𝟬𝟲𝟯 | people help the people
063. ┊໒ ⸼ 𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝗦𝗜𝗫𝗧𝗬 𝗧𝗛𝗥𝗘𝗘 ──
── 𝗉𝖾𝗈𝗉𝗅𝖾 𝗁𝖾𝗅𝗉 𝗍𝗁𝖾 𝗉𝖾𝗈𝗉𝗅𝖾 🐝•˖* 📼 ☄️
ERA MUY TEMPRANO EN LA MAÑANA; es más, el sol aún no mostraba sus primeros rayos de luz. Pero yo estaba despierta, acostada junto a Carl, viéndolo dormir sin la venda, y créanme, me costó mucho hacer que lo hiciera así, pues aún le avergüenza mucho ese tema. Al menos sé que confía lo suficientemente en mí para dejarse de ver de aquella forma.
Pero bueno, ¿cómo terminé aquí?
Pues diría que es una larga historia, pero no fue así. En realidad, luego de lo que pasó ayer, quedé en shock y luego salté de alegría hasta que mis piernas no dieron más. Es decir, tenía miedo... tengo miedo, es una gran responsabilidad, y no sé qué pueda decir Rick sobre eso.
Michonne, por ejemplo, ella había llegado poco tiempo después que Jude dijera sus primeras palabras, y me dijo que un niño no puede hacerse cargo de otro niño, y la verdad ella tenía razón. Por eso quiero hablarlo con Rick, tal vez no esté de acuerdo... Yo tendría que separarme un tiempo de Jude para que no me asocie con el término "madre" y... mejor intento conciliar el sueño antes que me siga carcomiendo el cerebro.
─ Deja de mirarme, es tétrico. ─escuché murmurar a Carl con esa voz de recién levantado, así, muy ronca y bajita.
─ Hey, yo soporto eso desde que llegué al campamento de Atlanta, no te quejes. ─bromeé, cubriendo con su cobijita a Judith, quien dormía al medio de ambos.
─ Bueno, necesitamos dormir, porque tienes que ayudar a Maggie y Beth con los cultivos y yo ayudar a mi papá en lo que diga.
─ Cierto...
Ambos fruncimos el ceño y entramos en alerta al escuchar el ruido de unos pasos, y créanme, no eran los de Rick o Michonne; reconocíamos aquellas pisadas.
Me levanté con mucho cuidado, al igual que Carl, quien se puso rápidamente la venda. Yo, por mi parte, puse alrededor de Judith almohadas a modo de paredes.
─ Detrás mío. ─murmuró mi novio, y yo asentí, tomando nuestras armas.
Caminamos por el pasillo, hacia el final de la escalera. Ahí nos encontramos con un hombre de cabello largo, al cual no le veíamos el rostro, pero solo estaba quieto, mirando el cuadro que antes estaba en una de las paredes de esta casa.
─¿Qué diablos haces aquí? ─preguntó Carl con seriedad, apuntando con su arma a la cabeza del hombre misterioso.
─ Estaba aquí, en la escalera, esperando a que sus padres se vistieran ─explicó y lo miramos con confusión ─. Hola, soy Jesus. ¿Ustedes...?
Antes que podamos responderle, Rick apareció, abrochándose los pantalones y llegando sin camisa, y a su lado estaba Michonne, quien al parecer se vistió rápido, pues su camiseta estaba volteada.
─ Hola, chicos. ─saludó Rick un tanto nervioso, mientras yo me aguantaba las risillas.
De pronto, mi padre también apareció, apuntando al extraño, al igual que los demás de nuestro grupo, como Glenn, Maggie, Beth y Abraham.
─ Oigan, está bien. ─soltó Michonne cuando los de nuestro grupo por poco le disparan.
─ Dijiste que querías hablar, hablemos entonces─le dijo Rick, mientras yo lo miraba con diversión.
Tuvo una gran noche, ¿verdad?
RICK HABÍA ARMADO ESTA REUNIÓN CON JESUS y los demás miembros de nuestro grupo. Yo también estaba aquí, sentada junto a Carl, viendo a Michonne con burla, pues esta se encontraba avergonzada por cómo la encontramos.
No era muy difícil atar cabos.
─ ¿Cómo escapaste? ─le preguntó Rick a Jesus, mientras mi papá caminaba de un lado al otro, y mi tío apuntaba al interrogado con un arma desde una de las esquinas de la habitación.
Los menos paranoicos, pues hasta ahora, Jesús ha demostrado venir en paz; de lo contrario, él ya nos hubiera atacado. Tenía la oportunidad, incluso también pudo escapar.
─ Un solo guardia no puede cubrir dos salidas, o todas las ventanas del tercer piso ─comenzó a explicar con amabilidad, muy dispuesto a responder nuestras preguntas de su secuestro con un grupo ─. Uno puede desatar nudos, abrir cerraduras. La entropía surge del orden.
─ Ah, claro. ─solto papá, mirando al hombre fijamente.
─ Bueno... ─continuó él, un poco confundido ─, revise su arsenal. Hace mucho tiempo no veía algo así; ellos están bien equipados, pero tienen pocas provisiones, muy pocas para todos ustedes. ¿Son cincuenta y cuatro?
Yo me crucé de brazos, dispuesta a no darle mucha información; siempre debemos ser precavidos. ─ Somos más.
Él me miró con algo de desconcierto.
─ Gracias por la galleta. Feliciten al Cheg.
¿Le gustaron las galletas de Sophia?
─ La chef no está aquí. ─solté, con una expresión muy seria.
─ Sé que empezamos con el pie izquierdo ─se dirigió a papá luego de mi hostil recibimiento ─, pero estamos del mismo lado: el de los vivos. Rick y tú tuvieron motivos para dejarme ahí, pero no lo hicieron. Y yo vengo de un lugar muy parecido a este. Mi trabajo es buscar otros lugares para intentar negociar. Yo tomé su camión porque mi comunidad necesita las cosas, y ustedes dos parecían problemáticos... pero me equivoqué. Son buenas personas, y este es un buen lugar. Nuestras comunidades podrían ayudarse. ¿Tienen comida?
No le dijimos nada, así que continuó con su relato.
─ Nosotros criamos ganado, buscamos semillas y cultivamos. Desde tomates hasta sorgo.
─¿Y por qué deberíamos creerte? ─cuestionó Rick.
─Se los demostraré. Si vamos en auto, puedo llevarlos a casa en un día. Y ustedes─pasó su mirada por todos nosotros─ podrán ver quiénes somos y qué tenemos para ofrecerles.
─ Espera... ¿ya has intentado negociar con otros grupos? ─pregunté, analizando todas sus palabras.
Él sonrió y dijo:
─ Su mundo esta a punto de agrandarse.
CARL Y YO TERMINABAMOS DE CARGAR COMBUSTIBLE al vehículo que usarían para irse con Jesús. Ambos también llenábamos gasolina en galones para que así no se quedaran varados en el camino.
─¿Estás seguro?─preguntó Carl apenas vio a Rick, que acababa de llegar a nuestro lado luego de planear con más miembros del grupo ver la comunidad de Jesús con sus propios ojos.
─ No ─confesó, mientras cargaba a Judith en brazos ─, pero si está diciendo la verdad, podría ser el comienzo de algo.
─ Las personas ayudan a personas. ─murmuré y ambos Grimes asintieron.
Aunque nosotros lo neguemos, es verdad; solo necesitamos encontrar a las correctas. Y aunque es difícil, siempre se puede.
De pronto, vimos a Michonne salir de la casa junto a Jesus; es ahí donde el mayor de los Grimes nos miró, recordando el tema que quería explicar antes.
─ Yo les iba a contar...
─ No se preocupe. ─medié.
─ Está bien, papá. Mereces ser feliz. ─aprobó Carl con una sonrisa en el rostro.
Rick sonrio, para luego mirarme a mi. Oh no...no me digan que Michonne ya se lo dijo.
─ ¿Puedes cuidar a Judith? ─me preguntó y yo suspire en alivio, cuando regresen de su viaje hablare apropiadamente con él ─. Daryl dijo que no iba a dejar ir a su hija, que mejor se quedara para proteger Alexandria.
─ Claro, puedo cuidarla.
─ Judith ─llamó Rick, mirando a la pequeña ─, ¿te gusta que te cuide Samara, verdad?
La bebe tiro el chupon que llevaba en su boca, cuando yo puse mis manos para que viniera a mi y llevarmela adentro a darle un poco de comida, pues ya debía alimentarse, pero otra vez, lo que ella dijo, me sorprendió un poco bastante.
No se si pueda acostumbrarme a eso. Voy a llorar cada vez que lo diga.
─ Ma...mamá. ─balbuceo, extendiendo los brazos en mi dirección.
─ Si...creo que nosotros tambien teníamos que contarte algo. ─murmuró Carl con diversión, mientras yo me quería hacer chiquita, me moría de miedo.
Rick sonrió a más no poder, lo cual me deconcerto bastante, y lo mire con confusión.
─ ¡Judith te dijo mamá! ─exclamó Rick con emoción, para luego verme a mi y mi expresión de completa tristeza. ─. Hey, linda, ¿porque te pones así?
─ Porque yo...yo...tenía miedo de lo que usted diría...y-y...
Él se acercó a mi y dejo un beso en mi frente.
─ Si Judith decidió decirte así, es porque lo siente, y porque te lo mereces, Samara ─me dijo ─. Lori estaría orgullosa de ti, además, todos hemos visto como le hablabas de ella a Judith todas las noches. Estoy feliz por esto.
─ Gracias. ─solté, empezando a cargar a la bebe, quien se acomodaba entre mis brazos.
─ Gracias a ti. ─me dijo con una sonrisa en el rostro.
Rick se despidió de nosotros, al igual que papá y los demás. Luego de aquello, Carl y yo fuimos a mi casa, pues yo tenía parte de la ropa y biberones de Judith.
─ Hey ─llamé a mi novio mientras caminábamos, tenía curiosidad de por qué no fue con su padre y los demás a la comunidad de Jesús ─, ¿por qué no fuiste?
─ Tú no irías; supongo que no quería estar solo.
─ Pero está yendo John, tu esposo, mejor amigo, persona. Lo que sea que sea él para ti.
Él se encogió de hombros, como si lo siguiente que iba a decir lo avergonzara o le diera mucha pena, lo cual me hizo preocuparme.
─ Yo no daría una buena impresión con esta cara arruinada...
─ Carl, no digas tonterías, eres hermoso. ─solté en un regaño, casi de inmediato.
Luego que él desperto, no quería vernos, o nos hablaba un poco cortante, pero nunca dejamos de pelear.
Un día, lo encontre llorando en el baño de su habitación, abrazando sus rodillas y pidiendole a Dios que lo ayudara con su problema, martirizandosé por la herida que dejo su accidente. Fueron semanas duras para nosotros, pero ya todo anda mejorando.
─ Pero no me siento así...hermoso. Bueno, no siempre ─murmuró, para luego sonreír ─. Esta mañana, cuando me mirabas así, sin la venda...me sentí bien, como si no tuviera esto...
─ Siempre te hare sentir así, nos ayudaremos el uno al otro, hasta el final.
─ Hasta el final.
MI MEJOR AMIGA Y YO teníamos esta rutina semanal: conversar sobre todo lo que nos pasaba.
Lo hacemos un día a la semana, porque luego cada una está ocupada con sus cosas. Además, desde que nuestro grupo se separó, no podemos juntarnos todos por la salud mental de los integrantes de la Sociedad de las pesadillas... que ya no existe.
John y Carl no se hablan con Ron, pero sí con Sophia, y esta última apoya demasiado a su ahora novio, lo que significa ya no hablar mucho con John y Carl.
Enid es Suiza, no suele meterse en problemas, se habla con todos y la comprendemos.
─...y Judith me dijo mamá. ─le conté a Sophia con emoción, mientras ella hacía malabares para terminar de hacer comida con las pocas provisiones que sobraron, pues ella ayudaba con eso.
─ ¿Estamos emocionadas? ¿Con miedo? ¿Estamos felices?
─ Muy felices. ─sonreí, asintiendo repetidas veces. Mis sentimientos eran los de ella; compartíamos eso.
En fin, me levanté de la mesa y caminé hasta llegar junto a ella, empezando a ayudarla a empacar la comida para luego dársela a diferentes ciudadanos de Alexandria.
─ Aunque nos duela, esta vez sí debemos tomar nuestras porciones ─murmuró, y sentí un ápice de culpa en sus palabras ─. Hemos estado tiempo comiendo super mal, casi nada.
─ Sí... tienes razón.
Ella estaba en lo correcto: las semanas anteriores cedíamos nuestras porciones a las personas que necesitaran, y nosotras nos manteníamos con cualquier cosa que encontráramos. Eso se veía reflejado muchas veces en nuestro cansancio y nuestras horas de sueño excesivas.
─ En fin, Sam, no hablemos de cosas tristes; mejor terminemos esto y te ayudo a peinarte. ─dijo, señalando mi cabello.
Yo la miré con confusión.
─ Estoy peinada.
─ Ah, ¿sí?
─ ¡Sophia!
─ ¡Oh Dios mío! ─exclamó ─. Se te está pegando lo Dixon: primero es dejar de peinarse y luego dejar de bañarse. No puede ser.
Yo me negué a divertirme, mientras terminábamos de empacar todo, para luego irnos a repartir.
BETH CEPILLABA MI CABELLO, puesto que los demás de esta casa se habían ido ─a excepción de Enid y tío Merle─. La rubia Greene siempre le gustaba pasar tiempo de calidad con todos, era una acción muy linda de su parte.
Ella decía que la vida es corta para no pasar tiempo con nuestros seres queridos, y que ella cepillara mi cabello a diario, ya se había hecho una especie de tradición, y la verdad era una que me gustaba mucho.
Es por eso que Sophia dijo que estaba despeina, pues como dormi en la casa Grimes, Beth no pudo peinarme temprano en la mañana.
─ ¿Crees que todo salga bien? ─me preguntó.
─ Si, la verdad siento que podría ser una buena alianza ─asentí ─. Además, siempre las personas ayudan a personas, nosotros podríamos darles mano de obra o protección, algo así. Tambien ayuda con sus sembrios...ganado. Sería increible.
─ ¿Personas ayudan a personas? ─inquirió, terminando de atar mis dos coletas.
─ Si, es algo que una vez Marianne me dijo.
─ La verdad esa frase te describe mucho, ayudaste a muchas personas desde pequeña ─me recordo, pero luego hizo una breve pausa ─ ¿Y tú que traes con Marianne? ─preguntó con emoción ─. A parte del nombre y lo pelirrojo del cabello, deben tener otra cosa en común, pues si no, ¿porque pasar tanto tiempo con ella?
─ Es amable, además, en caracter tambien nos parecemos ─comencé a contar ─. Aunque mi padre dijo que no pase mucho tiempo con ella, que mejor este con Carl, y para que diga eso, supongo que no le debe caer muy bien.
─ Daryl es sobreprotector, eso es todo.
─ ¡Uh! ─solté de pronto, parandome de un brinco del suelo, corriendo hacia mi armario, buscando lo que quería.
De pronto, saqué cajita donde guardaba varias cosas que había ido pidiendo a mis padre, o cosas que yo misma traje.
─ Enseñame a tejer ─pedí ─, quiero hacerle algo lindo a Carl, falta aun para su cumpleaños, pero quiero darle algo especial y me demorare mucho ya que no se tejer, pero me metí en esto, así que tu me ayudaras. Solo debes enseñarme como usar los palitos y eso, yo hago lo demás.
─ Y pensar que cuando te conocimos ni te gustaba el contacto fisico, y mirate, ahora con novio, y mucho amor que dar.
─ De pequeña no entendia bien porque yo era así, pero ahora cosas empiezan a cobrar sentido.
muchas cosas empiezan a cobrar sentido . . .
ESTABA CAMINANDO POR LAS CALLES DE ALEXANDRIA, buscaba a Enid, no la había visto en todo el día, probablemente salió al bosque, porque me recorrí la comunidad y ni sus luces.
─ ¡Samara! ─escuche que aquella voz me llamo.
Rapidamente supe que se trataba de Marianne, quien llegaba hasta mi, así que me detuve para que me diera el alcancé.
─ Te queda bien ─señalo mi overol, el cual portaba hoy y siempre, aunque mi padre dijo que no es muy conveniente si no tenemos una comunidad en la cual estar, pues para peleas y así, no va. Perp hey, sobrevivi desde los diez con estas bellezas ─. Te ves muy bonita.
─ Me haras sonrojar, gracias. ─le sonreí.
─ No es nada ─me aseguró, tambien sonriendo ─, ¿quieres caminar por ahí?
─ Claro.
Empecé a caminar a su lado, ella se colocaba el cabello detrás de las orejas, mientras mirada a su alrededor, y finalmente para en mi.
─ Las personas ayudan personas ─repetí sus palabras ─. Una buena amiga dijo que esa frase me representa desde pequeña, bueno, desde que ellos me conocieron, la mayoría lo hizo cuando tenía diez años.
─ ¿Y antes que ellos te conociera? ¿Salvaste a personas? ¿Alguien te salvo a ti?
─ Si, una chica llamada Emma, era mi niñera ─la vi mirarme extraño, estaba como sorprendida ─, ¿estas bien?
─ Si, lo estoy, sigue, cariño.
─ Bueno, Emma era mi niñera, ella de alguna forma me salvo de mi vida, aunque luego se fue, le agradezco los buenos momentos. Y luego que empezo el apocalipsis, yo ayude a personas, a una familia, y ellos me ayudaron a mi.
─ Eres una buena niña, caperucita roja.
caperucita roja . . .
ESTABA A PUNTO DE TOMAR UNA SIESTA, es más, ya había logrado conciliar el sueño, cuando un voz me hizo despertarme, una molesta voz a la que no le importa el cartel de mi puerta, aquel que dice "No molestar".
─ Hey, Wanda adolescente.
Fingi que no lo escuche y que seguía dormida, solo para ver que hacia. Consideremoslo, un experimento social.
─ ¡Wanda adolescente! ─practicamente grito en mi oído, haciendome pegar un brinco, se supone que yo sería la estafadora, y salí estafada, con un paro cardiaco y un timpano roto.
─ ¡Por María, José y el burro! ─chillé ─. ¿Quien se murió?
─ Yo, si no vienes conmigo ─soltó muy dramaticamente, haciendome rodar los ojos ─. Vamos a cazar.
Estaba vez fruncí el ceño, ya que con papá habiamos intentando eso, y por la zona, ya no hay animales que podamos cazar, todos habían muerto a manos de los Dixon, o simplemente se habían ido.
─ Ya no hay animales que cazar. ─le hice recordar.
─ Siempre podemos clavarle una flecha a Skippy.
─ ¡No toques a Skippy!
─ Entonces vamos. ─insistió tío Merle, sacudiendo mi brazo como niño chiquito que hace berrinche.
─ ¿Que vamos a cazar? ─inquirí ─ ¿hormigas?
Lo escuche soltar un largo suspiro y luego me vio fijamente.
─ Bien, Samara, quería pasar tiempo de calidad con mi sobrina favorita, ¿si?
─ Soy la única sobrina que tienes.
─ Pues por eso quería pasar tiempo contigo, pero no quería que suene a que quiero pasar tiempo contigo. Debo mantener mi reputación de hombre rudo ─hizo una rara mueca y esa cosa con los brazos ─. Ahora, ponte algo digno para ir a entrenar con tu tío favorito.
Yo asentí repetidas veces con diversión, dirgiendome a mi armario para así poder ponerme la chaqueta que mi tío me había regalado, ya saben, esa roja de cuero con las alas en la espalda.
Tiempo despues baje con mi arco y carcaj, saliendo de Alexandría junto con el mayor de los hermanos Dixon, a quien por cierto, se le escapo una sonrisita cuando me vio portar la chaqueta roja.
─ Dominas mucho el arco con tu mano dominante, pero, ¿intentaste hacerlo al reves? ─me pregunto.
─ ¿Para que lo necesitaria?
─ Tal vez si tu grupo te pone esposas en la azotea de un edificio y luego a alguien se le cae la llave y te abandonan, así que te ves obligada a cortarte la mano.
─ Pero si no tengo una mano...¿como lanzo la flecha?
El pareció pensarlo. ─ Si, buen punto. Solo...intentalo hacerlo con tu izquierda. Entrena, debes ser la mejor, debes aprender a defenderte de todas las formas en este mundo, porque tu, Wanda, venceras a este mundo.
─ ¿Porque estas tan sentimental?
─ Porque puedo morir ─lo miré espantada ─, en algun punto tu hermoso tío va a morir, y quiero enseñarte todo lo que se antes que ocurra eso.
espero que eso no pase nunca, o al menos no pronto . . .
▬▬ 𝗟𝗨𝗖𝗬'𝗦 𝗦𝗣𝗔𝗖𝗘 🐝
miren que bonitos
(ya no puedo ver esta foto normal desde que alguien dijo "Parece que Carl le esta tocando la chichi a Mara") OINDWNIWND, reí por tres horas.
En fin, tratare que las actulizaciones sean más rapidas, quiero hacerles perder la estabilidad emocional en modo turbo.
quiero que me vayan contando sus teorias de lo que pasara, soy feliz leyendolos :D
▬▬ with love, Lucy Rhee
▬▬ palabras; 3331.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Com