Truyen2U.Net quay lại rồi đây! Các bạn truy cập Truyen2U.Com. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

- 007

007. | CAPÍTULO SIETE

Narrado por:
Ji-yeon.

El ambiente de la clase estaba lleno de una tensión y un silencio que no creía que fuera posible volver a obtener en medio de este caos.

Tenía la mano sujetando la de On-jo, acariciandole con mi dedo pulgar, en un intento de consolarla sin palabras.

Ji-min y Hyo-ryung estaban haciendo algo igual, dandole apoyo.

—Hay que salir —irrumpió la voz de Cheong-san—. Aquí no aguantaremos mucho.

—¿Pero cómo? —interrogó Woo-jin.

—Usando la manguera de cuerda —contestó—. Gyeong-su.

—Dime —Gyeong-su contestó a su llamado en seguida—. ¿Qué? ¿Qué quieres?

—Tienes que abrir un poco, para que la coja.

Gyeong-su soltó un quejido.

—¿No será mejor  esperar a que vengan a rescatarnos? —refumfuñó.

—Para entonces igual hemos muerto —aseguró.

—Con tu idea la palmaremos más rápido —habló, seguro.

—¿Y te crees que es mejor esperar a que nos salven?

—No me rayes, a mi solo me gusta currarmelo cuando juego —acabó aceptando y abrió minimamente la puerta.

Cheong-san se tumbó en el suelo, extendiendo una mano hacia el pasillo.

Poco después la metió adentro, aunque no tardó en sacarla de nuevo.

Cerró la puerta, sin nada en manos.

—¿La tienes? —preguntó su mejor amigo, aunque no consiguió respuesta alguna.

Cheong-san entró al laboratorio, y salió con el brazo de un maniquí entre las manos.

Volvió a salir, haciendo esfuerzo, pero, finalmente, consiguió entrar la cuerda, siendo ayudado por Gyeong-su y Ji-min a extenderla y a hacer nudos para meter los pies y las manos con tal de no caernos.

—Atadlos en zig zag, uno cada 50 centimetros —apoyó el chico de gafas.

—Nos vamos —habló Cheomg-san una vez habían acabado con la manguera.

Gyeomg-su llevó un taburete para subir con más facilidad al marco de la ventana, a la vez que Cheong-san tiraba la manguera.

Miré a Woo-jin, el cual me sonrió levemente antes de volver a mirar a los chicos.

—Bajo a ver las aulas vacías, cuando os avise venís —comunicó Cheong-san, a lo que todos asentimos.

—Vale... ten cuidado —dijo su mejor amigo, antes de que Cheong-san subiera. Aunque se quedó mirando a la zona en la que estaba y luego bajó del marco de la puerta.

—Gyeong-su, tú primero.

—¿Por qué? ¿Has visto algo?

—No, baja tú —insistió.

—¿Por qué? ¿Qué hay ahí abajo?

Gyeong-su y Woo-jin tuvieron una pequeña disputa porque el primero no quería bajar, hasta que Woo-jin le acabó convenciendo.

Finalmente, Gyeong-su logró bajar, y miré a Hyo-ryung, para decirle que se quedara con On-jo en tan solo una mirada.

Me dirigí hacia donde estaban Cheong-san y Woo-jin, asomandome a la ventana para ver como Gyeong-su bajaba.

Unos brazos nos apartaron.

—Quitad, yo bajo ahora —dijo Na-yeon.

—Debe ser de uno en uno —le anunció Cheong-san—. Si se menea mucho se puede soltar.

—Que no la voy a mover tanto —aseguró la chica, para mirar a su al rededor—. ¿Cuánto rato vamos a esperar?

—Ten paciencia.

—¡Cheong-san! —gritó la voz de Gyeong-su, llamando la atención de todos en la clase—. ¡La profesora Park está en el segundo!

—Hay que bajar al segundo.

—¿Al segundo? —preguntó Dae-su—. ¿Donde el estudio?

—Bajad echando ostias —pidió Gyeong-su.

Todos fuimos bajando de uno en uno.

Na-yeon, Dae-su, Ji-min, Hyo-ryung, el de gafas (que me había enterado de que se llamaba Joon Yeong), y, ahora, era mi turno.

—Cuidate —me pidió Woo-jin cuando estaba subiendo al marco de la puerta.

Asentí, con una sonrisa, para luego comenzar a bajar cuidadosamente, aferrandome a la cuerda.

Cuando llegué abajo, me ayudaron a entrar entre todos, dandome un espacio seguro.

Poco después, Woo-jin estaba dentro, con nosotros. y lo recibí con un pequeñísimo roce de manos, que me sirvió para hacer que mi corazón se acelerara.

Nam-ra no tardó en bajar, pero sí que hubo un montón de tiempo hasta que On-jo se hizo presente en el panorama.

Lo siguiente que se pudo ver a través de la ventana, fueron un montón de cuerpos caer, pero Cheong-san no estaba. No estaba con nosotros.

Todos se asomaron hacia el exterior, y un montón de nombres empezaron a irrumpir en el aire.

—¡Eh, Cheong-san!

—¡Sin calces!

Al escuchar eso, también me asomé.

Sonreí un poco al verlo.

No quería admitirlo, pero ya lo había dado por muerto.

Ayudé a Su-hyeok entrar tomándolo por la mano, y, con ese simple movimiento, noté dos miradas sumergirse sobre nosotros.

Cheong-san entró, pero la voz chillona de Na-yeon no tardó en surgir.

—¡Venga, cerradla ya d una vez! ¡Qué cerréis la ventana por favor!

—¿No has visto que estaba entrando Cheong-san? ¿Le querías dejar fuera? —dudó Gyeong-su.

—¿Pasa algo por querer cerrarla? —le echó la chica en cara.

—¿Cómo eres tan egoísta? —preguntó el chico, curioso.

Na-yeon suspiró.

—Tú callate, subsi de mierda.

Toda la clase la miró, todos sabíamos lo que había dicho.

Gyeong-su la empujó, provocando que la chica soltara un grito al impactar en la silla que tenía atrás.

—¿Qué me has llamado? —dudó, ofendido.

—¿Me has pegado? —se levantó Na-yeon.

—Sí —asintió Gyeong-su—. Repítemelo.

—Ya está bien, chicos, ¿qué os pasa a vosotros dos? —intentó pararlos Park.

—Que acaba de pegarme.

—Y tú me has llamado subsi a mí.

—¿Es mentira? —le encaró.

—¿Cómo se te ocurre decirle eso? —pregunté, interrumpiendo la pelea. No podía más con esta chica.

—¿Pero subsi por qué? ¿Eh? —interrogó la adulta—. ¿Qué es eso? ¿Qué es un subsi?

—Alguien que vive de los subsidios —explicó Su-hyeok a mi lado—. Que vive de los subsidios. De ahí lo de "subsi".

—Na-yeon, eso está feo, no lo vuelvas a decir nunca más —advirtió la profesora—. Y, Gyeong-su, si le pegas a alguien cuando te insulta pierdes la razón. ¿Me entiendes?

—Pues no.

—Chicos, este no es momento para discutir, no sabemos qué es lo que está pasando ahí fuera.

—¿No son zombis? —preguntó mi mejor amigo.

—¿Y los demás profesores? ¿Has llamado ya a la poli? —empezó a cuestionar Ji-min.

—Seguro que alguien ha llamado, yo esque... no tengo aquí el móvil.

—Nosotros los hemos llamado. Y a los de emergencias. Pero no van a venir —explicó Cheong-san.

—Seguro que ya no tardan mucho más. Vamos a esperar.

—Profe Park —le llamó On-jo—. Hyeon-ju tenía las manos frías, igual que I-sak, ¿y si todo empezó con ella?

—Pero se la llevaron al hospital.

—Pues... a lo mejor también lo ha contagiado ahí —dijo Joon Yeong.

—Igual por eso no viene nadie —murmuré.

—Espera —habló Joon Yeong—. Eso funciona, ¿no? Internet, internet.

Me acerqué junto a Woo-jin hasta el ordenador, el cual ya estaba en proceso de encenderse.

—Va un poco lento —se quejó el chico de mi lado.

Finalmente, el ordenador se encendió, y no tardé notar la presencia de mi mejor amigo a mi otro lado, el cual se apoyó sobre mi hombro.

—Busca "virus zombi" —sugirió Dae-su una vez pudieron abrir el navegador.

Una disputa en qué buscar empezó, hasta que, finalmente, Joon Yeong se decidió en entrar a Facebook.

Dae-su se sorprendió al ver la cantidad de mensajes y notificaciones que tenía su amigo,

El cual iba a abrir los mensajes cuando la ventana se rompió gracias a la manguera.

Fui arrastrada hacia atrás por Woo-jin, el cual sujetaba mi muñeca con firmeza, aunque no tardó en soltarla cuando vio que lo miraba.

























No hay tanta interacción entre mis chiquis 💔
Os estoy alimentando bien últimamente.
Ley <3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Com