Truyen2U.Net quay lại rồi đây! Các bạn truy cập Truyen2U.Com. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

001. VIDA PERFECTA

CAPÍTULO UNO

Para Haru Kimura la vida era sencilla. 

Siempre fue atractivo ante la vista de las demás personas, amable y sabe cómo tratarlas para que piensen que es agradable. Su familia era ignorante de él, pero le daban lo indispensable por lo que Haru vivía cómodamente, iba a la preparatoria, era modelo y un as en las artes marciales. Podría decirle que le faltaba cariño paternal, pero no le importaba mucho porque creía que siendo querido por los demás podía compensarlo.

Grave error.

Se da cuenta de esto cuando comienza su tercer año de preparatoria. Se siente un poco sofocado de tener una vida tan perfecta, pero no quiere cambiarla porque es lo único que conoce. Así que se dedica a destacar lo máximo posible como es su especialidad.

Porque si Haru entraba a un lugar todas las miradas se posaban en él. Desprendía un aura que te provocaba querer hablarle, estar a su lado y ser su amigo. Aunque nadie era realmente su amigo. Haru lo sabía también pero como siempre, lo ignoraba.

Recientemente había salido en la portada de una revista muy importante en Miyagi, así que toda la prefectura lo conocía. Incluso en su primer día de clases de tercer año le pidieron fotos desde que se bajó del carro de sus padres para entrar a la preparatoria, hasta en los pasillos. Para Haru eso era un sueño y siempre portaba su brillante sonrisa.

Esa sonrisa que Kei Tsukishima no soportaba.

Cuando Haru entró al aula automáticamente varias compañeras suyas se acercaron a saludarlo. Él sonrió y colocó su mano en su cuello, un poco avergonzado.

—Chicas, ¿les molesta si lo hablamos después? Ya comenzarán las clases.

—¡Por supuesto, Kimura!

—¡Hablemos más tarde!

—¡Saliste muy bien en las fotografías!

—Gracias —le dijo a la chica que mencionó lo último, provocando que ella se sonrojara.

Se fue a sentar a su lugar y no se sorprendió de ver que a su lado se encontraba Kei Tsukishima. Aquel chico también reconocido por ser del equipo de voleibol y haber llegado a las nacionales. Era famoso en la preparatoria, sin embargo, él no parecía disfrutarlo y normalmente esquivaba esas situaciones.

—Buen día, Tsukishima —lo saludó amablemente cuando comenzó a sacar un par de cosas de su mochila y encontró al mencionado mirándolo de reojo. Automáticamente él esquivó la mirada.

—Buen día —murmuró entre dientes. Se veía que no tenía ganas de hablar con él, cosa que a Haru le molestaba porque siempre quiso ser amigo de Tsukishima, pero no le hablaba a nadie más que a Yamaguchi (quien era, por el contrario, muy amable con Haru).

—¿Qué tal tus vacaciones? Espero que este año lleguen a las nacionales de nuevo. Aunque sé que sí, son geniales —intentó sacarle plática como cada año. Pero nunca era correspondido.

—Bien y gracias.

Haru sonrió, riéndose un poco.

—Genial. Estaré al pendiente como siempre.

—Bien.

Yamaguchi llegó y se sentó frente a Tsukishima, notando que Haru lo veía y rápidamente lo saludó con emoción.

—¡Hola, Kimura!

—Hola, Yamaguchi. ¿Cómo estás?

—Muy bien por suerte. Aunque creí que se me haría tarde —se apenó un poco, riéndose en voz baja. Haru sonrió.

—Ah, ¿en serio? Por suerte no fue así. Tranquilo, tú siempre eres muy buen alumno, nadie podría regañarte.

—¡Ah, pero qué dices! Tú eres un excelente alumno —Yamaguchi se avergonzó más, provocando que Haru quisiera reír un poco, pero se contuvo. En realidad él le caía muy bien. Yamaguchi y Hinata eran amigos suyos.

—Entonces, eres capitán, ¿verdad?

—¡Sí! ¿Cómo lo supiste? —le preguntó sorprendido y con las mejillas sonrojadas. Haru colocó sus codos en el escritorio de su asiento, viendo fijamente al chico y portando su característica sonrisa.

—Ese puesto definitivamente era tuyo, Yamaguchi. Como le decía a Tsukishima, lo harán muy bien y yo los iré a ver en sus partidos. Lo prometo.

—¡G-Gracias, Kimura! —la sonrisa de Yamaguchi se ensanchó, mostrándose feliz y orgulloso de las palabras de Haru, por lo que él en respuesta asintió un poco. En cambio Tsukishima hizo una mueca y giró su vista hacia la ventana para evitar ver a Haru actuar como lo que más odiaba.

Entonces el profesor llegó al aula y la clase comenzó. Cabe destacar que el hombre felicitó frente a todos a Haru por su participación en la revista, ganándose más comentarios de parte de sus compañeros con palabras bonitas, por lo que Haru no dejaba de sonreír y mostrarse agradecido con todos. Esto provocó que Kei Tsukishima frunciera más la frente, irritado de esa escena.

Cuando llegó la hora del receso, Haru no pudo evitar acercarse a Tsukishima una vez se levantó de su asiento para ir a comprar algo a la máquina de bebidas, agarrando la silla de Yamaguchi (que salió por un momento del aula) y la acercó al rubio.

—Kei, sí arrugas tanto tu frente se quedará así y te verás enojado de por vida.

—¿Y a ti qué te importa? —soltó el rubio molesto—. Y no me llames por mi nombre. Para ti soy Tsukishima. No, es más, ni siquiera me hables.

Haru no pudo evitar reírse ante sus comentarios. Le parecía tan gracioso que Tsukishima no quisiera hablar nunca con él si nunca le había hecho nada malo.

—Pero, ¿por qué actúas así conmigo? ¿Te hice algo alguna vez? Puedo…

—No, no puedes. Tampoco quiero ser tu amigo, Kimura y ya te lo he dicho, así que por favor déjame en paz.

Hizo una pequeña mueca, viéndose un poco herido por sus comentarios. En toda su vida era la única persona que nunca había querido ser su amigo ni una pequeña interacción con él, por lo que para Haru era extraño y no le agradaba. Es por lo que se había propuesto hacerse amigo de Tsukishima, pero ya vio que falló terriblemente.

Pensaba decir algo pero en ese momento entró Yamaguchi por la puerta del aula, provocando que Haru se levantará de la silla y sonriera ante Yamaguchi.

—¿Ya te vas, Kimura? —le preguntó el chico preocupado, y más porque vio el rostro molesto de su amigo. Haru sonrió, fingiendo que nada había sucedido.

—Sí, tengo que ir a comer con unos amigos. Nos vemos ahorita. Provecho, chicos —se inclinó levemente en forma de despedida, incluso de Tsukishima que soltó un bufido, y salió del aula.

En el camino fue prácticamente imposible poder comprar su bebida en la máquina ya que muchas personas lo detenían para felicitarlo y querer hablarle. Haru era malo diciendo que no, por lo que se quedaba poco ahí y tras eso decía que debía retirarse. Lo importante era dejar una buena impresión de él ante los demás y lo estaba logrando, por lo que se sentía muy feliz. Aunque la pequeña espina de que Tsukishima le había dicho cosas hirientes no salía de su cabeza, queriendo olvidar ese momento.

Aún así, se sentía feliz de toda la atención que recibía.

Se encontró a la líder del club de modelaje de camino, Sakura Suzuki, por lo que ella al verlo sonrió muy grande y se acercó casi corriendo a él.

—¡Kimura, al fin te encuentro! Hoy tuvimos muchas solicitudes. Creo que es por ti, en realidad, ¡pero se agradece! Todo lo debemos a ti. Aunque aun no creas que he superado el hecho de que te salieras del club…

Haru había estado ahí los dos años anteriores, sin embargo quería un año libre de esas responsabilidades. Le gustaba estar en el club pero debido a que para él, ser un modelo profesional era su trabajo, prefería aprovechar su tiempo de esa forma. Aunque no es para que lo mal entiendan porque de igual manera acordó con Suzuki que iría a apoyarla cuando lo necesitara.

—¡Eso es genial! Estoy seguro que este año van a poder conseguir un lugar en el concurso de Miyagi, de lo contrario estaré muy triste —dijo Haru sonriendo de lado y colocando su mano en el hombro de Suzuki—. No quiero que les vaya mal. Haré lo posible para que no suceda así.

—¡Muchas gracias, Kimura! —se inclinó un poco en forma de agradecimiento—. Nos harás falta, pero agradezco que nos ayudes de vez en cuando. Sé que motivaras mucho a los chicos.

—Por supuesto que sí, y ellos me motivan a mí también. Siempre es bueno rodearse de personas nuevas.

—Eres fantástico, Kimura —admitió Suzuki con felicidad y las mejillas sonrojadas—. ¿En verdad no quieres una novia? Yo podría…

—No estoy interesado, gracias —la interrumpió con amabilidad, sonriéndole y acariciando su cabello. Suzuki hizo un pequeño puchero y asintió. Ella en realidad se le había confesado antes de vacaciones pero él la rechazó, aunque siguieron siendo amigos.

—Tendré que esforzarme, entonces.

No pudo contener una risita.

Sin más, se despidió de ella y se dirigió hacia otro lugar dispuesto a comprar su bebida. Una vez llegó a la máquina compró un refresco y se dirigió hacia el lugar donde quedaba de verse con unos amigos suyos. En realidad no eran tan cercanos, pero sus pocas amistades reales se graduaron el año anterior y debía estar con ellos; esperaba poder conectar mejor pronto.

De entre todos esos chicos, como siempre el tema principal era Haru. Le gustaba serlo, pero en cierto punto era sofocante. Se dedicó a contar en cómo le fue en sus vacaciones e intentó no profundizar tanto, por lo que los demás comenzaron a contar también sus vacaciones y ahí fue cuando Haru se puso a ver su alrededor. Notaba que había muchas chicas alrededor y lo veían (nada disimuladamente), así que estuvo repartiendo pequeñas sonrisas provocando que las chicas se sonrojaran e intentarán desviar sus miradas, pero sin éxito.

Así continuó su receso hasta que en cierto momento cuando quería ir al baño se encontró en el camino a Tsukishima yendo hacia él gimnasio de voleibol. Haru no pudo evitar ser curioso, acercándose por detrás del chico y colocando su boca cerca de su oreja.

—¿A dónde iremos?

Tsukishima pegó un brinco al no esperarse aquello. Haru instintivamente sonrió feliz de haber hecho que Tsukishima se asustara un poco y no quitó su rostro de ahí, así que cuando el rubio se giró para enfrentarlo, ambos quedaron muy cerca uno del otro.

—Te dije que no me… —había comenzado Tsukishima, pero cuando notó lo cerca que estaba de Haru se quedó callado y lo miró directamente. En ese momento pudo sentir un gran flechazo. No sabía si se debía a su lindo ojo (ya que el otro estaba cubierto como siempre) o a su perfecta sonrisa aún considerando la situación tan embarazosa y comprometedora que era. Haru ladeó un poco la cabeza.

—¿Que no te…? Puedes terminar, Tsukishima.

—Q-Que no… —intentó decir, pero se sintió tan intimidado y atrapado por él que se hizo un paso hacia atrás, comenzando a sentir las mejillas rojas. Tsukishima agachó la cabeza para que Haru no se percatara de aquello—. Cállate.

—Oh, ¿pero por qué eres tan agresivo, Kei?

Pronunció su nombre con una delicadeza impresionante que el corazón de Tsukishima se detuvo un milisegundo para después comenzar a latir con tanta fuerza que pensó que se saldría de su pecho. Haru no dejó aquella sonrisa ni el gesto, por lo que el rubio tampoco lo hizo.

—Pensaba ir a saludar a Hinata y te quería acompañar —dijo con tranquilidad—. ¿Podemos ir juntos?

Tsukishima aún estaba sin palabras. No podía evitar preguntar a sí mismo qué había sido eso, el por qué se quedó embobado viendo al idiota de Kimura y mucho menos pensó que era lindo. Fue como un pequeño shot de espresso recién tomado, quedando prendado del sabor y de su mera presencia.

Haru, al no obtener respuesta, alzó una ceja y se inclinó un poco hacia Tsukishima.

—¿Y bien? ¿Me responderás?

—Y-Yo…

—¡Kimura, Tsukishima! —la voz emocionada de Hinata resonó a sus espaldas, por lo que Haru automáticamente se giró a verlo y volverle a sonreír de una forma grande, ya que aquel chico se lo merecía.

—Hinata, hola. ¿Cómo está mi pequeño voleibolista? ¿Qué tal tus vacaciones?

Los ojos de Hinata brillaron y comenzó a hacer movimientos extraños con las manos.

—¡Muy bien! Entrené mucho. Ahora sé hacer «bum» mientras salto, y además he estado perfeccionando un Rolling Tunder como el de Nishinoya.

Entonces Tsukishima frunció el ceño al ver cómo de tener toda la atención de Haru, de pronto la tenía Hinata. Sintió un leve pinchazo en el pecho más no dijo nada, por lo que sólo se quedó ahí, incapaz de irse del lado de Haru porque sentía como si algo lo atara a él de pronto.

Mientras Haru y Hinata platicaban un poco, dentro de eso el segundo preguntó:

—¿Y por qué estabas tan cerca de Tsukishima? —cuestionó curioso Hinata, ya que sabía que Haru no era la persona favorita de Tsukishima. El mencionado abrió los ojos con sorpresa y antes de intentar explicarlo, Haru le ganó.

—Oh, es que tenía una pequeña lagaña y quise quitársela. Tiene los ojos tan bonitos como para que nadie lo noté ¿verdad, Kei?

Nuevamente su corazón latió tan rápido que no supo qué decir al instante, quedándose callado. Sin embargo, su ceño fruncido no combinaba con sus ojos llenos de brillo al ver a Haru, lo cual Hinata notó.

—Ah, ¿sí? ¿Seguro era eso, eh, Tsukishima? —intentó mentir Hinata para salvar a su amigo, aunque no funcionó. Haru se rio para intentar que olvidaran el tema de Tsukishima.

—Por supuesto, Hinata, ¿qué otra cosa sería, si no? —bromeó un poco Haru, sonriente y más cuando abrazó por los hombros a Tsukishima, sintiendo como se tensaba.

Y aunque intentaron olvidar aquella escena, Hinata se lo dijo a todo el equipo por lo que cuando fue turno de su práctica con los de primer y segundo año, imposibilitando a Kei a resignarse a no poderse aclarar nada.

Ahora no podía negar a Haru, pero lo peor era que no podía dejar de pensar en él.

feliz cumpleaños atrasado a kei bonito <3
espero que les haya gustadoooo, no olviden votar y comentar!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Com