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💫06💫

Tras acomodar a Yoongi en un pequeño sofá en a un costados del bar el de mejillas carmesí se dirigió hacia su habitación. Aún sentía las emociones a flor de piel y se preguntaba por qué el pálido se disculpaba puesto que no comprendía en absoluto sus palabras y eso tan solo confundía más sus pensamientos.

Al llegar a su habitación lavó su cara en un intento de sacar las presiones, se sentía agraviado, el ocultar sus sentimientos y su identidad cada día se le tornaba aún más difícil y a cada momento su estadía en el lugar se acortaba a pasos agigantados. Creía que no soportaría permanecer alejado de su mayor luego de disfrutar de una cercanía prácticamente implantada por él.

Pronto extrañaría el privilegio.

Dado el cese de sus pensamientos se dispuso a dormir, dormir sería lo que le otorgaría a su alma paz. Se encontraba cansado y como si un centenar de elefantes hubiesen pisado su columna, así con su cuerpo indispuesto, cayó en un profundo sueño.

Se sentía incómodo, su cuerpo, dada su actual postura y la dureza de la superficie en la que había dormido durante un tiempo totalmente desconocido para él, le había propinado un fuerte dolor en su espalda. No recordaba dónde se encontraba y apenas reconocía donde yacía recostado.

Se removió incómodo logrando únicamente que cayera al suelo, hecho que logró que abriese los ojos.

Su cabeza dolía al extremo y poco a poco un carrusel de escenas borrosas comenzaban a girar en su cabeza dejándolo aún más mareado, puesto que, debido a la cantidad desconocida de licor que había ingerido anteriormente, la resaca se la cobraba en grande.

Ahora se sentía confundido. ¿Lo había visitado el pequeño de mejillas sonrosadas?

Y si eso hubiese sido posible ¿cómo habría logrado entrar a su casa a altas horas de la noche?

No, definitivamente había sido solo una mala jugada de su cerebro, no debió beber tanto.

Sobó su cabeza en un intento de disipar el fuerte dolor que nuevamente había sentido.

¿Qué hora era? Desconocía completamente.

Su vista se encontraba nublada y con atronadores mareos atacándolo optó por recostarse nuevamente sobre la fría y dura superficie.

Unos segundos bastaron para que sintiese un ácido escalando su garganta. Se sentía horrible y rápidamente optó por levantarse del suelo casi cayendo hacia adelante y se dirigió, tropezando con cuanto encontrase a su paso, hacia el baño más cercano.

Sentía que no llegaría, su estómago daba tirones y su garganta se llenaba de aquella sustancia ácida. Con pasos torpes subió las escaleras dando tropezones, siendo la oscuridad lo único que veía.

Su solución rápida apareció en su campo de visión en forma de puerta, a pocos metros se encontraba la habitación del menor y, en un momento desesperación extrema corrió, corrió como si su vida dependiese de ello y con toques toscos y torpes golpeaba la puerta.

En altas horas de la madrugada el sueño pasivo de Jimin fue interrumpido por fuertes toques en su puerta.

No comprendía, la residencia solo se encontraba habitada por él y su mayor quien, según entendía, este aún debía encontrarse bajo los efectos de todo el alcohol que navegaba en su organismo.  No encontrando otra solución que detuviese el horrendo aporreo en su puerta optó por colocar su peluca y acomodar su pijama, luego con pasos cautelosos dirigiéndose hacia la puerta.

Al desbloquear el camino del mayor unos torpes y apresurados pasos irrumpieron en su privacidad. Sí, el pálido se había abalanzado sobre él casi cayendo al suelo en el acto. Prácticamente gateando logró alcanzar el sanitario y sin apenas cerrar la puerta se dejó caer de rodillas para al fin, en un acto glorioso para él, dejar salir esa sustancia que su organismo insistía en expulsar.

El rostro del menor se encogió de preocupación, la imagen que brindaba Yoongi era deplorable. Sus ojos inyectados en sangre eran rodeados por pronunciadas ojeras, mientras que su piel blanquecina lucía más pálida que de costumbre y sus músculos temblaban incapaces de sostener el peso de su propio cuerpo.

  El de labios abultados se acercó lentamente y colocándose a la altura del mayor elevó su flequillo evitando que este cayese sobre sus ojos mientras este devolvía lo poco que había ingerido a lo largo de la tarde.

El menor se sentía mal y no físicamente, sino por la deprimente escena que presenciaba.

Tan pronto Yoongi dejó de devolver cuanto su organismo desechaba el menor lo ayudó a levantarse del suelo, enjuagarse la boca y sostuvo nuevamente su cabello para que sin problemas pudiese lavar su rostro.

Con una constante fatiga y ayudado por el de abultadas mejillas, Yoongi llegó a la cama del otro donde cayó desplomado sin previo aviso. El resto de la noche el pelinegro se mantuvo en vigilia a un lado de la cama refrescando el rostro del mayor quien permaneció con altas fiebres a lo largo de la madrugada.

Pequeñas convulsiones sacudían el cuerpo ajeno y la frustración crecía en el chico quien debido al agotamiento y la tranquilidad por el cese de la fiebre de Yoongi cayó rendido a un costado de la cama.

Finos rayos colaban por el cristal del gran ventanal reposando en el pálido rostro de Yoongi. Este despierta lentamente debido a la luz en sus ojos haciendo que el paño húmedo en su frente cayera en su regazo. Sus ojos se dirigieron justo allí, notando que su mano había sido entrelazada con la de la chica quien se encontraba recostada en el borde de la cama, parte de su cabello cubriendo su rostro.

No pudo evitar que una pequeña sonrisa escapara de sus finos labios, extrañamente esa escena le ocasionaba ternura. Su mano disponible se dirigió al rostro ajeno, lentamente retiró el cabello del rostro del menor, sin embargo su ceño se frunció con confusión, algo le resultaba extraño, pero ver al chico removerse un poco hizo que retirara su mano.

Con cautela el menor abre sus ojos lentamente y se reincorpora sintiendo un fuerte dolor en la espalda, el cual le provoca un pequeño quejido.

Ahg. . .

Esto activa las alarmas del mayor.

ー ¿Está bien? ーpregunta con notable preocupación.

Los ojos del menos se tornan brillosos.

Sí, solo no dormí en una buena posición como ve.

El de abultados labios sonríe levemente mirando con atención al mayor, quien se sintió ansioso y culpable por haber causado su incomodidad durante la noche.

Anoche tuvo mucha fiebre, ¿se siente bien? ーlleva su pequeña manita a la frente del pálido para revisar su temperatura, sin embargo este lo detuene y la retira de su frente lentamente.

Los labios del menor se fruncen en inconformidad.

ー Siento haber causado problemas, me siento mejor por si es lo que le preocupa, ahora debo irme, no se tome tantas molestias para la próxima.

La tensión podía cortarse con un cuchillo. Jimin de un momento a otro había quedado sin aire y un dolor punzante acrecentaba en su pecho. No comprendía el error cometido, simplemente Yoongi había impuesto kilómetros de distancia aún cuando apenas excasos centímetros los separaban.

En esta ocasión no comprendía su frialdad.

Yoongi solo retiró la cobija, luego la mano de Jimin que aún se mantenía sobre la suya y se dispuso a salir de la habitación portando gran confusión y mal humor, no sin antes avisarle al menor que se alistara y bajara a desayunar, hoy irían a la empresa.

El ajetreo en la empresa debido a la llegada inesperada de Min Yoongi, lo que se habia convertido en una costumbre, le daba un aspecto dinámico.

El ambiente permanecía calmado y silencioso mientras el jefe no se encontraba, sin embargo, una vez Min Yoongi con apenas 30 minutos de antelación informaba sobre su pronta llegada todo se tornaba una locura. Los empleados en su afán de desempeñar en esos momentos su trabajo con la más alta calidad, vistas desde un punto superior, aparentaban ser simplemente un hormiguero durante la lluvia luchando por sobrevivir.

¿Qué se necesitaba para provocar enfado en Min Yoongi? Simplemente el hecho de sentir una respiración irregular en un ambiente plenamente silencioso era suficiente como para invocar su mal genio. Imaginen el sentirse intrigado y confundido de sobremanera sin lograr comprender el motivo, sin duda en una cantidad exorbitante era más que suficiente, más que suficiente, tanto como para necesitar quedar encerrado en las cuatro paredes de su oficina, cuidando que no irrumpiese en su espacio ni el más fino rayo de luz, ni el más insignificante sonido...

ー Jimin-ssi siento necesario que hablemls sobre algo importante.

Al pronunciar las anteriores palabras inquietud y curiosidad adornaban los perspicaces ojos de Kim SeokJin los que examinaba con determinación las expresiones en el rostro del menor.

ー Yo también debo hablar sobre algo SeokJin Hyung ーel pelinegro se remueve un poco inseguro en su asiento, repasando detalladamente el contorno de la taza de café frente a él.

ー ¿Qué sucedió?

Con agilidad su expresión se torna preocupada, imaginaba lo peor, el hecho de tan solo figurar que la distancia entre ambos fuese por una acción irracional por parte de uno de los dos lo enloquecía. Min Yoongi de por sí siempre había sido impredecible e inteligente en demasía, temía que el empleo de todos se encontrase bailando en una cuerda floja y con el más mínimo desliz pudiese caer al vacío.

ー No Hyung, usted primero.

ー Bueno... ーel mayor aclara su garganta, la seguridad de la que anteriormente era portador se había ido al diablo y en menos de lo que se hubiese imaginado se encontraba nervioso e inseguroー Yo... ーse acomoda en su asiento acercándose un poco más al menor, luego preguntando un poco bajo temiendo que si su tono fuese superior alguien pudiese escucharloー Jimin-ssi, con respecto al beso entre tú y Min Yoongi...

Las mejillas del menor se tornan carmesí en apenas segundos y su voz se da a la fuga quedando apenas el rastro de los susurros.

ー Hyung...yo...

Una tercera presencia y una voz firme a la par gruesa provoca los nervios en ambos chicos, apenas unos segundos hubiesen sido suficientes para ser descubiertos.

Teteboo🐾


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