Truyen2U.Net quay lại rồi đây! Các bạn truy cập Truyen2U.Com. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

── chapter fourty-two 𑁤.ᐟ


chapter fourty-two .ᐟ
Amigos y "amiga".
TADGH LYNCH

Estaba sentado en el colchón, con una camiseta vieja de Joe que me quedaba enorme, cuando escuché el golpeteo en la puerta.

No contesté.

—Vamos, tío, abre —la voz era de Darragh. Apagada, como si ya supiera que iba a tardar.

No me moví.

Un segundo después, entraron igual.

Cian fue el primero. Se tiró a los pies de mi cama con una bolsa de patatas.

Darragh se sentó en la silla de escritorio, que crujió bajo su peso.

Y Rian cerró la puerta tras él con calma, como si estuviéramos en misa.

—Tadgh Lynch —dijo con tono solemne—. Capitán, criminal, alma incomprendida. ¿Vas a contarnos qué pasó o tenemos que secuestrar al árbitro?

—¿Ha subido Ellie? —preguntó Cian, hablando con la boca llena—. Porque si ha subido y no está aquí, empiezo a sospechar que no la quieres tanto como finges.

—Cállate —gruñí, pero sin fuerza.

Ellos no dijeron nada.

Solo se quedaron.

Cian masticando, Darragh rascándose la nuca y Rian mirando por la ventana, como si el jardín tuviera respuestas.

Y por un segundo... me sentí realmente bien con ellos.

Porque no tenía que decir nada. Porque ya lo sabían todo.

—¿Sabéis que me han echado del equipo por dos partidos?

—¿Solo dos? —dijo Darragh, alzando una ceja—. Qué decepción. Pensé que ibas a salir esposado.

—Mi madre te habría aplaudido —añadió Rian—. El tío ese llevaba todo el partido provocándote.

—Y no se te ocurrió, no sé, esquivarlo en vez de partirle la cara —murmuró Cian—. Eso habría sido de genios.

Lo miré.

—¿Tú alguna vez has esquivado algo?

—Sí. Todas mis notas de matemáticas.

Solté una carcajada seca.

Y ellos sonrieron.

No porque hiciera gracia, sino porque era la primera vez que me reía en días.

—Gracias por venir —dije, sin mirarlos.

—No hemos venido por ti —dijo Darragh, rodando los ojos sarcástico—. Rian está aquí porque Niamh está abajo con Ellie y Cian ha olido pizza.

—Yo sí he venido por ti —dijo Cian, alzando la mano.

—Y yo estoy aquí porque eres un idiota que, aún cuando le parte la cara a alguien, consigue que su novia lo defienda —añadió Rian, sentándose junto a mí—. Ellie está convencida de que hiciste lo correcto.

—Claro que lo hice —murmuré.

—Ya. Pero eso no significa que no te cagues de miedo después —me dijo Rian, bajito—. Lo sé. Porque yo también me rompo a veces.

Lo miré y no dije nada,  pero lo entendí.

Me quedé ahí, con ellos, sin hablar de más.

Solo existiendo, por una vez, sin tener que protegerme de todo.

Y cuando alguien subió por las escaleras —una risa, unos pasos, la voz de Ellie llamando a Niamh desde el pasillo—... sentí que, aunque el mundo estaba lleno de mierda, por dentro empezaba a doler un poco menos.

Rian se levantó con un empujón de rodilla contra Cian, que casi se ahoga con una patata.

—Yo bajo —dijo, como si fuera lo más normal del mundo—. Si no saludo a Niamh, me mata. Si no bajo, me mata Ellie. Así que me muero de cualquier forma.

—Dile a Niamh que deje de mirar a Ellie como si fuera un documental de psicología humana —gruñó Cian—. Me da miedo.

Darragh soltó una risa y se llevó las manos tras la cabeza.

—Tú tienes miedo hasta de Shannon, y ella ni te mira.

—Precisamente por eso —contestó Cian—. Las mujeres de esta casa me dan ansiedad.

Rian salió entre bromas, y la puerta quedó entreabierta.

Por un momento, pensé que era eso. Que la noche terminaría con ellos hablando de fútbol, con Darragh robando comida del congelador y Cian dormido en mi alfombra.

Pero entonces, la puerta se abrió del todo y pude verla a ella.

A Ellie.

Llevaba una sudadera que claramente no era suya —probablemente una de Johnny, porque le quedaba enorme— y el pelo todavía un poco húmedo.

No dijo nada, solo nos miró, uno por uno.

Darragh hizo un gesto con la cabeza y Cian se puso en pie como si alguien le hubiera leído el pensamiento.

—Hora de irnos —anunció—. De repente tengo cosas importantes que hacer. Como... respirar en otro sitio.

—Sí, ya te has cargado bastante el oxígeno de aquí —murmuré.

Darragh me dio un golpe amistoso en el hombro al pasar.

Cian me lanzó una última mirada, más seria de lo que esperaba. Como si entendiera algo que yo todavía no había dicho.

Y se fueron.

Puerta cerrada. Silencio otra vez.

Ellie se quedó de pie, sin moverse.

—¿Te duele? —preguntó, señalando mis manos.

Asentí.

Ella cruzó la habitación y se sentó a mi lado, en la cama, sin preguntar si podía. Era su casa. Pero también... era yo.

—He oído que te has reído —susurró.

—Rumores infundados.

—Y que has dicho gracias.

—Mentira.

—Y que te has portado bien.

—Claramente no me conocen.

Se rió bajito y después apoyó la cabeza en mi hombro, como si lo tuviera ensayado.

—A veces creo que todo esto va a estallar —murmuró.

—¿El mundo?

—No. Tú.

Yo no dije nada, solo dejé que se quedara.

Ella lo entendió.

—Y si estallas —continuó—, quiero estar cerca. Para ver cómo te reconstruyes. Para ayudarte, aunque no me lo pidas.

Me tembló un poco el pecho.

No por lo que dijo, sino por lo segura que lo dijo. Como si ya lo tuviera claro.

—Ellie... —susurré.

Ella me miró.

Y por primera vez, no parecía fuerte. Parecía cansada. Parecía mía.

—No me prometas nada —dijo.

—No puedo —contesté.

Nos miramos un segundo largo, era una de esas miradas que cambian cosas.

—Pero no voy a irme —añadí.

Y ella sonrió.

No porque fuera suficiente.

Sino porque, por ahora, lo era.

Se quedó un rato en silencio, como si tuviera algo más que decir pero estuviera decidiendo si valía la pena romper lo que acabábamos de construir.

—Por cierto... —empezó, sin moverse del todo—. Niamh me ha dicho que hay una fiesta el sábado.

La miré de reojo.

—¿Y eso es un dato o...?

—Es una invitación disfrazada de comentario inútil.

Sonreí.

Poquito. Pero sonreí.

—¿Y tú quieres ir?

—Quiero que vengas conmigo —dijo, sin rodeos.

No supe qué me sorprendió más: que me lo pidiera tan tranquila, o que yo no sintiera la necesidad de poner una excusa inmediata.

—¿Sabes que no sé bailar, no?

—Perfecto —contestó—. Descubrirás cómo hacerlo ese día.

Me quedé quieto, como si sus palabras hubieran encajado en un sitio dentro de mí que no sabía que existía.

—¿Es un sitio donde tengo que llevar algo elegante o me vale con estar entero?

—Solo tienes que venir —dijo, apoyando otra vez la cabeza en mi hombro—. Lo demás ya me da igual.

Me miraba con esa calma suya que no era calma, sino una forma de sostenerme sin que lo notara, como si esperara que dijera que no, pero supiera que, al final, siempre acabaría diciendo que sí.

—No sé si soy buena idea para fiestas —dije, más para mí que para ella.

—Tampoco lo eres para mí —respondió—. Y mírame.

Me reí por la nariz. Ni siquiera me dio tiempo a esconderlo.

—Solo será una noche —murmuró.

—Sí. Y luego otra. Y otra. Hasta que empiece a creérmelo.

—¿Creerte qué?

—Que puedo tener algo bonito.

Ella no respondió enseguida, solo bajó la vista a mis manos vendadas, como si cada nudo dijera más de lo que yo era capaz.

Y después alzó la mirada.

Limpia, suya.

—No quiero que lo creas. Quiero que lo sientas.

La forma en que lo dijo... no era promesa.

Era certeza.

Y entonces fue cuando suspiré. Bajito.

—Vale. Vamos.

Ella sonrió.

Esa sonrisa suya que no enseña todos los dientes pero me rompe igual.

—Bien. Porque ya le he dicho a Niamh que ibas.

—Por supuesto que lo has hecho —bufé, pero ya era tarde para disimular.

Estaba jodido desde los trece años, la diferencia era que ya ni siquiera quería escapar.

nota de la autora :

QUE FELICIDAD ME DA VER A BLANCKPINK JUNTAS DE NUEVO !

¿Creéis que si entre el próximo capítulo o el que sigue (43/44) mis bebes hacen en cuchi cuchi es muy pronto? NECESITO SABERLO.

Perdón por no daros capítulo ayer, de última hora me fui a dormir a casa de mi amiga...

— atexnicki.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Com