𝟬𝟭𝟮. gina's birthday
ハート型のボックス
capitulo doce
"cumpleaños de gina"
Kimi había estado días enteros buscando un regalo para su hermana mayor, Hayakawa Gina, que cumpliría años el diez de enero. Le ponía feliz porque, podría decirse que era la que más se emocionaba con los temas de los cumpleaños, y cuando Draken llegó un día antes con la idea de hacerle una fiesta sorpresa, fue que supo que sería un grandioso día.
Aunque, le había puesto triste pensar en qué Gina creería que nadie recordó su fecha ya que habían acordado que la iban a ignorar hasta que regresara del burdel dónde vive Draken. A cada uno en sus días los despertaban con la canción de "feliz cumpleaños" y un pastel preparado, además de muchos regalos. Así como le había decido comprar una chaqueta de cuero y unos guantes para su moto a Gina; sabía que le encantaría, más porque los había escogido ella y su gran gusto había dado en el clavo con los gustos de su hermana.
Por lo que, esa mañana madrugó ya que era la responsable de comprar todas las decoraciones para la fiesta. El abuelo Hiroshi ya le había dado dinero una noche antes y tras bañarse y arreglarse rápidamente, se encaminó en silencio hacia afuera de su casa, en donde se encontraba Mitsuya esperándola.
—Es muy temprano —se quejó él con una sonrisa cuando llegó a su lado y le dio un beso en la mejilla en forma de saludo—. Pero bueno, todo sea por verte feliz.
—¡A mí y a Gigi! ¡Ya quiero que llegue el momento de la fiesta! —exclamó en voz un poco baja—. No podía irme más tarde. Podré ser muchas cosas, Takashi, pero no sería capaz de ignorar a mi hermana y por eso quise salir temprano.
—Eres tan buena —murmuró, acariciándole su mejilla, y con Kimi sintiendo mariposas revolotear en su interior—. Por eso me gustas mucho.
—Tú también a mí —sonrió y le dio un casto beso en los labios, subiendo a la moto y sujetándose de su cintura—. ¡Vamos al centro comercial! Hay muchas cosas por comprar.
Por suerte sabía que el lugar estaba abierto a esa hora. En realidad, no era tan temprano, sino que eran las ocho y media de la mañana. Pero sus hermanos no estaban despertándose tan temprano, aunque en dado caso que la fiesta sorpresa no estuviera planeándose estarían sacando el pastel y llevándolo hacia la cama de Gina. Sonrió, pensando en que, a pesar de sentirse nerviosa por cómo pudiera actuar, recordar que seguramente la fiesta le alegraría el día y sería uno de sus recuerdos más felices la ponía mucho más feliz.
—¿Tienes alguna lista? —preguntó Mitsuya, cuando casi llegaban al centro comercial—. Para tal vez dividirnos y buscar más rápido.
—¿Acaso quieres separarte de mí? Me dolió eso —fingió estar ofendida Kimi, pero rápidamente soltó una risita al no poder hacerlo—. Es broma. No, ¡pero hay una tienda que se dedica a fiestas! Tienen todo ahí, así que no hay necesidad de separarnos ni irnos par otro lugar. Aparte no quiero que lleguemos antes que Gigi o puede ver lo que vayamos a comprar.
—Tienes razón —asintió él—. Por suerte mi mamá está en la casa, ella irá a dejar a Mana y Luna a tu casa antes de irse a trabajar... quiere conocerte —dijo nervioso.
Abrió la boca pero no salió nada de ella por la vergüenza y el miedo. Si él se miraba nervioso, Kimi lo estaba el doble. No es que estuviera evitando a su mamá, porque, al contrario, tenía todas las ganas de conocerla al fin; pero temía caerle mal, que pensara otras cosas de ella o cualquier cosa negativa.
—¿A-a mí? —repitió Kimi titubeando.
—Pues claro, bonita, ¿a quién más?
—Sí, tienes razón —habló para sí misma asintiendo varias veces—. De acuerdo... al cabo será muy poco ¿verdad?
—Kimi, te va a amar —intentó tranquilizarla Mitsuya—. Aunque ya lo hace, en realidad. Luna y Mana hablan mucho de ti y ella siente que te conoce al igual que ellas.
Rio con nerviosismo, pero terminó pensando en qué seguramente todo saldría bien. «Piensa positivo», repetía una y otra vez en la cabeza como solía decir Hekima cuando algo parecía ir mal. Tenía que hacer caso a los sabios consejos de su hermana.
Entraron al centro comercial y, aunque no había muchas tiendas abiertas, la que ella buscaba sí. Kimi se emocionó por no haber errado en el horario que vio la última vez que fue y jaló a Mitsuya tras tomarlo de la mano en dirección a la tienda. Ya adentro, se sorprendió de ver aún más cosas que la ocasión en la que había entrado por pura casualidad, y esperaba no fuera muy caro todo; incluso ella llevaba de su propio dinero por si no completaban.
—Hay que llevar globos, confeti, muchos papeles para decorar, ¡el letrero de "happy birthday" no puede faltar! —habló con entusiasmo Kimi, mientras sostenía la mano de Mitsuya dando pequeños saltos—. Ugh, soy pésima en inglés. La pronunciación de Heki es mucho mejor...
—Yo lo escuché perfecto, bonita, no te preocupes por eso —se burló en voz baja él sonriéndole—. También algunas serpentinas, ¿no? —agregó señalándolas—. Y que todo sea de dos colores que combinen...
—Negro y rojo creo que pueden funcionar, Gigi es medio dark.
—No sé si a tu hermana le guste esa señalación.
—No le digas que le dije así y te doy un beso —intercambió agitando sus pestañas exageradamente frente a él—. ¿Qué opinas? Es un trato justo, creo yo.
Mitsuya sonrió y la abrazó por la cintura, acercándola hacia él y mirando directamente sus ojos con un evidente enamoramiento. Kimi se ruborizó por la intensidad de su mirada pero a la vez se sintió feliz de tenerlo a su lado, porque para ella, era el chico más guapo de todos, y aunque fuera una situación normal, Mitsuya siempre hacia lo posible por hacerla sentir especial y como la chica más suertuda del mundo.
Entonces, prosiguieron con ir a conseguir las diferentes cosas que tenían planeadas usar en la fiesta. Consiguieron un número "16" en globos, y también muchas cosas para decorar la casa; no solamente un espacio sino todo el lugar, y en verdad agradeció tener una casa grande para meter a tanta gente ahí. Kimi había invitado a Mitsuya y sus hermanas además de los Shiba. No tenía muchos amigos, pero prácticamente habían invitado a toda la Toman entre sus hermanos y ella; Issey llevaría a Rin, Mucho y Sanzu; Hekima invitó a los gemelos Kawata, y a Akkun y a sus amigos, así como Kat a Takemichi y Chifuyu; e igualmente no podían faltar Draken, Mikey y su hermana Emma a la cual había conocido en el Santuario en año nuevo.
—Podríamos darles un gorrito de cumpleaños a algunos —murmuró pensativa Kimi, viendo los distintos precios que estos tenían—. Pero, no sé si todos se los quieran poner... ¡Lo sé, mejor llevemos unas lindas velas que combinen también! Y Heki y Kat harán las decoraciones del pastel de algunas motos...
—Señorita, ¿tiene algo que tenga que ver con motocicletas? —preguntó Mitsuya a la chica que estaba acomodando algunas cosas en el estante; luego, ella asintió—. ¡Mira, Kimi! Me gustan, podríamos llevarlo también.
—No sé qué sería de mi familia si no tuviera grandiosos gustos —bromeó ella, mientras comenzaban a guardar cosas en una cesta—. Y mejor aún, tengo a mi lado aún mejor, ¡esta fiesta será increíble, Takashi!
—Por supuesto que sí —asintió con emoción—. Draken tuvo una buena idea... aunque algo me dice que Emma tuvo algo que ver.
Kimi le dio la razón con la cabeza.
—Yo también. El día de Año Nuevo ella quería que estuvieran juntos, su mirada lo decía todo —se rio—. Como mujer puedo confirmarlo. ¡Además ella es encantadora!
No se dio cuenta de la hora hasta que su celular vibró, notificando que le habían mandado un mensaje, así que lo sacó. Ya habían pasado demasiado tiempo en la tienda, pero en su defensa, había tantas cosas bonitas que Kimi no se podía decidir en qué llevar o no, ya que quería comprar todo.
«¿Cómo va todo? ¿No te habrás ido a perder con Mitsuya?» —Heki.
Se rio inconscientemente al leerlo y se lo mostró al chico, para él también reír.
«Eso último no pienso responderlo. Pero, va todo bien, Heki, tranquila, en cualquier momento vamos para la casa. ¿Ya fueron por las cosas para el pastel?»
«¡Qué mala! :p Y ya no tardo en ir. Me mandas mensaje cuando llegues» —Heki.
Abrió la cámara de su celular y se tomó una foto junto a Mitsuya, en donde salían sonriendo y se la envió a su hermana. Pensó en que se miraban muy bonitos también.
—Deberías pasarme esa foto —dijo Mitsuya—. Podría pegarla en mi habitación...
—Yo también lo haré —afirmó ella dándole un beso en la mejilla.
Esa costumbre la había arraigado de Hekima, que tenía completamente lleno su parte de pared de fotografías, tanto de la familia como de paisajes que le gustaban mucho. Aunque claro, Kimi, no tenía esa gran habilidad de tomar fotografías para hacerlo como ella, pero de vez en cuando tomaba unas con su celular que le gustaban. De hecho, tenía ganas de comenzar a hacerlo porque le gustaría plasmar su relación con Mitsuya de alguna forma, y creía que era un lindo gesto.
Volvieron luego de un par de minutos tras pagar las cosas a la motocicleta, y Kimi se subió en la parte trasera. La había enviado un mensaje a Heki diciéndole que iba para allá y en el camino comenzó a sentir nervios por la fiesta, y preguntándose sí Gina no se sentiría mal por no haber aparecido en todo el día. Esperaba que no se molestara después y llorara en la fiesta sorpresa.
Ya había varias personas en la casa de los Hayakawa: los gemelos, los Shiba y los Sano.
—¡Me alegro verlos a todos! —exclamó Kimi feliz y saludándolos—. Gracias por venir, en verdad. Takashi y yo vamos a adornar aquí... espero no molestarlos.
—¡Yo les ayudo! —agregó Yuzuha rápidamente, sonriendo y abrazándola—. Tal vez no soy tan buena como ustedes en tener todo ordenado bonito, pero sé acatar órdenes. Vamos a hacerlo juntas, ¡ya estuviste mucho tiempo con Takashi!
Mitsuya se rio y aceptó, llevándose a Hakkai con él para que lo ayudara.
—¿Estás nerviosa? —preguntó, comenzando ambas a pegar algunas cosas en las paredes y los chicos inflaban globos—. Se te nota en la cara.
—¡Nunca había hecho una fiesta sorpresa! —confesó negando con la cabeza—. En verdad, creí que no sería capaz de fingir no saber nada anoche con Gigi, pero, creo que lo logré. También me escapé temprano al no querer mentirle, soy mala en eso.
—Te diría que te hago una fiesta sorpresa, pero creo que podría ser muy obvio ya —rio Yuzuha—. Y entonces...
—¿Entonces...?
—¿Cómo te la pasaste hace rato con Mitsuya? ¿Se dieron besitos? ¡Hakkai me dijo que su mamá vendría a dejar a Luna y Mana, qué emoción!
Kimi le contó en pocas palabras a la vez que seguían adornando como buenas mejores amigas, mientras reían muchas veces porque a Yuzuha todo le causaba gracia y provocaba que ella también le siguiera el juego. También hablaron con los ya presentes y con los que iban llegando. Luego Kat y Hekima hicieron su aparición en casa y dispuestas a ya hacer el pastel se fueron a la cocina esperando no ser molestadas; incluso oía ruidos de ahí, lo que le decía que sus hermanas se estaban divirtiendo mientras cocinaban.
—Kimi, querida, he traído sake y cerveza, espero que alguien tenga más de dieciocho en esta fiesta —le dijo su abuelo llegando con bolsas, como si fuera un completo secreto; la rubia alzó una ceja con curiosidad.
—Ojo que seguramente Kat te reta a un karaoke, abuelo —recordó Noche buena—. Te vuelves un cantante cuando estás borracho. ¡Oh, y tal vez pueda ser con su novio Chifuyu!
—¿Novio? —repitió—. ¡Pero qué rápido crecen!
—Anda a dejar tus bebidas al refrigerador o se van a calentar.
Hiroshi asintió y tras darle un beso en la frente a Kimi se retiró. Después, ella esperaba dar los toques finales a la decoración ya que no debían tardar mucho en terminar el pastel Hekima y Kat, pero cuando se dirigía a darle un vistazo a los globos, sintió una mano tomarle la muñeca con cariño.
—Bonita, llegó mi mamá —informó Mitsuya con vergüenza, y sus mejillas ruborizadas—, ¿vienes?
Soltó un suspiro disimulado y le sonrió como respuesta, tomándolo de la mano y dirigiéndose a la entrada de la casa. Cuando abrió la puerta, una mujer de cabello negro y una sonrisa cálida la recibió, pero no tuvo tiempo suficiente de decir algo porque Luna y Mana se abalanzaron sobre ella saludándola; se rio por ello, y se hincó para sonreírles y darles un beso a cada una en las mejillas.
—Gracias por venir —jugó con la trenza que traía Mana—. ¿Pasan? Está mi abuelo aquí entrando, puede darles algo de comer si quieren.
—¡Sííí!
Las niñas pasaron a la casa emocionadas a la vez que escuchaba la voz de su abuelo, feliz de verlas ya que les había hablado mucho de ellas. Se levantó entonces y ya que aún estaba sonriendo, lo hizo más en grande al ver como la mujer seguía portando una actitud tranquila. Mitsuya la tenía sujetada de la mano con los dedos entrelazados y suspiró antes de hablar.
—Mamá, ella es Kimi —la señaló—, y Kimi, ella es mi mamá.
—Puedes decirme Kaori —habló rápidamente la mujer, acercándose y dándole un pequeño abrazo—. Me alegro de conocerte, Kimi, mis niñas y Takashi me hablan demasiado de ti.
—Espero que puras cosas buenas —dijo ella mirando a Mitsuya con la ceja alzada, mientras que él seguía ruborizado—. Un placer, y muchas gracias por dejar venir a Luna y Mana a la casa... habrá gente mayor, pero mi abuelo ama a los niños y estoy segura que va a cuidarlas muy bien —omitió la parte en donde Hiroshi pensaba emborracharse, evidentemente—. Además, son puros miembros de la Toman, es seguro.
—Lo sé, estoy tranquila por eso —sonrió nuevamente la mujer, mirando su reloj en la muñeca—. Bueno, necesito irme o llegaré tarde al trabajo. Espero verte luego por la casa y comer algo juntos, Kimi.
—¡Así será!
Al cerrar la puerta, Kimi pudo respirar de nuevo. Kaori en realidad había sido una mujer agradable, pero seguía siendo la mamá del chico que le gustaba y era imposible no ponerse nerviosa al hablar con ella, y más, porque era una mujer muy linda. Esperaba haberle agradado, ya que las primeras impresiones son siempre importantes al conocer a una persona, y aún más por quién era.
—Hay que terminar todo —murmuró Kimi a Mitsuya—. ¡Vamos!
Por lo que, lo próximo que se dedicaron fue ordenar hasta los últimos detalles. Kimi estaba emocionada, y no dejaba de exclamar que guardaran silencio cuando Draken le dijera a Hekima que estarían llegando de los nervios. Minutos después su hermana salió de la cocina, aún más histérica que ella.
—¡Ya vienen, ya vienen! ¡Rápido hay que irnos a la sala y hacer detalles finales! —comenzó a gritar con un poquito de nerviosismo, y salió de la cocina junto con Kat, amenazando a Issey que prestará atención porque se encontraba distraído con Rin en una esquina.
Rápidamente Kimi salió corriendo hacia su habitación en busca del regalo que le había comprado a Gina y regresó, justo en el momento en el que a Hekima le llegó otro mensaje de Draken informando que ya se estaban bajando de la moto; por lo que todos automáticamente guardaron silencio. Se escucharon un par de pasos acercándose.
—¡¡Prende la vela, Kat!! —le gritó Hekima a su hermana, pero, por más que intentaba, el mechero no soltaba ni una chispa—. ¡¡Vamos!!
—¡No prende!
Vio como Hekima mandaba un mensaje, y los próximos segundos se sintieron eternos. En el momento que lo envió, la manija de la puerta dio vuelta, y pudo oír las respiraciones de todos al sentir la presión. Pero, por suerte no sucedió. Y, cuando por fin, segundos después el mechero funcionó, le envió otro mensaje.
La puerta ahora sí se abrió. Escuchó el gritito de Gina cuando sonaron un par de «¡plop!» y confeti comenzó a caer encima de ella. Todos los presentes exclamaban al unísono:
—¡¡Felicidades, Gina!!
Su hermana murmuró algo que no se alcanzó a oír debido a que comenzó a sollozar. Solamente vio que Draken bromeaba un poco con ella, mientras todos los hermanos Hayakawa y el abuelo Hiroshi se acercaban y se colocaban frente a ella. Y entonces, ellos, mantenían en brazos sus diferentes regalos para la chica; a la par que también trataban de aguantarse las lágrimas.
—¡Pide un deseo, nieta!
Gina se inclinó hacia delante agarrando aire y sopló las velas para apagarlas. Después, todos aplaudieron y Gina rio cuando sus hermanos se abalanzaron sobre ella para abrazarla todos a la vez.
—Toma, Gigi, mi regalo —sonrió Kimi adelantándose a todos, porque ella amaba aquello de la entrega de los presentes. Aunque antes se había limpiado un par de lágrimas de emoción—. ¡Me duele que pensaras que tus hermanos se habían olvidado de ti!
—Es que todos parecían muy convincentes y tú no estabas... ¡¡No me lo creo!! —exclamó emocionada cuando abrió el regalo—. ¡¿Me has comprado los guantes y la chaqueta para la moto?!
Sonrió al ver como a su hermana si le había gustado su regalo. Había sido fácil conseguirlo, pero hizo todo lo posible para que fuera algo que Gina usara.
—¡Ahora el mío! —exclamó Kat emocionada, apartando a todos de un empujón para tenderle algo a Gina—. Quería hacerte algo especial, algo que me viniera del corazón y que además se me diera bien... Así que, te he hecho un pequeño manga. Es la historia de cómo todos nos hicimos hermanos y de cómo nos hemos hecho felices —sonrió, a más no poder, y dijo algo avergonzada—. Espero que te guste.
—Ay, Kat... —sonrió conmovida—. ¡¡Seguro que me encanta!!
Ahora, vino el turno de Hekima y su linda sonrisa.
—El álbum lo he hecho yo a mano, ¡me ha costado mucho! —rio cuando Gina desenvolvió su regalo y lo miró con los ojos bien abiertos—. Son todo fotos de ti y de mí, aunque también hay alguna de nuestros tontos hermanos... ¿Te acuerdas de esa? Fue cuando fuimos a la playa tú y yo el primer año que estuvimos fuera del orfanato —sonrió, viendo como ahora la rubia tenía unas pequeñas lágrimas en sus ojos—. Y en el final, te he puesto una especial.
Aquella última se trataba de Gina al lado de Draken en alguna reunión de la Toman. Ambos estaban juntos, se miraban el uno al otro mientras reían y la foto había sido sacada de espaldas. Hekima había presumido tanto la fotografía cuando la tomó que la vio varias veces para asegurarse que era perfecta para el regalo.
—Y... El mío —Issey le tendió un sobre con papel floreado de regalo—. No podía aguantarme las ganas de dibujarte, hermanita. Y quiero que lo tengas, porque es muy especial para mí.
—¡Gra-Gracias a todos! —exclamó Gina, presa del llanto y de la emoción—. Por haber venido hasta aquí y por haberme hecho todos juntos una sorpresa así —se limpió las lágrimas de manera torpe—. Significa mucho para mí estar con mis amigos.
—¡No llores Gina!
—¡Hoy tienes que estar feliz, vieja!
—¡Creo que ya te veo una cana!
—Síganme, jóvenes. ¡Vamos a partir el pastel! —exclamó Hiroshi haciendo que todos los presentes soltaran un sonido de emoción. Sobre todo Mikey—. ¡Y quien tenga ya dieciocho años, puede compartir conmigo el sake!
—¡¡Abuelo, no bebas!!
De esa forma, Kimi terminó su día. Acompañada de sus amigos, el chico que le gustaba y su familia. Se sentía feliz por Gina, ya que la sorpresa sí que le había gustado. Y es que se lo merecía por ser tan buena hermana y estar ahí siempre; además de que, esperaba que los cumpleaños de todos siguieran así por muchos años más.
una disculpa por lo cortito! pero espero les guste!! voten y comenten los tqm <3
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