Cabello violeta.

Hecate tocaba la puerta de su hija impaciente, ella entendia que era una adolecente pero ya sobrepasaba sus limites. Apolo se reia de la escena, estaba con la diosa de las galaxias al igual que Afrodita en la habitacion que Hecate tocaba desesperada.

—Astral, quedate quieta querida— dijo Afrodita, mojando el pincel en la tintura de color violeta.

Si, ese era su nombre. Astral, de origen griego, una de las estrellas de la constelacion de tauro. El nombre lo eligió Artemisa, ya que Astral es su estrella favorita al igual que la diosa, luego de las de la contelacion de Orion y Zoë.

—Esto es gracioso— dijo un Apolo de 18 años, levantándose de la cama de Astral parándose delante de donde aquella chica estaba sentada.

—Dita, dime que falta poco— dijo Astral mirando los ojos dorados de el dios del sol.

—Listo, dejalo asi por 1 hora y luego enjuagalo— dijo la diosa mas hermosa de todas, parándose delante de ella.

—Gracias, Dita— Astral hizo una reverencia.

—Fue un placer— dijo ella sonriendo mientras abria la puerta de la habitacion para salir, haciendo que Hecate caiga al suelo.

La risa de los adolecentes inundaron la habitacion. Hecate casi se desmaya cuando vio el cabello de su hija, Apolo siguio riéndose hasta que Astral lo golpeo en el hombro. Afrodita antes de retirarse de la habitacion, chasqueo sus dedos haciendo que el pelo de la chica este listo.