── chapter nine 𑁤.ᐟ
chapter nine .ᐟ
Una línea más en la lista.
ELLIE KAVANAGH
Sentía que el mundo giraba mientras yo me quedaba quieta.
Sentada en la cafetería con mis amigas, fingiendo que todo iba bien. Que no me importaba. Que el hecho de que Tadgh no estuviera y su silla quedara vacía, no me afectaba en absoluto.
Pero sí lo hacía.
Y cuando Leah soltó la noticia bomba que lo habían expulsado dos semanas por una pelea, algo se derrumbó en mi interior. Fingí sorpresa, porque no sabía que se podía estar tan rota por algo que no te pertenece.
Porque Tadgh no era mío.
Nunca lo sería.
Y porque era evidente que Tadgh se metería en una pelea tarde o temprano.
—Dicen que se metió en medio porque el chico se metió con Joey —comentó Aisling, como si fuera un dato curioso cualquiera.
—¿Joey? —pregunté, bebiendo un trago de zumo para no dejar que se me notara el temblor en la voz.
—Y también Aoife, creo —añadió Niamh.
—Ya ves. La familia Lynch completa —dijo Leah, rodando los ojos—. No sé por qué siempre van buscando problemas.
Eso último me dolió más de lo que debería. Porque no lo vi así.
Los Lynch no buscaban problemas, los problemas parecían encontrarlos a ellos.
Me tuve que tragar las palabras que le iba a soltar a mi mejor amiga, ella sabe que no han tenido una buena infancia, pero no sabe tanto como yo.
No me considero experta en su vida, pero estoy segura de que conozco a Tadgh muchísimo más que ella.
A Tadgh y a cualquiera de los Lynch.
Aisling pareció ver que algo en mí no estaba bien, por lo que soltó unas palabras, sin saber lo que hacía.
—También escuché que el tío ese dijo algo de ti. Nada serio, pero... supongo que eso encendió la mecha.
Mi pulso se detuvo un segundo.
—¿De mí?
—Sí, bueno, no sé lo que fue exactamente. Pero vamos, si estaba Tadgh delante, seguro que no le hizo mucha gracia —se encogió de hombros—. Ya sabes cómo es.
No contesté. Solo asentí despacio, como si eso no me hubiera removido por dentro. Como si no me importara.
Pero me importaba.
Mucho más de lo que me gustaría admitir.
Porque si era cierto, si de verdad había saltado por algo que dijeron de mí, eso cambiaba todo.
O lo complicaba más. Que en mi caso, era casi lo mismo.
Poco después fui al baño con una excusa tonta que le puse a mi grupo de amigas, necesitaba hacer algo urgentemente.
Ahí, volví a abrir mi cuaderno.
La lista seguía igual, pero añadí una línea más, escrita en pequeño, como si quisiera esconderla incluso de mí misma.
— Que alguien me haya defendido sin que yo lo pidiera.
Y luego me quedé mirando la página en blanco que venía después, con la cabeza llena pero el pecho un poco menos sola.
Porque por primera vez en mucho tiempo, alguien que no fuera Johnny se había cabreado porque se habían metido conmigo.
Y ese alguien era Tadgh Lynch.
Eso era lo que me jodía.
No quise volver a clase después del recreo, pero lo hice.
Caminé por los pasillos como si no pesara cada paso. Como si la silla vacía de Tadgh no me hubiera dejado el pecho tan raro como para querer salir corriendo.
Lo peor fue la última hora. Demasiado silencio para pensar, demasiada gente hablando de todo y nada a la vez.
Odiaba que Tadgh me molestara, y ahora me iba a odiar a mi por decir lo que estoy apunto de decir.
Echo de menos tener una sombra, porque me distrae de mi realidad.
Cuando sonó el timbre, recogí mis cosas sin decir palabra y me fui directa al patio. No tenía ganas de Leah, ni de sus preguntas, ni de que dijera cualquier tontería que me hiciera perder los papeles. Sabía que estaban buscándome, pero me escondí bien. Entre el bullicio de la salida, encontré una mesa de piedra donde a veces se sentaban los mayores. Y allí estaba él. Gibsie, con una chocolatina en la mano y cara de tener cero prisa por volver a casa.
—Vaya, si es la reina del drama —bromeó al verme, dándome un golpecito en el banco para que me sentara.
Me senté, dejando la mochila en el suelo.
—Estoy bien —mentí, sin mirarlo.
—Ya. Y yo soy sacerdote —replicó con una sonrisa burlona—. Venga, pequeña Kav, dime qué pasa.
Me encogí de hombros, pero no dije nada.
—¿Es por Tadgh?
Lo miré, sorprendida. Pero él ya estaba medio sonriendo, como si lo supiera desde el principio.
—¿Qué tiene que ver Tadgh?
—Todo —soltó, tan tranquilo—. Preguntó por ti.
Mi boca se abrió de golpe.
—¿Qué?
—Eso. Después de la pelea. Cuando Edel lo sacó del despacho de dirección, estaba encendido. Pero cuando nos encontramos... me preguntó si tú ya te habías enterado.
—¿Y tú qué le dijiste?
—Que no. Que seguramente te lo contaría alguien antes de que él pudiera —respondió Gibsie, girándose hacia mí—. Y entonces se cabreó más. Dijo que no quería que pensaras mal. Que no quería que le vieras como los demás.
Bajé la mirada. Sentí los ojos picarme, pero tragué saliva para aguantar.
—¿Por qué me lo dices? —murmuré.
—Porque no eres de piedra, Ellie. Aunque lo intentes. Y porque él tampoco lo es. Os estáis escondiendo detrás de tanto miedo que se os va a pasar el tiempo y ni os vais a dar cuenta.
—Gibs... no puedo más —solté, con la voz rota.
Odiaba llorar en público, pero Gibs era como mi hermano.
—Puede que... la vida llegue a un callejón sin salida, pero siempre encontrarás algún camino por el que continuar.
No supe qué decirle.
La conversación sobre Tadgh se me vino a la mente.
Solo supe que me dolía. Me dolía que Tadgh se preocupara por mí. Me dolía que le importara. Porque eso lo hacía real. Demasiado real.
Y yo no estaba lista para la realidad.
No aún.
La conversación de Claire, Shannon y mi hermano hizo que mi amigo se girara hacia ellos, mostrándoles una gran sonrisa.
Yo solo saqué el espejo que tenía en mi mochila para confirmar que, efectivamente, tenía los ojos rojos por retener las lágrimas.
—Gibs, espero que no te hayas ligado a mi hermana, ya tiene pretendiente.
—¡Johnny! —me giré hacia él, riéndome, pero fingiendo enfado.
—¿Le has hecho llorar? —miró dudoso a su amigo al ver mis ojos.
—He bostezando —dije rápidamente, pero tampoco tanto como para que suene a excusa.
—¿Y quién es tu novio, Ellie? —me interroga Claire, curiosa.
—¡Nadie!
—Oh, Ellie, tienes un viaje en coche conmigo y Shannon, te lo vamos a sacar.
nota de la autora :
Llevaba 5 días sin escribir, me estaba volviendo loca.
Quiero que estén en Halloween ya porque tengo una SUPER idea, pero aún faltan capítulos...
Me ha costado un montón ponerle título al capítulo...
— atexnicki.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Com