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iv. Dancing With The Scorpion.

CAPÍTULO IV: DANCING WITH THE SCORPION

—¿ENTERRARON A TRACY?—PREGUNTA SCOTT, caminando junto a Paris y Liam.

Despues de que la xana sintiera todas las heridas y los golpes de manada, Liam llamó al alfa para preguntarle si algo estaba sucediendo y, como siempre, así era: Tracy había paralizado a Stiles, Deaton y Scott, huyendo hacia la comisaria y lastimando a Lydia, Kira y Malia. Así que Liam y la rubia llegaron al hospital para contarle a Scott lo que habían descubierto.

—La enterraron viva...—le dice Paris.

—...y se arrastró para salir.—completa Liam, siguiendo el paso por los pasillos del hospital.—Luego encontramos otro hoyo.

—¿Quién estaba en ese?

—No lo sabemos pero creemos que hay que averiguarlo.—responde la rubia mientras se hace una coleta.

Los tres suben al asensor para encontrarse con los demas cerca a la habitación de Lydia, caminan un poco y ven a toda la manada alli. Melissa también esta alli diciendole algo a Theo pero Paris logra ver que alguien esta detras del chico, mueve un poco su cabeza y su boca se abre un poco cuando ve a Holly.

Su mejor amiga parece no querer mirarla siquiera porque intenta esconderse lo mas posible detras del chico, Paris frunce su ceño confundida ante su actitud y también por no conocer la razon por la cual Holliday estaría tan cerca de él cuando hace varios dias bromeaba sobre no poder dirigirle la palabra.

Antes que nada, Paris se acerca a Stiles y le da un pequeño abrazo muy disimuladamente, esta feliz de que esté bien, además de ese gran rasguño en su pecho.

—Esta a punto de entrar al quirófano, tardará un rato.—les dice la madre de Scott a todos.— Hay algún detalle sobrenatural del que necesite estar enterada...¿o solo suturamos y esperamos?

—Era la cola.—le dice Kira.

Scott da un paso adelante.—Tracy la cortó con la cola, si eso importa.

Su mamá asiente.—De acuerdo.

Paris siente la desesperación de Malia cuando habla.—Pero no solo era Tracy, estaban los otros... los hombres con las máscaras.

La rubia logra conectar sus ojos con los de Holliday por un segundo pero rápidamente la morena la evade y trata de esconderse tras de Theo. Paris no dice nada.


La noche de Paris es como las anteriores que ha tenido últimamente: Con una pesadilla.

Nada cambia, sigue corriendo por el bosque, una sombra la persigue, la hiere, le grita que le de algo... y Paris despierta aterrada. Es algo ridiculo para ella si se lo preguntas, ni siquiera es tan aterrador, pero siente literalmente que su corazón va a salir de su pecho por lo fuerte que late y su cuerpo se llena de sudor y hace que se sienta asquerosa en su pijama de satén.

Pero ella está bien, está bien.

No durmió más allá de las tres de la madrugada pero organizó su cuarto y su armario, también puso una mascarilla en su rostro y en sus pronunciadas ojeras que hacían que pareciera un mapache. Tomó una larga ducha y tardó lo más que pudo en prepararse para la escuela pero aún así era demasiado temprano, así que después de hacer su desayuno y el de su padre y Stiles, tomó su auto y llegó a la biblioteca de la escuela.

Así que allí estaba, las siete de la mañana y Paris tiene un libro de cada una de sus asignaturas en un lado la mesa y sus cuadernos en el otro, sintiéndose como la mayor sabelotodo de Beacon Hills. Toma un poco de su gran taza de café y pone su atención en su tomo de Álgebra Avanzada III.

Una de las luces comienza a parpadear, llamando la atención de Paris. Mira a su alrededor para asegurarse de que no hay nadie más allí y vuelve a poner sus ojos en sus números. La luz vuelve a titilar y una corriente fría hace que la rubia frote sus brazos, Paris comienza a sentir miedo, se siente observada...

Perseguida. Justo como en su sueño.

La visión periférica de Paris capta una ráfaga negra, un borrón. Comienza a mirar a todos lados, aún aterrada, y se congela cuando la ráfaga se vuelve una sombra. Justo frente a ella.

—Dámela.

Oh no.

—Dámela.—susurra de nuevo.

No, no, no. Cierra sus ojos. Esta demasiado cansada, solo es eso, está cansada...

—Dámela

—No...—susurra, colocando sus manos en sus oídos. Cierra sus ojos con fuerza. No ve nada, nada está allí.

Está cansada, no es real...

—¡Dámela!

—¡No!— abre sus ojos llenos de lagrimas, está aterrada, quiere morirse. Su corazón palpita demasiado rápido. Sigue allí, mirándola.—¡Déjame en paz! ¡No se que quieres! ¡Déjame!

—¡Paris!—una mano toca su hombro desnudo y hace que se sobresalte. De algún modo, debe abrir sus ojos y nota que no hay nada frente a ella, nada en absoluto.—¿Estás bien? ¿Estás herida?

Gira su cabeza y ve a Theo y a Holly a su lado. ¿Qué diablos?

—¿Me escuchas Paris? —vuelve a preguntarle el chico, sus ojos muestran preocupación.

—Si...

Holly toma la silla a su lado y se sienta.—¿Qué sucede?

Paris niega, limpiando los restos de sus lágrimas.—Nada solo... Recordé una pesadilla que tuve anoche, es eso. No te preocupes, Holly.

Ninguno de los dos parece creerle en absoluto, mucho menos Theo, quien puede escuchar los latidos de su corazón para saber si lo que dice es verdad o no.

Paris recoge sus cosas rápidamente mientras le da una sonrisa rápida a su amiga.—Nos vemos más tarde...—mira al chico.— si quieres. Adiós.

Sale de la biblioteca caminando lo más rápido que puede, pero no lo suficiente para que Theo y Holly ignoren las heridas frescas en su espalda.



Paris cierra su casillero mientras termina de acomodar su chaqueta, toma su bolso del suelo y comienza a caminar hacia su primera clase del día hasta que aparece Liam por uno de los pasillos.

—Hola.—le dice él beta dándole un beso corto.

—Hola.

—Llegas temprano.—Paris asiente.

—Si, estaba estudiando un poco. Ya sabes, se acercan los exámenes.— Liam frunce un poco su ceño al ver detenidamente el rostro de la rubia.

Ambos se detienen a un lado del pasillo.—Debes estar estudiando mucho, te ves cansada.

Paris quiere llorar. Debería decirle  la verdad, ¿no?— Estoy algo cansada en verdad.

Liam le da una pequeña sonrisa.—No tienes que preocuparte tanto, sacarás una gran calificación, como siempre.—ella sonríe un poco.—¿Has estado yendo a la academia?

No. No lo ha hecho.—Uhmm, no... Creo que voy a dejarla.

—¿Por qué?

Paris muerde el interior de sus mejillas con ansiedad antes de contestar.—En el verano, mi madrina estuvo llevándome a desfiles y reuniones, me mostraba todo lo que hacía mi madre. Y Liam, ella quería que yo tomara su lugar, lo puso en el testamento.—Siente la sangre en su boca cuando muerde demasiado fuerte.—Lo correcto es que lo haga, debo concentrarme en ello y no en... el ballet.

La mirada de Madame Solovióv aparece en la mente de Paris. Decepción. Esa era la única palabra que podía describirla. Estaba completamente decepcionada.

Liam parece confundido por sus palabras.—Pero... creí que querías hacerlo, ¿no quieres cumplir tu sueño?

Paris se encoge de hombros.—Ella confió en mí para que el trabajo de su vida siguiera. No voy a decepcionarla...—con rapidez, cambia de tema.—En fin, ¿nos vemos esta noche? Podemos ir al mirador en mi auto y llevar algo de comida.

—No puedo, le prometí a Mason que lo acompañaría a un club.—rechaza Liam.— Lo siento.

—No importa, otro día.—el timbre suena sobresaltandola.—Ya voy a entrar, adiós.

Paris le sonríe rápidamente para cruzar el pasillo en pocos pasos e ingresar a su salón, dejando a Liam allí. Sus siguientes clases son normales: Respuestas correctas como siempre, total atención en los temas y varias tazas de café la ayudan a superar el día y, sin darse cuenta, ya está en su hogar de nuevo. Se saca sus botas en su habitación y se pasea hasta la sala para buscar algún reality show que la distraiga un poco. Su mano acaricia a Cher mientras dos chicas pelean en la televisión, pero la mente de Paris está en otro lado.

No puede dejar de pensar en lo qué pasó en la biblioteca, se sintió demasiado real como para que fuera un simple sueño ocasionado por quedarse dormida un momento. Ella estaba despierta. Tenía los ojos abiertos antes de que Theo la llamara.

La xana se acomoda un poco en el sofá cuando siente picazón en la espalda, justo antes de que su teléfono suene.

—Hola Brett.—responde mientras su gata ronronea por sus caricias.

—Deja lo que sea que estés haciendo ahora mismo y ve a darte una ducha y a ponerte algo bonito.—le dice el chico.

Paris suelta una risa.—¿Por qué debería hacerte caso?

—Porque me acompañarás a un sitio genial esta noche y no puedo permitir que te veas mal cuando yo me veré grandioso.—responde al otro lado de la línea.— No escucho que estés moviéndote, hablo en serio.

La xana suspira mientras se levanta y sube las escaleras hacia el baño.—De acuerdo, pero solo porque no tengo nada más que hacer.

—Ambos sabemos que mueres por salir conmigo.

Paris niega.—No es una cita, Brett.

—¿Liam y tú son novios?

No.

Es la verdad. No lo son, ella ni siquiera sabe que son.

(Almas gemelas no puede incluirse.)

—Entonces cállate y metete en la regadera, te llamaré cuando esté frente a tu casa.

Paris abre la llave.—Adiós.

Unas dos horas después, Paris le abre la puerta a un Brett con una sonrisa de idiota en su cara. Pone los ojos en blanco y cierra tras de ella para ir al auto. —Espero que valga la pena.

—Si yo consigo a alguien sexy y tú quitar esa cara de muerto viviente, entonces habrá valido la pena.

Paris ríe y lo empuja por el hombro, pero claramente lo no mueve en absoluto. Ambos suben al auto de Brett y él comienza a manejar hacia Dios sabe donde. Ninguno de los dos dice nada hasta que la rubia no puede más con el silencio.

—¿A donde vamos?

Brett tararea la canción de la radio antes de responder.—Un lugar llamado Sinema, es genial. Podemos beber hasta emborracharnos... Bueno, no podemos hacerlo pero la intención es lo que cuenta.

Paris asiente.—Yo si puedo emborracharme.

Brett le da una pequeña mirada antes de volver a la carretera.—¿Y tienes una razón para hacerlo?

Ella lo piensa un segundo.—No lo se. Tal vez.

—Sorpréndeme.

—De acuerdo.—dice Paris.—Estoy teniendo horribles pesadillas cada noche y no puedo dormir más allá de las tres de la mañana, y creo que me estoy volviendo loca porque juro que mi pesadilla fue real hoy... Y mi madrina prácticamente me hizo un pequeño curso en el verano de cómo ser la presidenta de una compañía de más de cincuenta millones de dólares cuando estaba segura de querer irme a Francia a ser bailarina pero ya no lo estoy porque es la herencia de mi mamá y no quiero decepcionarla.—Toma aire cuando  siente que la voz va a quebrársele.— Y tengo a este increíble chico que literalmente es mi maldita alma gemela pero tengo este miedo constante de que vaya a dejarme si se lo digo porque ¡podría matarme! —ríe por lo ridículo que suena.— Oh y no solo eso, no... También si la manada se separa me mataría. Dependo de todos menos de mi misma y no puedo decirles nada porque algo extraño está pasando como siempre...

—Respira.—le dice Brett, mirándola con preocupación.

Paris asiente.—Si... eso es lo que me pasa.

Brett se estaciona y baja del auto, Paris lo imita, bajando un poco el final de su vestido de lentejuelas negro. Él pone su brazo alrededor de la rubia de manera amistosa mientras la guía a la entrada.—Todo se te olvidará en un par de
tragos.

Ambos entran y Paris queda deslumbrada por las luces, la música y la gran cantidad de personas atractivas reunidas en un solo lugar. El ambiente es genial aunque se siente un poco cohibida con las personas bailando semidesnudas en las cajas transparentes. Ambos avanzan hasta la barra y toman un tubo de ensayo cada uno.

Paris arruga su nariz ante el sabor.—No creo que esto me ayude mucho, Brett.

—No a largo plazo pero definitivamente a corto plazo lo hará. Así que vamos a bailar hasta que yo vea a alguien lo suficientemente atractivo como para bailar conmigo.—Brett le extiende su mano a Paris y ella la toma.

Ambos comienzan a bailar por unos minutos hasta que Brett ve a una chica y un chico que llaman su atención así que Paris se queda allí, disfrutando de la música y de los pequeños tragos que toma de vez en cuando de las bandejas que revolotean a su alrededor. Mueve su cabello, dejando su espalda descubierta y sigue moviéndose al ritmo de la canción, alejándose de algunos chicos y chicas que se acercan demasiado para su gusto.

Unos veinte minutos después está bastante relajada y algo mareada, pero feliz. El sudor le corre por el cuerpo por toda la actividad física que está haciendo y, en otro momento lo encontraría asqueroso, pero ahora siendo casi el centro de atención y sintiéndose liviana, no le importa en absoluto.

Hasta que alguien jala de su brazo para llevarla contra una pared.

Paris está lista para defenderse hasta que se da cuenta que es Liam. Su mente está nublada por lo guapo que se ve y lo único que quiere es besarlo.

Demasiado.

Muuucho.

—¿Qué haces aquí?—le pregunta él casi gritando.

Paris ríe mientras sigue bailando.—Lo mismo que tú, supongo.—Liam le da una mirada confundida, Paris suspira.—Vine con Brett.

La expresión de Liam muestra que no le agradó su respuesta, pero Paris está un poco borracha para importarle sus estupidos celos sin sentido.

—¿Así que ahora son mejores amigos o...?—Bueno, ella no puede concentrarse demasiado cuando tiene calor, tragos en la cabeza y Liam está tan cerca de ella en un lugar oscuro. Paris niega, mordiéndose su labio inferior para esconder su sonrisa.—Oh crees que es gracioso...

La rubia asiente dejando ir su labio para acercarse al oído de Liam.—Me parece gracioso que estés ocupado colocándote celoso de un chico que solo es mi amigo y que no estés besándome cuando estamos en una fiesta y yo me veo genial.

Ciertamente Liam no esperaba la última frase, así que se aleja un poco para mirar a Paris pero no pasa mucho tiempo cuando ella pone sus brazos alrededor del cuello de Liam, acariciando su nuca. Con eso, la atención del chico está puesta solo el Paris y su preocupación porque Brett saliera con ella se esfuma.

Paris mira detenidamente los ojos de Liam, sin separarse un segundo. Él coloca sus manos en su cintura con un poco de precaución y Paris acerca su rostro dejándolos a cinco centímetros de distancia.—No hay otro chico que me pueda gustar además de ti, Liam.

Él no deja de mirarla.—Eso es incierto Paris, lo sabes.

Ella niega, el alcohol y sus sentimientos por este chico mezclados no son una buena combinación para nada, porque está segura de que lo mira con toda la adoración del mundo en este momento.—No, no lo es... No habrá nadie más.—ella le sonríe suavemente.

—Para mi tampoco...

Eso hace que su corazón se hinche tanto que olvida la música y las demás personas.—No lo entiendes... pero puedes estar seguro—se acerca lentamente a él.— de que no importa a cuantas fiestas vaya, ni cuantos amigos tenga... tu eres el único que quiero.

—¿A qué te refie...?—Liam parece hipnotizado por Paris, así que la acerca a él y le da un beso profundo y largo, intentando demostrar todo lo que siente. Después de unos segundos ambos toman aire cuando sus pulmones no pueden más y Liam se aleja pasando sus manos por su cabello.—Lo siento, no debí besarte cuando no estás en tus cinco sentidos.

Paris frunce el ceño, algo enojada por su lejanía.—Estoy bien, solo algo mareada.

—No, no está bien...—ella hace un mohín hasta que Liam extiende su mano hacia ella.—Ven, debo hablar con Brett, siento algo extraño aquí.

Paris toma su mano y la lleva a través de la gente hasta donde está su amigo, quien parece bastante ocupado con su brazo derecho alrededor de un chico y su brazo izquierdo alrededor de una chica.

Él mira a Liam molesto hasta que baja y va con ellos. Después de unos minutos mientras los dos hombres lobo hablan entre ellos, Brett dice:—No, no logré captar nada.

—¿Nadie como nosotros?—Paris frunce el ceño cuando intenta tomar otro tubo azul pero Liam se lo quita de la mano.

Brett mira alrededor.—No lo sé es Beacon Hills. ¿Cuál es la diferencia?

—Bueno, se sintió diferente.—reclama Liam.

—¿A que te refieres?

—Se sintió raro... se sintió mal.

Paris parpadea un par de veces cuando un sudor frío le recorre la
espalda.—Yo me siento mal.

Liam pone una mueca y toma la mano de Paris, llevándola a la barra para darle un vaso de agua. La rubia termina rápidamente sintiéndose mucho mejor ahora que su cabeza ya no da vueltas y sus ojos pueden enfocar con normalidad.

—Gracias Li.—le dice al chico, quien asiente.

Vuelve a tomar su mano.—Ven quiero ver algo.

—De acuerdo.—Paris se levanta del taburete y se deja llevar por Liam.

No caminan demasiados pasos cuando Paris choca contra la espalda de Liam y escucha cristales caer al suelo.

—¿Estás bromeando?—dice una voz enojada. Paris ladea su cabeza y nota que es Haydee, una muy enojada Hayden.—Valen diez dólares cada uno.

—Lo siento.—le responde Liam, sin soltar la mano de Paris.

—El barman no los llenará gratis.

Antes de que pueda hablar, Liam se le adelanta.—Esta bien, tengo dinero.—el chico rebusca en sus bolsillos hasta que saca algo de dinero.—Tengo doce dólares y algunas monedas.

Hayden suelta una risa sarcástica.—Todavía me debes doscientos.

Antes de que pueda alejarse, Paris la toma del brazo para después buscar su pequeña cartera en el bolsillo de su vestido. Saca algunos billetes con una expresión seria y se los entrega a Hayden.—Solo tengo cien ahora pero puedo darte el resto en la escuela.

El tono de Paris es amable, pero por la expresión de la chica pareciera que le hubiera tirado el dinero en la cara.—Como sea.

Le tira las monedas a Liam y se va enojada de allí. Paris suspira, colocándose frente al chico.

—¿Qué sucede?

Liam niega, claramente molesto.—Yo...—se interrumpe a sí mismo con su mirada clavada detrás de las cortinas que separan el equipo del dj de la fiesta.—Brett está en problemas.

Ambos corren a través de la gente y llegan al lugar. Antes de que Brett pueda ser atacado por una especie de hombre lobo con aguijones, Liam lo embiste tirándolo al suelo, luchando y forcejeando con él. Paris va hacia el hombre lobo herido e intenta concentrarse en hacerlo sanar lo más rápido que puede, hasta que escucha a Liam forcejear demasiado con el extraño chico.

Se levanta del suelo y sus ojos comienzan a brillar cuando Scott y Kira aparecen de repente. El alfa corre hacia el chico desconocido pero este lo lanza por el aire como si nada, luego Kira toma el control de la situación luchando con su katana y haciendo hasta lo imposible para que ningún aguijón perfore su piel. La kitsune logra darle una patada en el pecho y Liam aprovecha el momento para estamparlo contra el piso, pero al parecer las ganas de luchar de Kira no se calman con ello, porque una extraña aura en forma de zorro comienza a mostrase a su alrededor y camina hacia el chico escorpión con su arma blandiéndose lista para acabar con él.

Antes de que pueda hacer algo Scott la detiene y su aura se desvanece.—¿Están todos bien?—
Paris asiente con los otros, suspirando.—Tenemos que sacarlo de aquí. Liam, dame una mano.

Él beta asiente y cuando a penas lo levantan unos centímetros del suelo, un arpón le atraviesa el pecho. Paris da un salto hacia atrás y mira aterrada al lugar de donde vino.

Unos hombres con máscaras extrañas los miran desde arriba, Paris no puede sentir nada. Ni culpa, ni regocijo. Nada en absoluto.

Y eso la aterra.

—¿Por qué hicieron eso?—les dice Scott.

—Su condición era terminal.—le responde uno de ellos con una voz carente de vida.

Paris se ve confundida.—¿Que significa eso?

—¡¿Que significa?!—pregunta el alfa de nuevo, alterado.

—Fracaso.






Espero que les haya gustado el capítulo. ❤️ Recuerden dejar su voto y su comentario.

Tqm :))

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