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vii. The Cry Of The Xana


CAPÍTULO VII: THE CRY OF THE XANA

PARIS ABRE LA PUERTA de la clínica veterinaria, mientras sus manos temblorosas sujetan su teléfono y las llaves de su auto. Scott la había llamado, pidiéndole que se encontraran, ya que Stiles y Theo habían sido atacados en el hospital. No entendía muy bien que sucedía, ni por qué habían estado allí, pero sin dudarlo, Paris se paró de su cama y fue con ellos para ayudar en lo que pudiera.

Scott, Stiles y Theo la miran a penas cruza la entrada, pero los ojos de Paris solamente estaban enfocados en el cuerpo ubicado en la mesa de metal. —¿Q-que pasó? —pregunta en un susurro, acercándose lentamente a ellos. —¿Están bien?

Los tres chicos asienten y Paris respira un poco mejor, Stiles da un paso al frente para destapar el rostro. —¿Lo conoces? —le pregunta su hermano a Scott.

—Se llama Josh. —responde el alfa. —Era de segundo año.

Paris nota una extraña mirada entre Stiles y Theo antes que su hermano vuelva a cubrir el rostro de Josh, pone su mano sobre la del chico y la aparta rápidamente, llamando la atención de los chicos. —Estaba fuera de sí... Aun siento su desesperación.

—¿Quién hizo esto? —les pregunta Scott. —¿El del bastón?

Theo y Stiles vuelven a mirarse uno al otro y Paris entrecierra los ojos, sintiéndose confundida cuando percibe un poco de culpa. —Si. —responde Theo.

—¿Qué haremos con él? No podemos dar la alarma, así desapareció Tracy. Alguien debe quedarse con él.

—Yo lo haré. —dice Theo rápidamente. —No es como si tuviera planeada una gran noche.

La xana lo mira fijamente, pero se distrae cuando el teléfono de Scott suena.

—¿Qué pasa? —le pregunta su hermano.

—Otra. —responde él. —Otra quimera.

Scott, Stiles y Paris salen rápidamente de la veterinaria para dirigirse a sus autos. El alfa se voltea hacia la rubia para indicarle a donde ir. —Liam llevo a Hayden a mi casa, vamos allí.

La rubia asiente, pero no puede evitar tener una sensación extraña cuando piensa en que Liam y Hayden estaban juntos... ¿Tal vez Liam fue a pagarle el resto del dinero? Muy probablemente, pero pudo dárselo en la escuela, ¿por qué tuvo que ir con ella?

Cierra la puerta de su auto y el mismo dolor que sintió en el campo de lacrosse vuelve a esparcirse desde su cabeza hasta su pecho, pero lo ignora encendiendo el auto y conduciendo tras el jeep de Stiles. Pasan los minutos mientras conduce intentando concentrarse y no chocar, hasta que al fin llegan a la casa de Scott.

Los tres adolescentes bajan de los autos y se dirigen hasta la habitación del alfa, donde Liam se encuentra sentado en la cama y moviendo su pierna derecha de arriba a abajo, con nerviosismo. Se levanta cuando ve a los dos chicos, pero aparta la mirada cuando ve que Paris esta tras de ellos. Scott va hacia la puerta del baño y toca suavemente.

—¿Hayden? Soy Scott. —le dice el alfa. —Sé que estas asustada pero solo queremos ayudarte. —Paris no puede evitar tener que apoyarse de lado contra la pared para mantenerse en pie silenciosamente para que nadie lo note. No hay respuesta alguna al otro lado de la puerta, así que Scott se voltea hacia Liam. —Oigo latir su corazón como loco. ¿Qué sucedió?

Paris cierra los ojos, intentando concentrarse para darle tranquilidad a Hayden, mientras escucha a Liam hablar. —Estaba bien al llegar aquí. Te escribí y se encerró.

—¿Por qué? —pregunta Stiles.

Liam se encoge de hombros. —No lo sé.

—¿De verdad es una quimera?

El chico asiente. —Escucho una voz decir: "Tu condición mejora"

Stiles da unos pasos al frente. —De acuerdo, es una locura. Hayden. —la llama. —Soy Stiles, tu hermana trabaja con mi papa en la estación. Solo abre la puerta, ¿bien? Puedes confiar en nosotros.

Nada. La rubia suspira, colocando sus ojos en blanco, y quita de su camino a los tres chicos para pegar su frente a la puerta. —Hayden, es Paris. Escucha, tenemos que decirte la verdad y siempre es mejor hacerlo frente a frente. Si no abres la puerta, la derribarán... Y está bien si no nos crees o si no quieres hablar, pero necesitamos saber que estas bien.

La rubia se aparta cuando no hay respuesta alguna, dejándole el camino libre a Scott para que derribe la puerta, pero entonces la cerradura se abre. El alfa abre la puerta con suavidad para revelar los ojos amarillos, los colmillos afilados y las garras en una muy asustada Hayden.

—Les creo. —les dice, intentando no entrar en pánico.

Liam y Paris salen de la habitación para que los dos chicos mayores hablen con Hayden, cerrando la puerta tras de ellos. Paris sigue haciendo su trabajo intentando mantener a la chica tranquila. Ambos se quedan en silencio, increíblemente en un silencio incomodo, sin saber que decir en realidad.

—Hayden parece buena chica. —le dice la rubia a Liam, sin soportar más la incomodidad tan extraña entre ellos.

Liam asiente lentamente, sin dignarse a mirar a Paris. —Sí, lo es.

La xana siente una ligera rabia proveniente de Liam, así que abre su boca para preguntarle si le pasa algo. —¿Estas molest...?

—No.—la interrumpe. —Solo pensativo, supongo. No quiero que lastimen a Hayden, ni a nadie en realidad.

Paris le da una sonrisa suave, intentando reconfortarlo. —Ella estará bien, de seguro encontraremos la manera de acabar con esto. —La rubia siente que Liam no está diciéndole algo, pero no hace un comentario al respecto.

—Eso espero.

La rubia sabe que la conversación muere, pero, aun así, intenta hablar con Liam. —Conocí a una chica en la escuela, que también es una xana.

Su comentario parece activar la curiosidad de Liam, quien la mira algo extrañado. —¿Otra xana? Y, ¿cómo es?

—Una chica un poco más baja que yo, con cabello negro y ojos azules verdosos. También tiene piel pálida y es un poco tímida. —le dice Paris.

Él niega. —No recuerdo haber visto a ninguna chica así.

Paris se encoge de hombros. —Tal vez no socializa mucho, además es de primer año.

Su conversación termina cuando Scott, Stiles y Hayden salen de la habitación del alfa, con mejores expresiones de las que tenían hace un rato.—Muy bien, tenemos un plan.











PARIS ODIABA EL PLAN.

Ella tenía toda su disposición y actitud en cualquier manera de salvar a Hayden, claro está, pero que una parte de ello fuera quedarse encerrada en los vestuarios de los chicos con ella y Liam, no le causaba nada más que incomodidad. Hayden se mira en el espejo, preocupada, mientras Paris esta acostada boca arriba en una de las incómodas bancas, intentando no dormirse.

—Aprenderás a controlarlo. —le dice Liam.

—No soy como tú. —responde la quimera. — No me mordió un lobo, fui el experimento de alguien... Esto es tan extraño.

Paris suspira, algo molesta por la cercanía de ambos. — Lo sabemos.

—Pero vas a estar bien, lo prometo.

El interior de la rubia comienza a doler, pero solamente cierra sus ojos, intentando concentrarse en adormecer aquel sentimiento que la lastima sin hacer el menor ruido posible. Funciona, hasta que la castaña habla de nuevo: —¿Qué soy?

—Eres Hayden. —le responde Liam

La rubia se incorpora con suavidad, sentándose en la banca, visualizando las miradas y las sonrisas que ambos comparten. Siente como su corazón se rompe un poco, pero la única diferencia es que el dolor que experimenta es como si los pedazos se incrustaran en su alma. Se levanta, para caminar hacia Scott, escuchando como Hayden le dice a Liam que si la saca de esto, olvidara lo de sexto grado.

El poder de Paris no tarda en descifrar los sentimientos de Hayden, haciendo que sus ojos se nublen por un segundo mientras toma asiento al lado de Scott, quien la observa preocupado. Ambos colocan su atención en los dos chicos, con diferentes emociones recorriéndolos cuando lo hacen.

—Estás preocupado por ella. —le dice Paris sin mirarlo. —Y por Liam.

Scott asiente. —Sí, no quiero que salgan heridos.

Paris muerde su labio inferior antes de susurrar lo suficientemente bajo como para que solo Scott la escuche. —Si Liam sabe que ella es la carnada, estará muy enfadado.

—Es su amiga, es normal que quiera protegerla, supongo. —le responde algo inseguro.

La rubia suelta una risa corta en medio de sus lágrimas. —Creo que es más que obvio que no es la única razón, ¿verdad? —el alfa no le contesta nada, por miedo a hacerla sentir peor. —Es mi alma gemela, Scott, y que tenga sentimientos por otra persona va a terminar muy mal para mí.

El moreno la observa preocupado. —¿No hay nada que puedas hacer al respecto? —Paris asiente.

—Romper el vínculo.

—¿Y lo harás?

La xana los mira de nuevo, riendo y hablando. —Me temo que no tengo opción.

Su conversación termina allí cuando Scott se levanta de repente y camina por uno de los pasillos, Paris lo sigue unos segundos después sin comprender muy bien el porqué, pero ambos son sorprendidos por Lydia.

—Scott. —dice ella. —Pensé que como no podemos usar celulares, no sabemos de Stiles y Theo.

—No pensé en eso. —confiesa el alfa.

—Yo tampoco. Estamos en espera de unos tipos con máscaras y tubos, pero ¿a quién o qué esperan Stiles y Theo?

Ninguno dice nada por unos segundos hasta que Paris habla. —Stiles está bien, se los puedo asegurar, solo algo ansioso.

Ambos asienten, confiando en las palabras de Paris, así que se acomodan de nuevo a la espera de cualquier cosa. Un rato después, la rubia abre sus ojos lentamente, dándose cuenta de que se había dormido con su cabeza en las piernas de Lydia. Nota como Liam camina hacia una mochila, curioso de su contenido, así que la abre y de ella saca unas gruesas y fuertes cadenas.

Liam mira a Scott, confundido. —¿Qué vas a hacer con esto?

—Lo traje por si acaso. —le responde el alfa, un tanto inseguro.

—¿Acaso qué?

Lydia habla mientras sus suaves manos acarician el rubio cabello de Paris. —En caso de que podamos atrapar a uno de ellos.

Scott avanza hacia el beta. —Si la escuela no es una fortaleza, podría ser una trampa.

Paris siente el enojo de Liam comenzando a florecer. —Vienen por ella. ¿Ella es la carnada?

Ninguno dice nada, pero Paris se incorpora cuando siente que Hayden ha despertado y los mira a todos como si fueran a entregarla a los Doctores. La paciencia de Paris con la situación y con su descarada coquetería se acaba cuando se da cuenta en verdad de lo harta que está: Harta de las pesadillas, harta de los Doctores del Terror, harta de los secretos, de la muerte y de sentirse sola, pero, sobre todo, está completamente harta de Liam y Hayden.

Sus labios forman una línea, mientras mira a la castaña. —Creo que a tu amiga no le gusta la idea tampoco.

Todos se incorporan, sintiendo la tensión en el ambiente. La rubia se queda al lado de Lydia, mirando con fastidio a Liam perder la cabeza por la gran revelación de que usarían a Hayden para intentar atrapar a uno de los Doctores.

—Liam, la trajimos aquí para protegerla. —le dice la rubio fresa en un tono calmado.

—Y ahora es la carnada.

—¿Lo soy? —pregunta Hayden, preocupada.

Scott se vuelve hacia ella, intentando que todos entren en calma. —Nadie es la carnada. Pero no podemos protegerte cada noche.

—¿Por qué no hablamos con el padre de Paris? —señala a la rubia, quien le da una mirada molesta. Ah claro, dirijámonos a Paris cuando es conveniente, piensa la rubia. —¿Por qué no hacemos algo más que escondernos en la escuela?

La rubia avanza dos pasos con sus brazos cruzados sobre su pecho. —Si tu idea de hacer algo más es colocar a humanos a protegerla, creo que no estás pensándolo bien.

—No sabemos nada de ellos, ni de lo que quieren. —le dice Scott a Liam, con la desesperación rozando sus palabras. —Van ganando y no sabemos cuál es el juego.

Liam camina hacia el alfa. —¿Y si ellos entran aquí y esas cosas no funcionan? ¿Y si te da un ataque de asma? ¿Qué vamos a hacer? —vuelve a mirar a la rubia. —Paris casi no puede mantenerse en pie, Lydia no puede luchar contra ellos y Malia no esta aquí.

Las miradas van hacia la rubia, quien tiene la mirada en el suelo, mientras Scott le responde: —No sé.

—Este plan apesta.

La paciencia de Scott parece agotarse cuando camina hacia su beta. —¿Tienes uno mejor? ¡Están muriendo chicos y ella es la siguiente! Alguien tiene que hacer algo, hay que salvar a todos... ¡Alguien debe ser la carnada!

Paris se apresura a caminar hasta Scott y tomarlo del brazo, usa su poder para tranquilizarlo y, de paso, también a Liam. El alfa la mira, agradecido, antes de que el chico avance hacia ellos. —Scott, prométeme que harás todo lo posible para salvarla. Scott, promételo.

No hace falta ser un genio para saber que esa promesa no será tan fácil de cumplir y que, viendo todo el afecto que Liam tiene por Hayden, que no se cumpla puede causar muchos más problemas. Por ello, Paris pide en su mente a Scott que sea sensato y le responda a Liam que no puede hacer tal promesa.

—Haré todo lo que pueda. —responde el alfa. —Lo prometo.

—Chicos. —los llama Hayden. —Creo que necesito un poco de ayuda, olvidé mis píldoras.

Paris controla de una u otra manera la expresión de incredulidad que lucha por mostrarse en su rostro. —Tengo un frasco en mi casillero, puedo...

—Yo iré por ellas. —responde Scott.

Paris se apresura a hablar para salir de allí por lo menos unos minutos. —Yo voy contigo. —el alfa asiente. La rubia se gira hacia Hayden intentando ser comprensiva por su error humano. —¿Cuál es la combinación?

Scott y Paris se apresuran a salir de los vestidores, con Lydia vigilando que nadie se acerque. Caminan en silencio hasta que dan con el casillero de la chica y la rubia se apresura a colocar la combinación y sacar las medicinas de Hayden. Scott voltea su rostro hacia uno de los salones, como si estuviera en medio de un trance.

La xana frunce su ceño. —Scott, ¿qué sucede? —lo llama, sin obtener respuesta alguna. —Scott.

El alfa sigue caminando hasta que entra en el salón, pero antes de que Paris pueda seguirlo, siente como una mano fría envuelta en un guante la toma del cuello con agilidad y la estampa contra los casilleros. Su corazón se detiene cuando se da cuenta que frente a ella esta uno de los Doctores del Terror, casi analizándola. La presión en su cuello no es lo suficientemente fuerte para matarla, pero si para desesperarla por liberarse, así que con todas sus fuerzas intenta zafarse del agarre, pero resulta imposible.

Sintiéndose demasiado débil como para liberar su poder, no tiene más alternativa que usar sus manos para separar las del Doctor de su cuello. En un segundo, siente un pinchazo en su nuca y como el líquido de la jeringa viaja por su cuerpo. Cae al suelo, sin poder moverse ni un centímetro.

Las lágrimas se acumulan en sus ojos cuando la desesperación y los sentimientos encontrados son demasiado para ella y, antes de que caiga la primera lagrima, escucha la voz inhumana del doctor diciendo:

—Fuente de energía, comprometida.

Los ojos de la rubia se nublan por un segundo y al siguiente, el Doctor del Terror ya no está allí. Intenta levantar su dedo índice, pero no tiene control alguno sobre sus movimientos, así que se queda allí, inerte. Los minutos pasan hasta que Paris se permite llorar un poco cuando de golpe siente el dolor de Scott, de Malia y de Lydia, junto con su impotencia.

El grito que Paris saca de si debido al conjunto de emociones, sentimientos y dolor hace eco en el pasillo antes de que su cuerpo la obliga a perder la conciencia, liberándola por un rato de todo el agobio que poco a poco, está matándola.













Hola! Lamento muchísimo tardar tanto, pero estaba teniendo bloqueos creativos en este capítulo y además, la serie no es muy buena con la continuación fluida del tiempo así queeee

En fin, espero que les haya gustado, recuerden votar y dejarme su comentario para saber su opinión ❤️😼

Nos leemos pronto 💖

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