xi. Fake Feelings...(and mother-daughter talks)
CAPÍTULO XI: FAKE FEELINGS... (AND MOTHER-DAUGHTER TALKS)
—¿CUÁNDO SUPIERON de cierto que los Doctores del Pavor habían tenido éxito?— Valack le pregunta a una catatónica Lydia.
—Scott y Stiles lo descubrieron esa noche.—le responde, con su mente mas allá de ella misma.
—La noche de la súper luna.
—Pero en realidad aun no lo sabían, estaban pasando muchas cosas.—le dice la rubio fresa.— Liam casi mató a Scott, Kira no estaba, Malia trataba de encontrar a la Loba del Desierto, el sheriff Stilinski estaba muriendo...
Valack la interrumpe.—Estabas desaparecida.
—... y Paris, Paris también estaba a punto de morir.
STILES PENSABA QUE ESTABA bien por su cuenta. Bueno sí, tenía algunos problemas normales: algunos profesores lo odiaban, no era muy bueno con las chicas, era un poco molestado, pero nada demasiado malo. Por otro lado, estaban sus otros problemas, los sobrenaturales: Muchas personas muertas, entre ellas su amiga Allison, amigos que se fueron del pueblo, pesadillas, golpes, posesiones. Y muchas otras cosas más, sin embargo, de algún modo estaba agradecido de que en su familia solo estuvieran él y su padre, muchas menos amenazas, muchas menos alternativas de dañarlo si algún enemigo así lo quería.
Hasta que llegó Paris.
Claro, primero pensó que traía algo entre manos, naturalmente, pero después de tanto tiempo juntos compartiendo experiencias, tanto de hermanos, como de supervivencia a asesinos a sueldo, Kate Argent y hombres lobo, confió en ella. La quería, amaba a su hermana menor, pero eso también significaba preocuparse por ella, temer por ella.
Justo como ahora.
— Stilinski, ¿verdad? ¿Dijiste que su seguro lo tenía con el condado? ¿Es oficial?Stiles mueve sus manos, algo desesperado.— No, es el alguacil. El alguacil del condado, ¿bien? Está cubierto, debe estarlo.
Siente como alguien se acerca por su espalda. —Me haré cargo de él.— Melissa toma la tabla con la información antes de guiarlo fuera del mostrador.— Le envié un mensaje a Scott, viene tan pronto como pueda... Puedo llamar a Malia.
El chico niega.— No, no, no... No llames a nadie.
—¿Hay alguien a quien tengamos que notificar? ¿Un pariente?— le pregunta una enfermera a lo lejos.
—No, solo somos mi hermana y yo.—le responde, antes de colocar su mirada en su teléfono, viendo que París no ha contestado ni uno de sus 54 mensajes, ni respondido ni una de sus 67 llamadas, preocupado. —¿Dónde estás, Francia?
PARÍS, ALGUNA VEZ de apellido Callaway, ahora de apellido Stilinski, creía que estaría bien después de romper el vínculo con los que fueron su manada y con quien creyó que la quería.
Pero se equivocó.
Ahora, con el agujero que comenzaba a cicatrizar en el centro de su pecho adolorido por el grueso cable que la conectaba a una especie de monstruo nazi, lamenta esa decisión más que nada en el mundo. Porque estaba demasiado débil para incluso ponerse en pie, así que no había manera de que intentara llamar a alguien, y ni siquiera podía pensar en usar su poder, porque estaba siendo robado.
Siente sus ojos comenzar a lagrimear al pensar de que si se moría, no tuvo la oportunidad de despedirse de nadie, no tuvo la oportunidad de decirles que los quería, que los amaba. Piensa en Stiles y lo injusto que sería haber perdido a una madre y a una hermana, piensa también en su padre y en todo lo que se perdería: Su graduación, su mudanza a la universidad, su boda... Piensa en Scott y Lydia y lo horrible que debe ser para ellos perder a otro integrante de la manada y piensa en Liam.
Antes creía que estaba siendo estúpida en querer a alguien que claramente ya no la veía de la misma forma y que tenía a otra persona en el corazón, pero ahora mismo no lo creía así. Lo había querido con todas sus fuerzas, literalmente era su otra mitad, pero siempre había creído que si no fuera una xana, se habrían querido con la misma intensidad, incluso siendo de alguna forma mejor que si el mundo sobrenatural estuviera en medio de ellos.
Intenta dormir un poco, pensando en que si muere dormida, tal vez sea la mitad de doloroso que lo que está sintiendo en este momento, pero un golpe provoca que abra sus ojos ante la figura que se acerca a ella.
La pelinegra que alguna vez tuvo ojos tímidos la observa con soberbia, llena de sí misma.— Lo siento si esto no es muy cómodo, princesa. Arreglaremos las instalaciones la próxima vez.— París la ignora, no va a gastar sus últimas fuerzas hablando con ella.— Ow, no me mires así, sé que debes estar triste por tu ex noviecito, la rizada que era tu mejor amiga y todo el desastre de la manada, pero bueno, suponiendo que encontrarán tu cadáver pronto, no veo por qué no decirte un par de cosas.
>> Resulta que cuando las xanas estudiamos nuestro poder y no lo desperdiciamos como tú, podemos hacer cosas maravillosas. Entre ellas, plantar un sentimiento falso en quien sea. Puede ser miedo, ira... Incluso amor.— el corazón de París se detiene por un momento y observa detenidamente a la chica.— Te alegrará saber que tu perrito faldero, Liam, en realidad no se enamoró de alguien más, yo planté ese sentimiento ahí. Aunque debo darle crédito, fue bastante tardado. Ah y en tu amiguita puse dos: amor irracional por Theo y desagrado por ti.
Con dificultad, Paris habla.— ¿Por qué?
Oriana niega.— Rubia, si quieres derrotar a cualquiera, no solo una xana, debes quitarle sus soportes. El chico y Holly eran unos, tu manada se encargó de abandonarte sin mi ayuda, debo agradecerles. —La chica intenta retener su frustración demostrada en lágrimas, pero es casi imposible. La pelinegra se pone a su altura en el suelo. — Al menos morirás sabiendo que si te amaban, tómalo como un acto bondadoso de mi parte. De todas formas, así murió tu madre también, salúdala de mi parte cuando la veas.
Oriana observa la cara de Paris con resentimiento y victoria.>> Dile que matarla fue simplemente el karma volviendo a ella, en forma de su propia estudiante.
LIAM ESTABA A PUNTO de vomitar. En un segundo estaba decidido a decirle a la hermana mayor de Hayden que la chica estaba muerta y al otro, un vacío inexplicable en su pecho lo hizo detenerse detrás de una patrulla antes de que Mason lo hiciera. Era como si todo lo que había sentido por la castaña se desvaneciera, dejando un dolor que solo una conexión le provocaba.
—Liam, ¿qué crees que haces?
La bilis en la garganta del chico no permite que le responda a su mejor amigo con rapidez, así que necesita unos minutos para tranquilizarse.— Yo... iba a decirle sobre Hayden pero... Mason algo cambió, no entiendo qué pasa.
El moreno lo mira confundido.— ¿De qué hablas?
Liam niega.— Yo... yo obviamente me siento triste por Hayden pero no me siento como hace un momento, no como si hubiera perdido a alguien que amara. Es como si el sentimiento se hubiera desvanecido.
—¿Qué? Liam...— Mason lo toma por los hombros.— Terminaste con Paris por ella, porque sentías que necesitabas estar con Hayden, cómo eso cambia en dos minutos.
—Paris... Mason creo que tiene que ver con ella. Me duele el pecho, creo que algo le sucedió.
— Pero, ¿dónde está?
El castaño pone sus manos en su cabeza, abatido por la rapidez en la que las cosas pasan en ese instante. Lo único que sabe es que ha lastimado a Paris y que probablemente, esté herida físicamente ahora mismo.— No... no lo sé.
LOS OJOS AZULES de la rubia van perdiendo el brillo a medida que pasan las horas. No entiende cómo no está muerta todavía, pero quiere estarlo. Se siente agotada, pero pareciera que hay algo que no la deja rendirse, solo que no sabe bien qué es.
Cuando está a punto de cerrar sus ojos de nuevo, un susurro suave resuena a su lado, llamándola: —Paris...—Una figura borrosa es todo lo que la chica alcanza a ver, sin saber con exactitud de quién se trata.— Hija mía...
La oscuridad envuelve a la rubia por un segundo, antes de que se encuentre en un prado verde, lleno de lavanda a su alrededor. París observa su pecho, no hay cable, ni tampoco dolor. Todas sus heridas se han ido y sus cicatrices también, está limpia. La calidez que siente es casi perfecta y jura que la brisa apenas sopla.
— Hola, estrella.— la voz que suena a su espalda la deja paralizada. No quiere voltear, temiendo que sea su mente jugándole una mala pasada.— Mírame, Paris.
La rubia gira lentamente en su eje, con lágrimas ya formándose en sus ojos.— Mamá...
Aurora envuelve a su hija en un abrazo profundo, acariciando su cabello y sus mejillas, tal y como lo hacía antes. Su olor a Chanel N°5 sigue ahí cuando Paris respira profundamente, no queriendo dejarla ir. Ambas se toman su tiempo antes de separarse, la mirada de la mujer le da tranquilidad a la chica, una tranquilidad que no sentía hace bastante tiempo.
— Hija, lamento todo lo que te ha pasado.— le dice con tristeza, sentándose en el césped y dejando que las mariposas pequeñas vuelen a su alrededor. Paris imita a su madre, negando.
—No es tu culpa, al menos ya estaremos juntas por siempre mamá, como debió haber sido.— Paris pone su cabeza en las piernas de su madre.— No puedo creer que ella te matara.
Aurora niega, con una pequeña mueca en su rostro.—No, cariño. No es momento, falta mucho tiempo para encontrarnos en la eternidad.
Paris se incorpora, mirándola confundida.— Pero creí... creí que había muerto. Creí que Oriana nos había matado a las dos, que había ganado.
—Paris, sé que debí haberte contado muchas cosas, que debí haberte entrenado y preparado, pero tu fortaleza compensa todo aquello que no hice. Eso es lo que te ha mantenido viva, hija.—suspira con suavidad.— Debes volver y ayudar a tu manada... y reconectar con Liam.
La adolescente niega.— Ser una xana y tener esas conexiones solo me ha traído dolor, ni siquiera soy una buena xana, Oriana lo dejó muy en claro. Ya no quiero sentirlo todo, ya no quiero depender de los demás para estar bien.
—Amor, Oriana es una xana que adquirió esos conocimientos solo porque tenía un aquelarre, pero la manera en que se usan es lo que en realidad importa y lo que da poder. Cuando una xana pone un sentimiento falso en alguien, un pedazo de su poder se queda en esa persona, hasta que el sentimiento muere.— le explica con seriedad.— Oriana lo ha hecho por muchos años, no es más fuerte de lo que tú eres incluso con tus heridas y tu dolor.
—Pero... ¿qué más da si vuelvo? Me desvinculé de la manada y de Liam, ellos eran mi fortaleza y la última que me queda se la doy a un zombie nazi en este momento.— Paris pone sus ojos en las flores a su lado.
Aurora niega.— Querida, el vínculo siempre estará allí mientras tengas amor por esas personas, eso ni un ritual lo puede destruir. El vínculo vive en ti, pero también en ellos. El amor no se destruye, Paris, si es verdadero siempre estará allí. Y sé que esas personas te aman, lo sé.
Ella le da una sonrisa débil a su madre.— Estoy asustada, mamá.
—Lo sé hija, eres humana a pesar de todo, pero también debes saber que yo siempre estoy junto a ti, siempre.— la mujer toma la mano de su hija, y la pone en el centro de su pecho.— Siempre, Paris. Debes despertar.
—Mamá, no creo que pueda hacerlo.— Paris no quería perderla de nuevo, quería estar con ella. No creía que tenía la fortaleza para seguir peleando.
Aurora le dio un beso en la frente.— Puedes hacerlo amor mío, vencerás a Oriana y a los Doctores del Terror y a las Quimeras. Tu poder no se ha ido, Paris, sigue en ti.
— Mamá...
La voz de Aurora se escucha cada vez más lejana y su vista comienza a ponerse nublada. Paris siente que cae, cae y cae. Intenta sostenerse de algo, lo que sea, pero sus manos no logran agarrar nada. A pesar de que el miedo aún sigue en su corazón, no se siente tan desesperanzada, así que se deja ir, susurrándole un último te amo a su madre y escuchando a lo lejos su voz.
— Despierta París, abre los ojos...
— DESPIERTA PARIS, por favor...— Liam siente que va a echarse a llorar en cualquier momento, no entiende por completo lo que ha pasado en su interior, ni cómo logró encontrar a la chica rubia tan rápido en el bosque oscuro, lo único que puede pensar con claridad es que la chica que ama está desmayada frente a él con una herida en su pecho que apenas y está cicatrizando.— Por favor, sé que soy tu persona menos favorita ahora mismo, pero te necesito, te necesitamos...
Cuando siente que la mano de Mason se pone en su hombro, las lágrimas recorren su rostro sin parar. No sabe cómo explicarlo con exactitud, pero siente que se muere poco a poco. Ha lastimado a la única persona que ha amado de verdad, su alma gemela, y ni siquiera tuvo la oportunidad de decirle cuánto lo sentía. Se siente miserable y abatido, no sabe qué hará ahora, ni qué le dirá a Stiles o Scott.
Todo esto es su culpa.
Debió protegerla, debió estar con ella. Pero solo la traicionó y ni siquiera sabe por qué lo hizo. Liam siente cómo el vacío de su estómago se hace cada vez más grande y no puede evitar preguntarse que si Paris se hubiera enamorado de alguien más, si se hubiera vinculado con alguien más, no estaría abrazando su cuerpo frío y tomando sus pequeñas manos en las suyas.Cuando decide que es momento de recoger su cuerpo del suelo, un pequeño apretón en su mano hace que le devuelva la mirada a la rubia, con el corazón saliéndose de su boca. — Paris, háblame.
Con un suspiro entrecortado, la chica abre sus labios con lentitud, sin abrir los ojos.— Mamá...
— Paris, soy Liam.— la voz del chico se entrecorta.— Tu Liam...
Poco a poco los párpados de la rubia se mueven hasta que el azul comienza a mostrarse, Paris frunce el ceño cuando no puede ver con claridad el rostro sobre ella, pero su corazón se detiene cuando las facciones que tanto ha amado se esclarecen. Las manos de Liam tocan su cara con delicadeza, como si fuera a romperse en cualquier momento o como si fuera a desaparecer.— Li...— la voz de Paris se escucha débil. — ¿Cómo me encontraste?
Liam intenta detener sus sollozos antes de abrazarla y esconder la cara en su cuello.— Siempre volveré a ti.
Mason se acerca a ellos de forma tímida, palmeando el hombro de su mejor amigo.— Me alegro que estés bien, Paris.
Quiere agradecer, pero las palabras de París se quedan en su garganta cuando ve más allá del cuerpo de Liam, notando el lugar en donde están.— ¿Este es...?
Ellos asienten.— El Nemetón.
La chica se pone de pie con ayuda de ambos, dándose cuenta que no estaba sola, porque los cuerpos sin vida de varias Quimeras estaban a su lado.— Dios mío...— Paris siente la intranquilidad, el miedo y el arrepentimiento que dejaron esos chicos antes de morir, y siente náuseas.— Creí que Hayden...
Siente cómo Liam se tensa un segundo.— Creíamos que estaba aquí, pero nos equivocamos.Antes de que pueda responder, las luces de un auto los sorprenden. Algunos policías se van acercando a la escena y una voz sorprende a los tres adolescentes.— Ustedes tres, no se muevan.
—Eso es,— la voz que suena en la oscuridad hace que el agarre de Liam en la cintura de París se vuelva un poco más fuerte.— es donde encontré los cuerpos...
Una Hayden muy viva avanza a la luz, dejando ver su rostro, como si nada le hubiera sucedido.>> Cuatro cuerpos.
UNA VEZ QUE MASON Y LIAM dejaron a la rubia en el hospital, y después de que la ex pareja acordara que tenían que hablar, París se las arregla para escabullirse de su propia habitación hasta la de su padre, donde Stiles está junto a él, tomando su mano.
El sonido de la puerta hace que su hermano se levante para abrazarla con delicadeza.— Dios Francia, fueron las peores horas de mi vida.
París acaricia su espalda.— Está bien Sti, se necesita más para que deje de molestarte.— ríe suavemente.
—Cuando Liam me dijo que sentía que algo estaba mal contigo, me sentí la peor basura del mundo, no noté que algo te pasaba.— la expresión abatida de su hermano hace que el corazón de París se agriete.
—Stiles, muchas cosas pasaron a la vez, que Oriana me secuestrara fue solo una de ellas, pero estamos bien. Papá y yo.
El chico asiente, con sus ojos un poco aguados.— Ahora sí es que no te quitaré el ojo de encima.París ríe de nuevo.— Ni yo a ti.
Ambos se acercan a su padre, quien abre los ojos con pesadez, tomando las manos de sus dos hijos.— Está bien, chicos. Aun me tienen.
El alivio llena el cuerpo de la rubia, pero rápidamente la emoción cambia. Está tan enojada, no debió dejarse manipular, no debió romper el vínculo, pero ahora nada de eso importa. Lo único que sabe es que tomará todo su poder y no dejará que haga más daño.
Ni a ella, ni a los que ama.
¡Hola! Volví después de 1728283 años, lo siento mucho, prometo que este fic se completará, algún día, pero lo hará.
Espero que les haya gustado, intentaré escribir un nuevo capitulo pronto.
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Muchas gracias por leer, votar y comentar. ¡No se olviden de lo último! Es lo que más me motiva a seguir.
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