Randall ─contó el ballestero, sujetando su arma entre las manos ─. Como siempre quiso hacerlo.

─ ¿Y la horda lo alcanzó? ─interrogó Lori.

Un silencio incomodo reinó en el lugar, y luego, Rick reveló:

─ Todos estamos infectados.

Noup, en definitiva, eso no era la respuesta que me imaginé.

Todos miramos al señor Grimes con sorpresa, y esperábamos intrigados a que revelara más información.

─ ¿Qué? ─preguntó Daryl, tan confundido como todos nosotros.

─ En el CDC, Jenner me lo dijo ─explicó como si nada ─. No sé qué es, pero todos lo tenemos.

Carol habló asustada: ─ ¿Y nunca dijiste nada?

─ ¿Habría cambiado algo? ─preguntó Rick con algo de molestia.

─ ¿Y lo supiste todo este tiempo? ─indagó Glenn.

─ No estaba seguro. ─soltó Rick un poco a la defensiva ─. Todos ustedes saben lo loco que estaba.

─ ¡No era tu decisión! ─contraataco Glenn ─. Cuando me enteré de los caminantes en el granero, lo dije, por el bien de todos.

─ Pues yo creía que era mejor que no lo supieran.

Termino de decir Rick, antes de girar en sus talones y alejarse.





















Se había hecho de noche, después de lo que dijo Rick, todos estábamos alrededor de una pequeña fogata.

Carol abrazaba a su hija mientras conversaba de algo con Daryl.

Mientras Hershell abrazaba a Beth. Maggie y Gleen me tenían en medio de ellos, para así darme calor, porque ambos coincidieron que lo último que quieren es que me enferme.

─ Creo que deberíamos arriesgarnos. ─comentó Maggie a Glenn.

─ No sean tontos ─soltó Hershell ─. No hay comida, ni gasolina, ni municiones.

─ Yo tengo unas cuantas en mi mochila. ─informé.

─ Eres la única que salió preparada. ─felicito Hershell, haciéndome sonreír.

De pronto, un sonido nos hizo levantar a todos del suelo, y por instinto saqué mi arma, ya que mi cuchillo se había perdido en la granja.

─ ¿Qué fue eso? ─pregunté, mirando a todos lados.

─ Pudo ser cualquier cosa, un mapache, una zarigüeya. ─me respondió Daryl en voz baja.

─ O Superman, un caminante, las chicas super poderosas, otro caminante. ─empecé a enumerar.

─ Tenemos que irnos. ¿Qué estamos esperando? ─chilló Carol, mientras Sophia le pedía que se calme y baje la voz.

─ ¿Por donde? ─preguntó Gleen, refiriéndose al ruido.

─ Por ahí ─apunté con la punta de mi arma ─. Por donde antes estábamos.

─ No podemos andar huyendo en la oscuridad ─sentenció Rick, que ha estado más serio de lo normal, pero era de esperarse. Vio morir a su mejor amigo ─. No tenemos vehículos. Nadie viajara a pie.

─ No entren en pánico. ─pedía Hershell.

─ No quedaré aquí a esperar que venga otra manada ─masculló Maggie entre dientes. ─. Tenemos que seguir ahora.

─ No ─negó Rick ─. Nadie irá a ninguna parte.

─ Haz algo. ─rogó Carol.

─ ¡Estoy haciendo algo! ─exclamó Rick, dándome un poco de miedo a decir verdad ─. Mantengo al grupo unido y vivo. Es lo que estuve haciendo todo este tiempo. ¡Yo no pedí esto! ¡Maté a mi mejor amigo por ustedes!

Entonces, Rick mató a Shane, así terminó comprobando que, aunque alguien no sea mordido, solo basta que muera para convertirse. No era porque antes habían mordido a Walsh... Todo tenía sentido.

En ese momento todos lo mirábamos, pero como nadie replicó, Rick decidió continuar.

─ Vieron cómo estaba, cómo me provocaba, o como nos ponía en riesgo. Él era una amenaza. Él armó todo lo de Randall, y me alejo para poder meterme una bala por la espalda. ¡No tuve alternativa! ¡Era mi amigo, pero me atacó!

Los sollozos de Carl me hicieron girar, así que me acerqué a él y a su madre.

Una vez el ojiazul me vio, se lanzó a mis brazos a seguir llorando.

Él escondió su rostro en el hueco de mi cuello, y unió sus brazos en mi espalda. En ese momento, yo también empecé a llorar, solo que sin emitir sonido alguno, para así no preocupar más a Carl o a los demás.

─ ¡Mis manos están limpias!

─ Shh. ─le pedía a Carl, mientras de fondo escuchábamos las palabras de su padre.

─ Tal vez estarán bien sin mi. Adelante. ─señalo con su brazo la carretera por la que vinimos ─ yo digo que hay un lugar para nosotros, pero quizá sea otro sueño, puede que me este engañando otra vez. Bueno, ¿Por qué no van a averiguarlo por ustedes mismo?. Mándenme una postal, ¿si?

Ok, eso fue gracioso. Pero no es el momento de reír.

─ Vamos, allí tienen la puerta. ─señalo.

No te rías Mara, no te rías.

─ ¿Pueden hacerlo mejor? ─preguntó ─ veamos qué tan lejos llegan.

El espero que alguien se marchara, pero ninguno movió ni un pelo.

─ ¿Nadie se anima?, está bien. Pero que les quede bien claro esto: si se quedan, esto ya no es una democracia.

Informo, mientras todos pensaban en la respuesta aquello, mientras veíamos a Rick irse de nuevo a la oscuridad. Y a juzgar por la cara de todos, supe que su respuesta era sí.

Todos nosotros nos quedaríamos con Rick y acataríamos sus ordenes.

Solo espero que es noble y de pensamientos señor Grimes que conocí haciéndole terapia a un caminante no cambie.

Confió en que hará un buen trabajo como líder, y lo seguiré a donde vaya.
















[fin season two 🐝]

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