𝟬𝟭𝟱. new war
ハート型のボックス
capitulo quince
"nueva guerra"
Tras haberle explicado a Takashi acerca de su reciente pelea y que habían lastimado a su amigo Yūji, él se mostró en verdad molesto. Kimi no lo culpaba, porque ella aún se sentía mal e impotente por no haber podido llegar a tiempo a salvarlo. Él la había llevado a su casa para curarle sus heridas aprovechando que su mamá había salido con sus hermanas.
—Te dejó realmente mal ese hijo de puta —farfulló el chico, cuando le colocaba una bandita en la ceja. Kimi solo podía pensar en que, incluso enojado, su chico era guapísimo.
—Si te hace sentir mejor, él se veía mucho peor que yo.
Takashi pasó de tener expresión molesta a reírse un poco, y asintió varias veces aceptando aquello. Aprovechando la poca distancia entre ellos se acercó a darle un beso corto y sonrió al separarse.
—Sé que sí. Eres la chica más fuerte que conozco —terminó de limpiarle una herida rápida y al finalizar se levantó a guardar el kit de emergencias. Volvió y se sentó a su lado, ahora tornándose un ambiente serio; Kimi ya sabía lo que seguía—. Ahora, bonita... Ocupo que me cuentes con más detalles todo. ¿Los conocías? ¿Pudiste reconocer alguna información útil de ellos?
Kimi negó.
—No, no dijeron nada. Solo eran unos idiotas queriendo aprovecharse de ser mayores. Ya advertí a mis amigos que no pasen por ahí ante cualquier situación, y yo tampoco lo haré. Tu tampoco, por si acaso, ¿de acuerdo? —sonrió para convencerlo, a lo que Takashi rápidamente aceptó por su gesto.
—Pero... si hay algo más que quería saber.
—¿Sí? Dime —sintió curiosidad por eso. En su cabeza hizo «click», pensando que podría ser justo lo que les confesó a sus amigos rato antes. Así que de pronto sintió nervios también.
—Primero que nada, quiero decirte que no te enojes con mis hermanas por esto —tragó saliva, dándose cuenta que su suposición había sido real—. Me contaron que hace un tiempo vino un chico, te molestó... y lo golpeaste, dejándolo inconsciente. Ahora me sentí preocupado por eso, Kimi bonita, y más porque no me contaste nada. ¿Ese chico es alguien en especial? ¿O qué sucedió?
Si él le hubiera preguntado algo sobre eso hace meses, probablemente los nervios la hubieran invadido su cuerpo y en la conversación Kimi lloraría intentando contarla, estaba segura; pero, ahora, por alguna extraña razón, se sentía lista para contarlo. Sabía que la conversación tomaría un rumbo no tan agradable, así que, sin más, le contó todo: desde su estancia en el orfanato, el cómo había sucedido la pelea con Takeshi y las inseguridades que esto había traído consigo desde entonces. Porque, aunque no quisiera, por esa situación Kimi no podía abrirse libremente a los hombres, siempre tenía miedo de que tuvieran segundas intenciones.
Al final, él la miró un par de segundos que para Kimi fueron horas. Su corazón iba muy rápido, ya que inevitablemente se había puesto nerviosa por su respuesta y no tanto por la confesión. Antes de hablar Takashi la abrazó fuerte, colocando su cabeza encima de su hombro y soltando un largo suspiro.
—Kimi... perdón por no haberme dado cuenta antes de todo lo que atravesabas. Supongo que me dejaba llevar por tu sonrisa, y aunque creo que siempre supe que algo sucedía, no imaginé esto. Sabía que debía darte tu espacio hasta que estuvieras dispuesta a contarme, más cuando mis hermanas me dijeron, supe que había una conexión ahí.
» Y, con respecto a lo sucedido ¿qué te gustaría hacer? ¿Quieres hablar de eso, o que lo dejemos el tema hasta aquí? ¿Te molestaría que hiciera algo contra él o te sientes satisfecha con lo que le hiciste?
Nunca nadie le había preguntado eso. Se sentía en completa confianza con él, ya habiendo aceptado lo que sucedió y habiéndola comprendido; pero no sabía bien cómo responder a lo último, se sentía con la absoluta libertad de decidir y normalmente no sucedía. Pensó bien su respuesta.
—Creo que no quiero hablar más del tema. Sé que no he contado más, pero quiero superar por fin el tema y de esta forma tal vez lo logre... Y por favor, no hagas nada, espero no se quiera meter conmigo después de la paliza que le di; si llegará a hacerlo no dudaré en contactarte.
—De acuerdo, confiaré en ti —le sonrió. Kimi lo apretó más a su cuerpo, sintiendo una paz inundarla. No había palabras para explicar la tranquilidad que le provocaba estar con Takashi, ver sus ojos provocaban que un zoológico atravesara su estómago y quisiera estar en sus brazos por siempre. Incluso sentía que ambos habían sido hechos para estar con el otro de todas las maneras posibles existentes—. ¿Te gustaría que te llevara a casa?
Arrugó la nariz, como señal de que no quería. Takashi se rio y la volvió a sostener en sus brazos. Así, pasaron todo lo que restaba del día juntos, incluso cenó en su casa con su mamá y sus hermanas; por poco se quedaba a dormir, pero no sentía tanta valentía como Kat para dormir en casas ajenas y más por Issey, que nunca se creía que las abducían los aliens.
Después, los días habían pasado y Kimi se sentía mejor que nunca con Takashi. Por fin había sido honesta con él, sabía toda su historia y no temía que en cualquier momento se enterara por otras bocas de lo que le había sucedido; incluso salían casi todos los días, aunque solo fuera para pasar tiempo juntos. Con sus hermanos las cosas iban tranquilas, cada quien salía mucho con sus parejas y al menos Hekima era la única que en ocasiones actuaba extraño; Kimi quería pensar que no se había metido en nada raro, en verdad, porque no podría soportarlo.
Takashi le había dicho que ese día tendrían una cita especial, por lo que Kimi se había arreglado muy linda. Traía una falda y un chaleco de mezclilla, una blusa de rayas y de manga largas, junto a unas medias y unos zapatos negros; se había recogido el cabello en una trenza y dejó un par de mechones sueltos. Aunque, no sabía por qué, pero un presentimiento extraño estaba presente desde que había comenzado a arreglarse; ni siquiera podía decir si era bueno o malo, simplemente no le hacía sentirse del todo tranquila.
Soltó un suspiro al abrir la puerta a Takashi, esperando que no fuera nada grave.
—Kimi... qué linda —esbozó una sonrisa al verla y saludándola con un casto beso en los labios. La rubia sintió su cara enrojecer.
—Tú te miras muuuy lindo.
—Iremos al cine, ¿está bien? Después haremos otra cosa, lo que tú quieras.
—Me gusta el plan —asintió varias veces, tomándolo de la mano—. Y ¿se puede saber por qué hoy será especial? —alzó una ceja con curiosidad. Takashi se rio.
—Es un secreto, no te adelantes.
Fingió hacer un puchero, esperando a que él dijera más. Pero no lo convenció, entonces partieron hacia el cine.
Horas luego de haber terminado la película estuvieron en la zona de videojuegos que se encontraba al lado, cosa que había disfrutado bastante a pesar de que Takashi le ganara por mucho. Recordó que esos juegos no eran lo suyo, y mientras el chico la aplastaba por muchos puntos, ella le contó sobre unos diseños que había hecho el día anterior por estar aburrida, prometiendo mostrárselos cuando estuvieran en su casa.
Salieron del lugar y se encaminaron a ningún lugar en especial. Kimi le había pedido que fueran a sin rumbo, no tenía idea de por qué, pero quiso hacerlo. De pronto, se detuvieron. Takashi la sujetó de las manos, aparentemente nervioso, y ella también se puso así.
—¿Sucede algo? —le preguntó.
—Sí... —inhaló.
Su corazón comenzó a ir a mayor velocidad, imaginando qué haría. Había esperado tanto por eso...
—¿Puedo ser tu...?
La pregunta quedó al aire cuando escucharon pasos aproximarse a ellos y vieron muchos hombres con gabardinas rojas los acollararon en el callejón.
—¿Buscan algo? —se adelantó a preguntar Takashi, tomándola de la mano con mayor fuerza y dándole una mirada de reojo. Sin conocer la respuesta ambos sabían qué buscaban con ellos, era obvio.
Un chico (aunque se veía demasiado mayor, en realidad), de cejas extrañas y mirada molesta, dio un paso al frente de todos y se colocó delante de los dos. Takashi se adelantó un paso de ella, dándole la cara.
—Son de la Toman, ¿verdad que sí?
—Y si somos de la Toman, ¿qué? ¿Hay algo con eso?
—Bueno, da la casualidad que los estábamos buscando. Aunque no imaginé que sería a un capitán y a... una Hayakawa —sonrió con autosuficiencia, provocándole asco a Kimi, que rápido le hizo una mala cara—. Queremos acabar con ustedes —finalizó con simpleza.
—Idiota, voy a ensuciar mi ropa y será tu culpa —farfulló enfurecida, arremangándose su blusa—. Me lo pagaras caro.
—Quiero verte intentándolo.
—Imbécil de mierda —murmuró.
El pandillero se rio fuerte, mientras decía que eran Yokohama Tenjiku, una pandilla formada recientemente. Kimi había escuchado sobre ellos, acerca de que habían conquistado a todas las pandillas de Kanagwa; también sabía que eran bastantes, unos 300 aproximadamente, y a juzgar por la apariencia de la persona frente a ellos, suponía que se trataba de Mocchi, uno de los "Reyes Celestiales".
En ese caso, sería difícil que ganaran...
—No importa quién sea, Kimi, no dejaré que te haga nada —susurró Takashi. La rubia negó con la cabeza.
—No. Pelearemos los dos, ¿de acuerdo? Y le vamos a ganar a ese bastardo.
Él sonrió, a sabiendas de que no le ganaría a su chica por ningún motivo. Accedió, poniéndose ambos en posición al ver a Mocchi acercarse a ellos.
Mocchi lanzó un puñetazo a cada uno. Takashi lo logró esquivar, pero Kimi no mucho, así que le dio contra la mejilla. Retrocedió unos pocos pasos al sentir tanta fuerza en un solo puño, hacía mucho tiempo no veía a alguien así de fuerte; escupió en el suelo cuando sangre en su boca comenzó a brotar.
—Hijo de puta —exclamó furioso Takashi, viendo a Kimi con sangre en la boca. Salió corriendo y al llegar a él comenzaron a pelearse, dejando a la chica detrás.
Pero, a la lejanía oyó unos pasos hacia ella y se giró. Unos chicos insignificantes de Tenjiku se veían dispuestos a atacarla, y Kimi se dio cuenta que no estaban a la altura de Mocchi. Lanzando puñetazos, patadas e incluso cabezazos derribó a varios chicos que habían ido contra ella, demasiado débiles a su parecer; tampoco creía que era muy fuerte, pero si les ganó por mucho a ellos.
Aún no había terminado la pelea de Takashi y Mocchi, por lo que rápidamente, al ella estar libre, se dirigió a ellos. El chico de Toman se encontraba con más heridas que el de Tenjiku, aunque seguían peleando ambos. En un momento se separaron, y Takashi habló:
—El mundo es vasto. No sabía que un monstruo como tú podría existir, hijo de puta.
—Hay gente de voluntad fuerte como tú en la Toman, huh —dijo Mocchi. Hizo un puño con su mano fuertemente, incluso haciendo que sus venas resaltaran; se veía atemorizante—. Esto se está poniendo divertido.
Kimi se colocó en posición para ahora ambos pelear con él. No negaría que se sentía nerviosa, pero tenía que hacerlo o dejaría a la Toman en una mala imagen. No permitiría eso de su pandilla, y menos de su escuadrón.
—Hey, Mocchi... —ambos se giraron Vaya sorpresa que se llevaron al ver a uno de los hermanos Haitani (Rindou, si no se equivocaba), que portaba una gabardina negra diferenciándolo del resto de Tenjiku; eso era una peor señal—. ¿Por qué te estás quedando con toda la diversión?
Un golpe en seco se escuchó detrás suyo, viendo como Takashi caía al suelo inconsciente. Haitani Ran, el mayor, le había golpeado la cabeza con un ladrillo.
—Te agarré. Perdón por hacer trampa —esbozó una sonrisa.
—¡Maldito bastardo de mierda! —gritó Kimi, lanzándose sobre él para golpearlo. Al lanzar un puñetazo, que impactó contra el rostro de Ran, alguien la tomó de la cintura, elevándola por los aires—. ¡Suéltame, imbécil! ¿Quién fue el hijo de puta que me agarró?
—Tranquila, preciosa —murmuraron en su oído, era Rindou—. ¿Golpeamos muy fuerte a tu noviecito?
—Vete al carajo —escupió en sus manos, provocando que él la soltara.
Kimi volvió a correr directo a Ran, que incluso se veía divertido por la situación, cosa que le hizo enfurecer aún más. Lanzó una patada que le dio en un costado, ya que él, al estar riéndose de ella, no se había percatado del golpe. Ran no cayó al suelo, pero sí se vio afectado y se tocó con cuidado en la zona.
—No creí que batallaríamos más con la Hayakawa más linda —canturreó sonriente. Kimi estaba a punto de gritarle de nuevo cuando notó que Takashi estaba aún consciente; se arrodilló a su lado y le dio un beso rápido en la mejilla.
—No dejaré que se vayan como si nada después de esto —sentía un ardor en su interior, harta de la situación y se sentirse débil. Habían atacado a Takashi, y no con cualquier cosa, sino que directo en la cabeza… por segunda vez. Se preguntaba en verdad sí es que él tenía la cabeza de hierro o por qué no le afectaban esos golpes—. Dios, olvido que tengo un asunto pendiente con Inui.
Al levantarse, miró su ropa: sucia de sangre, tanto suya como de otros miembros de Tenjiku que habían intentado atacarla y no lo habían logrado. Sintió como sus dientes rechinaron.
—¿Tienen una mínima idea, hijos de puta, lo que me costó arreglarme y que ustedes hayan venido a joderme? —preguntó con voz calmada, a pesar de las malas palabras que había soltado. Rindou, detrás de ella, se rio en voz baja, pensando que Kimi era más linda y feroz en persona que como le habían contado—. Estoy harta de sus estupideces. ¿No pueden ser una puta pandilla normal y dejarse de tonterías? Carajo, ustedes pagarán la tintorería y el hospital para Takashi.
Dispuesta a seguir, algo más la detuvo. Ran nuevamente había sido más rápido que todos, y a pesar de que Kimi lo hubiera tenido frente a ella dos segundos atrás, ahora se encontraba detrás dándole un golpe con el mismo ladrillo que había golpeado a Takashi, dejándola en el suelo. Rindou esbozo una mueca, agachándose a su lado y hablando en voz baja, para que ni siquiera Takashi oyera:
—Siento eso, linda. Búscame y te doy para la tintorería, ¿sí?
Antes de poder siquiera responderle, se desmayó.
❥
Kimi despertó a las pocas horas en su casa, estando con Takashi a un lado. Él se estaba curando sus heridas, y al percatarse de que había despertado, rápido se acercó a ella y la abrazó con cuidado.
—Perdóname por no haber podido hacer más. En serio, lo lamento.
Le lanzó un ligero manotazo en el hombro.
—Takashi, no fue tu culpa. Ellos eran jodidamente buenos… —negó con la cabeza, enterrándola en sus brazos—. Ni siquiera los dos juntos pudimos con ellos, no debes de preocuparte por eso.
Takashi asintió.
—¿Te curo las heridas?
—No, lo haré yo —le sonrió, tomándolo de la mano. Pudo notar como sus heridas ya habían sido tratadas torpemente por él, e inevitablemente se rio—. Ay, guapo, ven acá.
Agarró las cosas del kit de primeros auxilios que había dejado Takashi a la mano y le limpió correctamente sus heridas. Sus hermanos siempre decían que era la mejor en ese trabajo, así que lo hizo con sumo cuidado. Por suerte no tenía tantas marcas graves más que la de la cabeza, que, gracias a que tenía el cabello corto, pudo limpiar con mayor facilidad. En las de su cara al final le dio un casto beso en cada una.
—Será mejor que vayas a casa. Mis hermanos no deben tardar y bueno, tengo que contarles de lo sucedido.
Tras un par de minutos, Takashi se retiró de su casa. Kimi, inocentemente, creyó que solo ella había tenido una situación similar. Pero no. Al llegar sus hermanos todos contaron que habían sido atacados por diferentes miembros de Tenjiku, incluso Kat y Hekima pelearon con Mocchi también. Esa situación no era la mejor de todas; en realidad, la peor. ¿Qué podían hacer cuando habían sido atacados por pandilleros tan fuertes?
Al día siguiente, Mikey convocó una reunión de emergencia en la cual los hermanos eran importantes porque habían sido participes del nombrado incidente de Kanto. Cada hermano se colocó en su respectiva división, al lado del capitán y escucharon atentamente las palabras de Draken, los testimonios los afectados y los planes de Mikey.
—Ya veo… —notó que murmuraba Mikey, tras haberse dado cuenta de la gravedad de la situación—. Toman está siendo aplastada por los fantasmas de la novena generación de los Black Dragons…
—Madarame también es un S62 —le dijo Mucho.
—Lo que significa —retomó la palabra el líder— que Tenjiku es un equipo formado por un montón de tipos de "La Generación S62" que nunca hicieron equipo. Y ahora formaron un equipo juntos…
—Ellos realmente deben tener una conexión profunda con Toman —observó Draken, a lo cual Kimi no podía estar más de acuerdo. Era demasiado para unas simples personas queriendo molestar a otras: algo buscaban.
—Como sea, ¡me importa una mierda si nos están derrotando! ¡Vamos a atacar a Yokohama!
—¡¡Toman irá a la guerra con Tenjiku!! —comenzaron a exclamar muchos miembros de Toman en coro.
Kimi no sabía qué pensar. No quería otra guerra porque temía que terminara mal de nuevo. La última vez la habían librado por un pelo, pero ahora, no podía comparar a tres personas fuertes con muchas más de una pandilla que desconocían por completo sus intenciones. Recordar de que casi acuchillan a Issey la tenía muy preocupada desde aquel entonces, y a pesar de que sabía que él era el más fuerte de los Hayakawa, no permitiría que se volvieran a involucrar a una nueva guerra.
El problema es que ni siquiera podían evitarlo. Ellos ya los habían atacado, incluso a sus hermanos, y no podían quedarse de brazos cruzados. Tenjiku podía ser fuerte, pero Toman también lo era. Además, no conocía mucho a nadie de la nueva pandilla como para temer… aunque, olvidando el hecho de que Rindou le había colocado un fajo de billetes en la chaqueta de mezclilla (que había dejado olvidados en una esquina de su cajón), nada más le importaba.
Si Tenjiku quería guerra, guerra tendrían.
mil años después, estoy aquí JAJAJA en fin gente, una disculpa y gracias por los que siguen la historia aunq me tarde una eternidad en actualizar:c pero buenos espero les haya gustado, les mando un beso y un abrazo, los tqm y NO olviden VOTAR!! <3
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