── chapter eighteen 𑁤.ᐟ
chapter eighteen .ᐟ
Ente tú y yo...
TADGH LYNCH
No sé cuánto rato estuve ahí tumbado, con la yema de su dedo haciendo círculos en mi muñeca como si quisiera que me quedara ahí para siempre. Pero fue suficiente para que algo en mí se aflojara un poco. Como si esa paz de la que hablé en broma, de repente, no fuese tan en broma.
Nunca hablaste de su paz en broma, idiota.
Me costó levantarme de su cama. No por pereza, aunque eso siempre ayuda, sino porque no quería que se acabara. Ese momento. Esa versión de Ellie tan cerca, tan tranquila conmigo. Tan distinta a la que me lanza indirectas por los pasillos o se cruza de brazos para no sonreírme cuando le digo algo estúpido. Esta Ellie era solo mía, aunque fuese por media hora.
Cuando salí de su cuarto, Johnny me miró como si supiera algo. No dijo nada, pero lo vi en sus ojos. Ese "como te pases de la raya, te mato" que parece soltar cada vez que me ve con su hermana. Me limité a encogerme de hombros. Él y yo tenemos una tregua implícita, pero todo tiene un límite, y lo estoy rozando con la punta de los pies.
Bajé las escaleras y me encontré con Joey en la cocina, peleándose con una tostadora como si fuera un partido de la final de copa. Me saludó con un gruñido y siguió a lo suyo. Le devolví el gruñido, por costumbre.
Me quedé apoyado contra el marco de la puerta, sin decir nada. Pensando. Maldita sea, pensando demasiado.
Porque sí, el beso me había descolocado. Me gustaba besarla, joder. Me gustaba como me miró después, como si le hubieran movido el suelo bajo los pies. Porque eso fue lo que me pasó a mí también. Y no sabía qué hacer con eso. Nunca lo sé.
Pensé en decirle algo. Algo como "me gustas, Kavanagh" o "me explotas el pecho cada vez que me miras así", pero no soy idiota. Bueno, no siempre. No iba a cagarla tan pronto. No cuando ella todavía está decidiendo si esto que hay entre nosotros es real o una locura de verano.
Así que por ahora, me trago las ganas. Como siempre. Y me digo que está bien con tenerla cerca. Con oír su risa por el pasillo, con compartir la cama en silencio, con que se me quede enredada en la cabeza más de lo que me gustaría admitir.
Aunque, entre tú y yo, no sé cuánto tiempo más voy a poder callármelo.
A veces me escapo solo para pensar.
No es que me guste estar solo. Es solo que... a veces no sé cómo estar con los demás sin sentir que estoy haciendo algo mal. Joey siempre sabe qué decir. Shannon antes se guardaba lo que pensaba, pero ahora no tiene problema para decirlo. Y Johnny, bueno... es Johnny. El novio de mi hermana, el hermano mayor de Ellie. Siempre tan seguro, tan listo.
Yo no tengo ni idea de nada.
Me fui al campo de detrás del instituto. El que tiene las porterías viejas y el césped más barro que verde. Me senté en una piedra y me puse a lanzar piedrecitas a una lata oxidada. No había nadie. Solo yo. Y eso me venía bien.
Bueno... eso creía.
Porque en cuanto apareció su cara por el final del camino, lo supe. Supe que ya no podía pensar en nada más.
Ellie caminaba con las manos en los bolsillos y el pelo suelto, como si no le importara nada.
Como si no supiera que desde hacía días no me sacaba de la cabeza su cara después del beso. Esa media sonrisa que se le quedó pegada cuando se separó de mí, como si tampoco ella supiera muy bien qué acababa de pasar.
Se acercó sin decir nada, y yo tampoco dije nada.
Hasta que, sin mirarla, solté:
—¿Te has chivado?
Ella resopló, bajando la mirada un segundo.
—¿De qué?
Le lancé una mirada de lado. Ella se encogió de hombros y pateó una piedra.
—Del beso —aclaré, bajito, como si alguien más pudiera oírnos.
—No —dijo, sin mirarme—. ¿Tú?
Negué con la cabeza.
Nos quedamos así un rato. En silencio. Pero no era incómodo. Era como estar en pausa, como cuando el partido se para por lluvia.
—¿Fue raro para ti? —preguntó ella, casi en un susurro.
Tragué saliva.
—No. Fue... diferente.
Ella asintió, como si eso bastara. Como si "diferente" explicara lo que también sentía.
Y entonces se sentó a mi lado, con las piernas cruzadas y los codos en las rodillas. A un palmo de distancia.
Y por alguna razón, ese palmo me pareció más importante que todo lo que no dijimos.
Estábamos los dos sentados, mirando al frente, como si algo increíble estuviera pasando en el campo lleno de barro y malas hierbas. Pero no pasaba nada. Solo el viento y algún que otro cuervo haciendo ruido a lo lejos.
—¿Tú crees que estuvo mal? —pregunté, sin atreverme a mirarla.
Ella tardó un poco en contestar. Como si se lo estuviera pensando mucho. O como si tuviera miedo de decir algo que cambiara las cosas.
—No —respondió al final, y su voz sonó firme, aunque bajita—. No estuvo mal. Solo... inesperado.
Me reí por lo bajo.
—Eso seguro.
—Es que... no sé. No es como si tú y yo fuésemos... —Se interrumpió a mitad de frase—. Da igual.
La miré por fin. Tenía las mejillas un poco rojas, aunque hacía frío. Y estaba pellizcándose la manga del jersey, como si necesitara hacer algo con las manos para no decir todo lo que pensaba.
—¿Como si tú y yo fuésemos qué? —insistí.
—Nada —repitió, pero esta vez con una sonrisa pequeña, torpe—. Solo que no lo vi venir.
Yo tampoco lo vi venir. Ni el beso. Ni que me afectara tanto. Ni que me pasara días con esa imagen en la cabeza: ella mirándome así, con los ojos tan abiertos, como si estuviera sorprendida de que yo hubiese hecho algo tan tonto... o tan valiente.
—¿Te arrepientes? —pregunté, más bajo de lo que quería.
Me agaché a coger una piedra y me la pasé entre los dedos. Era más fácil mirar la piedra que mirarla a ella.
Hubo un silencio.
—No —dijo Ellie al final.
Y entonces me la jugué. No mucho. Solo un poco. Lo justo.
—¿Y si te beso otra vez?
Ella soltó una carcajada, de esas bajitas, que se te quedan en el pecho.
—Entonces te rompo la nariz —dijo, pero sin enfadarse.
—Vale —sonreí, mirando al frente otra vez—. Pero habría valido la pena.
Y, por primera vez en días, no sentí que no tenía ni idea de nada.
Sentí que, al menos con ella, algo sí que entendía.
nota de la autora :
Vale Ellie tía.
Nada más que decir, kiss my ass goodbye 🙌
— atexnicki.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Com