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CAPÍTULO UNO.

Capítulo uno: MAGIA DEL CAOS.




—¿Debes irte?

Génesis sonrió levemente ante el tono insistente de Hope, quien estaba renegada a dejarla ir sin escuchar sus insistencias.

—Si, brujita. Tengo que averiguar algunos asuntos— respondió la muchacha terminando de doblar una remera para meterla en la mochila que usaría en su pequeña travesía.

—¿Por qué llevas ropa? ¿No es más sencillo crearla con tu...— la niña imitó los característicos movimientos de manos que Génesis implementaba para manipular su magia. —...Bibbidi-Bobbidi-Boo?

—No puedo exponer mi magia en público, Hope— le explico levemente con una sonrisa. —Además, sólo crearía la ilusión de cambio de ropa y estaría durante días con lo mismo puesto— giro para acercarse a uno de sus muebles tomar su perfume mientras escuchaba a Hope.

Fuchi.

—Exacto. Fuchi— movió su mano cerca de su rostro imitando como si dispersara un olor.

Hayley apareció en la puerta apoyándose en el marco observando la escena. Génesis preparándose para su viaje mientras hablaba con Hope, quien le sostenía la mochila acostada en la cama boca abajo.
Sonrió levemente ante las insistencias de su hija para que la muchacha no se vaya.

Hayley no recordaba en el momento que Hope y Génesis se volvieron tan cercanas, lo que si recuerda era como la mayor detestaba a su hija por el hecho que "era insoportable y no se callaba nunca". Pero luego de la fusión entre Génesis y la Bruja Escarlata, Hope se había metido debajo de su piel de un día para el otro.

La joven dirigió su cabeza hacia quien la había adoptado, sonriéndole en forma de saludo en el proceso. Dejo lo que tenia en sus manos sobre la cama y se acercó a Hayley.

—¿Estas segura que no necesites que me quede?— cuestiono la escarlata mirando los ojos verdes de la mujer, quien estaba a punto de responder pero fue interrumpida.

—Claro, por ella si ¿verdad?— escucho la queja de Hope en sus espaldas.

Génesis volteó con una sonrisa y se inclinó levemente. —Es para que no se ponga celosa— le susurró divertida a la niña causando una sonrisa. —Puedo quedarme si lo necesitas— volvió hacia Hayley utilizando un tono más serio que el anterior.

Hayley le sonrió apretando sus labios. —No. No. Ve. Planeé esto para dejarte fuera— confesó la mujer encogiéndose de hombros y causando una pequeña ofensa en la escarlata. —Además...— bajo su tono de voz considerablemente. —...necesitamos esas respuestas— utilizo la misma seriedad que Génesis, recibiendo un asentimiento.

—Lo sé— Hayley y Génesis se miraron a los ojos, comunicaban aquello que querían decir sin que Hope escuche.

"Necesitamos las respuestas antes que sea demasiado tarde".

No era un secreto que Hope Mikaelson era especial.
Nieta de la bruja original e hija de un híbrido, y sumando su apellido junto a todos los enemigos que tienen a lo largo de la historia, la colocaban constantemente en peligro.
Pero, sinceramente, esa era la última preocupación de las mujeres.

Hope era una excelente y poderosa bruja. Con gen lobuno y sangre de vampiro en su sistema. Era la primera y única de su clase, pero el tiempo que le quedaba con la niña era lo que asustaba a las mujeres.

No había información por ningún lado, ninguna profecía que diga si Hope viviría por siempre o simplemente tendría una extensión de vida común y corriente como cualquier humano. Tampoco se sabía cómo afectaría en su magia si su vampirismo algún día se activa, o si perdería su gen lobuno y viceversa.

Necesitaban respuestas.

Y Génesis sabía exactamente dónde buscarlas.
Bueno, ella no. Pero la Bruja Escarlata si.

Y fue ella quien apareció frente a Hayley para comunicarle aquello.

Tenía exactamente el mismo aspecto que Génesis y también el traje designado que utilizaba luego de la fusión entre ambas, pero al final del día, Hayley había aprendido a diferenciar a la Bruja Escarlata como a Génesis por separado.

Usualmente la mujer milenaria no se daba a revelar, siempre era Génesis la que mediaba entre sus deseos y el mundo exterior, pero cuando era excepcionalmente necesario ella se revelaba en el mundo humano.
También por las pequeñas diferencias en los trajes designados.

Eran iguales. Mismo diseño. Mismo color. Solo que a diferencia de la Bruja Escarlata, el traje que utilizaba Génesis era más pulcro y liso, al igual que su corona en forma de M que se ubicaba en su frente acentuándose a sus pómulos; sus mangas estaban adaptadas a sus falanges proximales y llegaban hasta un poco después del codo.

Tenía un poco más de vida.

Mientras que el de la Bruja Escarlata era un traje bordo opaco, lleno de lo que parecían golpes, a la altura de su corazón parecía el traje bordado como si fueran cristales estallando. Como si su corazón se hubiera roto tiempo atrás.
Sus mangas, a diferencia de Génesis, eran desde sus hombros hasta sus manos, solo que estas únicamente estaban enganchadas en sus dedos pulgares.
Sus ojos estaban iluminados siempre en rojo y tenían una ligera sombra negra a su alrededor, al igual que la punta de sus dedos cubiertas de negro, demostrando lo oscura que era aquella mujer.

—Se donde conseguir las respuestas a tus preguntas, Hayley— la recién nombrada examinó con una leve desconfianza a la mujer que yacía frente a ella.

—¿Y por qué debería de creerte?— la tosquedad de sus palabras hicieron sonreír a la bruja levemente.

—Aunque no lo creas, tanto mi portadora como yo nos encariñamos con Hope y queremos lo mejor para ella— confesó sinceramente la mujer escarlata.

Observó la cocina a su alrededor y comenzó a vagar prestando atención a los pequeños detalles ignorando cómo Hayley estaba en guardia.

—Estoy segura que el Dios que me otorgó mi magia del caos tiene alguna respuesta— comentó distraída, más para ella misma que para Hayley, tomando una naranja que había en el centro de la mesa que Génesis utilizaba siempre para cocinar. —Debo viajar a al Templo del Caos para eso.

Hayley frunció silencio ceño ante la mención de un Dios. —¿Un Dios?

La escarlata giró su cabeza hacia ella y le sonrió levemente. —¿De dónde creíste que obtuve mi magia?— preguntó retóricamente. —A Chthon, dios del caos, le pareció buena idea tener un pie en la tierra— explicó sintéticamente dejando la fruta donde estaba. —En pocas palabras, yo ya tenía esa chispa de caos en mis venas, el simplemente lo amplificó— encogió levemente sus hombros con una sonrisa traviesa.

Y allí estaba Génesis dispuesta a ir al Templo del Caos en busca de respuestas.

La noche había caído y las tres mujeres estaban paradas en lo que vendría a ser el límite de la ilusión, o Hex como le gustaba llamarlo a Hope.

El Hex consistía en una ilusión a kilómetros cuadrados, magia en automático. Era impenetrable. Era una fortaleza sin ninguna defensa, una fortaleza indestructible.

Y dado el hecho que había que mantener tanto a los Mikaelson como a Hayley a salvo, Génesis había rodeado la casa de su magia del caos, creando una ilusión para aquellos forasteros que pasaban cerca de su hogar siendo incapaz de verlo.

—Hayley, recuerda llamar a la Escuela Salvatore, ¿si? Diles que estoy enferma o algo así.

En el momento que se realizó la fusión entre Génesis y la Bruja Escarlata, sus poderes no solo se intensificaron, sino que también se salieron de control. Génesis pasaba días encerrada en su habitación por miedo a dañar tanto a Hayley como a Hope debido a los golpes de energía que liberaba sin siquiera darse cuenta.
Pero luego todo mejoró cuando Caroline Forbes apareció en la puerta de su casa ofreciéndole entrar a la Escuela Salvatore para Jovenes y Dotados.
Era una escuela especial para criaturas sobrenaturales, donde enseñaban a las brujas utilizar su magia, a los vampiros autocontrol, a aquellos hombres lobo les brindaban seguridad en las lunas llenas y las miles de criaturas que habitaban allí estaban más que invitadas a aprender sobre ellos mismos.

Así fue como Génesis aprendió junto a la Bruja Escarlata a controlar la magia del caos.

Hayley sonrió levemente ante lo graciosa que se veía preocupada, abrazó a Génesis suspirando en sus brazos, por más que la Bruja Escarlata le había asegurado que no le pasaría nada, aún no estaba segura de dejarla ir.

—Voy a fortalecer el Hex por las dudas ¿si?— le comento la escarlata separándose de su abrazo. —Aún puedo quedarme si lo necesitas.

Hayley estaba a punto de completar la lista que le había dejado Freya Mikaelson para que ella y toda su familia vuelva a caminar en el mundo de los vivos, por lo tanto, no faltaba mucho tiempo para que esto se cumpla.

A pesar de esto, Génesis no estaba muy de acuerdo con el regreso de los Mikaelson, y más cuando tenían historia juntos.
Ella no, más bien la bruja escarlata. Pero actualmente ella era la Bruja Escarlata, por lo tanto, esas vidas pasadas también son ella, y la verdad no era divertido tener en su mente a Klaus Mikaelson cazando y asesinando a portadoras durante siglos por ser "una amenaza a su familia".

La mujer negó con la cabeza y le sonrió. —Puedo sola.

—Siempre dices eso— acusó Génesis en voz baja antes de dirigirse hacia Hope. —Cuídate, ¿si? Nada de magia si no estoy— advirtió la muchacha agachándose para abrazar a la pequeña pelirroja. —Tienes la pulsera, ¿verdad?— inquirió separándose y Hope levantó su brazo para mostrarsela.

—Sip— movió su muñeca haciendo que la pulsera se mueva con alegría.

Génesis le sonrió a la pequeña. —Prometo que voy a estar cuanto antes— le guiño un ojo y le dió un pequeño beso en la frente.

Hayley tomo de los hombros a Hope y ambas mujeres se alejaron del límite unos cuantos metros por su propia seguridad, escuchando como Génesis le terminaba de hablar a Hope.

—¿Y quién sabe? Capaz traigo algún regalo— Hope sonrío emocionada ante la mención causando una sonrisa en Hayley.

Ambas mujeres observaron como Génesis giraba sobre sus talones quedando frente al límite del Hex.
Sus manos se iluminaron de un brillo escarlata acompañado de su transformación, abandonando su ropa de civil y colocándose el característico traje de Bruja Escarlata con un simple movimiento de manos.

Hope le encantaba ver la magia del caos de Génesis, mientras que Hayley pensaba constantemente en su sorpresa sobre el control de la magia del caos que tiene la muchacha de diecisiete años.

Génesis tocó el límite del Hex, creando en el mismo que su escudo se vuelva rojizo poco a poco fortaleciéndolo tal como lo prometió, movía sus manos danzando mientras que se ampliaba el aura rojiza del límite utilizando ni la tercia parte de su poder.

Giró su cabeza hacia Hayley y Hope, quienes veían como la ilusión del bosque y cielo se volvían rojizos iluminando sus rostros de ese mismo color.

—No se preocupen, en cualquier momento vuelve el sol y el bosque— aseguró Génesis en voz alta para que puedan escucharla, llamando la atención de ambas mujeres. Les sonrío levemente. —Nos vemos en un minuto.

Sus manos se volvieron nuevamente en los tonos escarlatas comenzando a levitar y tomando impulso para salir del Hex, dejando a Hayley y Hope atrás.

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