v. Welcome to the Creepy Eichen House!
CAPÍTULO I: WELCOME TO THE CREEPY EICHEN HOUSE!
LOS PASOS APRESURADOS EN LA ESCALERA despiertan a Paris del poco sueño que había logrado conciliar. Supo de inmediato que se trataba de Stiles, pero también supo que algo no andaba bien. Sentía la desesperación de su hermano, el miedo, la culpa... No entendía nada, así que decide levantarse de su cama, tomar su gruesa bata rosa, ponerse sus pantuflas e ir hasta la habitación.
Los ojos de Paris se encuentran con un Stiles agitado y nervioso, pasando delante de su pizarra transparente muchas veces, hasta que nota a su hermana menor en su puerta. —¿Qué sucede? — le pregunta ella en un susurro.
El chico niega, casi queriendo llorar. —Algo... algo paso en la escuela. —le responde en el mismo tono. —Donovan estaba allí, me atacó.
Paris abre sus ojos con sorpresa. —¿Qué? ¿Estás bien?
Stiles asiente. — Me contó la historia de su padre con papa, la razón por la que lo odia tanto. Y yo... tuve que defenderme. —la rubia nota como sus manos tiemblan. — Tuve que escapar y escalé la estructura que hay en la biblioteca y... solté unas barras para que lo golpearan y me diera tiempo, pero lo maté.
Paris no dice nada, pero sus labios se separan. — Fue en defensa propia, lo sabes. —su hermano asiente, no muy convencido. La xana se da cuenta de lo escrito en blanco que Stiles intentó borrar, pero no dice nada. —Guardaremos el secreto, si te hace sentir mejor. No le diremos a nadie...
El teléfono de Stiles interrumpe a la rubia. —Hola, ¿Scott? —responde. Se queda en silencio unos segundos. —Sí, si... ¿De qué hablas?
Cinco minutos después, Stiles cuelga el teléfono, con sus ojos puestos en él. —¿Qué sucede? —le pregunta Paris, cruzada de brazos.
—Alguien se está llevando los cuerpos: Lucas, Tracy, Donovan... No están.
La xana lleva sus manos a su frente, sintiéndose algo agobiada. Sin embargo, se encarga de convencer a Stiles de irse a dormir y dejar los problemas para la mañana. Su hermano le agradece y Paris cierra su puerta con una pequeña sonrisa, para luego caminar hasta su habitación e intentar conseguir unas horas de sueño, pero no corre con tanta suerte cuando de un parpadeo a otro, se da cuenta que no está en su cuarto.
Paris mira a su alrededor, notando que es el mismo bosque de siempre, solo que esta vez no hay nada persiguiéndola. Los arboles hacen un circulo a su alrededor, dejando que una ligera luz pase a través de sus hojas. La rubia nota que las hojas caídas y las pequeñas ramas y piedras se incrustan en sus pies a cada paso que da.
De repente, un sonido le hace dar la vuelta, asustada. Comienza a escuchar una pequeña risa, escalofriante, a lo lejos que cada vez se hace más clara y fuerte. Intenta concentrarse en materializar su energía, pero no logra hacerlo.
—Oh que adorable, intentando protegerte. —dice una voz, burlándose. —Cuanto me gustaría divertirme y ver en cuanto tiempo podría matarte.
La xana se congela, pero logra que su voz salga de sus labios. —¿Por qué no lo has hecho aún?
—Tan inocente. —susurran justo a su lado. Paris se gira, alarmada, encontrándose con solo una sombra sin rostro a pocos centímetros de ella. — Lastimosamente, debo esperar un poco más. Deberás conformarte con mi presencia en tus sueños.
—¿Por qué? —pregunta, rozando con la desesperación de saber que está sucediéndole. —¡Dímelo!
Una mano completamente negra alcanza un mechón de su cabello, justo al lado de su mejilla, y lo acaricia lentamente. —Tu estas completa: Tu alma gemela está a tu lado, tienes una manada... Debo esperar a que lo inevitable suceda.
Paris frunce el ceño. —¿Qué cosa?
—Debo esperar a que tu vinculo se rompa. —le dice caminando hacia ella. Paris comienza a retroceder hasta que un tronco la detiene. — Debo esperar a que tu manada te deje, a que se separen, a que tu precioso chico se dé cuenta que no quiere estar atado toda la vida...—La chica siente un aliento frio en sus labios y una presión en su cuello, como una mano ahorcándola, y el aire comienza a faltarle. — Y entonces, cuando estés muriendo, tomaré lo que se me fue robado.
La xana abre los ojos, exaltada, tocando su cuello, encontrándose sola en su habitación. Las lágrimas comienzan a salir de sus ojos cuando se da cuenta de lo asustada que se siente en realidad. Debe confiar en su manada y en Liam, sabe que no la dejarán sola, que no permitirían que algo o alguien la dañara. Tiene fe en ellos... debe tenerla o de lo contrario, solo estaría aceptando la sentencia de muerte que ha estado invadiendo sus sueños.
El cabello rubio de Paris se balancea de un lado a otro mientras camina por los pasillos de la escuela, intentando alejarse lo más rápido posible del salón de química. Sus mejillas siguen algo rojas por el vergonzoso momento que acaba de tener y por el regaño del profesor por quedarse dormida, tener la misma pesadilla y despertar gritando de terror.
No era su intención, pero estaba tan cansada que no pudo evitar que sus ojos se cerraran. La noche anterior había sido un sube y baja de emociones y, con toda la energía que puso para intentar tranquilizar un poco a Stiles, su mente no estaba al cien por ciento para concentrarse en las clases.
Había intentado buscar algo de información sobre su constante pesadilla y si tenía alguna relación con lo que era, pero nada le daba una explicación de lo que sucedía. Era agotador no poder dormir bien y tener el miedo constante de que en cualquier momento la realidad, se convertiría en un sueño... Y de ahí no podría escapar.
Y bueno, claramente también estaban sus preocupaciones adolescentes, porque no podía ser suficiente con las sobrenaturales: Liam había estado algo ausente y, aunque Paris respetaba su espacio, no podía evitar ponerse nerviosa por el lazo que compartían y por la situación en la que estaban. Hacían cosas de pareja, se trataban uno al otro como una pareja... Cualquiera diría que eran novios, pero no lo eran.
Para unas personas no era la gran cosa, pero a Paris le importaba. A ella le gustaba tener las cosas claras y saber desde el inicio en que se estaba metiendo, pero ante las circunstancias, no podía hablar con Liam sin sacar el tema del alma gemela y la posibilidad de su muerte si es que llegaba a dejar de quererla. Era mucha presión y ellos solo tenían dieciséis y diecisiete años.
Paris suspira y extiende su mano para colocar la clave y poder colocar sus libros del día y sacar los que necesitaría para hacer sus tareas.
—Paris. —Kira aparece a su lado junto a Scott, quien le da una mirada algo preocupada por su aspecto.
Lo sabe, ¿bien? Paris sabe que parece que la hubieran golpeado en ambos ojos por sus profundas ojeras, pero nada de su maquillaje las cubría y esta mañana solo tenía energía para comer su cereal y caminar hasta su auto.
—Hola. —los saluda amablemente, con una pequeña sonrisa que no llega a sus ojos. — Supe que alguien se está llevando los cuerpos.
Ambos asienten. —De eso queríamos hablarte. —le dice Scott. —Malia encontró un libro en la habitación de Tracy y describe exactamente lo que está sucediendo en Beacon Hills. —Paris asiente. — Los que mataron a Lucas en el club, se llaman Doctores del Terror.
Paris alza sus cejas. —Vaya.
—Ten. —Kira saca unas hojas de su mochila y se las entrega a Paris. —Es el libro, todos lo leemos para ver si encontramos algo mas-
El alfa la interrumpe. — En realidad, Theo encontró un nombre: Gabriel Valack.
—¿No es quien Deaton fue a ver? —Scott asiente.
—Iremos a Eichen House, esta noche. —Paris siente escalofríos con el nombre de ese lugar horrible. —No tienes que ir si no quieres...
Paris niega. —Iré. Además, si las cosas se ponen difíciles, es mejor tener a tu Xana.
Kira mira su teléfono por un segundo. —Mi papá quiere verme, debo ir.
Ambos asienten mientras la ven casi correr por el pasillo. Paris observa a Scott, quien no le quita los ojos de encima. —¿Estas bien?
—Estás cansada.
La rubia suelta una pequeña risa. —Bueno, no he tenido buenas noches últimamente.
El alfa frunce su ceño. —¿Qué pasa?
Paris se encoge de hombros. —No es nada de qué preocupar...—La voz de la rubia se pierde cuando la conocida sombra aparece frente a sus ojos, mientras habla con Scott, mientras está despierta. Comienza a perderse entre los estudiantes, pero Paris siente que debe seguirla. —Debo irme, nos vemos más tarde.
Rápidamente sale de la vista de Scott y comienza a seguir la gran sombra negra que se escabulle por los pasillos. Paris intenta seguirle, pero debe luchar para apartar a las personas de su camino, hasta que choca de frente con una chica.
El impacto es tan fuerte que desestabiliza a Paris, haciendo que pierda de vista la sombra. —Lo siento mucho, no me fijé. Lo siento, lo siento.
La rubia enfoca su atención en la chica de casi su misma estatura, de cabello negro y ojos azules que parece que quiere esconderse detrás de sus libros. Su ropa es holgada y su cabello esta algo despeinado, pero se puede notar claramente que es una chica hermosa.
Paris niega, dándole una pequeña sonrisa para tranquilizarla. —Está bien, yo tampoco me di cuenta... ¿Cómo te llamas? — le pregunta.
—Oriana. —le responde casi susurrando. —Soy nueva, acabo de llegar, estoy en primer año.
—Oh, bueno... Bienvenida a Beacon Hills, espero que te sientas bien aquí. — Y que nadie te asesine o algo así, piensa amargamente. La pelinegra le da una minúscula sonrisa sin aflojar el duro agarre de sus libros.
—Gracias.
Paris asiente, sin saber cómo continuar la conversación. —Bueno, si alguna vez necesitas algo, búscame.
La chica desaparece son rapidez y Paris busca inútilmente la sombra otra vez, pero no ve nada.
Eichen House es increíblemente escalofriante.
Ese es el primer pensamiento de Paris una vez casi toda la manada está frente a la puerta principal del lugar. Se cruza de brazos mientras Kira y Lydia hablan por el comunicador para que puedan entrar y conseguir algo de información sobre la locura que está sucediendo.
Paris espera, aunque sabe que seguramente no será así, que esta inusual visita sea rápida y sin mayor problema. Solo desea un poco de paz en las últimas horas del día para poder dormir esta noche.
Ve cómo Stiles y Scott hablan junto al jeep pero no puede escuchar lo que dicen. Sabe que Stiles no le dirá nada. Y ella cree que está bien. Donovan intentó matarlo y está asustado, Scott no tiene que saberlo todo, así que no es gran cosa. Pero, aun así, siente el nerviosismo de su hermano y la confusión del alfa y no puede evitar pedirle al universo que esté secreto no cause problemas entre ellos.
Minutos el horrible portón negro se abre y todos comienzan a caminar al interior del lugar, llegan hasta la recepción donde los recibe un extraño enfermero que pone sus ojos demasiado tiempo sobre Lydia.
Scott se acerca al mostrador. —Vinimos a ver a...
—Vacíen sus bolsillos sobre el recipiente.
Todos comienzan a sacar sus pertenencias y a dejarlos donde les indicaron, pero luego pone sus ojos sobre Kira. —Quítese el cinturón y colóquelo en el recipiente.
Paris frunce el ceño ante su actitud tan extraña.
—Necesito el cinturón. Es esencial para la ropa. —le responde la pelinegra.
—Quítese el cinturón que los pacientes querrán arrebatarle para estrangularse a sí mismos o a los demás.
Paris abre los ojos ligeramente. Wow.
—Bien, entiendo. —a Kira no le queda más remedio que poner su katana en la caja de plástico.
Un guardia aparece y les indica el camino para ver a Valack. Comienzan a bajar por las escaleras mientras les dice: —Les recuerdo que solo hago esto como un favor a Deaton. —nadie responde. —Y lo hago en contra de mis propias convicciones.
Paris pone sus ojos en blanco. —No nos interesa. —susurra para sí misma, mientras baja.
—¿Cuál es la etiqueta para hablar con este tipo? —pregunta su hermano. — Digo, ¿alguna vez voltean a verle el otro ojo?
—Yo no lo haría. —responde. —Mientras estén aquí abajo traten de no tener contacto visual con nadie ni con nada.
Esto se pone cada vez mejor, piensa Paris.
La xana sigue caminando sin prestar mucha atención en realidad, hasta que siente que choca con algo sin querer. Alza la vista, confundida, para encontrarse con nada. —¿Que diab...? -
—No creían que irían todos, ¿verdad? — les pregunta el guardia. Paris suspira, enfadada.
—¿Es ceniza de montaña? —pregunta el alfa.
—En todas partes, pero se concentra mucho aquí.
El hombre pasa su tarjeta y abre la puerta. —La celda de Valack es la última al final del pasillo.
Lydia le da una mirada preocupada a Scott, quien intenta tranquilizarla con una pequeña sonrisa. —Estaremos aquí.
Paris se sienta en el suelo con su espalda apoyándose en la pared mientras Scott intenta escuchar a Stiles y a Lydia.
La rubia cierra sus ojos por los segundos que pasan en silencio. —No oigo nada. Debe ser la ceniza de montaña.
Paris mira hacia arriba, con sus ojos demostrando su cansancio.
—También lo siento, me siento un poco débil para ser honesta. —dice Kira.
—Es como estar sedado. —habla Paris.
Si las pastillas que le compró a ese chico extraño de la escuela no funcionan, tal vez si pusiera un poco ceniza de montaña de montaña al lado de su cama, le ayudaría a dormir.
Kira se ve preocupada. —Esto fue una mala idea, ¿verdad?
La rubia niega. —Nah, estarán bien.
Scott asiente. —Si... y esos dos... son muy buenos juntos.
—Sí, lo son. —responde la kitsune.
—No tienen súper poderes, espadas o lazos de energía, pero sobreviven. —Paris sonríe ligeramente.
—A él aún le gusta ella, ¿no? —le pregunta Kira a Scott. Sus palabras hacen que Paris despierte un poco y mire atentamente al alfa.
—Sí, pero ahora es diferente. — contesta. — Debieron ver la forma el que él andaba detrás de ella.
—¿Era tan malo? —pregunta Paris, con su mano en su mejilla.
—Era un poco obsesivo, pero no era tan malo. —ríe Scott suavemente. —Saben, Lydia fingía que no era inteligente.
Paris no podía creer las palabras de Scott. —¿Qué?
—¿Nuestra Lydia? —pregunta Kira, igual de confundida.
El alfa asiente. —Sí, Stiles era el único que lo sabía.
—¿Cómo?
—Prestó atención, la escuchó...-
Paris siente que es algo incorrecto hablar de los sentimientos latentes de su hermano por Lydia cuando él sigue en una relación con Malia. No está bien... Hablará con él sobre eso después.
Las luces comienzan a titilar y la rubia alza su vista hacia los focos, hasta que una luz proveniente de Kira llama su atención, provocando que, de alguna forma u otra, se despierte y se ponga de pie, unos pasos alejada de ella.
—¿Vieron eso? —pregunta Scott, dándoles la espalda.
Paris niega. —No, pero vemos esto.
De las manos de la kitsune salen pequeños rayos haciendo que Paris se aparte rápidamente de ella, colocándose al lado de Scott. Los rayos comienzan a extenderse por todo su cuerpo, asustando un poco al alfa y a la xana.
—Kira, no sé qué estás haciendo, pero por favor detente. —le dice Scott, con cautela.
Kira parece estar entrando en pánico. —No estoy haciendo nada. Solo sucede.
Las luces comienzan a titilar hasta que de repente, con un gran destello causado por la kitsune, todo se apaga. Paris y Scott cubren sus ojos con sus manos hasta que pueden quitarlas, encontrándose con Kira en el suelo, inconsciente.
—¿Kira? Oye, Kira. —la llama Scott, intentando ir hasta la chica. Paris se levanta y se acerca un poco, pero una explosión provocando que ambos terminen en el suelo enfrente de la puerta.
—Ouch. —dice Paris, adolorida por el golpe. Intenta levantarse con cuidado, pero se siente algo debilitada.
El guardia aparece junto a ellos. —¿Están bien?
Paris, irritada, susurra: —Nunca me he sentido mejor.
—Algo está pasando... y creo que ella lo está provocando. —los tres miran a Kira con preocupación.
Scott y Paris se incorporan, caminando hasta Kira junto al guardia. —Debemos sacarla inmediatamente.
—¿Cómo la movemos si no podemos tocarla? —La rubia mira a Scott, esperando que tenga un plan, hasta que un ruido atrae su atención. Los tres voltean y se encuentran con un guardia en el suelo junto a los Doctores del Terror, quienes los miran fijamente.
La xana se siente paralizada al darse cuenta que están a pocos pasos de ellos. —Es mejor que corran. —les dice el guardia.
Paris niega. —No la dejaremos aquí.
—Yo si. —le responde para luego desaparecer por la puerta de las escaleras.
Los Doctores del Terror abren la puerta y comienzan a caminar hacia ellos, Paris le da una mirada asustada a el alfa. —¿Qué hacemos?
—Cargaré a Kira, dame un poco de poder. —le indica antes de tomar a Kira en brazos y que todos los rayos comiencen a caer sobre él.
Paris se concentra, visualizando su energía llegar a Scott. Se mantiene así mientras abre la puerta con rapidez y escapan de los Doctores. La rubia comienza a sentirse demasiado débil, así que se queda detrás del alfa para que no lo note y le pida que deje de ayudarle. Atraviesan los pasillos y suben lo más rápido que pueden, hasta que finalmente llegan a la salida de Eichen House.
Scott baja las escaleras con Kira en sus brazos y la deja delicadamente en el suelo, pero Paris no logra llegar hasta ellos y se detiene en la mitad del camino, dejando de darle su energía y su poder al alfa. Intenta respirar, pero siente que sus pulmones no responden e intenta recostarse en el suelo, sin notar que las heridas en su espalda comienzan a sangrar y unos ojos la miran, complacientes de que Paris Stilinski esté cumpliendo lo previsto.
¡Hola! Lamento mucho tardar tanto en actualizar pero he estado un poco desanimada con este fic :( ya que siento que no gusta tanto como PARIS. Sin embargo, aquí les traigo un capítulo hecho con mucho amor 🥰
Me pueden seguir en Instagram como warriordiana.wp para ver mucho más contenido de mis fics que les puede interesar☺️👍🏻
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