Truyen2U.Net quay lại rồi đây! Các bạn truy cập Truyen2U.Com. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

𝟬𝟭𝟲. bad news

capítulo dieciséis

·˚• .✦ ─────────────────

Yamagawa Kenjiro no había hablado con Mitsuya Takashi después de retirarse de su apartamento y había estado sumido en sus pensamientos, ya que sin falta ambos platicaban por mensaje siempre que podían. Habían estado a punto de besarse y era algo que no podía negar, había sido un paso enorme para él, pero aún así temía que solo hubiera sido por el íntimo momento y no porque realmente lo quisiera Mitsuya.

Sí, Kenjiro era la persona menos optimista cuando se trataba de amor. Se acostumbró siempre a ser rechazado, y la única persona que lo había querido pues… había terminado mal. Para él no era fácil admitir que gustaba de un chico y menos que fuera amigo suyo, por lo que su mayor temor era arruinar su amistad y no volver a ser los mismos de antes. De ya no poder ir a su casa, convivir con sus hermanas, comer con ellos, reír, bromear, divertirse… Carajo, en verdad era difícil.

Sorpresivamente, al día siguiente recibió un mensaje de Mitsuya informándole que habría una reunión de la ToMan urgente. Kenjiro supuso que sería debido a su ataque, ya que se había enterado por parte de Draken y Takemicchi que también fueron atacados más miembros de su pandilla. Le parecía tan ruin ir muchos contra pocos, odiaba que se aprovecharán del número de personas y su fuerza física, y como solía ser él, detestaba que simplemente atacaran por querer hacer daño. Esperaba que pudieran atacarlos.

Se cambió con su uniforme y en su moto se dirigió al santuario para la reunión, sorprendiéndose también de no ver a Emma, ya que quería contarle lo que había sucedido para pedirle un consejo. Ya le enviaría un mensaje después.

Se colocó detrás de Mitsuya y Hakkai en silencio, intentando no mirarlo y que no se diera cuenta que lo estaba ignorando un poco. Pero su plan no funcionó porque él se giró a verlo, tomando su mano y llevándolo a su lado libre, sin soltarlo aún. Kenjiro se quedó quieto debido a la sorpresa y los nervios que recorrieron su cuerpo al darse cuenta que no parecía querer soltar su mano, ya que su agarre era muy fuerte. Aunque, no iba a negar que le gustó y gracias a sus sentimientos revueltos fue que decidió no darle más vueltas, dejando aún su mano entrelazada con la de Mitsuya.

—Ayer nuestros miembros fueron atacados en todo Tokio por los Yokohama Tenjiku —informó Draken al iniciar la reunión; rápidamente los murmullos comenzaron, muy sorprendidos—. ¡Tenjiku es una pandilla que se formó recientemente y no tenemos idea de cómo es! ¡Estamos buscando cualquier tipo de información sobre ellos de ustedes, chicos! Por lo tanto, antes que todo, ¡reporten la suya, primer escuadrón! ¡Un paso adelante, por favor!

Takemicchi y Chifuyu hicieron caso a lo dicho por Draken, por lo que todos ahora les prestaban atención. La información ya la sabía de antemano por Takemicchi, pero igualmente oírla era importante para saber con qué se estaba enfrentando.

—Los que nos atacaron se llamaban la “unidad de Mochizuki” —Draken cuestionó sobre el nombre, y Smiley fue el que respondió:

—Es una unidad liderada por el antiguo capitán de Jugemu, Mochizuki Kanji. Probablemente sean la unidad más fuerte de Tenjiku.

A su lado Mitsuya negó con la cabeza, dando un paso adelante.

—Mochizuki no es la unidad más fuerte de Tenjiku —dijo él—. Tenjiku también tiene a los hermanos Haitani. Nos atacaron a Ken y a mí.

Se removió un poco incómodo al recibir atención de parte de toda la pandilla, sobre todo por los rumores que corrían sobre la S62. Él también lo había repasado ese día y el anterior, porque todos aquellos eran chicos muy fuertes con los que debían ir cuidadosamente, y eso lo había vivido de primera mano. Ahora se preguntaba por qué habían vuelto, pero él no tendría la respuesta.

—Mikey, ¿acaso esto se alinea con el resto de nuestros miembros siendo atacados? A ellos los atacó Madarame —le cuestionó Draken al líder, alarmándolo.

—Ya veo… ToMan está siendo aplastado por los fantasmas de la novena generación de los Black Dragons.

—Madarame también es un S62 —les dijo Mucho, a lo que Mikey asintió.

—Lo que significa, que Tenjiku es un equipo formado por un montón de tipos de “La generación S62” que nunca hicieron equipo y ahora formaron uno juntos…

—Ellos realmente deben tener una conexión profunda con ToMan —añadió Draken.

Por unos segundos Mikey se quedó en silencio, pero tras pensarlo exclamó:

—Como sea, ¡me importa una mierda si nos están derrotando! ¡Vamos a atacar a Yokohama!

—¡¡ToMan irá a guerra con Tenjiku! —comenzaron a gritar todos en coro.

Cuando la reunión finalizó Kenjiro casi huyó del lugar, yendo hacia la zona donde siempre se encontraba Emma y por suerte ella ya había llegado. La tomó de la mano sin decirle nada y la llevó detrás de un muro donde nadie podía verlos.

—¿Qué pasa, Ken? ¿Te sucedió algo? —le preguntó alarmada. Él negó con la cabeza.

—Tengo muchas cosas que contarte…

A continuación le dio un breve resumen de lo que había sucedido con Mitsuya. Emma se miraba muy sorprendida y emocionada por todo lo que le contó, incluso dando saltitos al llegar a la parte del casi beso. Ella creía que el único estúpido ahí era Kenjiro al no percatarse de lo evidente y a la vez comprendía que se debía al miedo de que todo cambiara; pero eso era algo normal en cualquier relación que pasaba de ser amigos a algo más. Solo que Kenjiro tenía tanto miedo que se cegaba a sí mismo sin darse cuenta.

—Sí que eres un completo imbécil, Yamagawa Kenjiro —se burló, dándole un golpe amistoso en el brazo y sentandose en la banca frente a ellos, mientras lo miraba con atención. El pelinegro se asustó al oír eso.

—¡P-Pero…! ¿Por qué?

Emma soltó un suspiro, resignada. Apoyó su cabeza en sus brazos, estos encima de sus piernas, y ladeó la cabeza.

—Creo que ya lo sabes, solo que no quieres admitirlo. ¿Qué te da tanto miedo, Ken? ¿Que te diga que no te quiere? Entonces, ¿qué sería lo peor en ese caso? Te lo dije la ocasión anterior y te lo vuelvo a repetir: no quiero que estés llorando si te lo ganan, porque Mitsuya es lindo y lo que cualquier persona querría en una pareja, y sí él demuestra que está interesado en ti, ¿qué esperas?

—Tal vez sólo está confundido. Debe creer que le gusto, pero tal vez no es así y solo me ve como un amigo —murmuró abatido Kenjiro, pasando su mano sobre su cara con frustración—. Emma, me ha pasado antes. Chicos que se creían heterosexuales sintiéndose atraídos por un chico… Es solo cuestión de tiempo que se le caiga la venda de los ojos y me verá como siempre, se dará cuenta que no le gustó y terminará todo.

—Pero, ¿y sí de verdad siente algo por ti? —ella alzó una ceja, como si lo retara—. ¿Dejaras ir al chico que te gusta solo por tu inseguridad? Entiendo que es difícil, Ken, eso no desaparece de pronto y más con tus malas experiencias. Sólo… inténtalo, ¿quieres? Me habías dicho que lo pensarías —balbuceó.

—Sí, pero eso fue cuando aún no sucedía todo eso.

—Entonces con eso te debió haber quedado más claro, bobo.

Kenjiro apoyó la cabeza en la pared y miró al cielo. Era lindo y cada vez que lo veía no podía evitar pensar en Mitsuya, porque era lo único que se le podía comparar. Pensándolo bien, Emma debía tener razón, ¿verdad? ¿En serio era tan estúpido?

—¿Soy tan molesto? —le preguntó con burla, provocando que ella soltara una carcajada y asintiera.

—Sí, pero eres mi amigo y te apoyaré hasta en la decisión más estúpida.

—Qué graciosita —él farfulló aún riendo.

De pronto, se sintió decidido. Ya había sufrido mucho por amor, fue inseguro, tuvo una horrible ruptura que provocó que su ex novio se internara en un psiquiátrico, y se había vuelto a enamorar. Era su momento, ¿verdad?

Su teléfono vibró en el bolsillo de su pantalón, por lo que Kenjiro lo sacó para revisar. Estaba seguro que no era su familia, ya que estaban en un viaje de negocios y no volverían hasta la siguiente semana (lo amenazaron con no meter a ningún chico a su casa, pero no le prohibieron salir, lo que era contraproducente).

«Le dije a Mitsuya que se verían en el parque Nabeshima Shoto en 15 minutos, así que más te vale que llegues puntual» —Número desconocido.

Si él no tuviera el número agendado de Emma creería que se trataba de ella, por lo que miró varios segundos con curiosidad el mensaje sin comprender quién había hecho eso. Entonces recibió otro:

«Soy Yasuda. Agéndame» —Número desconocido.

Abrió los ojos con sorpresa y no dudo en mostrarle su teléfono a Emma, que sonrió con emoción.

—¡Me ganó la idea! ¡Pero me agrada, me agrada! —lo empujó hacia su motocicleta a grandes pasos, literalmente obligándolo a caminar—. Ándale, ve. Mitsuya ya debió haberse ido porque no está su motocicleta.

Ni siquiera tuvo tiempo de pensar, pero asintió, se subió a su motocicleta y arrancó hacia el parque. Recordó haber ido una vez cuando era novio de Hiroshi, así que el camino no fue difícil y ya que iba a toda velocidad llegó rápido, sintiéndose aún más nervioso cuando vio que la motocicleta de Mitsuya ya estaba estacionada.

Ahí los nervios lo comenzaron a atacar. ¿Qué le diría, en primer lugar? Decidió que se confesaría, pero no pensó que tan pronto y planeaba idear un discurso para no trabarse y morir en el intento. Ahora fue prácticamente obligado, y sí bien, no se quejaba, se había salido de sus planes. Sus manos estaban sudando, por lo que se las limpió en el pantalón del uniforme y caminó hacia el interior del parque con nerviosismo, incluso a pasos lentos como si eso detuviera el tiempo. Estaba aterrado.

Los pensamientos intrusivos lo empezaban a atacar, pero Kenjiro hizo todo lo posible por dejarlos a un lado por el momento. Siempre tendían a sobreponerse en sus decisiones, como se lo había dicho a Emma, pero ahora se sentía un poco más decidido a no hacerles más caso. Aunque en ocasiones lo ayudaban a evitar que hiciera estupideces, Mitsuya no lo era, y a pesar del miedo enorme que tenía en decirle sus sentimientos y ser rechazado, lo intentaría.

Sólo esperaba que saliera bien.

Entonces lo vio. Mitsuya estaba sentado en una banca mirando hacia el pequeño lago que tenía enfrente. Aún portaba su uniforme y no parecía estar haciendo algo en especial, solo admirar, así que Kenjiro se encaminó con pasos lentos y seguros. Supo que Mitsuya ya había escuchado sus pasos, más no se giró, y cuando llegó a su lado sólo se sentó en la banca con él. Lo miró de reojo y escondió sus manos en las bolsas de su pantalón.

—Hola de nuevo, Takashi —lo saludó sin verlo, sino que presenciaba lo mismo que él.

—Normalmente preguntaría por qué Yasuda me citó aquí y llegaste tú, pero… —Mitsuya se giró para verlo, y Kenjiro sintió su mirada tan profunda sobre él—. No lo haré. Ken ¿tienes algo que decirme? Prometo no decirle a nadie sí así lo quieres. Sé guardar secretos.

De forma inconsciente sonrió, encogiéndose de hombros y se apoyó en el respaldo de la banca. Aún no era capaz de mirarlo.

—Takashi, me gustas —dijo sin más, soltando un pequeño suspiro—. Desde que te vi me has gustado y el sentimiento solo ha ido en incremento. No tenía el valor para decirte porque… nunca has demostrado gustar de un chico y no quería arruinar nuestra amistad. Lo siento si no prepare algo más lindo, pero yo tampoco sabía de esto y…

Mitsuya lo tomó de las mejillas, girándolo hacia él. Pudo ver que estaba sonriendo, lo que aumentó sus nervios. A pesar de eso, no respondió, sino que se quedó viéndolo directamente a los ojos y con su mirada recorrió su rostro entero. Kenjiro supo que estaba tan ruborizado que podrían confundirlo con un tomate. Mitsuya tomó aire antes de hablar.

—Me gustas.

Y tras eso lo besó.

Kenjiro supo que no había tenido un sentimiento así nunca. A pesar de haber querido a alguien en el pasado, lo que experimentó cuando sus labios se movían con sincronía era indescriptible. Mitsuya no había soltado sus mejillas, sino que ahora acariciaba con suavidad su rostro y esto hizo que en algún punto el beso se profundizara, por lo que Kenjiro no dudo en rodearlo con sus brazos y lo acercó aún más a él.

Un centenar de mariposas se habían instalado en su estómago y no solo en este, haciéndolo sentir avergonzado cuando soltó un pequeño gemido involuntario. Detuvo el beso, pero sin despegar su rostro del de Mitsuya. Intentó hablar, más su cabeza parecía revuelta y nada salía de su boca. Mitsuya fue el que tomó la palabra, hablando en voz baja:

—Me gustas mucho, Ken. Fue difícil darme cuenta, no te lo negaré… Pero mi corazón me lo dijo y yo solo le hice caso. Cada vez que te veo siento mariposas en mi estómago, mi corazón se acelera y no puedo dejar de pensarte.

Sus palabras impactaron de una impresionante manera en él. Sabía que eran honestas y directas, pero aún así no podía evitar sobrepensar un poco. Mitsuya se había alejado un poco, aún sosteniendo sus mejillas y dijo todo viéndolo a los ojos con cariño, lo que lo hizo sentirse más tranquilo y pacífico. Lo más importante es que él lo quería y no era el único con esos sentimientos.

—¿De verdad me quieres mucho? —preguntó para corroborar, soltando una risita nerviosa. Los ojos lilas de Mitsuya brillaron mientras asentía.

—No estaba seguro sí tú me querías, así que no quise decirte nada por miedo. Pero ahora que me lo dijiste, p-pues… sí, también me gustas.

—Menos mal… —Kenjiro suspiró, robándole un beso a Takashi, lo que causó que él sonriera.

—¿Eso significa que vamos a ser novios?

—¡P-Por supuesto! Sólo si tú quieres.

—¿Bromeas? —se burló, jugando con su arete de la oreja—. Es un sueño, Takashi. Gracias por querer ser mi novio, te prometo que no te voy a defraudar.

En ese momento Yamagawa Kenjiro se sentía el chico más feliz del mundo y nada lo haría cambiar de parecer… ¿o sí?

No pasó mucho cuando Kenjiro recibió un mensaje de Mikey informándole que tendrían una reunión de emergencia esa misma madrugada del siguiente día, 22 de febrero, por lo que interrumpió su casi ida a dormir, se colocó su uniforme y salió de casa lo más discretamente posible. Aún estaban de viaje sus padres y su hermano, pero igualmente los de personal estaban muy al pendiente de llegada y salida del lugar.

Kenjiro se sintió emocionado porque quería contarle a todos que Takashi y él ya eran novios, puesto que los únicos que sabían eran Yasuda y Emma, y deseaba que supieran para poder tener gestos en público sin problema alguno. O al menos no asustarlos y que de pronto suceda.

Fue por Takashi para irse juntos y le tocó esperar en su motocicleta, ya que él no quería molestar a sus hermanas y despertarlas a esa hora, siendo casi las dos de la mañana. De hecho, Kenjiro sentía que en cualquier momento se caería de sueño, pero no tenía otra opción. Cuando su novio salió de su apartamento y bajó lo saludó con un beso en la mejilla, muy cerca de la comisura de los labios.

—Es muy extraño ir a una reunión a esta hora —le dijo Takashi restregando su mano en su ojo—. Muero de sueño.

—Yo también —se lamentó, pero rápidamente tuvo una idea y lo miró con una sonrisa cómplice—. ¿Saliendo de la reunión puedo ir a tu casa a dormir? No quiero volver a la mía.

Takashi se rio entre dientes, asintiendo.

—Me encanta la idea.

Ya era miércoles, así que Kenjiro pensó seriamente en faltar a clases; era su último año de secundaria y solo quedaban dos semanas, así que daba igual si iba o no. No muy lejos de ahí se encontraron con Smiley y Hakkai, y los cuatro estaban dispuestos a seguir, pero Kenjiro moría de sueño y decidieron parar en una tienda 24 horas para que él comprara un café.

—No tardaré —avisó Kenjiro al entrar a la tienda.

Efectivamente no pasaron ni cinco minutos cuando salió de la tienda. Pero, tiró su café tan solo piso la calle al darse cuenta que tanto Takashi como Smiley estaban en el suelo llenos de sangre y con golpes en la cabeza. Sintió que su alma caía a sus pies y a pesar de que se acercó a ambos con temor para inspeccionarlos, no pudo ver a nadie alrededor; los dos capitanes habían sido atacados directamente en la cabeza con algo que los había desmayado. No pudo ver a Hakkai por ningún lado.

—¡HAKKAI, HAKKAI! ¿DÓNDE ESTAS? —gritó asustado, sacando su teléfono y tecleando el número de emergencias, a pesar de que estaba temblando. Le respondieron rápido y dio la dirección donde se encontraban, tan solo esperaba que no tardarán.

Sentía que sus ojos le picaban y detestó ver a Takashi en esa situación, por lo que le estaba acariciando el rostro con cariño hincado a su lado. Su labio temblaba y sus manos estaban peor, pero no dejaría que él estuviera solo en ese momento.

—Takashi, t-tranquilo, ya ve-vendrá la ayuda…

Por suerte Hakkai llegó, también estaba golpeado pero nada en comparación a Takashi y Smiley.

—¡Esos idiotas de Tenjiku nos golpearon con un tubo! ¡Los golpearon en la cabeza y yo…! —soltó un gruñido molesto. Kenjiro se levantó y se acercó a su amigo, poniendo sus manos en sus brazos.

—¡Tranquilo! —su voz fue seria, pudiendo controlarse en medio del caos que sentía su cabeza—. Ve a la reunión y avisa lo que sucedió. Ya llamé a la ambulancia, me iré con ellos y te avisaré lo qué suceda, ¿de acuerdo?

—Pero… —los ojos de Hakkai se giraron hacia sus amigos tendidos en el suelo y pudo ver que quería llorar. Kenjiro tomó su mejilla e hizo que lo mirara.

—Hazlo, Hakkai.

Él titubeó, pero después de unos segundos asintió, yendo hacia su motocicleta y arrancó lo más rápido que pudo retirándose de ahí. Kenjiro soltó un gruñido y varios sonidos que ni siquiera él pudo entender qué fueron. Se había sentado en medio de ambos capitanes sin temor de ensuciarse de sangre, y mientras les hablaba (sin saber sí lo oían o no) estuvo moviendo el pie intranquilamente. Nunca había estado en una situación así y no sabía qué hacer.

La ambulancia llegó cinco minutos después y Kenjiro les explicó brevemente lo que había sucedido, por lo que le dijeron que se los llevarían a urgencias. Él aceptó y decidió aparcar las motocicletas de Takashi y Smiley en una esquina de la tienda que entró, incluso avisándole a la cajera que las dejaría ahí un par de horas y le dejó dinero por si había algún problema. Ella no dijo nada, solo asintió nerviosa; seguramente se había enterado ya de la situación y no quería involucrarse más.

Subió a su motocicleta y arrancó directo hacia el hospital, por suerte a esa hora de la madrugada no había ni una sola persona en la calle y pudo llegar muy rápido. Su cuerpo no había dejado de temblar, pero sabía que Takashi tenía una cabeza muy dura que había aguantado varios golpes, así que ese no debía ser nada; aunque eso no quitaba el hecho de su preocupación ayudaba un poco. Al llegar preguntó por ambos chicos y les dijeron que estaban estables pero inconscientes, así que pidió verlos y los encontró en urgencias.

Se sentó alejado de las camillas, agradeciendo que estuvieran tratando sus heridas en la cabeza. Le envió un mensaje a Hakkai contándole y también le avisó que se quedaría ahí todo el tiempo posible, aprovechando que nadie se daría cuenta si no llegaba a su casa (y si lo hacían, igual no le importaba). Luego, sin darse cuenta se había quedado dormido en la silla ya que fue demasiado el sueño que tenía, porque cuando se levantó estaba Hakkai sentado a su lado, provocando que diera un brinco en su asiento de la sorpresa.

—Joder, m-me asustaste —balbuceó y soltó un bostezo. Su vista fue entonces hacía ambos chicos, en especial a Takashi, y sin esperar respuesta se dirigió hacia él y le tocó sus mejillas con cariño.

—¿Ya son novios? —preguntó Hakkai, cosa que le sorprendió y lo miró alarmado.

—¿Takashi te dijo?

—No, pero lo deduje sólo —le sonrió, aunque después se ruborizó un poco—. B-Bueno… Yuzuha me dijo que se gustaban y no se habían dado cuenta, honestamente yo no lo había visto, soy un poco despistado.

—Bueno, sí, recién empezamos. Lo quiero mucho, Hakkai, espero que como su mejor amigo apruebes la relación —se ruborizó un poco, a lo que su amigo se rio, asintiendo.

—Me alegra que sean felices juntos.

—Gracias, Hakkai.

Se volvió a sentar al lado de su amigo, ambos viendo a los capitanes inconscientes. Aún no podía creer que estuvieran en esa situación, le parecía difícil de creer y más porque sí ya los habían atacado una vez nadie pensó que lo harían de nuevo. Tras unos minutos en silencio Hakkai le contó detalles sobre la reunión, aparentemente ese día se iban a pelear con Tenjiku y solo debían aguardar a la hora indicada por Mikey. Kenjiro no se sentía con ánimos de pelear sin motivo, pero considerando que habían atacado a Takashi, lo merecían.

—Nosotros no iremos a pelear —avisó Hakkai al final, provocando que Kenjiro lo mirara sin comprender.

—¿De qué hablas?

—Mikey dijo que teníamos que evitar que ellos fueran a pelear cuando se despertaran.

Kenjiro suspiró, encogiéndose de hombros.

—Qué jodido.

Ya que Hakkai no dijo nada más fue que vio la hora y ya eran las ocho de la mañana. Le dijo a Hakkai que durmiera un poco, que él los cuidaría (aceptó a regañadientes). Kenjiro al asegurarse que estuviera dormido decidió llamarle a Emma.

¡Hola, Ken! —ella lo saludó entusiasmada, lo que se le contagió un poco.

—Qué bien humor tienes hoy, Emma —se rio. Pudo oír que ella suspiraba.

Gracioso.

—¡No me estoy burlando! —se empezó a reír, aunque ciertamente sí lo estaba haciendo.

Ya… —Luego, una nueva voz conocida interrumpió la llamada—. ¡Hey, Ken!

—¿Mikey? —le preguntó con sorpresa—. ¿Están juntos?

Rey, somos hermanos —Mikey se rio ahora de él sin parar, provocando que Kenjiro se riera entre dientes y asintiera, a pesar que no lo veían.

—Lo siento, siempre lo olvido.

Es que iremos a visitar a Shinichiro, de hecho ya casi llegamos —avisó Mikey, cambiando de humor. Pudo oír que le pidió a Emma que se alejara y ella lo hizo a regañadientes—. Oye, Rey, por favor no dejes que Mitsuya y Smiley salgan del hospital. Te los encargo.

—¿Entonces hoy no iré a patear traseros? —le preguntó en broma, aunque ambos sabían que no era realmente lo que quería saber. Mikey soltó una risa corta.

Hoy no, Rey, lo siento.

—Va, ni modo. ¿Me pasas a Emma?

Le pasó el teléfono a su hermana, por lo que fue la rubia quien volvió a responderle.

—Emma, hoy casi iba a dormir a casa de Takashi —le contó, ya que era para lo que le había hablado desde un principio. Se escuchó como claramente ella contuvo un chillido emocionada—. ¡Me dejas sordo!

¡Lo siento…! Es que, ¡waaaa! ¡Qué lindos!

Kenjiro se rio, apoyando su cabeza en el respaldo de su silla. Era extraño tener a una amiga que pudiera emocionarse por su relación tanto o más que él, porque siempre había querido tener a alguien tan cercano como lo era Kenjiro con Emma. Definitivamente era su mejor amiga.

—¿Nos vemos en estos días? —preguntó, ya que probablemente ese día quisiera saber detalles de la pelea y al día siguiente estadía con Takashi.

¡Claro, Ken! Me avisas para alistarme, ¿va?

Le dio una respuesta afirmativa para después colgar. Se quedó viendo un buen tiempo a Takashi, sonriendo como bobo al ver su belleza aún lastimado, pero eso no quitaba el hecho de sentirse muy nervioso sobre que el golpe hiciera un daño en ambos chicos, y sólo sabía que sí eso sucedía mataría a los malnacidos que los atacaron; no había duda.

De la misma forma el día continúo, con Kenjiro vigilando a su novio y su amigo aún inconscientes y hablando con Hakkai una vez se despertó. Incluso Hakkai se ofreció a buscar comida cuando dieron las tres de la tarde, ya que no se habían percatado de la hora y al hacerlo su estómago indicó que necesitaban comer. Kenjiro le dio dinero para el encargo y él no demoró mucho en llegar con takoyakis, comiendo entre platicas. Conoció aún más a Hakkai y eso le alegró, siendo el lado bueno entre todo lo sucedido ese día.

Pero, cuando dieron las cuatro y media recibió un mensaje un tanto extraño de Takemicchi y le preguntó dónde se encontraba, le respondió que en urgencias aún vigilando a Takashi y Smiley y él le pidió que bajara al lobby. Extrañado lo hizo y dejó encargado a Hakkai, llegando al piso que le indicó.

—Hola, Takemicchi —lo saludó normal, dándole una palmada amistosa a su amigo. Pero, pudo darse cuenta que él estaba diferente—. ¿Sucede algo?

—Yo… —esquivó su mirada para ver hacía el elevador—. Te lo mostraré… Sigueme.

Como no dijo más y se encaminó hacia el elevador, Kenjiro lo siguió. Se sentía extrañado de estar ahí con él, sobre todo cuando estaban bajando de pisos porque eso no indicaba nada bueno, y eso lo confirmó al llegar a una zona fría del hospital.

—¿Ya me dirás? —le preguntó asustado. Takemicchi siguió ignorando su mirada y se encaminó hacia una puerta en donde a un lado estaba sentado Mikey con la mirada baja. Miró primero a Takemicchi antes de intentar dirigirse hacía Mikey, pero el primero lo tomó del brazo y negó con la cabeza. Aún confundido, abrieron la puerta y lo que vio hizo que Kenjiro cayera al suelo mientras lágrimas inundaron su rostro; no quería creer lo que veía, debía ser una jodida broma y miró a Takemicchi esperando que dijera una palabra. Él no lo hizo.

—Lo si-siento, Kenjiro —balbuceó, por lo que Kenjiro supo que era verdad.

Emma había muerto.

oficialmente ya ha empezado lo feo, pero hey, les di todo 2x1, se besaron y son novios jiji, ¿qué les pareció?

en fin, espero que les haya gustado! les quiero y no olviden votar <3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Com