Truyen2U.Net quay lại rồi đây! Các bạn truy cập Truyen2U.Com. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

𝟬𝟭𝟴. the end of the war

capítulo dieciocho

·˚• .✦ ─────────────────

Yamagawa Kenjiro intentó moverse al ver la pistola en manos de Kisaki apuntando a Takemicchi, pero Hakkai a su lado no lo permitió, tomando su brazo y pidiéndole con la mirada que no lo hiciera. Sintió impotencia al ver a Takemicchi en esa situación, él no merecía morir y menos por todo lo que estaba enfrentando. Tras un par de segundos que pensó la situación tuvo el valor de pegar su frente a la pistola y le sonrió a Kisaki.

—¿De qué tienes miedo? —Aunque todos creyeron que Kisaki no sería capaz de hacerlo, le disparó en el pie, dejando un silencio sepulcral en el lugar. Kenjiro incluso se preguntó sí estaba respirando, porque sentía que había olvidado hacerlo. Takemicchi en cambio sólo miró su pie soltando una risa y lo volvió a mirar.

» ¿Qué sucede, Kisaki? Dispararme en el pie no me matará. No tengo el carisma de Mikey —su mirada ahora se fue al suelo, sonando diferente. Kisaki le cuestionó sobre qué hablaba y él siguió—. No tengo la inteligencia de Naoto, no soy tan habilidoso como Koko, no soy grande y fuerte como Mucho, y no soy bueno peleando como Draken —se levantó, poniéndose frente a Kisaki con determinación—. Así que… ¡Sólo hay una cosa que puedo hacer…! ¡¡Nunca rendirme!! Incluso si me matan ¡nunca me rendiré!

Kenjiro en ese momento se disoció. Ver a Takemicchi con tanta fuerza de voluntad y dispuesto a morir solo por ellos le causó algo extraño en su interior. Ni siquiera él, que estaba siempre consciente de que las personas podían intentar llegar a un acuerdo antes de los golpes o que quería gobernar el mundo para acabar con las injusticias, hubiera pensado en morir en una situación así. Es decir, sabía que sus amigos valían la pena y por Takashi daría la vida, pero no estaba tan seguro de sí le gustaría morir tan joven. Tenía metas, sueños y aspiraciones. Y aún así darse cuenta de lo grande que era Takemicchi le sorprendió, incluso sabiendo de lo que era capaz, y lo admiró tanto.

Kisaki declaró que mataría a Takemicchi y colocó de nuevo la pistola en su frente. Él habló:

—Sería lo más fácil, ¿no? Tan fácil como matar a Emma.

Entonces, en lugar de dispararle, Kisaki bajó la pistola y le dio un golpe en el rostro con ella, derribándolo. Kenjiro ahogó un grito cuando notó que Takemicchi ya no podía moverse, pero su amigo Akkun llegó a su lado y lo levantó, aún malherido. Ahí se dio cuenta que él también debía intentarlo, aún cuando le doliera cada milímetro de su cuerpo como nunca antes, seguiría adelante con esa pelea porque Emma lo merecía. Por ella debía luchar en ese momento.

Se levantó con ayuda de Hakkai de nuevo, aunque le doliera todo el cuerpo seguiría peleando hasta no poder más. Angry, Hakkai e Inui dijeron que Takemicchi los motivó también a continuar. Kenjiro no se quedó atrás.

—Eres jodidamente genial, Takemicchi —le sonrió de lado con dolor—. Gracias.

Chifuyu le agradeció por quedarse en el puesto de Baji a Takemicchi para después mirar a Kisaki, le dijo que quería acabar con él por asesinar a Baji pero recordó que era solo una pelea de niños y que no estaban ahí para matarse unos a los otros, solo querían lucirse, ser rudos y verse geniales, expulsar su poder entre ellos y pelear con los puños.

—¡¡Por lo que creemos!! ¡¡Por la carga que llevamos!!

—¿¡Y?! —exclamó furioso Kisaki contra ellos—. Tú, basura, puedes llevarte todo lo que quieras y decir palabras bonitas, ¡pero eso no cambia el hecho de que perdieron! ¿Realmente quieres que ToMan desaparezca, Ta-ke-mi-cchi?

—No uses mi apodo a la ligera —se quejó él—. Eres un jodido dolor en el trasero.

—Bien, entonces me rendiré —se burló Kisaki, para después mirarlo con seriedad—. Lleguemos a un acuerdo. ¡Unamos a ToMan con Tenjiku! ¡Nadie estará mejor posicionado que el otro! ¡¡Será llamado el Tokio Manji Gang y Mikey puede ser el líder!! ¿Qué tal eso? No es una mala propuesta, ¿verdad?

A Takemicchi y a todos les pareció terrible idea, así que él decidió hacer algo por todos y le propinó un golpe a Kisaki que incluso le tiró los lentes; lo insultó diciendo que golpearía su podrido cerebro hasta hacerlo pedazos y que no estaba de humor para un acuerdo. Kisaki le preguntó por qué estaba tan obsesionado con él, y para sorpresa de Kenjiro que estaba cerca Takemicchi dijo algo que nunca iba a olvidar.

—¿Por qué alguien como Draken recurrió al asesinato? Simplemente no lo entiendo, eso es lo que me dijo en el futuro.

Esas palabras rondaron su cabeza repetidamente, aunque no tenían nada de sentido para él. Kenjiro se preguntó sobre a qué se refería precisamente y supo que sí salían de esa le cuestionaría a su amigo. Pero, no hubo mucha oportunidad de pensarlo más porque cuando Takemicchi intentó golpear a Kisaki, Izana se interpuso, y dijo que él mataría a cada uno de ellos.

Takemicchi intentó golpearlo en vano, siendo derribado al instante por Izana, y aún así se levantó de nuevo yendo directo a él en vano. Al volverlo a intentar Takemicchi se detuvo a la mitad del golpe y Kenjiro se preguntó sí se había agotado ya.

—Te tomó bastante tiempo —dijo él, alzando el puño hasta el cielo—. Yo… no perdí…

Cuando todo parecía perdido apareció Mikey, su líder. Kenjiro supo que podría llorar de felicidad al verlo a sabiendas que eso significaba darle la vuelta a la pelea, pero aún así todos estaban malheridos y no quería dejarle todo a él. Nadie lo haría seguramente. Mikey pasó de largo a Izana y Kisaki y pidió que lo dejarán hablar con Takemicchi, yendo a abrazarlo. Luego otro sonido los alertó y resultó ser Draken llegando en su motocicleta con Hina en su espalda.

Entre ellos hablaron y después Mikey mostró que estaba dispuesto a pelear, sorprendiendo a todos. Kenjiro sintió aún más motivación de intentarlo cuando les dijo que ya era hora de la fiesta. Kenjiro alcanzó a oír algunas palabras de las que compartieron Takemicchi, Draken y Hina, más no le prestó tanta atención al estar inmerso en la pelea; tal vez después lo procesaría.

Izana salió corriendo hacia Mikey por detrás y lo golpeó, bromeando sobre que ya había perdido a sus hermanos y qué se sentía ser un cascarón vacío. Kenjiro sintió de mal gusto su comentario, sintiendo coraje recorrer su cuerpo, pero por suerte Mikey aún estaba en sus cabales y le dijo que terminaran con eso. Cuando creyó que la pelea simplemente serían golpes, Izana recibió una patada de Mikey y alardeó que fue una increíble patada incluso después de lo sucedido; su líder le lanzó otra con gran velocidad, aunque fue detenida por Izana y lo mandó al suelo para sorpresa de todos.

—He arrollado  a cualquiera en mi camino con mi «poder». Bueno, ahora no va a parar ya que mi plan se vino abajo —les dejó en claro Izana con voz ansiosa y decidida, dando mucho miedo—. Te mataré.

Mikey salió a una velocidad impresionante contra Izana con una patada, pero él exclamó que podía leer sus movimientos y pudo predecirlo. Parecieron intercambiar palabras para después derribar a Mikey, recriminando que él le quitó todo y que por eso lo iba a matar. Kenjiro sentía miedo de que en verdad lo hiciera, pero confiaba en su líder y sabía que, aunque lo estaba dando todo contra Izana, no se dejaría asesinar y mucho menos frente a ellos. Esperaba no equivocarse.

Por suerte, tras varios minutos más de pelea en donde Izana comenzaba a ser más descuidado con sus movimientos, Mikey logró darle un golpe de lleno en el rostro y una patada, noqueándolo por unos instantes. Pero eso no fue suficiente ya que Izana se levantó casi al instante, aunque malherido, seguía portando esa aura tan tenebrosa a su alrededor. De todas formas estaba cobrándole factura porque Mikey lo pudo golpear más veces de la que él estaba intentando hacerlo y ya se estaba viendo que no podría seguir el paso tanto tiempo más. Izana, desesperado, fue con Kisaki para arrebatarle la pistola y apuntó a Mikey, provocando que Kenjiro sintiera que su alma se iba de nuevo de su cuerpo con el temor de que accionara el gatillo en cualquier momento, sobre todo porque sus ojos destellaban locura.

Aún cuando él se día dispuesto, Mikey no se ayudó porque lo comenzó a alentar. Cualquiera pensaría que querría provocar lo contrario, pero viendo de lo que era capaz sabía que no tendría efecto y tal cual Kenjiro lo pensó, Draken le gritó eso a Miley, pero él hizo caso omiso y siguió haciéndolo.

Después apareció Kakucho y le tiró al suelo la pistola para sorpresa de todos, incluso de Kenjiro que se quedó quieto presenciando todo. Izana pareció recriminarle a Kakucho y luego les gritó a los de Tenjiku que lo mataran. Nadie pareció tomarle importancia tan pronto hasta que Kisaki tomó el arma y le disparó por detrás del lado derecho de su pecho a Kakucho. Luego él aún con fuerzas salió contra Kisaki, pero cuando esté le iba a disparar nuevamente Izana se interpuso, recibiendo tres balas en el pecho.

Kenjiro exclamó un grito de sorpresa al igual que todos, al mismo tiempo que ambos chicos caían al suelo mientras sus ropas y su alrededor se llenaban de sangre. Izana le dijo a Mikey que oficialmente Tenjiku había perdido, aunque eso ya no le importó a Kenjiro viendo que ambos morirían. Incluso todo el coraje que tenía atorado no justificaba dos muertes y sí por él fuera desearía que no ocurrieran, porque todos tenían derecho a vivir aún con el estilo de vida llevado; si Izana se interpuso para no dañar más a Kakucho significaba que por dentro no debía ser tan mala persona.

No como Kisaki.

Tras un momento de plática entre Mikey e Izana este último declaró que en realidad no eran medios hermanos como creyeron, sino que la supuesta madre de Izana y Emma no era la verdadera de él. Aún más sorpresas llegaban a inundar ese momento y Kenjiro quedó demasiado sorprendido, más cuando Izana se detuvo abruptamente y su pecho ya no se movió.

Kakucho intentó hacer que él respondiera, sin embargo ya no había nada que hacer. Este esfuerzo hizo que escupiera sangre y cayera débilmente a su lado, rodeándose de más sangre y con sus últimas fuerzas tomó la mano de Izana. Nieve comenzó a caer de la nada, y Kenjiro sintió que podría llorar al darse cuenta de lo mucho que Kakucho amaba a Izana, incluso demostrándolo en sus últimos momentos y tomó con fuerza el brazo de Hakkai para no derrumbarse. De alguna forma eso le parecía vagamente conocido y le atemorizó, deseando que no le sucediera eso porque no sabría cómo morir en ese caso.

—ToMan, Tenjiku, ¡todos escuchen! —les habló Mikey en un grito, llamando su atención—. En conflicto ha terminado. ¡Una ambulancia y la policía llegarán pronto, así que aléjense de este lugar antes de que ocurran más tragedias! ¡Me quedaré aquí y me encargaré del resto! ¡Desaparezcan, que sea rápido!

Para sorpresa de Mikey, Mucho, Sanzu y Mocchi le dijeron que debía irse él y que ellos se quedarían. Ran fue a cerrarles los ojos a Izana y Kakucho. Mikey viendo fijamente a Kisaki le dijo que sería la única persona a la que nunca perdonaría, y Kenjiro no pudo estar más de acuerdo; él nunca demostró una sola pizca de arrepentimiento y no merecía el perdón de nadie. Lamentablemente apareció Hanma en su motocicleta y se llevó a Kisaki, pero al instante Draken se subió a la suya y le gritó a Takemicchi que fueran, así que después de que Mikey le dijera que cuidaría de Hina se fueron.

Tras eso todos comenzaron a retirarse, así que vio como sus amigos y compañeros se iban. Kenjiro se debatió seriamente entre si quedarse ahí con Mikey y Hina o buscar a Takashi. Los tres le preocupaban y aún más Mikey sabiendo que Kisaki era un loco y podía volver en cualquier momento, incluso cuando era perseguido por Draken y Takemicchi. Primero se acercó a sus amigos y sin pensarlo abrazó a Mikey, sintiendo un enorme nudo en la garganta por todo lo sucedido recientemente.

—L-Lo siento de v-verdad… —murmuró con dificultad. Aún no podía creer lo que había sucedido y esperaba que en cualquier momento le dijeran que era una buena, pero sabía que no y eso le dolía mucho más. Afrontar a la muerte era jodidamente difícil.

—Tranquilo, Rey —le respondió Mikey, separándose de él y dándole una sonrisa pequeña. Kenjiro devolvió el gesto, aunque no fue muy honesto. Hina a su lado los miró con curiosidad.

—¿A ti también te intentó salvar Takemichi, Kenjiro?

Lo miró con curiosidad, alzando una ceja. Aquella pregunta le sorprendió y de alguna forma le intrigó, así que negó con la cabeza.

—No que yo recuerde. Pero ¿por qué me preguntas eso?

—Takemicchi viene del futuro, Rey. Todo este tiempo ha estado intentando salvarnos, lo intentó… —Mikey se miró consternado y cerró los ojos con dolor, soltando un suspiro.

Claro que ese comentario lo hizo quedarse mudo y de pronto sus pensamientos depresivos se transformaron en una curiosidad también genuina que no se imaginaba que fuera verdad, y aunque recordando lo que escuchó en la pelea tomaba sentido… ¿Cómo era posible que Takemicchi viniera del futuro? Eso debía ser imposible. Pero entonces muchas escenas, comentarios y acciones de Takemicchi atacaron su mente como una ráfaga, dejándole entrever que sí habían habido señales anteriormente, solo que nadie imaginaria que se tratara de eso. Imaginó el dolor y esfuerzo que debió sentir Takemicchi para intentar salvarlos, el buen corazón que tenía para soportarlo solo y sobre todo su gran voluntad; Kenjiro no sabía si él hubiera podido hacer todo eso.

—¿Él sabía todo lo que iba a pasar? —les preguntó en voz baja, mirándolos a ambos. Hina se encogió de hombros.

—No logro comprender bien, pero creo que sí. Ha vivido eso todo este tiempo y… parece difícil creerlo.

—Ya veo.

—Hina, hay que ir a buscar a Kenchin y Takemicchi —avisó Mikey, tomándola del brazo y dándole una mirada a Kenjiro—. Ve a buscar a Mitsuya, debe estar en el santuario aún.

Kenjiro asintió, despidiéndose de ambos y subió a su motocicleta con dificultad, aún adolorido. Le hubiera gustado no sobrepensar mientras se dirigía al santuario, pero no pudo evitarlo y en todo el trayecto pensó en lo que acababa de suceder. Habían muerto dos personas además de Emma y resultó que Takemicchi había estado viajando del futuro al pasado para salvarlos a todos de su aparentemente mal futuro. Se preguntaba cuál sería el suyo, sí acaso algo malo iba a suceder y esperaba que no, porque a pesar de que tuviera una vida difícil había cosas que adoraba y por ellas podría luchar, como la ToMan, Takashi y sus hermanas.

Esperaba tener un buen futuro.

Al llegar al santuario se sorprende de ver solo a Takashi y no duda en ir corriendo hacia él, dándole un gran abrazo a pesar que estaba en silla de ruedas aún. Le duele todo el cuerpo, pero no le molesta porque para él la mejor medicina es tener a su novio a su lado; sonaba muy cursi pensándolo bien. Puede escuchar la respiración acelerada de Takashi al corresponder al abrazo.

—Murieron dos… —le contó en un susurro, con su cabeza apoyada en su cuello—. Joder, no estaba listo para ver algo así. Después de Baji y Emma…

—Ken, tranquilo. Estás bien y eso es lo más importante —lo tranquilizó con la voz, acariciando su espalda suavemente—. ¿Los de ToMan están todos bien?

—Sí, por suerte.

—De acuerdo. Ahora —lo separó, sonriéndole y viéndose ambos a los ojos—. Vamos a mi casa, estás malherido.

Kenjiro soltó una pequeña risita.

—Tú estás peor, Takashi.

—Pero me sigo viendo guapo, ¿verdad?

Ambos ahora rieron y Kenjiro no dudó en darle un beso que duró algunos segundos antes de separarse. Takashi acarició su mejilla y después de verse varios segundos más fue momento de retirarse de ahí. Con cuidado se subió a la motocicleta de Kenjiro y lo abrazó fuertemente, arrancando hacía dirección del edificio donde vivían los Mitsuya; había insistido en dejar ahí su motocicleta y pedir un taxi, pero él no quiso argumentando que podría sujetarlo todo el camino («seguramente es una excusa para abrazarme por la cintura», pensó Kenjiro con vergüenza).

El sereno de la madrugada inundó sus fosas nasales y golpeó su rostro con delicadeza al ir despacio sobre su motocicleta, no se permitiría tener algún accidente teniendo ahí a Takashi y más porque estaba herido. Incluso el tiempo de trayecto fue tranquilizador para él, pudiendo olvidarse por minutos de todo para sentirse en paz con su novio. Ese era siempre el sentimiento que le transmitía y no quería que dejara de ser así.

Cuando se adentraron al lugar vieron que Luna y Mana seguían dormidas y su madre ya se había retirado a trabajar así que Takashi se sentó en el sofá mientras Kenjiro iba por el botiquín. Luego tomó asiento a su lado, sintiendo dolor en su cuerpo e hizo una mueca en el proceso.

—¿Te golpearon tan duro? —le preguntó Takashi con curiosidad, abriendo el botiquín y comenzando a limpiar el moretón que tenía en la mejilla. Kenjiro se rio con desgana, asintiendo.

—Fue Kakucho. Es jodidamente fuerte, Takashi, y no pude hacer nada…

—Siempre hay personas más fuertes que nosotros —le sonrió con cariño, pasando de nuevo el algodón con alcohol, por lo que Kenjiro soltó un quejido y Takashi se rio—. Vaya, te ves lindo así. ¿Quién diría que tengo al novio más guapo?

—¡P-Pero qué cosas dices! —balbuceó avergonzado, sintiendo que su rostro comenzaba a arder. Takashi le guiñó un ojo.

—Solo la verdad.

Kenjiro parpadeó varias veces, como si no pudiera creer lo que sucedía. Estar enamorada de Takashi por meses y ver que era correspondido se sentía genial, se sentía querido de una forma sana y le gustaba bastante. Aunque le dolía su cuerpo lo tomó de la cintura y lo sentó en sus piernas con mucho cuidado (a sabiendas que Takashi también tenía heridas en el cuerpo), sonriendo en grande. En respuesta Takashi se ruborizó un poco, admirando cada uno de sus movimientos.

—Estoy viviendo un sueño. Nunca creí que estaría en esta situación contigo, siendo correspondido… —le confesó con honestidad, acariciando su mejilla y sin despegar su vista de sus ojos—. Todo este tiempo viví con el miedo de que me rechazaras, creyendo que no sentías lo mismo por mi y tenerte aquí conmigo solo me demuestra que tengo toda la felicidad del mundo. Te quiero, Mitsuya Takashi, con todo mi corazón.

—Y-Yo… —él se ruborizó aún más, aunque con aspecto consternado sus ojos delataban su sentir. Brillaban tanto o más que cualquier ocasión que Kenjiro los haya visto, lo cual hablaba por sí solo. Sonrió aún más grande

—Después de todo lo que ha sucedido… Al menos te tengo a ti. Estoy dispuesto a hacer todo lo posible para que esto funcione por siempre. Te quiero hacer feliz.

—Yo también quiero hacerte feliz —dijo en voz baja Takashi, viéndose avergonzado pero feliz—. Has sufrido mucho, Ken. Te quiero y quiero verte teniendo una vida que mereces… Junto a mí —al decir esto último lo besó, y Kenjiro correspondió sin dudarlo.

A pesar de sus heridas los dos se estuvieron besando varios minutos sin pudor alguno, aunque sin llegar a otra situación. Kenjiro se sentía cómodo teniendo a Takashi encima suyo y más cuando sintió que algo reaccionaba a los besos, pero sin ganas de separarse. Hacía mucho no se sentía de esa forma y honestamente se había hartado de complacerse a sí mismo, así que tener a alguien para poder hacer todo lo que hacía una pareja y que fuera Takashi… Tal como dijo, era un sueño.

El mejor de todos.

Cuando se separaron fue gracioso, porque en el mismo momento que Takashi bajó de sus piernas, Luna y Mana salieron de la habitación. Ambas se mostraron sorprendidas de verlos de igual manera tan unidos.

—¡¿Por fin son novios?! —les preguntó en un grito Luna, y Mana abrió la boca con sorpresa y los miró a los tres detenidamente.

—¿Cómo que novios?

—¡Ken-Ken, me dijiste que me dirías cuando fueran novios! —se quejó Luna, y Kenjiro no pudo evitar reírse al oírla. Takashi y Mana parecían estar preguntándose por qué decían eso.

—¡Fue de pronto, lo prometo!

—¿Tú ya sabías, Luna? —ahora fue turno de que Takashi preguntara, mirando a su hermana con la ceja alzada. La niña infló las mejillas y asintió.

—Siempre supe que le gustabas a Ken-Ken y también tenía el presentimiento de que te gustaba, niisan. Tus ojos lo delataban.

—Supongo que nos atraparon —se rio con diversión, dándole una mirada de reojo a Kenjiro y sonriendo, tomando su mano y dándole un apretón.

—¡Se ven tan lindos juntos! ¡Son unas hermosas pareja!  —Mana chilló y lo hizo sin parar varios segundos, así que cuando terminó Kenjiro se rio.

—Gracias, Mana. Me alegra saber que nos apoyan.

—¿Por qué no los apoyaríamos? —pregunta con inocencia Mana, ladeando un poco la cabeza—. Sólo se quieren y eso es normal, ¿no? Cuando dos personas se quieren son pareja.

A Kenjiro le dio un poco de nostalgia escucharla, porque es lo que él se dijo a sí mismo cuando se dio cuenta que gustaba de los hombres. Realmente no tenía nada de malo, era amor y al corazón no se podía mandar, así que solo era cuestión de entender que todos merecían amar y ser amados independientemente de si son del mismo género o no. Claro que le costó comprenderlo, pero sabía también que era más fácil que un niño comprendiera la situación porque eran nobles y no le veían lo diferente a las situaciones.

—¡Es como tener dos hermanos mayores! —señaló con diversión Luna, acercándose junto a Mana y sentándose frente a ellos.

—Creí que siempre me habían considerado un hermano mayor —fingió estar ofendido Kenjiro, poniendo una mano en su corazón. Luna se rio y Mana lo tomó de la mano, pareciendo que tomó en serio su comentario.

—¡Siempre lo he hecho, Ken-Ken!

—Lo sé, Mana bonita —la tranquilizó esbozando una cariñosa sonrisa, soltó la mano de Takashi con delicadeza y palmeó la cabeza de la menor—. Ustedes son mis hermanitas.

Ambas niñas se emocionaron y dijeron que irían a su habitación para no molestarlos, provocando que los dos se rieran al oírlas. Cerraron la puerta y quedaron nuevamente solos, ahora con un muy aura diferente.

—Tus hermanas son asombrosas, Takashi —lo miró y sonrió, tomando sus manos de nuevo. Él asintió.

—Lo sé. Y sé que mi madre te aceptara porque… Una vez me dijo que notó cómo nos veíamos. Lo sabía y me dijo que le gustabas para mí —se vio avergonzado porque sus mejillas se tiñeron de rojo, y Kenjiro no pudo evitar reírse.

—¡Tan lindo! —se acercó para besarlo rápidamente. Al separarse se miraron fijamente a los ojos y Kenjiro volvió a sonreír, si es que eso era capaz porque siempre que estaba con Takashi sonreía genuinamente.

—Estoy muy feliz, Ken. He vivido muchos tipos de felicidad con todas las personas que quiero, pero esto… Es diferente. Nunca creí poder querer de esta forma a alguien y al verte supe que serías especial para mí, aunque no imaginé que sería de esta forma —murmuró, y se escuchó que lo decía con honestidad—. Y lo que dije hace rato fue en serio. Quiero hacerte feliz así como tú me has hecho sentir todo este tiempo desde que nos conocimos.

Kenjiro temía llorar, pero no pudo evitarlo al escuchar sus palabras con atención. Sus ojos se llenaron de lágrimas y lo abrazó con fuerza, olvidando por un momento que ambos estaban malheridos y no les importó, sino que se fundieron en un abrazo tan profundo y significativo.

—Vamos a gobernar el mundo, Takashi, y tú serás mi rey.

Takashi se rio en voz baja, repitiendo después las mismas palabras que le dijo antes de irse a la pelea contra Tenjiku.

—Seremos los reyes, Ken.

Al siguiente día es el funeral de Emma y Kenjiro lloró todo el tiempo. Sabe que su pesar no es el mismo que el de Mikey, Draken o su abuelo, pero era demasiado duro. Emma fue su única mejor amiga, la chica con la que más conectó y podía ser él mismo sin ser juzgado… Quién pensaría que su última llamada fue tan casual, en donde ella le dijo que se volverían a ver y de pronto pocas horas después se entera que no volverá jamás. Le hubiera gustado despedirse o hacer algo al respecto, pero al menos Kisaki había muerto y eso lo tranquilizaba un poco (no le deseó la muerte, aunque tras todo el daño que hizo se lo merecía).

Por suerte en todo momento fue abrazado por Takashi, haciéndolo sentir amado aún cuando él también lloraba.

Ese día fue conocido como el «Incidente de Kanto», el conflicto que albergó más de 500 miembros entre la mayor banda de delincuentes de Kanagawa, Yokohama Tenjiku, y la mayor banda de Bosozoku de Tokio, Tokio Manji. Se detuvieron a cinco implicados y se reportaron tres muertes, por lo que este incidente llegó a su fin con un resultado aterrador. Fueron encontrados culpables al principal agresor Kisaki Tetta y su cómplice Shuji Hanma por el asesinato de Sano Emma y Korokawa Izana, pero Kisaki se encuentra muerto y Hanma fugitivo.

A pesar de eso, la Tokio Manji Gang se disolvió. Mikey dijo que era lo mejor hacerlo cuando se encontraban en la cima, y aunque Kenjiro no quería dejarlos ir sabía que después de todo lo sucedido no había mejor decisión. Tan sólo tres semanas después se encontraban dejando cartas en una especie de cápsula del tiempo que abrirían en doce años.

—No olviden esto, chicos —dijo Mikey con una sonrisa, viéndolos a todos—. En doce años, el día de la creación de ToMan, ¡reunámonos de nuevo!

Bueno, en doce años las cosas estarían mejor, ¿verdad?

holaaa!! normalmente aún no actualizaría, pero por si no sabían tengo un canal de difusión en whatsapp y ahí me lo pidieron en una situación, así que espero que les haya gustado! les quiero <3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Com