viii. Enough For You.
CAPÍTULO VIII: ENOUGH FOR YOUR
EL CUERPO DE PARIS ES ARRASTRADO por uno de los doctores del terror, sin tener cuidado alguno con ella. La rubia respira con dificultad, pero no abre sus ojos en ningún momento, está completamente inconsciente de que lo que sucede a su alrededor o con ella misma. Atrás, llegan otros doctores, arrastrando a Liam y a Hayden, a punto de encontrarse en el mismo estado que la rubia. La morena tiene lágrimas en sus ojos, resaltando el terror en su mirada, pero al mismo tiempo, el cansancio y todo lo que ha pasado hasta ahora.
Liam abre sus ojos para tener suficiente claridad al ver a Paris. Su corazón se hunde cuando ve como su cabeza sangra, manchando su cabello dorado, y la suciedad se esparce por toda su ropa y su cara. La voltean con brusquedad, quedando de espaldas al beta, quien puede visualizar las heridas en forma de rasguños profundos que van desde su espalda baja hasta el inicio de sus hombros. Diez moretones son los que cuenta el chico en sus brazos, o los que alcanza a ver.
La preocupación comienza a comerle la cabeza a Liam, en medio del dolor y del desastre que está ocurriendo. Los Doctores del Terror no eran los responsables de aquellas heridas, entonces, ¿Quién estaba lastimando a Paris? ¿Por qué no había dicho nada o pedido ayuda?
Intenta arrastrarse cuando la suben a una mesa metálica en el centro del lugar y la amarran con fuerza, con sus manos comenzando a ponerse moradas, y cortan su blusa al frente, junto en el centro de su pecho, para luego con un bisturí hacer un corte e insertar un cable dentro de ella. Liam abre sus ojos, sorprendido y enojado. Intenta levantarse, pero sus piernas no tienen fuerza alguna para responder. El cable conectado al pecho de Paris comienza a iluminarse, al mismo tiempo que una maquina a su lado comienza a funcionar.
La chica voltea su rostro, dejándolos a ambos poder verse frente a frente, y, poco a poco, sus ojos se abren con lentitud, hasta que el dolor de lo que le están haciendo llega a su conciencia. Liam solo observa, incapaz de poder ayudarla, como las lágrimas se forman en sus ojos y un grito espantoso sale de sus labios, demostrando que, en este momento, la muerte parece tentadora.
LA XANA SIENTE EL frio acero en su piel a penas cubierta por el trapo roto en el que se convirtió su blusa. Su garganta esta reseca por los gritos de dolor antes de que la durmieran de nuevo y el cable conectado a su pecho sigue doliendo un poco menos que antes, permitiéndole mantenerse serena por unos minutos para visualizar el lugar a su alrededor.
El laboratorio de los doctores del terror es lúgubre, sucio y frio. Hay aparatos extraños en todas partes, ruidos y olores desagradables, pero lo más horrible de todo, es el extraño contenedor con una especie de cuerpo adentro. Paris siente ganas de vomitar, pero intenta controlarse para no llamar la atención. Gira su rostro y se da cuenta que Hayden está a su lado, en una camilla de metal igual, pero boca abajo. Los ojos de la castaña son puro terror, así que Paris estira su mano para tomar la de ella, en un intento de que sepa que no está sola.
—Vamos... a estar...bien...—le dice la rubia con dificultad en un susurro. Hayden no dice una palabra, pero una pequeñísima sonrisa de agradecimiento se coloca en sus labios por unos segundos.
Uno de los doctores aparta la camilla de Paris para poder pasar y la deja alejada de la chica, haciéndola suspirar. Un sonido de dolor hace que voltee su cabeza para el otro lado, encontrándose con Liam, tirado en el suelo y con una especie de gran brazalete con cables enterrados a su brazo, pero consciente. Su repentina felicidad al saber que Liam está bien es opacada por el punzante dolor en su pecho al mismo tiempo que un doctor enciende una maquina extraña que colocan en la mitad de Hayden y Paris.
—Su condición empeora. —dice uno de ellos. —Debemos iniciar.
Unos segundos después de esas palabras, el otro extremo del cable que habían conectado al pecho de Paris, es conectado al cuello de Hayden, y este comienza a brillar con intensidad. Su color es blanco al principio, pero mientras pasan los segundos se vuelve cada vez más oscuro.
Paris solloza, sintiendo que quiere morirse. Nunca había sentido un dolor físico tan horrible y, agregando todo lo que tuvo que pasar las últimas semanas, su cuerpo está completamente agotado y maltratado. Hayden no hace sonido alguno, así que ella voltea de nuevo y la ve allí, casi en estado catatónico.
Liam grita desde el suelo: —¡Alto! ¡Deja de lastimarlas! —Liam se enfurece e ilumina sus ojos de amarillo, gruñendo y sacando sus colmillos, pero nada de eso detiene al doctor que camina hacia él y le da una fuerte patada en la cara, dejándolo inconsciente de nuevo.
Las horas pasan y los doctores sacan a Hayden de su camilla y la tiran al lado de Liam, con una herida bastante fea en su abdomen. Paris los mira a ambos, sin fuerzas siquiera para hablar. El cable de su pecho no brilla tanto como antes, apenas una ligera luz se muestra allí, iluminando el rostro completamente libre de cualquier arreglo que Paris pudo haber intentado antes de ser tomada por los Doctores.
Su piel saludablemente clara, es opaca, así como su cabello. Las ojeras enmarcan sus ojos azules sin brillo alguno y hay algunos rasguños en su cara, con sangre seca a su alrededor. Apenas puede girar su cabeza, cuando el ultimo doctor sale del lugar, dejando una ligera sensación de alivio en ella.
—Hayden, ¿estás bien? — le pregunta Liam.
La castaña pone una mueca de dolor en su rostro, al mismo tiempo que suelta quejidos. —Duele.
Liam se gira con dificultad, viendo a la rubia y conociendo por fin el que ha sido su verdadero ser las últimas semanas. No se mueve, ni respira muy hondo, apenas parpadea lentamente. Liam se alarma al verla de esa manera e intenta incorporarse un poco. —Paris...
Ella no le responde.
—Paris, mírame. Por favor, enfoca tu mirada en mí. —le dice él, preocupándose aún más. —Dame una señal de que estas ahí. —La xana no se mueve ni un centímetro. Era como si su cuerpo estuviera apagado, pero su mente activa. Comienza a parpadear pesadamente, a punto de dormirse. —No, no, no. Paris, mantente despierta, por favor. No cierres los ojos.
Estoy tan cansada, piensa ella.
—Sé que debes estar agotada, pero te necesito para que podamos salir de aquí. ¿Okay? —la rubia parpadea, pero Liam nota un cambio en su mirada. De acuerdo. —Voy a intentar quitarle algo de dolor a Hayden, ¿está bien?
Está bien.
Liam toma la mano de la chica e intenta sacar algo de su dolor, pero no funciona, así que la suelta con una mirada de disculpa. —Lo siento.
Hayden suelta otro quejido. —¿Por qué nos están haciendo esto? ¿Por qué le conectaron un cable a Paris es el pecho?
Liam suspira. —No lo sé. —El lugar se queda unos minutos en silencio, hasta que Liam se incorpora con dificultad, ayudando a Hayden a hacerlo también. —Ayúdame a quitarme esto. —le muestra el horrible gran brazalete con cables y mangueras conectados a su brazo.
La morena asiente, concentrándose en realizar la tarea, mientras el beta revisa que Paris este despierta. La xana a penas y se mantiene despierta, pero Liam nota que esta esforzándose por no dormirse. —¡Aghhh!— se queja por la sensación al quitar por fin la manguera, pero aliviado de que ese ardor ya está parando.
—Lo siento, lo siento. ¿Estás bien? —le dice Hayden.
—Sanará. Todos sanaremos. —le responde, mirando a la rubia de nuevo.
No es cierto, piensa Paris.
En un segundo, un Doctor del Terror aparece tras de ellos y frente a la rubia, quien no puede evitar cuando toman a la morena por el cuello y le clavan una jeringa allí. Pero, a pesar de que lo intenta, sus ojos se cierran cuando los gritos de Liam llenan el lugar.
PARIS DESPIERTA y lo primero que nota es que el horrible cable conectado a su cuerpo ya no está, ni tampoco se encuentra en el laboratorio, si no en una especie de celda, junto a Liam, quien a su vez está junto a Hayden, ambos dormidos. Se levanta con cuidado, agradecida de ya no estar en esa horrible y fría camilla, y mira el asqueroso agujero que los doctores le han dejado.
Levanta su mirada y ve una figura unos pocos metros más lejos de ella. —¿Hola?
Un muchacho de cabello castaño y piel blanca se asoma por entre las sombras dejando ver su rostro. —Te hicieron algo bastante feo, ¿eh? —señala con su dedo el pecho de la rubia.
Ella asiente. —Si... no fue agradable.
Liam comienza a moverse y despierta a Hayden, quien revisa su abdomen aún lastimado. —¿Dónde estamos? —mira a Paris.
La rubia se encoge de hombros. —No lo sé.
Él beta se levanta y camina hasta la reja, pero al momento que su mano la toca, una descarga eléctrica atraviesa su cuerpo, enviándolo nuevamente al suelo.
—Lo siento. Debí advertirte. —le dice el chico, aún en las sombras.
—¿Quién eres?
—Me llamó Zach, y creo que la pregunta debería ser: "¿Qué soy?" —los tres adolescentes se miran entre ellos, confundidos. —Está bien. Soy como ustedes, uno de los experimentos... Oigan, tal vez me puedan ayudar con algo. —Comienza a arrastrarse mientras habla. —Los hombres de las máscaras sacaron algo de mi espalda. No sé lo que era, pero puedo sentir parte de lo que quedó...
—¿Quieres que revisemos? —le pregunta Paris.
—¿No les molestaría?
Paris mira a Liam, quien asiente. Zach se da la vuelta, sentado, y descubre su espalda. La xana tiene que quitar su mirada un segundo cuando muestra dos heridas similares a las que le quedarían a un ave si le arrancaran las alas.
Zach se voltea, esperando una respuesta, pero ninguno sabe que decir en realidad. Paris mira a Liam y a Hayden, con su mirada en el piso, así que suspira y mira al chico. —Son como dos heridas... deberías mantenerlas cubiertas para que no se infecten.
El chico asiente y todos se quedan en silencio durante un rato, hasta que Liam decide levantarse hacia la reja y probar la potencia unas cuantas veces.
Zach se ríe, sin gracia. —Nunca saldremos de aquí.
—Podrías ser un poco optimista. —le dice Hayden.
Liam se sienta entre Paris y Hayden. —Es un poco difícil cuando has visto que sacan a tres personas arrastrando. —le responde.
—¿Qué les pasó? —pregunta él beta.
—Todos fueron fracasos... Es todo lo que dijeron. —su mirada va más allá, pensando en todo lo que ha pasado. —Primero, se te olvida. No sabes quién eres o qué estás haciendo. Luego te vuelves violento... Vi como dos de ellos casi se matan. Y uno de ellos tenía una cortada fea, justo como esa. —Señala la herida de Hayden. —No te preocupes. Negro está bien, solo es el fin cuando empiezas a sangrar otra cosa... Cuando se vuelve plateado.
Liam asiente. —Mercurio.
—Así es como saben que realmente fuiste un fracaso...—mira a Paris. —Aunque nunca vi una herida como esa.
—¿Cuántos fracasos más se supone que va a haber? —pregunta Paris.
Zach se encoge de hombros. —Quien sabe. Pero, ¿no los hace preguntarse cómo se verá el éxito? —Ninguno responde, pensándolo. —Quiero decir, ¿en que nos estamos convirtiendo? ¿Algo con garras y colmillos?
—¿Algo con alas?
Hayden mira a Zach, aterrada de solo pensarlo. —Algo peor.
Las horas siguen corriendo y la poca conversación que tenían se había muerto hace ya un rato, los cuatro adolescentes se sientan en silencio hasta que la poca luz que había comienza a acabarse y unos destellos aparecer de repente. Paris alza su cabeza, mirando a Zach, quien observa la reja asustado.
—Están viniendo. —dice él, justo cuando un hilo de mercurio baja por su nariz. Toca levemente su cara y el terror se apodera de ella cuando ve sus dedos. —Oh dios.
Uno de los doctores abre abruptamente la reja, caminando hacia el chico, quien intenta retroceder inútilmente. Paris cubre la herida de su pecho, intentando concentrarse en alejar al doctor del pobre chico, sin embargo, con todo lo que ha pasado, su energía no es lo suficientemente fuerte para retenerlo por nada más que unos segundos.
Liam intenta levantarse. —¡Déjenlo!
Paris hace lo mismo, sin dejar caer su mano. —¡No!
—¡No, no, no! —grita Zach, intentando liberarse del agarre del doctor, quien lo arrastra. —¡Ayúdenme! ¡Ayúdenme!
Ninguno puede hacer nada más que mirar como lo se lo llevan y escuchar sus gritos de auxilio. Paris cierra los ojos, sintiéndose horrible por no haber podido hacer nada e intentar salvarlo de su muy probable muerte. Liam toma su mano con suavidad, tratando reconfortarla cuando las lágrimas caen de sus ojos por la impotencia.
Los minutos pasan y un ruido se escucha, los tres adolescentes miran hacia la reja, algo asustados, pero conscientes de que no dejaran que se lleven a alguno con facilidad. Se levantan del suelo, con Hayden sosteniendo su abdomen y Paris su pecho, intentando que las heridas no duelan demasiado.
Sin embargo, se llevan una sorpresa cuando es Theo quien aparece corriendo.
—¿Paris? ¿Liam? —dice él. —¿Hayden?
Corre hacia ellos y, antes de que puedan avisarle, toca la reja causándose una descarga que lo envía al suelo por unos minutos. La rubia se acerca a la reja junto al beta, llamándolo para despertarlo, hasta que al fin comienza a moverse.
—¿Estás bien? —le pregunta la Xana.
Él asiente, levantándose con lentitud. —Si... Sí, estoy bien.
Liam lo mira preocupado. —¿Crees poder encontrar ayuda?
—Yo soy la ayuda. —le responde y se acerca a la reja. Liam toma la mano de Paris y la aleja de allí, mientras el hombre lobo usa todo su poder para abrir la reja eléctrica. Las chispas vuelan y Theo ruge, colocando todo su esfuerzo, hasta que por fin logra separar las puertas.
Todos logran salir de allí y se suben a la camioneta de Theo, con Paris en el copiloto y Liam y Hayden en el asiento trasero. La rubia cierra sus ojos por un segundo, permitiéndose tranquilizarse después de todo lo horrible ha sucedido, hasta que Hayden suelta un quejido.
—¿Todavía te duele? —le pregunta el chico.
Ella asiente. —Todo. No estoy sanando, no sé cómo lo hice antes. —La rubia los mira por el retrovisor, algo preocupada por la castaña, hasta que Hayden se acerca a Liam y... lo besa.
El tiempo parece detenerse por lo que parecen horas y lo que ve Paris pareciera que nunca va a terminar, el chico se queda allí, estático, sin moverse ni un centímetro. La xana siente la mirada de Theo sobre ella, pero no dice nada, mientras que Hayden se aleja lentamente del beta, notando la mirada de Paris y la expresión de ambos chicos. El ambiente en el auto comienza a sentirse denso al mismo tiempo de que Paris comienza a intentar controlar su respiración que cada vez comienza a ser más pesada. El poco dolor que Paris había sentido los anteriores días se multiplica por diez y, para sorpresa de todos, una luz comienza a brillar en el agujero que Paris aún tenía en su pecho, pero se vuelve completamente negra en cinco segundos.
La xana toma todo de sí y para controlarse de no gritar, antes de dirigirse a la castaña. —Hayden, sé que quieres estar con Liam y tenerlo cerca, pero no estoy bromeando cuando te digo que, si no te alejas de él al menos hasta que salgamos de este auto, podría morirme. — la castaña mira a Liam asustada, intentando comprender. —¿Podrías hacerlo? Por... favor.
La voz de Paris se rompe en la última palabra, haciendo que Hayden se separe rápidamente de Liam, casi pegándose a la puerta. El dolor disminuye ligeramente, pero se mantiene allí hasta que llegan a casa de Scott y la rubia prácticamente salta del auto, corriendo hacia la entrada y luego al baño, para vomitar.
Sale del baño con lágrimas en sus ojos, encontrándose con Liam en el pasillo. Ambos se quedan en silencio hasta que el beta abre sus labios. —Lo siento, no sabía que me besaría.
—No lo sabias, pero no te apartaste. —le dice ella, cerrándose aún más la sudadera que Theo le había dado. —No te apartaste...
Liam parece molesto. —Lo siento, ¿de acuerdo? Han pasado tantas cosas que... no lo sé, mi mente esta en otro lugar.
Paris resopla, soltando una risa. —Por favor Liam, no soy tonta. He notado las miradas y las sonrisas, no trates de decir que es cosa de hoy y de lo agradecida que esta por preocuparte por ella porque ambos sabemos que no es así.
—¡Bien! Bien, ella me besó y las cosas han estado extrañas entre nosotros, pero tú y yo no hemos estado bien y lo sabes. No me cuentas nada, cada día pareces más enferma, casi no comes y ah claro, hay unas heridas en tu espalda que parecen de meses ya. —Paris se queda callada mientras él se le acerca. — Lamento confundirme cuando una chica aparece y es sincera conmigo.
La rubia niega. —Soy sincera contigo, solo no sé qué está pasando. ¿De acuerdo? ¿Cómo voy a decirte sobre algo que ni siquiera yo sé lo que es? ¿Cómo voy a preocuparme por mi misma cuando hay unos malditos doctores asesinando a nuestros compañeros de clase?
—¿Ah sí? Y, ¿cuándo ibas a decirme tu otro secreto? —la interrumpe con dureza Liam.
Ella frunce el ceño, confundida. —¿De qué hablas?
El beta niega, soltando una risa sin gracia alguna. —No hagas eso, no finjas que no sabes de lo que hablo...—La mirada de Paris no cambia, así que Liam se voltea hacia ella para mirarla frente a frente. —¿Cuándo ibas a decirme que éramos almas gemelas?
Todo alrededor de Paris se congela por lo que parecen minutos, siente como su pecho se encoge con algo de temor al ver la expresión molesta de Liam. —Iba a hacerlo te lo juro, pero no quería que te sintieras presionado por ello...
Liam se encoge de hombros. —Bueno me siento presionado ahora, Paris, porque tuve que descubrir por mi cuenta todo lo que te pasaría si dejo de quererte o nos separamos... Paris, podría matarte. ¡Lo que acaba de pasar podría matarte!
La xana suspira. —Lo siento mucho, pero ¿por eso tenías que dejar que ella te besara? ¿No podías ir y decirme como te sentías antes de ir a coquetear con la chica que juro iba a vengarse por algo que sucedió en secundaria? —le dice.
La mirada del beta viaja desde el rostro de la rubia hasta las escaleras. Entonces, Paris se da cuenta cuando el dolor punzante se vuelve casi insoportable, haciéndola sollozar de nuevo. Liam la mira, preocupado, teniendo un presentimiento de lo que está pasando en la cabeza de Paris.
—Oh dios... Ella te gusta de verdad—afirma en un susurro casi inaudible. Liam cierra sus ojos.
—Paris...—Liam dice su nombre. Las lágrimas de Paris bajan por sus mejillas pálidas.
Solloza, dejando salir una pequeña risa. —Y ni siquiera es tu culpa, no podemos obligar a nuestro corazón a no querer a alguien...—baja la mirada, pero Liam toma su rostro.
—Estoy algo confundido, eso es todo. Claro que te quiero, Paris... Solo que no estoy seguro de poder cargar con la responsabilidad que lleva amarte. —le dice, intentando no lastimarla más de lo que está. Liam se siente horrible, está confundido, asustado, no sabe si está haciendo las cosas bien, pero lo único que tiene claro es que la rubia no merece depender de alguien más. —Tu vida no debería estar en otras manos que no fueran las tuyas.
Los ojos de Paris y Liam se encuentran. La rubia mira al chico, mostrando lo lastimada que está en verdad, pero sabiendo que tiene razón en la última parte. —¿Cómo lo supiste?
Sus manos dejan ir el rostro de la rubia. —Le pedí a Brett uno de los libros de Satomi. En el libro hay un tipo de ritual que rompe el lazo.
Paris asiente, secando sus lágrimas con un poco de rabia por la situación. —Claro que buscaste como romper el lazo...—dice incrédula por todo lo que está pasando. Da un paso atrás, colocando una barrera entre Liam y ella sin decirlo. —¿Podrías darme el libro en la escuela?
—Claro...
—Bien. —pasa su mano por debajo de su nariz. —Creo que, después de esto, es mejor que nos mantengamos alejados uno del otro por un tiempo...
Si su corazón fuera de cristal, Paris está segura que los pedazos ya estarían cayendo.
—Paris...
Ella niega. —No solo me siento herida como xana, Liam. Estoy herida como persona, como cualquier chica a la que le dicen que su novio está teniendo sentimientos por alguien más. — Pone sus labios en una línea. —¡Oh claro! Lo siento. —golpea su cabeza con sus dedos como si hubiera olvidado algo. —No recordaba que no fuimos nada en realidad... ¿Fue por eso? ¿Fue por todo el asunto de "almas gemelas" que nunca acordamos que éramos?
Liam suspira. —Desde México tuve una sensación que no me dejaba querer hacerlo...
—Y yo sintiéndome insegura e intentando no presionarte demasiado....—susurra, negando.—Lamento haberte hecho sentir así, lamento que te sintieras presionado, lamento mucho no hacerte sentir en confianza suficiente como para que lo hablaras conmigo.—Liam le da una mirada triste a la rubia.—Pero lo que más lamento, es no haber sido suficiente como para que no tuvieras sentimientos por ella.—el labio inferior de Paris tiembla violentamente, antes de que pueda volver a hablar.— Te haré saber si te necesito para el ritual, pero mientras tanto, nos mantendremos alejados.
Paris camina hasta el cuarto de Scott, antes de mirar a Liam por última vez en la noche. —Es lo mejor.
¡Hola! Lamento muchísimo la demora pero este capítulo me estaba dando algunos problemas para redactar ajsjsja pero espero que lo hayan disfrutado, además de que es bien largo para que me perdonen ajsjs
Bueno, bueno, efectivamente Paris y Liam ya no están juntooooos y Paris deberá hacer el ritual para romper el lazo, ¿qué pasará con ellos? No lo seeeeee
Gracias por votar y no se olviden de comentar, amo cuando lo hacen dejándome su opinión o simplemente reaccionando a alguna parte del capítulo.
Muchos besos para todos
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