Epílogo.
LA SILUETA NEGRA MERODEABA frente de la ventana de la chica rubia, observándola detenidamente. Su deseo de atacar era incontrolable, pero las órdenes que había recibido eran claras, no podía hacerlo. Por lo menos, no aun. Se acercó mucho más, sintiendo el aroma de su poder y la esencia de su alma.
La muchacha caminó de un lado a otro en su habitación en su pijama de satén de dos partes color rosa, ignorando la criatura que no apartaba su atención de sus movimientos, mientras hablaba por teléfono con su madrina. — ¿Es enserio?
—Claro que sí, querida. — Dijo la mujer con voz melodiosa al otro lado de la línea. — Un verano en Nueva York junto a mi es lo que necesitas.
Paris mordió su labio inferior, conteniendo su emoción. — Oh Dios, me encantaría.
—Entonces está decidido, —escuchó como Julia se removía de su lugar. — Hablaré con tu padre mañana en la mañana y haré que un auto te recoja y te traiga a Los Ángeles para irnos juntas. Lo amaras, nuestra colección de verano es genial y así aprenderás un poco para cuando sea tu momento de tomar mi puesto.
La rubia se removió incómoda al pensar en ello. —Sí, claro...—dijo suavemente, no tan emocionada como antes.
— Muy bien, descansa Paris. Estoy ansiosa por verte, cariño.
Paris colgó la llamada y suspiro, pensando si en realidad este verano se decidiría lo que ella haría en su futuro. Un sonido de afuera la alarmó, haciendo que tomase el bate de béisbol que Stiles le había regalado en alto, lista para golpear a lo que fuera que estuviese allí. Abrió la ventana con cuidado sin bajar la guardia, y sacó su cabeza mirando solo la oscuridad de la noche. Pronto una ráfaga de viento hizo que su piel se pusiera de gallina, pero sentía que había algo más, que algo no estaba bien.
Dejó el bate a un lado para tomar la ventana con sus dos manos y cerrarla, pero antes de que siquiera se levantase, una figura saltó, apareciendo frente a ella. Paris salto, asustada, soltando un pequeño grito.
Liam rió ante la reacción de Paris. — Lo siento, no quería asustarte.
Paris tenía su mano izquierda en su pecho, intentando controlar su respiración. — Pues lo hiciste, sabes que odio que hagas eso.
La chica se hizo a un lado, cruzándose de brazos, para que el beta lograra entrar. Paris pudo visualizar una bolsa con películas y comida pero retuvo su sonrisa, intentando parecer molesta.
El chico soltó una risa cuando vio la expresión de Paris, acercándose a ella rápidamente para besarla sin aviso, haciendo que se mareara un poco. —No te enfades, traje tu película favorita y algunos bocadillos.
La xana arqueó una ceja. — ¿Ah sí? ¿Cuál es mi película favorita?
Liam bufó, como si fuera una pregunta estúpida. — Ni Idea.
Paris puso una sonrisa triunfante, acercándose a él. — ¿Y...?
—Y Vaselina, —la rubia abrió su boca, pero Liam no le permitió hablar. — y 10 Cosas que Odio de Ti y... Heathers.
La rubia sonrió, abrazándolo y besando su mejilla después. — Es algo aterrador que sepas tanto.
Ambos caminaron hasta la cama de Paris y Liam coloco la bolsa encima de ella. — No es como si no hablaras de ellas como cada veinte minutos.
La criatura que había presenciado el encuentro sonrió de una manera oscura, volviendo a su forma humana para tomar el teléfono que le habían dado para comunicar cualquier eventualidad. — La chica se ha enlazado con su alma gemela, tenemos otro objetivo fácil para llegar a ella.
—Excelente. — Contestó la persona al otro lado de la línea. — Vigílala muy de cerca. Mientras más sepamos de ella y de su alma gemela, más fácil será tomar su poder y eliminarla. Justo como con su madre.
—Como usted ordene.
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