12: Compañeros de piso, supongo
Sade
Debido a nuestros hábitos parecidos el choque de vivir juntos no fue tan grande, además, como habíamos dormido varias veces en la casa del otro ya sabíamos a qué nos enfrentábamos. Chris era persona muy higiénica y yo aunque desordenada, también lo era. Igual se podía encontrar los utensilios de la cocina desparramados porque me había encargado de hacer la comida pero nunca se me olvidaría tirar de la cadena o cualquier secreción corporal que Chris no tenía por qué limpiar por mí.
El apartamento de Chris olía a caramelo y café con una pizca de canela, probablemente una mezcla de su esencia, los productos de limpieza y las velas que ponía los lunes para evitar que oliera a casa cerrada.
Convivir nos fue bien a ambos, desde que vivía con él siempre que coincidíamos comíamos evitando saltarnos un 80% de las comidas, estábamos juntos pero solo físicamente, nos gustaba estar solos juntos. A veces nos dispersábamos por el salón y él pintaba mientras yo escribía y no teníamos por qué mantener una conversación para estar cómodos o entretenidos.
Por supuesto también había momentos en los que conversábamos y veíamos la tele juntos o mirábamos lo que hacía el otro, pero supongo que algo muy importante en que no acabáramos peleados era el hecho de que sabíamos distribuirnos bien el tiempo a pesar de vernos la cara todos los días sin descanso.
Hay un problema muy común en los compañeros de piso, los ligues o parejas. No quieres escuchar a tu compañero de piso en medio de eso, y él tampoco quiere escucharte a ti. Como ninguno de los dos estaba disponible emocionalmente o físicamente, no había nadie a quien traer y por lo tanto nos evitábamos un problema.
Lo único que no salió tan bien fue que mi colchón no cabía en su casa, por lo que tuvimos que desecharlo y buscar una alternativa hasta que pudiera permitirme otro. Total, que Chris me cedió su habitación hasta el momento.
Entonces, sí, tenía dos problemas. Uno: me sentía mal porque él dormía en el sofá de su propia casa.
Cuando me quedaba a dormir simplemente dormíamos en la misma cama, pero sabíamos que iba a dar para largo el que yo me comprara otro colchón, por eso al menos yo no me atreví a sugerirle eso. No era lo mismo dormir una noche con él que un mes.
El segundo motivo era más simple y carnal. No podía masturbarme, al menos no me sentía cómoda haciéndolo en su colchón. Se sentía como si estuviera aprovechándome de su hospitalidad y bueno, era su cama. Imagina descubrir que la persona a la que estás dejando vivir en tu casa se ha masturbado en tu propio colchón mientras tú mal duermes en el sofá.
A mí me molestaría.
El caso es...que un día, Chris descubrió mis juguetes.
Estaba limpiando y se le ocurrió revolver mis cosas provocando que la mochila que los contenía cayera sobre su cabeza, fue algo tan impactante (nunca mejor dicho) que no pudo evitar curiosear al notar que pesaba más de lo normal para el tamaño de la mochila, queriendo decir que había muchas cosas pequeñas o era un bolsillo mágico a otra dimensión.
Mientras abría la bolsa tocó algo que encendió uno de mis dildos, provocando que comenzara a vibrar y Chris soltara un grito asustado. Salí corriendo en su rescate.
Al principio me puse roja como un tomate al darme cuenta de que era mi bolsa de juguetes, luego solté una risotada.
Ese fue nuestro primer choque como compañeros de piso, demostrando que llevábamos un estilo de vida bastante diferente.
'¿Nunca has visto uno?'
'¿Para qué? Gracias pero no me gusta meterme cosas por el...'
Lo corté mientras me reía.
'Pero para tu pareja si a ti no te gusta'
'Ah. Pues no'
'¿En serio?'
'Que no, Sade. Si es que tampoco soy la persona más activa sexualmente en este planeta'
Di un paso al frente, cogí mi bolsa y la dejé en su lugar de origen.
'¿Entonces tú...solo usas la mano?'
'¡SADE!'
Salí corriendo de la habitación entre carcajadas. Era divertido molestarlo, solo esperaba que no me echara si lo hacía mucho.
/.../
Chris
Desconocía qué sería de nosotros en un futuro, por eso decidí disfrutar de nuestro presente aterrorizado por el mañana. Si bien la muerte de Runa había supuesto un gran cambio en mi vida también lo hizo para mal, había desarrollado cierto miedo al abandono imprevisto y al cambio de situaciones súpito. Es decir que me daba bastante terror la incertidumbre de cómo acabaría mi tiempo con Sade.
Esperaba que bien, que si en algún momento nuestros caminos se separaban fuera en buenos términos porque ella iba a viajar por el mundo para firmar libros y no por una discusión.
Tras el incidente con los juguetes sexuales de Sade sucedió lo que me temía, tuve un maldito sueño húmedo como un adolescente. No sé qué fue lo que lo provocó, pero aquella noche soñé que por alguna razón desconocida estaba metido en el armario y Sade tumbada en mi cama entreteniéndose con sus juguetes. A mitad del sueño me desperté para descubrir que de nuevo tenía una erección de caballo provocada por nada más y nada menos que la existencia de Sade Rossfeld, mi compañera de piso.
Esta vez la situación era un poco distinta, digamos. Sade estaba en mi cama, era la madrugada y no me apetecía mucho tomarme una ducha pero es que tampoco quería arreglarlo con mi mano. Existía la posibilidad de quedarme tal cual y esperar a que Christopher segundo volviera a la normalidad por sí solo, pero no nos mintamos. Todos sabemos que no iba a hacerlo.
De modo que golpeándome mentalmente por lo que iba a hacer, lo solucioné dentro de mis calzoncillos. Tomé unos del tendedero y me cambié.
A la mañana siguiente nada más verla no pude evitar sonrojarme al recordar lo que había hecho, tuve que girarme para que no viera mi rostro.
'¿Qué haces despierta?'
'Voy a hacer deporte'
'¿Y eso?'
'Siempre hago, salto a la cuerda. Solo que antes lo hacía mientras estabas en la facultad...bueno, si no te importa'
'Claro que no, ¿qué quieres desayunar?'
Ella se puso a revolver la nevera, siempre lo hacía cuando no sabía qué comer. Sería un gesto lindo si no fuera porque luego no encontraba nada.
'Hoy me toca a mí preparar el desayuno'
'Podemos hacerlo juntos'
'No me malacostumbre, Christopher, que en cuanto te hartes yo me habré acostumbrado y tú en cambio querrás cocinar solo'
'Que noooo, Sade. Vamos, ¿tortilla? si tienes que hacer deporte necesitarás...'
'Yo creo que desayunaré luego, no tengo mucho hambre, madrugar me quita las ganas de vivir'
'¿En serio? ¿No es porque te da pereza?'
En fin, ¿qué sucedió? Que me hice un sandwich de atún y vegetales para desayunar. ¿Me lo comí? Me temo que no. Sade Rossfeld, la chica que no iba a desayunar porque no tenía hambre, se comió mi desayuno porque tenía buena pinta y su estómago comenzó a rugir...
Hice una nota mental, la próxima vez me aseguraría de no creerla y cocinar para ambos por mucho que jurara y perjurara que no tenía hambre.
/.../
Sade
Al estar comenzando a recuperar la normalidad de nuestra cotidianidad pudimos resumir el tema posar para sus cuadros. De modo que nos encontrábamos en el salón, yo tumbada sobre la manta con una pose nueva donde sostenía un rácimo de uvas junto a mis labios y el cuerpo retorcido como una oruga de modo que Chris pudiera verme tanto el trasero como un pecho.
Por miedo a no ser capaz de repetir la pose le dije a Chris que lo mejor sería hacerla de un tirón y que una vez tuviera todo lo que necesitaba improvisara como pudiera, craso error. Después de media hora sin moverme para más que pestañear no sentía ni las orejas, además era como si mi espalda fuera a romperse en cuanto regresara a una postura humanamente normal.
'¿Cómo vas, Chrissy?'
'Un poco más'
'Eso dijiste hace una hora'
'Me temo que te equivocas, querida. Todavía no ha pasado una hora'
'Menos hablar y más pintar, capullo'
'¿Me acabas de insultar?
'¿Tú qué crees?'
Chris dejó el pincel en el caballete y caminó junto a mí con pasos lentos y tortuosos, provocando que los latidos de mi corazón se aceleraran sin poder evitarlo.
Se puso en cuclillas junto a mí, cuando fui a romper la pose me detuvo situando su mano en mi cintura.
Una pequeña brecha se formó entre mis labios.
'¿Qué haces?'
'Me has dicho capullo'
'Era bromita, Chris'
Me quedé mirándolo a los ojos expectante de qué haría. Estábamos en algo muy raro, porque muchas veces teníamos la dinámica de una pareja, pero realmente nunca habíamos oficializado nada y no nos comportábamos como una las 24/7. Solo en situaciones así donde la tensión crecía entre nosotros y ninguno de los dos era capaz de detenerse.
La yema de su índice se deslizó por mi piel hasta llegar a mi ombligo, era evidente que se había perdido en sus pensamientos. Carraspeé para regresarlo al presente.
'¿Sabías que tienes un ombligo bonito?'
Reí.
'Vaya, no sabía que existía ese cumplido'
Sus mejillas se pusieron rojas al instante al ser consciente de lo que había dicho y hecho.
'P-perdón, continuaré con el cuadro'
Siempre se me había dado bien leer la gente respecto a la atracción que sentían hacia mí, en ese instante Chris era un libro abierto. Si quisieras podría hacer que se arrastrara por el suelo mientras decía que era mi perro. No me dejé llevar por mi lado oscuro y rodé los ojos de forma bromista.
'Eso, trabaja mientras yo me dejo los huesos aquí'
'Esclavista'
'Anda que tú'
Soltó una carcajada. Si bien crear tensión era sencillo, también lo era aligerar el ambiente. Supongo que era uno de los pros de que nos lleváramos tan bien y encajáramos con tanta facilidad.
......................................
La tensión entre Sade y Chris solo aumenta y me lo gozo :)
Pero están en una situación rara donde no son nada pero al mismo tiempo se gustan)? por lo que, saben que pueden darse besos y esa paranoia pero en cambio cosas como sentir celos o ir más allá incomodaría la situación.
Curioso.
#quesedeclarenparejaya
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Com