Truyen2U.Net quay lại rồi đây! Các bạn truy cập Truyen2U.Com. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

── chapter eight 𑁤.ᐟ


chapter eight .
Protegerla aunque todavía no sea mía.
TADGH LYNCH

Esperaba una buena bronca cuando Edel vino a buscarnos a Joey y a mí al instituto, justo después del numerito del primer día.

En mi defensa, el niñato se lo había buscado. Dijo cosas que no debía, y lo hizo con esa sonrisa prepotente que te pide una hostia.

Subimos al coche en silencio. Yo ya estaba preparando una disculpa de lo más fingida, solo para quitarme la charla de encima, pero Edel me cortó antes de que pudiera abrir la boca. Suspiró, girando un poco la cabeza hacia nosotros sin dejar de mirar la carretera.

—Por favor, chicos... es el primer día. No podéis empezar así.

No alzó la voz. Estaba tranquila, pero cansada. Como si ya se esperase algo así y no tuviera fuerzas para enfadarse del todo.

—Edel, con todo el respeto del mundo, no me arrepiento de nada —soltó Joey desde el asiento del copiloto, sin mirarla directamente. —Además ahora tengo más tiempo para cuidar a AJ; todo son ventajas.

Yo asentí sin decir nada. No lo habría expresado así, pero sentía más o menos lo mismo.

—Sé cómo os sentís —respondió ella—. Por eso no os voy a echar nada en cara. Solo os pido que lo penséis dos veces antes de actuar. Si volvéis a meteros en algo así, tendré que buscaros otro instituto. Y no quiero eso.

Joey se giró un poco, mirándome de reojo. Luego asintió.

—Está bien —dijo al fin—. Me aseguraré de que este cabroncete no se meta en más líos.

—Oh, Joe, qué protector —murmuré, dejando caer la cabeza hacia atrás con fingido dramatismo.

Edel soltó una risa suave. Joey negó con la cabeza, pero también sonrió.

No sé si aquello contaba como salir bien parados. Pero al menos no acabamos peor.

Cuando llegamos a casa, Joe se fue directo a la cocina y yo subí las escaleras sin decir ni una palabra más. Tenía la cabeza llena de ruido. No por la pelea. Eso ya lo había dejado atrás.

Ellie.

No sé por qué coño no podía quitármela de la cabeza.

Había algo en cómo me miró antes de marcharse, en cómo me dejó con Joey en aquel pasillo del instituto. No fue indiferencia. Fue algo más jodido. Como si se estuviera protegiendo de mí. Como si pensara que, si se quedaba un segundo más, se rompería. Y yo no quería verla romperse.

Me encerré en mi habitación, cerré la puerta y me tiré sobre la cama. Tenía el puño aún marcado, con los nudillos un poco hinchados y rojos. Me pasé la manga del uniforme por la frente y suspiré.

La pelea no me dolía. Pero ella sí.

Cerré los ojos y pensé en lo que dijo Joey de que se aseguraría de que no me metiera en más líos. No sabía si podría prometer eso. Si alguien volvía a hablar así de cualquiera de los míos, me costaría quedarme quieto. Pero también sabía que no podía seguir a la defensiva todo el tiempo.

A veces parecía que todo lo que había aprendido en esa casa era a pelear.

Y luego estaba ella. Ellie. Que decía que siempre estaba bien, pero lo decía en modo automático. Ellie me miraba como si supiera exactamente lo que yo sentía, aunque no dijera nada.

Me senté en la cama, me pasé las manos por el pelo y cogí el cuaderno que había empezado hacía unas semanas. No escribía demasiado. A veces solo frases sueltas. Cosas que no quería decir en voz alta.

Abrí una página en blanco y escribí:

Tal vez también debería hacer una lista de las cosas que no quiero olvidar, pero eso implicaría ponerla a ella y hacer una declaración para la que no estoy preparado.

Y cerré el cuaderno.

Como si eso bastara para callar lo que estaba empezando a crecer en mí.

No sabía qué estaba haciendo, ni por qué me importaba tanto una chica con la que apenas había cruzado tres frases que no fueran pullas. Pero cada vez que Ellie se iba, dejaba algo en mí. Y no sabía cómo llamarlo.

Bajé a la cocina más tarde, cuando el ruido de platos me indicó que Joey estaba preparando algo. Olía a tostadas quemadas, lo que me hizo fruncir el ceño antes incluso de entrar.

—Eres un puto peligro con la tostadora —solté al entrar, apoyándome en el marco de la puerta.

Joey me lanzó una mirada de advertencia sin mala leche.

—Podrías dar las gracias, ¿no crees? Estoy intentando ser un hermano mayor y padre responsable.

—¿Desde cuándo?

—Desde que Edel dijo que confiaba en mí para que te cuidara en caso de que te metieras en otro lío —contestó con una media sonrisa mientras abría la nevera—. Y también porque quiero que te centres. Aunque sea un poco.

Me encogí de hombros y me senté en una de las sillas.

—Por cierto —dijo entonces, como si fuera cualquier cosa—. ¿Sabes por qué te has llevado dos semanas de expulsión?

Le miré, levantando una ceja.

—Por partirle la cara a un idiota.

—No solo por eso —dijo, volviéndose hacia mí con el ceño fruncido—. Al parecer, alguien ha dicho que antes de que te metieras en medio, escuchaste cómo el imbécil ese se reía de Aoife... y también soltó alguna gilipollez sobre Ellie.

La silla chirrió cuando me eché hacia atrás.

—¿Quién lo ha dicho?

—Da igual quién. El caso es que se ha corrido el rumor. Y claro, como saben que te cuelgas cerca de Ellie, pues... ya sabes cómo va esto.

No respondí. Solo apreté la mandíbula. Me lo imaginaba. Recordaba haber oído algo, una frase rápida, un comentario estúpido. No había sido nada directo, pero fue suficiente para hacerme hervir la sangre. No solo por Aoife. También por Ellie.

Y no me había dado cuenta hasta ese momento.

Joey me miró en silencio un momento, antes de hablar más bajo.

—¿Te importa esa chica?

Tardé en responder.

—No lo sé —dije por fin, casi susurrando—. Pero no quiero que nadie hable así de ella.

Joey asintió, como si entendiera algo más de lo que yo mismo entendía.

—Pues ya sabes lo que toca, hermanito. Céntrate. Y cuida a quien quieras cuidar, pero sin acabar en dirección cada dos días.

No dije nada más. Solo asentí.

Y mientras masticaba una tostada quemada, supe que eso era justo lo que quería hacer.

Cuidarla.

Aunque ella no me dejara.

Aunque todavía no fuera mía.

nota de la autora :

Cuando se hagan novios, estaré escuchando a Lana del rey.

A veces siento que hago que lo narren como si tuvieran la edad de Joey o Shannon, pero yo lo justifico con que ambos tienen muchos traumas y maduraron pronto 😔

— atexnicki.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Com