ix. ...And in the end things come to light.
CAPÍTULO IX: AND IN THE END THINGS COME TO LIGHT
HABÍA UNA VIEJA HISTORIA en el libro de Paris, que parecía una gran ironía ante su situación.
Se trataba sobre una xana en un pueblo, en la época en donde a los amantes los separaba el odio entre sus familias y la muerte era la única forma en la que podían estar juntos, quien encontró su alma gemela.
Las cosas fueron maravillosas por algunos años, pero un día, sin previo aviso, ni ninguna alarma que la alertara, su amante escapó con otra mujer, dejándola sola en el hogar que habían construido. No tenía familia y sus pocos amigos con el paso del tiempo dejaron de intentar ayudarla, pues nadie sabía cómo era que un corazón roto podría afectar tanto a una persona.
La xana, loca de dolor y esperando que la muerte fuera su alivio, tomó un cuchillo, se abrió el pecho y con su último aliento, se arrancó el corazón.
La primera vez que Paris había leído la historia, le pareció triste, pero lejana. ¿Quién podría hacer una cosa como esa? ¿Cómo un corazón roto podría literalmente hacerte morir?
Sin embargo, ahora en la oscuridad de su habitación, no podía entender mejor el nivel de dolor por el que había pasado esa pobre mujer hasta tomar la situación entre sus manos y solucionarla lo mejor posible. Los días pasaban y parecía que todo iba en picada: Nadie en la manada se hablaba entre sí, todos se evitaban, intentando solucionar sus propios problemas personales.
Stiles y Lydia se mantenían juntos, Malia iba por su lado, Kira se había ido, Scott y Theo se juntaban algunas veces... y Liam estaba con Hayden.
Paris intentaba no saber nada del chico por su propio bien, tomando el asiento más lejano en las clases que compartían, evitando su mirada por los pasillos y haciendo caso omiso a los susurros de sus demás compañeros sobre que la habían dejado por otra chica. No funcionaba del todo, porque en días realmente malos, la rubia necesitaba un segundo para ir al baño, encerrarse en un cubículo y soltar algunas lágrimas para desahogarse.
Holly, como hacía ya un tiempo, no le hablaba para nada. La veía junto a Theo algunas veces que se encontraban, pero nada más. Le dolía bastante que su mejor amiga la abandonara de un momento a otro, pero el peso emocional de Paris ya era lo suficientemente alto como para concentrarse también en saber por qué la había dejado.
A pesar de esto, sorprendentemente había encontrado una especie de amiga en Oriana. La xana había estrechado lazos con Paris, hablando de su naturaleza y cómo lo llevaban en su día a día, así que no estaba completamente sola. También le había ayudado a prepararse para romper el lazo de las almas gemelas, puesto que no iba a ser tan fácil como lo pensaba.
Se juntaron algunos días después de la escuela para recolectar todo lo necesario: Un antiguo espejo, alguna pertenencia de Liam (Paris tenía un hoddie en el fondo de su closet), algunas hierbas que Satomi le había dado para que entrara en una especie de trance y un pequeño frasco con su propia sangre. Oriana le había relatado como todas las xanas de su familia habían hecho el ritual una vez que conocían a su alma gemela, asegurándose de mantener el curso de sus vidas en sus manos, sin tener que preocuparse si alguna vez dejaban de amarlas.
El ritual le exigía un nivel de poder realmente alto y muchísima concentración, así que a Paris le pareció una gran idea hacerlo en la súper luna que habría mañana.
A la rubia le pareció curioso como la pelinegra no mencionaba nada acerca de su alma gemela, pero cuando intentó preguntarle ella solo dejó caer su sonrisa ligeramente y negó, diciendo que no quería hablar de ello. Paris decidió no indagar más, puesto que no quería que su ¿casi amiga? se enojara con ella y se alejara.
Revisa algunas cosas en su libreta, teniendo el ritual en su mente, mientras su profesor de Álgebra habla en el fondo, sin importarle mucho ya que estaba a punto de terminar la clase, hasta que el sonido de una ambulancia hizo que todos se levantaran y fueran a curiosear que estaba sucediendo.
Paris toma su bolso rápidamente, siguiendo a los demás estudiantes, para ver como llevan a Cory en una camilla, con mercurio saliendo de su boca, ensuciando su camiseta. Gira su cabeza, encontrándose con Mason, Scott y Theo, el primero luciendo bastante asustado.
—¡No dejen que lo hagan! ¡No dejen que me maten! — grita Cory, antes de ser subido a la ambulancia.
—Scott, debemos seguirlo. —le dice Theo al alfa. —Debemos protegerlo, ¿no?
Scott no parece estar escuchando a Theo, como si estuviera dudando en si vale la pena hacerlo o no. Paris toca el hombro del alfa, dándole ánimo, haciéndole saber que está con él y los ayudará a proteger a Cory.
—Es lo que haces. —le dice la rubia, antes de que el chico asienta para luego comenzar a correr al estacionamiento. —¡Te llamaré si algo sucede! — Paris le grita a Mason, quien asiente, agradecido.
Paris saca las llaves de su auto, caminando lo más rápido que puede hacia él, mientras les dice a ambos chicos que los seguirá. Ellos asienten y todos se suben a los vehículos. La rubia pone su bolso en el asiento del copiloto para luego encender su auto y comenzar a conducir justo detrás de Theo, dirigiéndose al hospital.
La xana pone su mirada en la caja que está en el asiento trasero, con todo lo que necesita para el ritual y por fin romper el lazo. Si todo va bien, será libre y no morirá solo porque alguien está demasiado asustado de amarla.
Sigue manejando hasta que llegan al hospital. Theo y Paris estacionan uno junto al otro, para luego correr hacia la entrada junto a Scott y encontrarse con un desastre en los pasillos: Personas en el suelo lastimadas, luces titilantes y guardias yendo de arriba a abajo, buscando al chico. —Ya están aquí. —dice el alfa.
—No fueron ellos. —dice Paris, mirando alrededor.
—Fue Cory.
Los tres se separan para buscarlo, pero después de intentar dar con él, ninguno tiene éxito. Se reúnen de nuevo frente al elevador, respirando pesadamente por el esfuerzo físico que están haciendo.
—Seguridad sigue buscando. —les dice Scott.
Paris niega. —No encontré nada.
Al segundo, las puertas del elevador comienzan a cerrarse y a abrirse sin control, al mismo tiempo que las luces comienzan a titilar. La rubia comienza a sentir el miedo subiendo desde su estómago hasta su garganta, clavándose un momento en la herida ya cerrada del agujero que los Doctores le habían hecho.
—Ahora si están aquí. —les dice el alfa.
Los tres se quedan allí, esperando verlos o algo que les dé una señal de donde podrían estar, pero los minutos pasan y nada sucede. Scott comienza a perder la paciencia, caminando de un lado al otro, mientras Theo lo mira serio, antes de que su rostro se ilumine.
Se voltea hacia la rubia. —Paris, puedes percibir los sentimientos y sensaciones de otros, ¿verdad? —ella asiente, con su ceño fruncido sin saber a dónde quiere llegar.—¿Puedes intentarlo con Cory?
El alfa se detiene, mirándola interrogante. —¿Puedes hacerlo?
La xana se siente ligeramente acorralada. —No lo sé, Cory y yo no somos tan cercanos y él no es de la manada, no sé si pueda.
—Inténtalo. —le dice Theo, alentándola.
Paris asiente, cerrando sus ojos para concentrarse. Se obliga a sí misma a imaginar a Cory y cómo podría estar sintiéndose en este instante, imagina sus expresiones y su voz, hasta que al fin logra encontrarlo. Abre los ojos, con Scott y Theo mirándola atentamente.
—Está en el estacionamiento, junto a una ambulancia.
Los tres suben al ascensor, esperando impacientemente hasta que llega al primer piso, y salen de el con rapidez. Se separan para buscar entre las ambulancias hasta que Scott los llama. Paris camina y abre la boca ligeramente al ver a Cory sentado en el suelo, muerto.
La rubia cierra los ojos, intentando no llorar. Está cansada de la muerte.
Se escuchan unos pasos acercándose. —Mejor nos vamos. —les dice Theo.
Scott asiente. —Debemos encontrar a Hayden.
Paris se queda atrás en cuanto Scott y Theo comienzan a caminar, haciendo que ambos volteen. —No puedo ir con ustedes.
El alfa frunce el ceño. —¿Qué? ¿Por qué?
La rubia suspira. —Sí estoy cerca de Hayden y Liam, podría ser malo. No puedo estar cerca de ellos al menos hasta que rompa el vínculo... Lo siento.
Scott niega, con su expresión suavizándose. —Está bien, lo entiendo. Ve a Clínica Veterinaria, nos veremos allí, ¿bien? —busca en su bolsillo, sacando unas llaves y lanzándoselas a Paris. —Intenta buscar cosas que puedan servir para curar, por si acaso.
Ella asiente, sintiéndose ligeramente mal consigo misma por no poder ir con ellos y ayudar. Si, puede que Hayden no le agrade por diversas razones, pero eso no significa que quiera que muera. Pero hace lo indicado por el alfa y camina hasta su auto, encendiéndolo y comenzando a conducir hacia la clínica veterinaria, rezando en su interior porque Hayden estuviera bien (y no tuviera que entrar y verla... mucho menos a Liam).
Estaciona, toma las llaves que le dio Scott y las de su auto, y sale de él. Camina a la puerta y la abre, sintiendo como algunas gotas de lluvia se deslizan por su rostro antes de que pueda entrar al lugar. Hace su camino hacia los estantes con diferentes productos médicos -no sabe si animales o humanos, pero no cree que tenga importancia- y coge algunos desinfectantes, gasas y otros elementos que podrían ser necesarios.
Se sienta en la mesa de metal, notando que el sol ya se ha ocultado, y suspira con cansancio. Lleva su mano hasta la herida en su pecho y cierra los ojos al recordar todo el dolor por el que ha pasado, no solo ella, sino las personas que quiere.
Paris a veces se pregunta si vale la pena todo lo que hacen, se pregunta qué harían las personas de Beacon Hills si se enteraran que adolescentes sobrenaturales han intentado protegerlos del peligro constante que representa vivir en ese pueblo. Scott y la mayoría de la manada se irán en poco tiempo, se graduarán e irán a la universidad... ¿Qué pasaría entonces? Ni siquiera tenía la certeza de si la manada aún estaba unida, entonces, ¿qué haría si el peligro los amenazaba de nuevo y ellos no estaban allí?
Tal vez sea un poco egoísta de su parte, pero Paris sabe que, si se lo pidiera a su madrina, le conseguiría un trabajo de policía a su padre en cualquier ciudad del país y los tres podrían salir de allí y alejarse de todos los problemas, tener tranquilidad. La rubia tenía una visión, parecida a la de su hermano, pero mucho más ambiciosa: Quería ser exitosa, grande, darle a su padre una hermosa casa y el lujo de que no tuviera que trabajar de nuevo en su vida. Quería estar con su hermano y verlo convertirse en un gran detective, quería paz y normalidad.
Y a alguien que no le diera miedo amarla.
Pero entonces llegan a su mente Scott, Malia, Lydia, Mason, Brett, Holly... hasta Liam.
Sabe que nunca podría dejarlos, incluso cuando su corazón está roto por dos de ellos, incluso cuando tanto sufrimiento ha pasado por sus vidas, no sería capaz de irse, dejarlos y nunca mirar atrás.
Sus pensamientos se detienen cuando escucha la motocicleta de Scott estacionarse, así que sale y le abre la puerta, con una pequeña sonrisa en su cara. Ambos voltean hacia el jeep que acaba de llegar, con la lluvia cayendo sobre ellos. Paris siente un escalofrío, cuando las gotas se infiltran en su ropa y cuando siente una sensación extraña por parte de Scott que la deja descolocada por un minuto.
—Lo siento. —dice su hermano, cerrando la puerta del auto. —El jeep no arrancaba otra vez. Las cosas apenas aguantan. —Camina hacia Scott, quien no le dice nada. Paris siente tristeza, algo de rabia y decepción por parte del alfa, pero lo que más le preocupa, es el sentimiento de traición. — No me pude comunicar con Lydia ni con Malia.
Paris camina hacia él, quedando en medio de ambos chicos, sin saber que su naturaleza de xana le pide actuar como un intermediario en cuando las cosas en la manada se ponen complicadas, mucho más cuando su alfa y alguien más están a punto de tener una discusión.
Stiles se ve confundido ante el silencio de Scott, así que lo llama. —¿Scott? —el alfa no responde, sino que, en cambio, abre su chaqueta y lentamente saca de ella una llave cubierta de sangre. El color del rostro de su hermano se va, dejándolo casi más blanco de lo que es. Su expresión pasa de ser confundida a preocupada. —¿De dónde sacaste eso? —le pregunta al alfa.
Paris siente la tensión entre ambos creciendo a cada segundo, ahogándola, y al mismo tiempo, a ellos mismos.
—¿Esto es tuyo? —le pregunta Scott, casi como si rogara que le dijera que no. Stiles mira hacia Paris, quien no se mueve en lo absoluto, antes de caminar un paso y tomar la llave. — ¿Por qué no me lo dijiste?
—Iba a hacerlo.
La xana lo entiende y el nerviosismo en su cuerpo se incrementa, pero se mantiene tranquila, intentando darles la misma sensación a ambos chicos antes que las cosas empeoren. —¿Por qué no me dijiste lo que pasó?
—No pude.
La rubia siente que sus emociones están demasiado intensas, así que no puede controlarlas muy bien, pero lo sigue intentando en silencio. —¿Tu lo mataste? ¿Mataste a Donovan?
—Él iba a matar a nuestro papá. —la mirada de Stiles va hacia Paris, quien lo ve preocupada. —¿Qué? ¿Debía dejarlo pasar?
La respiración de Paris comienza a volverse irregular, mientras sus ojos van de su hermano a Scott, desesperada porque la discusión no vaya más allá. Ya había leído sobre esto, si la manada se separa, podría morir. Había decidido no morir por Liam, pero ¿podía decidir no morir por ellos? Sus piernas se sienten débiles, pero se mantiene en pie, con un montón de dudas y preocupación rondando por su cabeza.
—No se supone que hagas esto. —le contesta Scott. —Ninguno de nosotros.
Stiles se ve herido. —¿Crees que tenía opción?
—Siempre hay una opción.
—No puedo hacer lo que tú haces. —le responde su hermano. — Sé que tú no lo hubieras hecho, seguramente se te hubiera ocurrido algo.
—Lo intentaría.
Mientras más palabras salen de sus bocas, el sentimiento de estarse partiendo a la mitad dentro de Paris se hace cada vez más fuerte, tanto que debe equilibrarse colocando un pie tras de ella para no caer. Siente que se ahoga, que no puede respirar. Pero, lo peor, es la impotencia que siente como si Scott y Stiles estuvieran ahogándose también... y solo puede escoger a uno de ellos.
—Si, porque eres Scott McCall. —le responde Stiles, más alterado. —Eres el Alfa Verdadero. ¿Sabes? No todos podemos serlo. Algunos debemos cometer errores, algunos debemos llenarnos las manos de sangre algunas veces... ¡Algunos somos humanos!
Paris, literalmente, puede sentir como los corazones de ambos se quiebran un poco. —Chicos...—susurra ella, intentando detenerlos.
—¿Así que tuviste que matarlo?
—Scott, él iba a matar a papá.
—La forma en que pasó. Hay un punto en que... Deja de ser defensa propia.
Stiles lo mira incrédulo, y herido. —¿De qué estás hablando? No tuve opción, Scott... Ni siquiera me crees, ¿verdad?
Scott se ve confundido. —Quiero hacerlo.
La sensación de ahogamiento se mantiene allí, sofocando a la rubia, quien lleva una mano a su pecho, cubierto por su blusa empapada.
—Muy bien, entonces... Entonces créeme. —el silencio del alfa comienza a afectar a ambos hermanos de maneras diferentes. — Scott, di que me crees... Dilo... Di que me crees.
—Chicos...—el llamado casi inaudible de Paris no es suficiente para que termine su discusión y noten cómo está afectando a la xana.
—Stiles, no podemos matar gente que tratamos de salvar.
Su hermano se acerca al alfa, con la llave en la mano. —Di que me crees.
La reacción de alejarse de Scott sorprende a Stiles. — No podemos matar gente. —le dice el alfa. —¿Crees en eso?
Hay unos segundos de silencio antes que su hermano responda. —¿Qué hago al respecto? ¿Qué quieres que haga? Solo se... Scott, dime que quieres que haga, ¿sí? Por favor, solo dime que quieres que haga.
Un sudor frío comienza a recorrer la espalda de la rubia, quien ya casi no puede mantenerse en pie.
—No te preocupes por Malia o Lydia. —le dice Scott a Stiles, sin responder a su pregunta. —Las encontraremos. Tal vez... tal vez debas hablar con tu papá.
Y, en cuanto Scott da los últimos tres pasos hacia la clínica y su hermano lleva sus ojos a la llave, ambos con el corazón quebrado, los pulmones de Paris se cierran, así como sus ojos, y la xana cae al suelo, sin saber que lo más difícil estaba a punto de comenzar.
Hola! Lamento muchisimo la demora, de verdad. Pero estuve (estoy) bastante triste, con un bloqueo bastante grande y pues, no tenía la mejor actitud, pero hoy me puse en la tarea de terminar al fin este capitulo y espero que les haya gustado mucho.
Muchas gracias por votar y recuerden por favor dejar su comentario! <3
Los tqm ;))
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