𝟬𝟮𝟰. one last chance
capítulo veinticuatro
·˚• .✦ ──────────────────
Yamagawa Kenjiro estaba hecho un manojo de nervios. El 9 de septiembre llegó y con ello la fecha de la pelea final, la que definiría todo. Su futuro, lo más importante.
Para ese entonces aún no lograba recordar a Takashi, pero sabía que sus sentimientos seguían ahí por lo que habían disfrutado todos esos días siendo unos novios normales, teniendo citas y comiendo juntos en casa de los Mitsuya para hacer nuevos recuerdos. Todo esto para Kenjiro era nuevo, como si fuera la primera vez que tenía una pareja tan especial e incluso en otros temas. Volvió a vivir su primer beso, su primera vez y su primer «te quiero» para Takashi.
Ojalá aquello pudiera durar para siempre, pero en ese preciso momento en donde tenían a una pandilla sumamente fuerte enfrente, comenzaba a tener miedo de su futuro. Kenjiro y Takashi estuvieron juntos todo el día con la esperanza de que el destino no los separará en la pelea y el resultado fuera positivo para la Tokio Manji Gang. Sin embargo, debía ser honesto con sí mismo y sabía que era difícil.
Muy difícil.
—Mikey… —fue lo primero que dijo Takemicchi al posarse frente a la Kanto Manji. Chifuyu se rio.
—La Kanto Manji tiene 500 personas y la Tokio Manji 50. Una diferencia abrumadora cuando la miras de cerca…
—Jeje. Ya estamos acostumbrados, ¿no es cierto? —preguntó Takemicchi. En respuesta Chifuyu asintió.
—No te preocupes, Takemicchi, cada uno vale por diez hombre. Los haremos puré.
—Hay un tipo del que quiero encargarme. ¡¡Ran Haitani!! —murmuró Hakkai a su lado, enfurecido—. ¡¡Voy a partirle la cabeza pronto, Taka!
—Oye, oye, eso no es asunto mío, ¿no te parece? —le respondió el mencionado con simplicidad.
—Oye, espera —interrumpió Kenjiro, viendo a Ran Haitani—. Él la última vez me dijo que tenía lindos ojos.
—Olvídalo, Hakkai, si es asunto mío —dijo con una sonrisa molesta Takashi, juntando sus puños y viéndolo. Kenjiro se rio un poco al verlo así porque se veía jodidamente genial.
Todos se veían mutuamente. Kenjiro podía reconocer a algunos de la otra pandilla, aunque sus nombres no venían a su mente. Pero al saber que sus rostros eran familiares sabía que habían peleado antes, de lo cual estaba consciente, solo que era bueno reconocerlo por sí mismo.
—Oigan, ustedes —habló Mikey, por lo que la piel de Kenjiro se erizó al oírlo. Pudo olvidar cosas importantes, pero a ese chico no, por lo que era como un alfiler encajarse en su piel al oír su voz—. Hay 2 “ToMan”, ¿no es así? ¿No creen que 1 está sobrando?
Kenjiro se sintió un poco ofendido por su comentario, ya que ellos eran los originales. Y a ese grupo le hacía falta Mikey.
—¡¡Escuchen, bastardos!! ¡¡Dejémosles claro que el rey se decidió en la Batalla de las 3 Deidades!! —gritó un chico de cabello rosa y cicatrices. Si su mente no fallaba era Sanzu—. ¡En frente de ustedes se encuentra un viejo equipo! ¡Esto solo es una pelea contra niños enfermizos! Escuchen, aunque reúnan a un montón de perdedores les queda grande la “Manji” de ToMan. ¡Si quieren crear recuerdos bonitos, deberían irse a jugar a otro lado!
Escuchó risas de parte de la Kanto Manji, lo cual no le gustó para nada. Comenzaba a sentir adrenalina en su cuerpo, con muchas ganas de golpear personas y dejarlas en el suelo para desquitar todo lo que tenía guardado, inclusive lo que no recordaba. Normalmente era una persona civilizada que primero intentaba arreglar las cosas de otra forma, pero en ese momento no era necesario. Estaba muy claro todo.
—Creo que estás equivocado con lo de “ToMan” —murmuró Takemicchi. Sanzu fingió no oírlo.
—¿Ah? ¡Oye tu pequeñín! ¿Puedes repetirlo? ¡Casi no te escucho!
—Te estoy diciendo que no es así… ¡¡Toman no es así!! ¡¡Hoy!! ¡¡¡Aplastaremos a la Kanto Manji Gang y tomaremos el nombre de la Tokio Manji Gang!!! ¡¡Hemos venido a tener un duelo a muerte con la Kanto Gang!! ¡¡Pase lo que pase la Tokio Manji no se rendirá!! ¡¡No descansaremos hasta que la Kanto Gang sea totalmente aplastada!! ¡¡¡Adelante, Sano Manjiro!!!
—¡Ven por mí!
Entonces todos fueron contra los de la Kanto Manji Gang. Kenjiro no dudó en comenzar a atacar a chicos que iban directo a él, dando patadas y puñetazos sin miedo alguno. Debía admitir que se sentía bien, había extrañado esa sensación aunque no era su favorita, y más porque sabía que eso era necesario para regresar a Mikey. Todo por él.
Sin embargo, a los pocos segundos de comenzar, Kakucho intentó golpear a Takemicchi y para sorpresa de todos él logró darle un golpe, lanzándolo lejos. Todos se quedaron callados, inclusive Chifuyu le dijo que fue lo mejor de la noche.
—¿Qué les pasa a todos? Estuvo frente a Mikey en la guerra de las 3 Deidades, ¿no? Es natural que eso pasará —dijo Senju con obviedad, causando que los demás rieran y le dieran la razón.
—Es verdad —concordó Takashi, sonriente—. Él ya ha recorrido un largo camino.
—Tienes razón —habló Hakkai.
—Fue el único que resistió durante tanto tiempo en la batalla de Tenjiku —señaló Angry.
—¡Ahora no podemos perder! —bramó emocionado Pah-chin, a lo cual Peyan emitió su característico «¡Orraaaa!».
—¡Cierto! ¡¡Todos!! ¡¡Sigan a nuestro líder!! —gritó Chifuyu, dándole un golpe a un chico de Kanto.
—No me lo dicen dos veces —canturreó Kenjiro.
Nuevamente se acercó a otro chico y dando un gran salto le dio un golpe en la cabeza con la pierna, llevándose de encuentro a otros tres que estaban detrás suyo con fuerza al suelo. Entonces notó que alguien iba por detrás suyo así que levantó su pierna y le dio un buen golpe en el pecho, lanzándolo al suelo. No pudo evitar sonreír cuando escuchó voces.
—¡¡Estos chicos están locos!!
—¡¡No creí que fueran tan fuertes!!
—¡Y lo que falta! —gritó en dirección a donde oyó las voces, sonriendo en grande y dándoles patadas directo en puntos donde fuera fácil derribarlos. Comenzaba a ser divertido y aunque no quería acostumbrarse, podría ser una buena despedida oficialmente a su vida de pandillero.
Lamentablemente hubo un punto en donde Kakucho se levantó enfurecido, corriendo hacia Takemicchi y llevándose de encuentro a Chifuyu y los hermanos Kawata, derribándolos. Casi lo hace con él pero alcanzó a moverse y de paso darle un puñetazo en el estómago a otro de la Kanto.
Siguió peleando sin parar. Nadie de los que estaba golpeando era conocido suyo, por lo que no tenía remordimiento y sólo lo hacía. Aunque le hubiera gustado seguir más por su parte, de pronto Ran se detuvo frente a él y esbozó una sonrisa diferente a una normal.
—Hola, Kenjiro. Te extrañé.
—Mucha mierda —escupió con molestia, consciente de los comentarios que le había hecho alguna vez—. ¿Quieres pelear o me dejaras seguir los pateando traseros de tu pandilla?
—¿Y qué tal el mío? —bromeó, aunque no parecía ser muy en broma. Kenjiro frunció en ceño.
—No, gracias.
—Oh, mira a quién tenemos aquí —llegó Rindo con una risita y colocándose al lado de su hermano—. ¿Ya te regresó la memoria?
—¿Y a ti qué te importa eso? —contraatacó con molestia. No creía que fuera necesario hablar de ese tema ahí, por lo que le frustraba que ellos se hubieran enterado. Ran soltó una risa burlona.
—Me alegra que no olvidarás nuestros bellos momentos.
—Oh, cállate. Ojalá te hubiera olvidado, sólo me traes repulsión, Haitani.
—Qué cruel —Ran colocó su mano en su pecho, fingiendo que le dolió.
Pero entonces en ese momento llegó Takashi y se colocó a su lado, sonriéndole a Kenjiro para después mirar a los hermanos Haitani con una mueca.
—¿Ya dejarán de molestar a mí novio?
Kenjiro notó que Takashi quería ir con Mikey, pero los hermanos Haitani le dijeron que no los dejarían y que tenían sus ojos específicamente sobre ellos. Ambos rieron antes de mirarse mutuamente y que Takashi respondiera:
—Ustedes sí que están siendo directos. Pensé que eran los hermanos que pelean sucios para ganar sin importar qué.
Ambos hicieron una mueca y murmuraron palabras extrañas, por lo que Kenjiro y Takashi sonrieron un poco antes de ir corriendo hacia ellos y golpearlos.
Takashi primero golpeó a Rindo con un puñetazo y Kenjiro aprovechó para pasar su pierna debajo de Ran justo cuando pensaba golpear a su novio, derribándolo. Lamentablemente Rindo se recuperó rápido y le dio una patada a Kenjiro en la cabeza por detrás, y en lo que Takashi se giraba para agarrar a su novio de casi caer al suelo, Ran hizo lo mismo con él.
—¡Este cabrón! —gritó Takashi molesto—. ¡Golpeándome por atrás de mi cabeza!
—Jaja, estamos jugando sucio para ganar, ¿cierto? —se burló Ran.
Pero en ese momento algo llegó por detrás de Ran, dándole un buen golpe en la cabeza y dejándolo en el suelo. Hakkai fue el culpable y los miró a ambos.
—¿Están bien? Taka, ¿seguro que no te has oxidado por hacer toda esa ropa?
—Maldición, llegas tarde, Hakkai.
Y aunque pareció que la siguiente pelea sería entre los tres contra los hermanos Haitani, Kenjiro cayó de bruces al suelo de pronto. Aquel golpe fue el causante de que de pronto llegaran recuerdos a su mente.
Todo lo que le hacía falta estaba volviendo.
Takashi se hincó a su lado cuando se percató de eso, tomando sus manos y obligándolo a verlo, aún cuando su mirada estaba perdida. Los recuerdos volvían como una ráfaga que no podía procesarlos por completo. Esto lo notó Takashi, ya que supuso que debía ser eso, así que le dio un beso rápido en la frente ante de colocarse frente a los hermanos Haitani nuevamente directo para pelear.
Kenjiro tenía todas esas memorias… Le dolía tanto la cabeza, pero dejó que todas pasaran.
«—¿Alguien me mencionó?
Una nueva voz se hizo presente y Kenjiro se giró para ver de quién se trataba. Se sorprendió bastante al ver al chico, de apariencia bastante relajada, cabello lila, ojos de igual color y un lindo arete en su oreja izquierda.
De pronto, el corazón de Kenjiro comenzó a latir muy fuerte. Se asustó al darse cuenta y miró discretamente hacia su pecho, preguntándose por qué estaba sucediendo. Pero cuando volvió a ver al chico, sintió un revoloteo en el estómago y por su cabeza solo pasó un pensamiento: «Es el chico más lindo que he visto en la vida».
Se atragantó un poco con su propia saliva. Por suerte nadie se percató, porque los demás se acercaron a saludar al chico y parecían felices, como cuando Mikey y él habían llegado.
No podía dejar de verlo.»
«—Buenas noches, Ken —susurró Takashi mirándolo, y aunque él estaba dándole la espalda podía sentir su mirada fija en su cuerpo. No supo qué decir, así que fingió dormir para evitar responderle, porque sentía que sí decía algo podría delatarse; a ese punto seguía confundido con sus sentimientos y prefería tratar de ignorarlo y no poner incómodo el ambiente con él.
Cuando dejó de oír ruido, se giró, viendo que Takashi ya se había quedado dormido. Sus largas pestañas descansaban encima de sus ojos, tenía la boca medio abierta y su respiración iba tan tranquila que le transmitió mucha paz. Kenjiro no podía dejar de ver sus labios, y se reprendió a sí mismo por ello, ¿por qué no podía verlo como alguien normal? Trató de tranquilizar a su corazón, pero le era imposible. »
«—Me da miedo que mis padres intenten algo contra ti, por eso es que estoy más preocupado que lo que dirán de mí —confesó en voz baja, haciendo una mueca, dejando de mirarlo—. Son capaces de cualquier cosa, así que no pensaba decir que, ya sabes, tú y yo...
—Espero no te haya molestado lo que dije, fue para apoyarte —le sonrió, aunque Kenjiro no lo vio y solo sintió que su corazón daba un vuelco a oír sus palabras—. Mereces ser feliz con el chico que ames. Yo sé que lo lograrás, porque eres una maravillosa persona.»
«—Huh... ¿Qué tal...? «¿Qué es rojo y malo para tus dientes? Un ladrillo».
Las niñas al oírlo se quedaron con un rostro confundido al no entender el chiste. Las mejillas de Kenjiro se pusieron coloradas por la vergüenza y quiso enterrar su cabeza en la tierra, pero, cuando iba a retractarse del chiste tan malo que acababa de decir, una risa llamó su atención.
Mitsuya se había empezado a reír, e incluso tuvo que taparse la boca con la mano para intentar controlarlo. Kenjiro se sintió aún más avergonzado, por lo que sus mejillas se ruborizaron aún más, pero ver a Mitsuya reírse del mal chiste que había dicho (seguramente sabiendo que era pésimo) había significado mucho para él. Sabía que no había causado gracia, ya que las niñas seguían sin comprenderlo, pero Mitsuya seguía riéndose como si hubiera sido el mejor chiste.
Entonces, al verlo reír así, Kenjiro supo dos cosas. Una, que la risa de Mitsuya era jodidamente increíble y la segunda... que estaba perdidamente enamorado de él.»
«—A ver, a ver, si hablamos de quién quiere más a Ken, definitivamente gano yo —interrumpió alguien que reconoció perfectamente, y este se acercó y pasó su brazo por los hombros de Kenjiro, dándole una linda sonrisa—. Es mi familia, así que lo siento. Yo gané esta contienda.»
«—¡Líder, líder, tengo una duda! —exclamó de pronto una chica del otro lado del aula, por lo que Mitsuya asintió y se levantó de su asiento junto a Kenjiro. Lo miró con una sonrisa en su rostro.
—Eres mi modelo, no lo olvides.»
«Para su sorpresa, unos brazos se posaron alrededor de él, pero Kenjiro no podía verlo porque estaba mirando a la pared. Sintió un escalofrío recorrer su cuerpo y se tenso, quedándose en la misma posición mientras disfrutaba el abrazo.
—Ken, tú eres genial. No pides mucho porque es lo mínimo que todos deberíamos recibir. Todos merecemos respeto... Pero el respeto se gana y tú lo has intentado, ella simplemente no está interesada y es muy doloroso porque no mereces lo que está haciendo.
Quiso llorar, gritar y golpear todo para intentar liberar el dolor que tenía en su interior. Pero saber que tenía los brazos de Mitsuya alrededor suyo lo reconfortaba de una enorme forma que lo que pensó por un milisegundo desapareció en cuestión de nada. Se giró con cautela y ahora estaba acorralado por él, por lo que ambos se quedaron viendo sin decir o hacer algo. Kenjiro tragó saliva al sentir la intensidad de la mirada de Mitsuya en sus ojos, y que tenía una expresión de cariño. Sobre todo porque se veía tan hermoso… »
«De pronto el ambiente se volvió muy tenso. Kenjiro sintió nuevamente que sus manos estaban sudando y su corazón comenzó a ir a mil por hora, por lo que siguió evitando la mirada de Takashi. Sobre todo cuando él llegó a su mano a limpiarle sus nudillos llenos de sangre seca, acariciándolas lentamente. Se tensó al darse cuenta de las suaves y delicadas que eran las manos de Takashi sobre las suyas, sobre todo porque no parecían tener miedo de recorrerlas.
—Ken...
Su voz sonaba tímida, pacífica y delicada. El pelinegro por instinto lo miró, viendo que sus ojos brillaban y lo veía fijamente; luego miró sus labios levemente abiertos y rosados, notando que no era el único que veía los labios del otro. Tragó saliva al ver que Takashi se había acercado poco a poco y lo único que atravesó por su mente fue acercarse también sin importarle el resultado.»
«—Takashi, me gustas —dijo sin más, soltando un pequeño suspiro—. Desde que te vi me has gustado y el sentimiento solo ha ido en incremento. No tenía el valor para decirte porque… nunca has demostrado gustar de un chico y no quería arruinar nuestra amistad. Lo siento si no prepare algo más lindo, pero yo tampoco sabía de esto y…
Mitsuya lo tomó de las mejillas, girándolo hacia él. Pudo ver que estaba sonriendo, lo que aumentó sus nervios. A pesar de eso, no respondió, sino que se quedó viéndolo directamente a los ojos y con su mirada recorrió su rostro entero. Kenjiro supo que estaba tan ruborizado que podrían confundirlo con un tomate. Mitsuya tomó aire antes de hablar.
—Me gustas.
Y tras eso lo besó.»
«—Es muy extraño ir a una reunión a esta hora —le dijo Takashi restregando su mano en su ojo—. Muero de sueño.
—Yo también —se lamentó, pero rápidamente tuvo una idea y lo miró con una sonrisa cómplice—. ¿Saliendo de la reunión puedo ir a tu casa a dormir? No quiero volver a la mía.
Takashi se rio entre dientes, asintiendo.
—Me encanta la idea.»
«—Takashi, ¿puedes prometerme una cosa?
Él asintió al instante.
—Por supuesto.
—¿Podemos gobernar el mundo juntos?
La pregunta tomó desprevenido a Takashi y lo demostró con su rostro, pero tras ver los ojos decididos de Kenjiro no dudo en asentir de nuevo. Pareciera una petición algo extraña, más él sabía el verdadero significado y sí eso hacia feliz a su novio lo haría hasta con los ojos cerrados. De todas maneras Takashi ya tenía un rey y estaba justo frente a él.
—Seremos los reyes, Ken.»
Oh, mierda.
Cuando Kenjiro por fin tuvo todas sus memorias, se sintió vacío. Todo ese tiempo estuvo desesperado por terminar de comprender su propia vida y armar ese rompecabezas al cual le faltaban piezas desde hace semanas. Y ahora por fin lo tenía… pero por alguna razón no podía sentirse completamente feliz.
Tal vez porque se percató de todo lo que perdió en esas semanas. A Emma, a Draken, e inclusive a Mikey estando en otra pandilla… ¿Ahora qué debía hacer? En ese preciso momento no podía hacer nada y eso era lo que más le molestaba. Sintió mucho coraje en su interior, sorprendiéndose a si mismo por el sentimiento, así que cuando vio que Takashi estaba a la lejanía siendo interceptado por miembros de la Kanto Manji, no dudo en levantarse e ir corriendo hacia él.
Debía salvar a su rey.
Comenzó a repartir puñetazos y patadas a diestra y siniestra, apartando a todos y dejándolos en el suelo. Hakkai estaba en el suelo y justo en ese momento se levantó, atacando a varios a sus lados por lo que no quedó ninguno de pie. Kenjiro entonces aprovechó, se acercó a Takashi e hizo lo que había deseado hacer sinceramente desde hace mucho.
Lo besó.
Takashi no se esperó el beso, por lo que los primeros segundos se quedó quieto, pero al percatarse que ese beso tenía una intención distinta a la de los últimos días, lo supo. Supo que Kenjiro tenía devuelta sus memorias.
No demoró entonces en corresponderle con la misma intensidad, casi pareciendo que no pensaban separarse uno del otro. Hakkai los miraba emocionado como si estuviera viendo una película, a pesar de las miradas de los hermanos Haitani. Luego Kenjiro y Takashi se separaron, juntando sus frentes y mirándose a los ojos.
—Te amo, Takashi Mitsuya —murmuró Kenjiro en voz baja, causando que el mencionado se emocionará.
—Te amo más, Kenjiro Yamagawa.
—¿Ahora seguiremos pateando traseros? —preguntó emocionado Hakkai, pasando los brazos sobre los hombros de ambos chicos—. Hey, Kenjiro, estás devuelta, ¿verdad?
—Estoy devuelta, Hakkai —confirmó con felicidad.
—Veamos… Ya pasaron los cinco minutos, farsantes —dijo Takashi a los hermanos Haitani, esbozando una gran sonrisa—. Incluso pude besar a mi novio… Vengan aquí abajo Es mi turno de hacer una predicción. En cinco minutos vamos a derrotarlos a todos ustedes.
—¡Les mostraremos el verdadero carisma! —exclamó Hakkai feliz.
Kenjiro esbozó también una sonrisa burlona, viendo a Ran y Rindo.
—Vengan acá abajo, hijos de puta. Aprenderán lo que es jugar sucio siendo tres contra dos.
Para su resignación los hermanos Haitani tuvieron que bajar y se colocaron frente a los tres. Kenjiro se sentía con aún más ganas de partir traseros y más a esos dos, por lo que no le importaba estar haciendo trampa siendo tres. Ellos siempre eran tramposos.
—Acabaremos con esto en 5 minutos —se burló Takashi—. ¡Ken, Hakkai! ¡Vamos a mostrarles que nuestra combinación es mejor que la de esos 2!
—Taka, Kenjiro, ¿quieren escuchar mi plan? —interrumpió Hakkai con voz seria—. Durante el incidente de Kanto, Angry y yo no pudimos pasar a los hermanos. Seguían atacándonos de formas que no esperábamos.
—Ya veo…
—Entonces, recién se me ocurrió la idea mientras me estaban golpeando —anunció feliz antes de salir corriendo—. ¡¡Y ese es el plan!! —Entonces llegó junto a Rindo, cargándolo y llevándoselo—. ¡Si juntos son demasiado fuertes, solo tenemos que separarlos!
—Que idea tan loca —murmuró Takashi riéndose y viendo de reojo a Kenjiro. Él asintió—. Oh, bueno…
Los dos corrieron. Takashi impactó su puño en el estómago de Ran, sacándole el aire. Entonces cuando él salió casi volando, Kenjiro aprovechó para darle una patada en el rostro con fuerza, dejándolo en el suelo. Al lograrlo los dos se miraron y sonrieron.
—¡De esta forma es más fácil! —se jactó Takashi, sacándole una carcajada a Kenjiro.
—Definitivamente lo es.
—Levántate, Ran Haitani. Déjame mostrarte cómo pelear uno a uno.
—¿Estoy pintado? —curioseó Kenjiro al oír eso, alzando una ceja con curiosidad. No entendió a qué fueron sus palabras, pero Takashi rápidamente sonrió y se inclinó para darle un beso.
—Ve a ayudar a los demás. Déjame con este.
—¿Estás seguro? —preguntó nuevamente, un poco preocupado. Takashi asintió.
—Cien por ciento.
Kenjiro sonrió.
—Bien —se giró entonces hacía Ran y le guiñó un ojo—. Adiós, guapo.
Kenjiro se retiró, dejando a Takashi en su pelea con Ran. Sabía que podría solo, sino no lo habría dejado. Recién tenía sus recuerdos y lo único que deseaba era poder estar con Takashi toda la noche después de esa pelea, por lo que debían llegar intactos para eso.
Llegando hacia más miembros de la Kanto, se percató de que llevaban una ligera ventaja lo cual le hizo sentir mejor. Comenzó a lanzar patadas a diestra y siniestra sin importar nada porque lo único que quería era ganar. Tal vez eso era un paso grande para poder ser el rey del mundo. Entonces, aunque varios lograron darle puñetazos y patadas, Kenjiro seguía intacto y nunca se dejó caer porque estaba peleando por sus amigos y para recuperar a Mikey. No podía fallarles.
Justo en ese momento Takashi y Hakkai lograron derrotar a los Haitani, y también Chifuyu contra Mochi. Le pareció increíble y se sintió orgulloso de todos, aún más cuando se enteró que Akkun logró derrotar a Madarame. Eso sí que era una buena noticia.
Continuó peleando y aunque sus nudillos dolían y su pierna se acalambraba un poco, no se iba a dejar vencer. Tenía que seguir peleando con todas sus fuerzas, y mientras más lo hacía, más bien se sentía sabiendo que estaban pasos más cerca de recuperar a Mikey y derrotar a la Kanto. A pesar de que la batalla estaba reñida, sabía también que todos tenían la suficiente fortaleza para no dejarse vencer porque los conocía y les confiaba su vida.
Mientras tanto, hubo más peleas y derrotas. Aunque vio a Senju siendo derrotada por su hermano, se percató que fue porque la golpeó con una arma en la cabeza, lo cual era evidente considerando que Sanzu nunca fue el más correcto. Kenjiro quiso ir, pero alguien más de Kanto se interpuso en su camino; no sabía quién era pero no le importaba, por lo que le lanzó una patada y continuó con lo que hacia.
Sin embargo, se percató que ya era de los pocos aún de pie de ToMan. Pah-chin cayó luego de pelear con Mikey; Takashi, Hakkai, Akkun y Chifuyu fueron derrotados por Hanma; a Koko e Inupi les ganaron Wakasa y Benkei; y luego Peyan y los gemelos Kawata intentaron luchar contra Mikey y también terminaron en el piso. Notó luego a Takemicchi huir de su pelea con Kakucho y aunque eso le dio una mala espina, supo que algo debía estar haciendo él para huir.
Confiaba en Takemicchi de todas formas.
Luego de que poco a poco los demás pudieran levantarse, pasó algo que casi hace a Kenjiro asustarse de verdad. Un tren venía hacia ellos tan fuerte que creyó que se estrellaría y los mataría, pero por suerte pudo detenerse antes. Suspiró al ver al tren detenido.
—¿Qué ocurrió? —preguntó Takashi asustado.
—Esto pudo haber sido un desastre —murmuró Hakkai.
—Fue Takemicchi a detener a alguien, seguramente a quién hizo eso… Y lo logró —habló Kenjiro, dispuesto a darle su parte del crédito a su amigo porque sabía que fue su idea.
—¡¡Todos ustedes!! ¿¡Por qué se están distrayendo?! —gritó molesto Mikey—. ¡La segunda generación de ToMan está en su último aliento! ¡No les mostremos piedad!
De pronto Takemicchi se apareció frente a la puerta del tren, pero no podía ver bien qué sucedía mientras peleaba. Sólo que luego apareció Sanzu con una katana y supo que él debía ser el responsable detrás del accidente del tren, porque no conocía a otra persona más loca y retorcida que Sanzu.
—¡¡¡Takemicchi, detrás de ti, carajo!!! —gritó repetidas veces, pero sin éxito. Sanzu estaba apunto de atacar con su katana a Takemicchi cuando de la nada apareció alguien en una motocicleta, saltando y dejando que está se impactara en Sanzu.
¿Era Taiju?
Kenjiro no podía creerlo. Era el hermano de Hakkai y ex líder de los Black Dragons, ¿por qué estaría ahí para apoyarlos? Inclusive tenía uniforme de la ToMan. Tuvo que desviar un poco la mirada para darle un puñetazo a un miembro de la Kanto que quiso aprovecharse de la situación, para luego volver a ver a Taiju como si temiera que desapareciera de repente. Él era jodidamente fuerte.
Eso le hizo tener un poco más de esperanzas. Con Taiju aseguraban durar más en la pelea, ya que la mayoría estaban muy lastimados, así que lo agradeció de verdad. Cuando notó cómo derribó diez personas de un puñetazo, lo único que pudo hacer fue soltar un jadeo. Era aún más impresionante de lo que pensó. Luego llegó justo frente a Wakasa y Benkei, por lo que pidió que pudiera derrotarlos o mínimo dejarlos mal heridos porque de lo contrario no podría llegar Takemicchi con Mikey.
Aunque Wakasa y Benkei iban a hacer algo mortal, ya que Senju lo gritó asustada, no pudieron contra Taiju y él los detuvo justo antes del momento de atacar. Kenjiro sonrió, dándose cuenta que no eran lo suficientemente fuertes para Taiju y agradecía tenerlo de aliado.
Entonces fue hora: Takemicchi contra Mikey.
Pero no pudieron continuar, porque después de su discurso sobre su viaje en el tiempo, Sanzu cortó en la espalda a Taiju con la katana y tras él se acercó con Hanma, diciéndole que estaba acabado. Aunque ellos mentían.
—¡¡Él no está solo!! —gritó Chifuyu, comenzando a correr directo hacia Hanma.
Kenjiro sonrió y fue detrás de él, intentando golpear a Sanzu con una patada, más fue difícil porque él con la katana le cortó un poco el brazo. Aún así eso no detuvo que lo golpeara nuevamente, provocando que tirara la katana al suelo. Le hubiera gustado quitársela, pero Sanzu aún estaba lo suficientemente bien para seguir, así que la agarró y volvió a apuntar a Kenjiro. Este se quedó quieto mientras oía como Chifuyu era golpeado nuevamente por Hanma, pero explicaba que nunca dejaría a Takemicchi pelear solo de nuevo ya que lo culpó de la muerte de Draken, más no se dio cuenta que él estaba peleando sólo y le pidió perdón.
—¡Yo soy el vice-capitán de la segunda generación de la Tokio Manji Gang, Chifuyu Matsuno! ¡¡Y le dedicaré mi vida a nuestro capitán!! Te cubriré la espalda, ¡compañero!
Se colocó a espaldas de Takemicchi, y aunque Kenjiro no podía hacerlo, se quedó a su lado y miró a los chicos, sonriendo.
—Aún estoy lo suficientemente bien para pelear, así que hay que patear traseros.
Chifuyu asintió con decisión.
—¡Adelante, Kanto Manji Gang! ¡¡Arreglemos esto ahora!!
—¡¡Uooooh!! —bramó Takashi con emoción—. amé estás dando espíritu, Chifuyu. Aún no es el final de ToMan, ¿cierto, chicos?
Angry no se quedó atrás, así como ningún miembro aún consciente de la ToMan.
—Ahora que lo dices así…
—No hay forma de que nos quedemos descansando —terminó la oración de Angry, Smiley. Chifuyu refunfuñó molesto.
—Es cierto. ¿Qué demonios hago perdiendo el tiempo?
—¡¡Acabemos esto de una vez por todas!! —exclamó Senju con decisión.
Luego, una voz mucho más grave e imponente levantó la bandera de la pandilla. Taiju era cargado con ayuda de Hakkai sin soltar la bandera.
—¡¡¡Tokio Manji Gang!!! ¡Como si estuviéramos acabados!
Poco a poco los que estaban en el suelo se levantaron y comenzaron a corear el nombre de «ToMan». Kenjiro se sintió muy motivado por eso porque aunque era cierto que él 95% de la pandilla estaba muy malherida, nadie pensaba dejarse caer. Y él tampoco.
Y aunque pensaban continuar, de pronto Mikey se colocó frente a Takemicchi y lo golpeó con todas sus fuerzas derribándolo varios metros. Chifuyu se alarmó y cuando intentó hacer algo también fue golpeado.
—¡Mikey, ese no eres tú! —le dijo Kenjiro con preocupación al ver sus ojos. Ese no era su Mikey… Pero no pudo decir más, ya que él mencionado le dio un golpe que dio directamente en su cabeza y lo llevó varios metros lejos de ahí. Ese fue el primer golpe de toda la noche que le dolió, por lo que no pudo levantarse tan rápido como le hubiera gustado.
Takashi salió corriendo hacia él y se hincó a su lado, sujetando su cabeza con preocupación.
—¿Estás bien, Ken?
—Me siento jodido, pero estoy bien —murmuró con dolor, haciendo una mueca. Con cuidado intentó levantarse, pero justo en ese momento notó como Mikey golpeaba a Sanzu y a Hanma, lo cual lo dejó mudo. Intentó hacer algo más, pero Mikey salió corriendo y golpeó absolutamente a todos, inclusive a Takashi que cayó de bruces a su lado—. T-Takashi…
—No hables —susurró él con un quejido—. Guarda t-tus fuerzas.
A Kenjiro le dolió ver a Takashi así y más por culpa de su amigo. ¿Cómo era posible? ¿Hasta dónde llegaban esos impulsos de Mikey que atacó hasta a sus aliados? No estaba entendiendo y cada vez se sentía más desesperado por eso. Kenjiro intentó moverse con sus manos pero Takashi lo detuvo, tomando su mano con fuerza, por lo que lo miró a los ojos y pudo notar lo malherido que estaba.
—No, p-por favor.
Se mordió el labio con impotencia y asintió, viendo entonces a Takemicchi siendo el único de pie frente a Mikey. La vez que él tuvo esos impulsos golpeando a Kazutora, Takemicchi logró detenerlo ¿En esta ocasión sería igual? ¿Algo cambiaría? Porque ante los esfuerzos que veía que hacía Takemicchi, seguía cayendo y cayendo. Comenzaba a ser desesperante, por lo que sólo rezaba a lo que fuera que existiera que por favor salvarán a su amigo.
Pero todo fue diferente cuando de pronto Takemicchi comenzó a esquivar todas las patadas de Mikey. ¿Estaba viendo bien? ¿Acaso Takemicchi se volvió tan bueno de pronto o había algo escondido que ayudaba? Realmente no lo sabía y no le interesaba, lo único que me importo en ese momento fue darse cuenta que había una posibilidad de ganar.
Inclusive Takashi y Hakkai lo notaron, estando igual de impactados que él. Era realmente impresionante. Todos se despertaron de su noqueo y mientras más veían a Takemicchi esquivar, más se impresionaban. Al menos hasta que Takemicchi decidió darle un buen golpe a Mikey, que, aunque lo noqueó dos segundos, no dudó en levantarse y burlarse del único golpe que le hizo Takemicchi.
—Vamos, Mikey —dijo él con una sonrisa en el rostro.
Sólo que las cosas se pusieron más raras. Kenjiro se enteró que antes de que Takemicchi fuera un viajero en el tiempo lo era Shinichiro, el hermano mayor de Mikey e hizo todo eso para salvarlo porque tenía un futuro donde moría joven. Por lo que, cuando logro salvar a Mikey, traspaso sus poderes a Takemicchi de forma voluntaria pero a raíz de eso falleció días después. Sin embargo, en todos estos futuros había una oscuridad nacida de la maldición que recibió Shinichiro.
—La “maldición” que Shinichiro creó cuando mató al viajero en el tiempo… Esa es mi “oscura impulsividad “ y afectó a todos a su alrededor. Probablemente le ocurrió lo mismo a Kazutora en aquel entonces… El karma que he cargado. Esta “oscura impulsividad” me está consumiendo. Latido, latido, latido. Más y más fuerte. Parece que ya no puedo controlarla. Es por eso que me alejé de mis amigos y no tuve más opción que desaparecer. Siento que… estoy a punto de enloquecer.
—Ya no tienes que contenerte —le respondió Takemicchi, causando curiosidad en todos—. La segunda generación de la Tokio Manji Gang se creó solo para salvarte. Por favor, libera tu oscura impulsividad con todo lo que tengas. Puedo ver el futuro, así que seré capaz de hacer algo al respecto. ¡Por eso yo soy el único que puede aplastar tu oscura impulsividad!
» Puedes soltarla, Mikey. No me importa lo que ocurra.
Las palabras de Takemicchi fueron pensadas, o quizás no. Mikey después de eso se dejó consumir, sus ojos se volvieron completamente blancos y un aura lo rodeó por completo, que incluso llegó a Kenjiro y le causó escalofríos. Entonces Mikey agarró la katana de Sanzu y comenzó a atacar a Takemicchi, pero ahora tenía miedo del resultado.
Como decía Pah-chin, ¿cuál era el punto entonces de pelear si estaban haciéndolo contra una maldición? ¿Cómo se derrota a esta? Porque aunque Takemicchi lo intentara, era prácticamente imposible. Mikey le cortó todo el brazo y esto hizo que Kenjiro soltara un gemido de miedo, aferrándose a Takashi.
Sanzu entonces explicó que la maldición y Mikey eran uno mismo, por lo que no iba a poder separarlas. Y aunque Kenjiro no quisiera darle la razón, lo hacía.
—Shinichiro murió a causa de la maldición. ¡Igual Baji, Emma y Draken también! ¡Todos los que inventan salvar a Mikey de esa oscura impulsividad terminan muertos! ¡¡Eso es lo que es esta maldición!! ¡¡Tú también morirás, Hanagaki!!
—¡¡Cállateeee!! —bramó Takemicchi.
Pero de pronto Mikey atravesó a Takemicchi con la katana. Kenjiro se ahogó por un segundo sin poder creer lo que veía, y más aún cuando él abrazó a Mikey a pesar de todo.
—Y si haces algo estúpido te patearé el culo. Eres en vivo de por vida. No voy a perder, Manjiro… Cargaré tu oscura impulsividad en mi espalda…
—¿Amigos? —repitó Mikey en un susurro—. ¿Takemicchi?
—Dame tu mano, Mikey. Tú eres el disparador, es por eso… Puedo hacer todo de nuevo… una y otra vez… Yo… te salvaré…
—¿De nuevo…? ¿De qué? ¿De qué estás hablando…?
Parecía que Mikey volvió en sí, pero era demasiado tarde. Takemicchi estaba perdiendo demasiada sangre. Kenjiro no quiso ver más, escondiendo su cabeza en el pecho de Takashi mientras escuchaba como él lloraba. No quería ver más, le dolía el corazón tan profundamente de ver cómo otro amigo se iba. Tal vez podría cambiar el futuro o el pasado, ¿pero y si la historia se repetía? ¿Acaso no le daba miedo darse cuenta que no estaba exentos de un mal futuro nuevamente? Tal vez él no era relevante, pero tenía miedo.
—¡¡Despierta por mí!! —fue lo último que escuchó Kenjiro antes de hundirse en llanto.
Esperaba tan solo que el buen futuro que se merecían llegara. Y tal vez… ser feliz.
sé que muchos odian el final, pero… bueno aquí está JAJAJAJA
el siguiente capítulo es el final y no habrá epílogo!! besos y no olviden votar <3
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Com