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cinco

LA FIESTA


EL GRUPO se sentó en el sótano, escuchando un ruidoso solo de guitarra. Por fin no había ninguna incomodidad entre Donna y Eric; ella le había ganado en baloncesto, haciendo que todo el mundo acusara a Eric de ser un cobarde. Pero todo aquel estúpido fiasco había terminado.

El solo de guitarra por fin terminó y Lucy se masajeó las sienes, era la quinta vez que lo escuchaban a petición de Jackie.

—¡Sólo quiero escuchar el solo de guitarra una vez más!—insistió Jackie.

—¡Sólo usa los auriculares!— Hyde suplicó.

Jackie se burló mientras dramáticamente conectaba los auriculares.

—Bien, ahora enróllate el cable alrededor del cuello.—susurró Hyde. Lucy solo negó con la cabeza, y le golpeó el brazo.

—Hey chicos, ¿me respetarían si trabajara en el vertedero de la ciudad?— Eric preguntó mientras hojeaba la página de se busca ayuda.

—¿En el vertedero municipal? No. Ahora el vertedero estatal...— Respondió Donna. —¿Por qué buscas trabajo?

—Todo cuesta dinero. Gasolina, ropa, diversión— Eric respondió con tristeza.

—Las citas. Las citas cuestan dinero— añadió Kelso.

—No Kelso eso es prostitución— rió Fez, creyendo que su amigo se equivocaba.

—Las citas son prostitución hombre, excepto que no siempre obtienes lo que pagaste— Contestó Hyde.

Lucy puso los ojos en blanco.—No te quejes cuando no tengas sexo pero habla así.

—Créeme muñeca, yo tengo sexo.

—Hyde, nunca has tenido novia—, le recordó Donna.

—¿Qué? ¿No se acuerdan de Esther la Motociclista?

—Ah sí, ¿dónde me dijiste que estaba Steven?—Lucy apoyó la cabeza en las manos con una sonrisa burlona.

—Ella está saliendo con mi tío.—Hyde respondió con indiferencia.

—Bueno me voy a casa a cenar. Ah, por cierto, mi mamá y mi papá se van al club playboy en el lago de Ginebra este fin de semana. ¿Quieren recuerdos?— Donna anunció mientras se levantaba.

—¡Ooh! ¡Ceniceros!— Hyde contestó emocionado.

—¡Una vida!— Lucy respondió bromeando.

—¡Una mujer!— soñó Fez.

—¿Tus padres van a estar fuera de la ciudad?— Preguntó Jackie, quitándose los auriculares.

—Quiero decir que estaré cuidando a mi hermana Tina todo el fin de semana. Sólo yo. Sola. Viendo la tele. Puede que pida una pizza...— dijo Donna, mirando a Eric, que estaba absorto en el periódico.

Lucy miró a su hermano como si fuera idiota. Y lo era. Estaba claro que Donna lo deseaba.

—¡Tengo una idea! ¡Haremos una fiesta en casa de Donna! ¡Una fiesta de togas!— Kelso saltó del sofá.

—¡Michael! Tal vez Donna no quiera hacer una fiesta. ¡Quizás quiere estar sola!— Jackie intentó hacérselo entender a su novio.

—Si, solo yo. Solo. Si alguien se pasa por aquí, sería genial—. Donna se balanceó sobre las puntas de los pies.

—¡Así que vamos! Traeré la cerveza!— Dijo Kelso.

—Donna nunca he estado en una fiesta americana, ¿puedo ir?— Fez preguntó.

—Uh si, no me importa.— ella desechó la pregunta, aun mirando a Eric. —Uh entonces Eric, ¿vas a estar allí?

—¿Qué? Sí, suena divertido—, dijo Eric apenas apartando la vista del periódico.

—Cool, los veo luego.— dijo Donna mientras salía del sótano.

—¡Fiesta en casa de Donna!— Kelso animó.

—¡Son tan estúpidos!— Jackie se paró detrás de ambos chicos y les dio una bofetada en la cabeza mientras Lucy le tiraba una almohada a su gemelo idiota.

—¿Por qué?— preguntó Eric.

—Es la primera vez que estoy de acuerdo con Jackie.— dijo Hyde.

Lucy fingió un grito ahogado y Hyde puso los ojos en blanco.

—¿Qué, crees que soy estúpido?— preguntó Eric.

—No lo creo, lo sé hermanito.—respondió Lucy.

—¡Donna acaba de poner toda la carne en el asador y se te ha caído la pelota!— Hyde explicó.

—¿De qué estás hablando todo lo que dijo fue que ella estaría sola el sábado por la noche con una pizza-oh, Dios mío soy tan estúpido,— Eric se dio cuenta.

Jackie puso los ojos en blanco y se alejó mientras Lucy y Hyde se limitaban a asentir a Eric.

*

Los Forman estaban sentados a la mesa de la cocina cenando.

—Papá, los chicos y yo estamos pensando en buscar trabajo.— empezó Eric.

—No, no, no, tú tienes un trabajo. Tu trabajo es ir a la escuela, sacar buenas notas, ir a la universidad, graduarte y dejarme.— interrumpió Kitty.

—Créeme, lo estoy intentando.— replicó Lucy, sin darse cuenta de que su madre se entristecía al pensar en ello así que la abrazó rápidamente.

—Kitty cuando tenía su edad trabajé en un matadero. Fue una buena experiencia. Aprendí a usar un martillo.— se rió Red.

—Uh el nuevo Fatso Burger está contratando gente. El padre de Jackie es el dueño. Supongo que podría conseguir un trabajo allí.— dijo Eric.

Lucy sólo hizo una mueca y negó con la cabeza a su hermano. Fatso Burger no era un lugar en el que le gustaría trabajar.

—Estaba pensando en conseguir un trabajo en el centro comercial, ¿quizás en Macy's?— les ofreció Lucy.

—Cariño, no deberías tener que trabajar. ¿Necesitas dinero? ¡Red dale un billete de veinte!— Kitty insistió.

—Mamá, me gustaría ganarme mi propio dinero.—tiró Lucy de su madre antes de coger su bolso.

Eric se rió de su hermana, pensando que intentaba embaucarlos para que le dieran más dinero, pero se detuvo rápidamente cuando vio que hablaba en serio.

—No necesitas un trabajo. Búscate uno en verano.— dijo Red.

Lucy miró su plato. Quería ayudarles económicamente. No era una inconsciente.

*

Al día siguiente, todos los chicos fueron a ser entrevistados por Fatso Burger. Las chicas se quedaron en casa de Donna, ya que no había padres.

—¿Así que esperabas tener algo de acción con mi hermano?— preguntó Lucy mientras sacaba un refresco de la nevera.

—Oh, por favor, ya me lo ha dicho Hyde, no necesito que me lo digas tú también.—Donna levantó la cabeza sobre la mesa.

—Lo sé, él me lo dijo. Sólo creo que es gracioso.—sonrió Lucy mientras se sentaba.

—Hablando de eso, ¿por qué está Hyde en la entrevista?— preguntó Jackie. —Quiero decir que sé que Michael está allí porque quiere llevarme a citas agradables, Eric está allí porque tu familia es pobre, y Fez está allí porque le gusta la cultura americana, pero ¿por qué está Hyde allí?

—No lo sé, conociéndole es para comprar algo de hierba o simplemente para reírse de la América corporativa y su consumismo.— Lucy citó una discusión exacta que tuvo con Hyde cuando intentó animarla después de que ella le llamara angustiada porque su padre había sido empujado a tiempo parcial.

Donna y Jackie intercambiaron una mirada y Lucy enarcó las cejas: —¿Qué?

—Oh, no es nada, nada—, dijo Jackie alegremente.

—Y una mierda.— se rió Lucy.

—¡Así que Donna! ¿Estás emocionada por la fiesta? Tenemos que pensar qué te vas a poner.—Jackie cambió de tema.

Lucy se levantó y las siguió escaleras arriba, todavía confusa pero decidiendo olvidarlo. Podrían ser sólo las tendencias dramáticas de Jackie.

*

Eric volvió ese día, emocionado por haber conseguido el trabajo. Lucy sabía que Jackie la llamaría esa noche para quejarse de que Kelso no hubiera conseguido el trabajo. Lucy aconsejó que Eric fuera a hablar con Donna ahora, antes de la ajetreada semana que le esperaba.

Lucy subió las escaleras y he aquí que sonó su teléfono.

—Hola Jackie—, contestó Lucy cuando la chica ya empezaba con sus divagaciones de por qué Kelso se merecía el trabajo.—Sabes Jackie, ya que él no tiene trabajo pero Eric sí, esa es una persona menos para distraerlo de ti.— Lucy se recostó sobre su frente y giró el cable alrededor de su dedo.

—¡Tienes tanta razón! ¿Por qué no se me había ocurrido antes? Oh, pero hoy hablé con Michael después de la entrevista...

—Vale, ¿y eso en qué me afecta?

—Bueno, al parecer Steven estaba tratando de hacer dinero para poder permitirse el lujo de llevar a las chicas a citas, y para comprar hierba como dijiste.—Lucy podía sentir a Jackie sonriendo al otro lado del teléfono.

—Steven no tiene citas. Sólo se acuesta por ahí y hace perder el tiempo a las chicas.— Lucy se incorporó y puso los ojos en blanco, creyendo que Jackie estaba equivocada.

—Parece que puede estar pasando página. Creo que Michael ha sido una buena influencia para él.

—¿Pasar página? Sí, claro. Mira me tengo que ir Donna necesita quejarse de mi hermano.

—De acuerdo. Cuéntamelo todo. Hasta mañana.

Lucy se levantó y miró por la ventana hacia la casa de Donna, donde pudo ver a Donna en su habitación, cogiendo su propio teléfono.

Lucy marcó el número de Donna y ella contestó al instante.

—¡Tu hermano es un idiota!— gimió Donna mientras se dejaba caer en la cama.

—Ya lo sé. Por suerte no es genético. ¿Qué ha pasado?

—No puede venir el sábado por su nuevo trabajo. ¡Whoopee!

—Sí, ya sé que son muchas horas y mal pagadas, así que apenas merece la pena.

—¡Es una mierda! Tenía muchas ganas de salir con él.

—Al final lo dejará, todo irá bien.

—¿Eso crees?

—Sí, si no lo deja tan pronto como te gustaría, te llevaré en coche y podrás enseñárselo. Con eso bastará.— Lucy dijo seriamente.

Donna se rió al otro lado del teléfono. —¿Te has enterado de lo de Hyde?

—¿Lo del motivo para conseguir trabajo?

—Sí. ¿Qué piensas?

—Que debía estar drogado para pensar que querría llevar chicas a citas.

—Habla en serio Lucy.

—¡Lo estoy!

—¿Estás segura de que no estás diciendo eso para evitar el hecho de que podría empezar a salir?

—No hay ningún hecho que evitar porque no lo hará, pero incluso si lo hiciera ¿por qué me molestaría?

—No lo sé, ustedes son muy cercanos...

—Odié a Steven Hyde durante la mayor parte de la escuela primaria y secundaria.

—¿Por qué?

—Se burlaba de los Beatles y de mí. Sinceramente, me ofendían más los Beatles.

—¿Y por qué dejaste de odiarlo?

—Porque los rencores te quitan al menos tres años de tu vida...

—¡Lucy!

—¡No lo sé! ¿Por qué importa?

—No importa. No importa.

—¿Sabes qué más te quita años de vida? La privación del sueño. Así que buenas noches.

*

El grupo entró en Fatso Burger al día siguiente para ver a Eric trabajando.

—¡Oye, oye, mi amigo del salario mínimo! ¡Exigimos servicio!— Dijo Hyde.

—Bienvenidos a Fatso Burger, ¿en qué puedo servirles?— preguntó Eric.

—Eso es tan triste chico hamburguesa.— Hyde sacudió la cabeza.

—¡Una patata frita pequeña y un batido de fresa por favor!— Lucy buscó su cartera, pero Hyde ya había pagado por ella.

Jackie y Kelso estaban sentados en una mesa mientras Fez los miraba y una vez que Lucy tuvo su comida se sentó en una cabina y Hyde la siguió. Donna se quedó a hablar con Eric.

—¿Por qué solicitaste trabajo? Y lo más importante, ¿cómo pudieron rechazarte?— Lucy fingió sorpresa y comió una patata frita.

—Bueno, ya sabes, necesitábamos más material para el Círculo y sabía que Forman no lo compraría.

—Muy cierto. Míralo es tan triste.

—Estuvo tan cerca de echar un polvo.

—No hables de la vida sexual de mi hermano a menos que quieras verme vomitar.— dijo Lucy con severidad.

—Oh por favor, todos te hemos visto vomitar, te he sujetado el pelo.— se burló Hyde mientras robaba una patata frita.

—Sí, el Año Nuevo no me trató bien.

—Para ser justos, era alcohol malo,— Hyde hizo una mueca recordándolo.

—Mejor que haya buen alcohol esta noche.

*

Lucy, Hyde y Donna estaban de pie en su patio trasero mientras llegaba más gente a la fiesta. Esperaron miserablemente a que Kelso y Jackie llegaran con las bebidas.

—¡Toga!— Kelso cantó mientras corría en el patio trasero, vistiendo sólo una sábana, Jackie de pie más detrás de él.

—Hey hombre bonito vestido.— Hyde bromeó.

—¿Dónde está el resto de la cerveza?— Lucy arrugó la nariz confundida al verle con sólo tres cervezas en la mano.

—Compartiremos.— se encogió de hombros Kelso.

Donna cogió una cerveza e Hyde las dos últimas mientras le pasaba una a Lucy, dejando a Kelso enfurruñado.

—¡Por nuestra juventud desperdiciada!— Dijo Hyde mientras abrían sus bebidas.

—¡Hola Fez!— Donna saludó a su amigo.

—Buenas noches Donna ¿cuál de estas mujeres son fáciles?— Fez preguntó mientras miraba a su alrededor.

—Donna algunos de tus espeluznantes amigos están usando el estéreo de papá.— la hermana menor de Donna, Tina salió.

—¡Oh hey Tina! ¿Dónde has estado?— preguntó Lucy.

—No está mucho por aquí— Donna se encogió de hombros mientras gritaba a la casa: —¡Chicos! Nadie puede entrar en la casa.

—Bueno, hola chica guapa.— saludó Fez a Tina.

—Hola.— rió Tina.

—Ella no es una chica guapa, ella es mi hermana y tiene 14,— Donna explicó.

—Sabes que en mi país...— empezó Fez.

—Es ilegal aquí.—Hyde le cortó.

—Oh, ya veo.— Fez frunció el ceño.

*

Donna se había ido a ver a Eric y casi todo el mundo se había marchado cuando se enteraron de que las tres latas de cerveza habían desaparecido. El resto del grupo se sentó alrededor en los muebles del patio.

Hyde cogió su lata de cerveza vacía y la aplastó entre sus manos, tirándola al cubo de la basura.

—Vaya, ¿no eres todo un sueño?— Lucy bromeó.

—Lo sabes muñeca.— Hyde rió entre dientes y puso su brazo alrededor de ella, todos vieron como Fez intentó aplastar su lata antes de gritar y dejarla caer.

—Bueno, ¿qué sabes Kelso estamos fuera de la cerveza. ¿Sabes que? El viejo de Forman tiene una nevera en el garaje y sé que tiene cerveza en ella!— Hyde dijo.

—¡Shh! Juro que mi padre tiene un sexto sentido sobre el consumo de alcohol en menores de edad.— Susurró Lucy.

—¿Pero tiene una nevera llena de cerveza?— Preguntó Kelso.

—¡Shh!

—Oh vamos estará bien,— Hyde la levantó y el grupo fue a colarse en el garaje.

Sigilosamente abrieron la puerta y se dirigieron a la nevera. Hyde lideraba el grupo mientras Lucy se aferraba a su mano, aterrorizada de ser atrapada por su padre. Entonces las luces del coche se encendieron justo cuando estaban a punto de abrir la nevera. Todos se sobresaltaron y Fez gritó.

—¡Fue idea suya!— Kelso señaló a Hyde.

—¡Me obligaron papi!— Lucy gritó.

—Recuérdame que te patee el trasero.—susurró Fez.

—Hey Red, ¿está Forman por aquí?— Hyde preguntó tratando de inventar una excusa de por qué estaban en el garaje.

—Bueno, seguro que no está en la nevera.—Red sonrió mientras abría una cerveza. —Lucy entra en la casa.

—Sí señor.—caminó rápidamente, sacudiendo la cabeza a Hyde mientras pasaba.

*

Lucy se tumbó en su cama y oyó unos golpecitos en su ventana, rápidamente fue a abrirla.

Hyde subió a su habitación y se sentó en su banco junto a la ventana. —¡Steven no entres! ¿Qué haces? —Lucy preguntó mientras trataba de encontrar pantalones, sólo estaba en ropa interior y una camiseta de gran tamaño.

—¡Oh, no te cambies! ¡No soñaré sobre ello!— Hyde se burló y Lucy le tiró una almohada.

Lucy se puso rápidamente los pantalones de chándal y se sentó en su cama. —¿Qué quieres Steven?

—Sólo quería asegurarme de que no estabas castigada.

—Bueno, si estuviera castigada, ¿crees que el hecho de que mi padre te encontrara en mi habitación ayudaría?— Lucy levantó una ceja.

—No, probablemente no.— Hyde se rió.

—No, no estoy castigada. Le dije a mi padre que no sabía que guardaba cerveza allí y pensé que sólo estábamos tomando refrescos.

—¿Y se lo creyó?

—Probablemente no.—Lucy se encogió de hombros.

—Ha pasado un tiempo desde que estuve en tu habitación.— Hyde se puso de pie y comenzó a mirar a su alrededor.

—Nunca se te permitió entrar en mi habitación. Tenía un cartel que decía 'No idiotas, alias Steven'

—Sí, no, Kelso y yo solíamos subir aquí a mirar tus cosas.

—¡¿Qué?!— Lucy chilló.

—¿Todavía tienes...?— Hyde abrió su armario para revelar sus animales de peluche. —Ah, sí.

—Ya basta.— dijo Lucy sólo medio en broma mientras se levantaba, recogiendo el conejito de peluche que se cayó.

—La conejita y su conejito.— se burló Hyde.

—No soy el conejito de nadie, deja de burlarte de Mr. Hopper. ¿Con qué frecuencia subían aquí?

—Bastante a menudo.—respondió Hyde con sinceridad. —Solía leer cómo me odiabas en tu diario. Kelso intentaba hablar con Laurie y ella le echaba y venía aquí.—Lucy se hundió en su cama, sintiendo como si su intimidad hubiera sido violada.

—Esos no estaban allí antes.— Hyde observó mientras miraba a través de su cajón con sus sujetadores.

—Ok lo entiendo, siempre has sido un pervertido, ahora vete antes de que mis padres suban.— Lucy comenzó a empujarlo hacia la ventana.

—¡Vale! Bien!— Hyde dijo a la defensiva mientras salía por la ventana hacia el árbol.

—¡Te veré mañana, lárgate!

—¿Qué, no hay beso de buenas noches?— Hyde se burló.

—Te empujaré ahora mismo—. Lucy contuvo una carcajada y trató de mostrarse seria.

Hyde bajó rápidamente del árbol y saludó a Lucy mientras ella sonreía y le daba la espalda mientras se alejaba de la casa.

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