SOY GEORGIE ꧁꧂ Capítulo uno

from THUNDERBOLTS* MOVIE
SOMEWHERE IN THE DESERT
[ THE HOLE ] / [ THE REALITY ]

Sus cejas se fruncieron ligeramente mientras empezaba a cobrar el sentido escuchando en la lejanía un sonido particular como de la tela contra el viento.

Abre lentamente los ojos notando que solo estaba rodeada de una oscuridad infinita pero eso no era todo cuando se encontraba cayendo en el vacío completamente oscuro, como si se tratara de un pozo infinito donde todos los sueños morían y todo era de color negro. Su respiración se vuelve irregular lentamente entrando con lentitud en la desesperación de no poder salir de ahí.

Su cuerpo impacta con fuerza contra lo que parecía ser suelo y le saca un gruñido pesado de dolor por el impacto que le sacó el aire de los pulmones al aterrizaje.

Mira a su alrededor notando que había más oscuridad y entonces asoció rápidamente lo que estaba sucediendo. El miedo se fue apoderándose de ella con la mente acelerada en todas las posibilidades de lo que pudiera ocurrir allá afuera y esos temores que siempre revivía cada vez que caía a ese hueco interminable de solo dolor y oscuridad.

"No te asustes si escuchas los sonidos fuertes, pulga. Los trenes no dan miedo"

"Es una pena lo que sucedió, Georgie. Ahora yo me encargaré de ti"

"Eres una enferma, está en tu sangre. Eres un monstruo"

"No digas ni una palabra, ¿si? Es nuestro juego secreto, pequeña"

Escucha con atención las voces de aquellas personas que resonaban en su mente una y otra vez en cada momento de su vida cuando la oscuridad planeaba dominar cada espacio de su propia esencia débil para poder dominarla. A esas alturas, estaba acostumbrándose a escucharlos pero no es como si fuera una manera de estar sanando las heridas, no, era acostumbrarse a vivir con el dolor y ejercer más presión.

"Estoy aquí cuando todos te han abandonado"

"Harás una diferencia, Georgie. Una gran diferencia"

"Nadie sabe quién eres, eso te hace especial"

El pozo donde se encontraba metida se sentía mucho más asfixiante a pesar que no habían paredes ni límites en esa eterna oscuridad que la rodeaba. Las voces sonaban al mismo tiempo, claras y fuertes atormentándola lo suficiente como para hacer que se quiebre por completo, que seda a ese vacío infinito donde la sumergían a propósito.

Desde que pertenecía a un proyecto que "cambiaría el mundo" estaba segura que no sería un cuento de hadas para nada. La volvieron un arma tan secreta que nadie conocía que existía, muy pocos eran las personas que sabían sobre la existencia de alguien así y quienes se enteraban de último momento, acababan muriendo frente suyo. Ella buscaba darle un sentido a su vida que había quedado completamente en blanco, así que se aferró a su identidad de ser un arma que utilizaban a su antojo.

La mantenían bajo control y cuando la necesitaban, permitía que le hicieran daño como si la estuvieran ahogando bajo el agua y ella se acostumbró a eso, donde el dolor y el sufrimiento la mantenía con vida.

Trata de calmarse y recordarse que debía dejarse arrastrar por aquello que por muchos años le había tenido miedo porque ahora su vida giraba entorno a eso, a dejarse dominar por lo que más temía para influenciar el mismo terror en las personas de su alrededor. Cierra suavemente los ojos quitándose la tensión de encima recordando la razón por la cual hacía eso, la razón por la cual se encontraba ahí y el objetivo al que debía llegar para solo así pueda ser sacada de ese horrible lugar mientras trataba de aferrarse a la tranquilidad de sus propios pocos recuerdos que no tenía nada que ver con las heridas y traumas.

Las sombras se iban acercando lentamente a su alrededor como si se tratara del arrastre de muchas serpientes que trepaban por su cuerpo mientras las voces que antes vociferaban al mismo tiempo, se convertían en susurros que se acercaban cada vez más casi hablándole a la oreja sin dejar de ser constantes y repitiéndole la mismas cosas que ella recordaba como una marca en fuego sobre su cerebro y de las cuales nacían los peores escenarios posibles.

"Lo haces bien"

Abre los ojos con cuidado sintiendo aún el hormigueo de las sombras subiendo lentamente por su cuerpo, pronto la cubrirían por completo hasta apoderarse con totalidad de ella, de su mente y todo lo que pudiera drenar de sus heridas que nunca cerrarían. Mira hacia al frente donde solamente podía verse la oscuridad infinita pero a pesar de aquello, podía reconocer algo diferente que había en el medio de esas sombras pero que no tenía una silueta como tal, era como si fuera parte la penumbra que la rodeaba.

Entrecierra los ojos tratando de poder mejor, de poder diferenciar si esa nueva voz provenía de algún lado de su cabeza y era una nueva alucinación. Tenía que ser una alucinación, un producto de su mente fragmentado porque aquella voz grave y profunda... nunca la había escuchado en su vida.

"No te distraigas. Estás demasiado cerca, ¿lo sientes?"

—¿Quién eres? -Su voz sale con un murmuro como esperando que aquella sombra le respondiera–. ¿Qué quieres?

Soltó una corta risa que lo relacionó rápidamente con la maldad pura, con la misma oscuridad que los estaba rodeando en ese momento.

"Realmente no lo quieres saber"

Su respuesta no le brindó absolutamente nada de tranquilidad, la alteró un poco porque aquello sonaba diferente a sus pesadillas hechas realidad y cualquier tipo de alteración que su propia mente provocara. Eso que se estaba presentando frente a ella parecía ser algo ajeno que no venía de su condición deplorable, venía de otro lado y de alguna manera había logrado desentrañar lo suficiente como para meterse en su cabeza. Tenía vida propia.

Dejó la concentración de lado para centrarse únicamente en esa figura de sombras que desconocía por completo pero que se encontraba frente suyo hablándole, instándole a dejar que se dejara arrastrar por las profundidades de su cabeza marchitada y liberar sus propios monstruos en las cabezas de otras personas.

Cuando estaba por insistirle que se largara o se identificara, en medio de aquella tenebrosidad que lo camuflaba apareció un par de pequeñas luces blancas, la única iluminación en lo que parecía ser una oscuridad infinita pero esto era diferente y ella pudo identificarlo de un inmediato. Se trataba del par de ojos de aquella presencia hecha de las mismas sombras que la arrastraban a ceder al lado más horrible de su ser y eso que estaba frente suyo hablándole con tanta libertad no pertenecía a su mente, era algo más y sus intenciones eran tan oscuras y terroríficas como las pesadillas que ella libera.

Quería empujarla a ese abismo y aunque su plan no era claro aquel infiltrado tenía un propósito desconocido y para nada bueno.

Sus parpados se abren de inmediato dando una bocanada de aire como si se hubiera estado ahogando durante ese momento de desconexión total donde era solo ella y las profundidades de su grieta mental. Había acabado con el enlace onírico al que fue sometida por voluntad pero no quería regresar a ese lugar de nuevo sabiendo que ahora no se encontraba completamente sola, que una presencia desconocida se encontraría acompañándola y eso estaba fuera de los parámetros normales, algo estaba sucediendo y quería averiguar de lo que se trataba.

Y dio en el punto cuando miró a su alrededor notando que se encontraba en una capsula especial con luces brillantes a su alrededor.

Su ceño se frunce confundida sin entender como había acabado ahí cuando hace no mucho se encontraba en su habitación del centro especializado donde residía desde hace un tiempo cuando decidió iniciar con todo esto. Cortando con el profundo silencio que solo era acompañado por su respiración agitada, ella intenta golpear la tapa de aquella capsula donde se encontraba metida y una suave alarma es emitida reconociendo de inmediato de lo que se trataba: el conteo regresivo antes de ser dormida una vez más.

—¡Sáquenme de aquí! -Georgette sigue golpeando el plástico sabiendo que solo le quedaban tres minutos antes de que el gas somnífero se liberara–. ¡Alguien sáqueme de aquí! ¡Valentina!

Sus manos siguen golpeando tratando de hacer ruido y que alguien pueda sacarla de ahí mientras que el pitido incrementaba contra sus orejas. Su cuerpo se remueve de un lado a otro tratando de empujar o patear la cubierta del contenedor donde se encontraba, específicamente diseñada para mantenerla cautiva y sedarla para que regrese hacia el pozo sin fin que solo se encontraba en su mente. Aquello sucedería una y otra vez hasta que dejara de despertarse y cumpliera con el objetivo, ese gas era manipulado por alguien para que salieran las veces necesarias hasta que ella cediera a su utilidad.

No iba a regresar a ese lugar hasta que supiera que estaba ocurriendo.

—¡Ayuda! -Vuelve a gritar mientras el pitido se hace mucho más intenso y agudo avisando que el tiempo se acababa, pronto los gases serían soltados para sedarla.

Sentía el miedo apoderarse de su interior como si se tratara de un parásito que vivían en su corazón y mente desde hace mucho tiempo, liberaba su veneno muchas veces más de las que eran normales por las desgracias que siempre envolvían la vida de Georgette. Su pecho subía y bajaba con respiraciones apresuradas y pesadas, su pulso saltaba con constancia y sus ojos estaban empezando a arder amenazando con pronto nublar sus ojos de lágrimas totalmente presa del pánico de la situación sin entender lo que sucedía.

Por favor.

El contenedor donde se encontraba se dio la vuelta como si alguien de afuera lo hubiera empujado y este haya caído de lado ocasionando que ella se golpeara contra las paredes en el interior. Mira como los lados del contenedor expulsan gases en lo que parecían ser pequeñas aberturas luego de que se completara con el conteo regresivo y Georgette seguía atrapada en el interior de ese reducido espacio pero cuando parecía que todo estaba perdido, la cubierta a su lado se abrió lentamente por lo que ella solo tuvo que dar un fuerte empujón abriéndolo en su totalidad.

No duda en arrastrarse fuera soltando pequeños tosidos luego de haber inhalado un poco de aquel gas por culpa del espacio contenido.

Se aleja por completo de aquella cárcel hecha a su medida sintiendo el frío suelo filtrándose a través de sus ropas pero eso era lo de menos. Mira a su alrededor notando que su entorno estaba cubierta de cajas blindadas y fortificadas de diferentes tamaños pero todos coincidían en ser de color negro o metálicas. Procesó que no estaba en un lugar que conociera y antes que pudiera detallar mucho más del nuevo entorno en el que se encontraba, se escucharon voces en la lejanía que resonaban en aquella habitación de techo alto.

—¿Quién eres?

—Soy Bob, ya les dije -Una voz masculina ligeramente temblorosa les responde–. Soy Bob.

—Sí, ya oí que te llamas Bob.

—¿Quién te envió, Bob?

—Nadie, ¿para qué me enviarían? -Responde aún notándose bastante atemorizado y ligeramente nervioso–. ¿A ustedes sí los enviaron?

Georgette se remueve con cuidado sin hacer mucho ruido, sus pies descalzos hacían que el trabajo sea mucho más fácil permanecer en silencio para moverse entre las cajas grandes y algunas que formaban una pequeña torre. Se detiene detrás de una gran caja asomando su cabeza para poder ver a las personas que estaban en la misma habitación y hablaban entre ellas detallando mejor de quienes eran pero sabía que no eran simplemente desconocidos ni les podía poner una interrogante sobre ellos.

Eran los objetivos.

Conocía sus rostros. Valentina le había mostrado sus expedientes y dado una leve introducción de cada uno para poder escarbar en sus cabezas, atormentarlos con las pesadillas más vividas y catastróficas de sus recuerdos hasta que no hubiera nada más.

Los tenía ahí frente a sus ojos, podría completar la misión en ese instante y simplemente irse pero sentía algo en su interior que le gritaba que no lo hiciera... no aún, al menos. Tenía dudas sobre lo que vió durante su paso en El Pozo, no iba a regresar a ese lugar donde habitaba algo más entre las sombras que buscaba persuadirla para cumpliera con esa misión que Valentina le había encargado, ¿a caso sería que ella impuso aquella figura en su cabeza? ¿Cómo? ¿Fue para asegurarse que cumpliera con la misión?

Concéntrate.

—Como ves, mi trabajo es mantenerte vigilada -Yelena Belova le apunta con su arma a Ava Starr cuando se disponía a irse de ahí–. Así que no, no quiero que te vayas a otra parte.

—Tú la vigilas a ella -John Walker le dice a Yelena–. Es una buena cubierta para la que vino a robar artefactos de Ox.

—No soy ninguna ladrona, ella sí -Responde la rubia rusa pero luego se queda callada, mirando al par con un poco de sospecha o de realización como si hubiera deducido algo–. Está bien -Ella aleja sus manos dejando de apuntarles–. Es claro que los dos trabajamos para Valentina en diferentes tipos de operaciones encubiertas.

—Sí, ¿y qué?

—Que todo lo que hay aquí son secretos de Ox pero nosotros igual.

—Somos unos obstáculos que nadie echará de menos -Esta vez es Ava quien interviene.

—¿Por qué no hablas solo por ti? -John Walker decide hablar una vez más.

Georgette no entendía la razón por la cual estaban discutiendo sobre eso cuando todos ellos estaban ahí para asaltar esa bóveda de secretos de Ox, eso es lo que Valentina le había dicho cuando la sacó de su habitación y le mostró los expedientes de las cuatro personas que entrarían a ese escondite para robar cosas especiales e importantes del escondido centro experimental. Los había estudiado en tiempo récord y aquello era suficiente para que su cabeza hiciera el resto pero no entendía cómo ahora todos se culpaban entre ellos haciéndose ver como si no hubieran entrado todos ellos para robar todo lo que pudieran.

Falta una...

Oh, ya la encontró en el suelo con una bala en la cabeza.

¿Se tenían vigilados unos a los otros? ¿Uno de ellos mató a Taskmaster?

Entonces le entró la duda si es que ella tuvo algo que ver en eso. No creía que todo eso se deba a una pesadilla que ella haya liberado, ¿no? Lo hubiera sabido de inmediato y aunque estuvo en camino, no logró a concluir completamente el objetivo.

¿Y el otro?

—Nosotros somos la evidencia y esta es la trituradora -Yelena sigue hablándoles con obviedad–. Nos quiere dar vuelta.

—Tu teoría es tan débil -John Walker le da la contraria de inmediato.

—A ver, habla sabiondo.

—Bien, analicemos los hechos -Empieza el ex Capitán América mientras da un par de pasos lentos y lánguidos detrás de Ava para rodearlas–. La infamia fantasma, ¿una marginada de S.H.I.E.L.D. buscada por quince naciones? En cambio, la desvivida destruyó la mitad de Budapest.

—No hables así de ella -Yelena le dice interviniendo con su comentario que analizaba la situación, específicamente los antecedentes de las dos chicas que tenía frente suyo.

—Y tú, una ex asesina del Red Room con las manos manchadas de sangre.

—Es gracioso viniendo del cosplayer del Capitán América -Ava vuelve a hablar.

—Para que lo sepas, yo fui el Capitán América oficial, ¿si?

—Sí, como por dos segundos -Expresa la rusa con un poco de ironía.

—Luego mataste públicamente a un hombre inocente en las calles y no me equivoco.

Georgette lo sigue con la mirada desde su lugar detallando cada paso que daba y cuando notó que se estaba acercando a donde ella se encontraba totalmente ignorante de una quinta presencia en la habitación, la joven rubia mira a su alrededor en busca de algún punto de escape o donde poder ocultarse pero todas esas personas que estaban frente suyo estaban altamente entrenados con los sentidos desarrollados justo como si tuvieran un sexto sentido y un tercer ojo.

Pero aún así se arriesgó.

Se demoró un poco en pensar y decidirse pero terminó por moverse a último momento cuando se decidió que era lo mejor tratar de esconderse hasta tomar otra decisión sobre lo que debería hacer en esa habitación con todos los objetivos de este último misión que tenía que completar, su figura se deslizó hacia la otra fila de cajas grandes que parecían ser de un material blindado.

—¿Qué demonios? -Musita John Walker luego de fruncir sus cejas confundido al notar un ligero movimiento detrás de unas cajas no tan lejos de donde él se encontraba.

Georgette escuchó aquella voz baja del militar mejorado con el súpersuero así que se encoge en su lugar como si aquello fuera a funcionar en algo, casi ni respiraba controlando cada posible movimiento que pudiera delatarla de aquella torre de cajas donde se encontraba detrás rogando que su suerte estuviera echada de su lado para poder llegar a la salida. Decidió que no iba a terminar la misión en la que Valentina le había metido, primero quería quitarse las dudas de encima que tenía sobre su propio mundo alterno.

Ya inventaría algo luego y para eso necesitaba salir de ese lugar... donde sea que se encuentre.

Su cuerpo estaba encorvado y hecho como una bola vibrando ligeramente por el temor de lo que pueda pasar, atenta a cualquier movimiento que pueda escuchar cerca suyo que alertara sobre alguien acercándose a descubrirla pero no sonaba nada y cuando estaba por relajarse un poco, resonó un fuerte sonido en la habitación fuertemente blindada y asegurada. Era un disparo que impactó contra la caja que estaba en la cima de la pequeña montaña donde ella estaba escondida, la cual se cayó de su lugar cerca de la joven, quien se encogió más y su respiración tembló ligeramente.

—Sé que estás ahí -La voz de John volvió a escucharse luego del corto silencio que se había formado antes del disparo.

—¿A quién le estás hablando? -Yelena le pregunta claramente confundida.

—Muéstrate -John ignora la confusión de Belova mientras su atención y su puntería se encuentran enfocadas en la pila de cajas donde estaba escondida Georgette–. No quieres que me acerque ahí y te obligue a salir, créeme.

Y ahí se acabó su tiempo.

Sabía que no tenía salida, estaba en un callejón largo donde una enorme pared se encontraba frente suyo y con la cual se había chocado así que solo le quedaba girarse lentamente con las manos alzadas y sacar una banderita blanca para rendirse en una pelea que ni siquiera ella debía estar involucrada y tampoco era el objetivo de los misiles pero terminó en medio del fuego cruzado.

Aún con el cuerpo vibrando en mini temblores, se levanta con lentitud de su lugar con los brazos alzados en señal de rendición dejándose al descubierto frente a las personas que estaban frente a ella esperando a que la quinta presencia de la habitación hiciera acto de presencia.

—Perfecto, otra más -Expresa Ava mientras la señala con ligereza.

—¿Quién eres? -La pregunta abandona los labios de Yelena por segunda vez en el día.

—Georgie -Responde la rubia de cabello largo y notable nerviosismo combinado con temor–. Soy Georgie. Yo... -Su mirada azulada recorre la habitación viendo a los presentes y notando la cuarta persona que no conocía, no formaba parte de ningún expediente que Valentina le había expuesto–. Yo no debería estar aquí, es un error.

Los super-humanos la miran con confusión sobre todo por la situación en la que ya se encontraban viviendo por no entender las razones que tuvo Valentina para enviarlos ahí ni como ahora tenían dos desconocidos que aparecieron de un segundo a otro en ese lugar completamente remoto donde los habían mandado a completar sus misiones personales y solo parecía ser Ava quien lo cumplió.

—¿Saben qué? Soy un veterano de combate condecorado. Tengo una hermosa esposa y un hijo -John Walker ignora la situación de una nueva desconocida y se centra en las dos agentes de Valentina que tiene frente suyo–. Y la verdad, ustedes son unas vulgares mercenarias, ¿sí? Así que ahora mi deber es arrestarlas.

Yelena y Ava ríen como si les hubiera contado un buen chiste.

—Hacía falta reírnos, gracias -La espía rusa comenta nuevamente con ironía y ahora acompañada de una gran sonrisa.

—Había tensión.

—Todo se sintió algo tenso aquí por un segundo, ¿no? -El chico que nadie conocía apareció en un lado con una gran sonrisa mostrándose divertido también aunque los otros ya no se reían, lo que lo llevó a eliminar su sonrisa de inmediato y bajar la cabeza avergonzado.

—Pues no puedo irme sin completar mi misión -John sigue hablando–. Valentina ya me aseguró que empezaré desde cero y no voy a perdérmelo -El hombre de traje azul con escudo da pasos acercándose lentamente hacia donde el chico desconocido se encontraba de pie detrás de unas cajas–. Pero este pedazo de mierda no era parte del trato -Se detuvo frente al joven, quien se veía un poco cohibido y nervioso–. Así que tengo que saber... ¿quién te dejó entrar?

¿Valentina realmente le había prometido empezar de cero luego de ir ahí? ¿Estaba diciendo la verdad? Entonces, ellos no estaban ahí específicamente para robar cosas de Ox, ¿cierto?

Ahora estaba mucho más confundida que antes. Especialmente, no sabía si creer en sus versiones sobre cómo terminaron todos en la misma habitación.

—Eso también va para ti, niña -John gira hacia Georgie, quien alzó la cabeza al escucharlo y encontrarse con la mirada del militar mejorado–. ¿Cómo entraron?

—No sé, perdón. Se me olvidó -El desconocido responde con total honestidad aunque no fuera la respuesta que ninguno esperaba.

—Qué casualidad -El hombre no insiste pero se gira hacia Georgie, esperando la respuesta de la joven rubia que también estaba ahí y no era conocida por nadie–. ¿A ti también se te olvidó, niña?

—Yo... yo tampoco recuerdo -La voz de Georgette tembló ligeramente al hablar pero también estaba diciendo la verdad aunque podría hacerse una idea. Necesitaba estar cerca para que la pesadilla pueda ser efectiva pero no esperaba que la metieran en una caja especial–. Lo digo en serio. No sé como terminé aquí.

Su mirada repasa entre todos como si esperara ver en sus rostros alguna expresión que demostrara que le creían o no aunque lo único que era notable era la confusión por las respuestas de ambos desconocidos. Ella tenía una hipótesis bastante creíble pero estaba segura que explicarles que ella llegó hasta ahí para asesinarlos a todos, no era la respuestas precisa para inspirar confianza y que no la intenten matar de inmediato.

John deja escapar una exhalación evidentemente irritado de que no obtenga respuestas por parte de los dos jóvenes desconocidos y estar perdiendo el tiempo en lo que se veía como una misión fácil.

—Quiero que se amarren -Él se gira hacia Ava y Yelena.

—No, ya me voy -Ava responde también cansada de que la situación no parezca tener salida y sea una pérdida de tiempo, especialmente para ella, que ya había aniquilado a su objetivo.

La morena camina hacia uno de los portones de la enorme habitación. Todos los presentes la siguieron con la mirada viendo como oprimió un botón en el lado izquierdo de su cuello que activó el casco completamente blanco que le cubría el rostro como parte de su traje y pronto se hizo invisible desapareciendo de la vista pero cuando estaba muy cerca de llegar hacia el concreto para atravesarlo, se activó un sonido bastante agudo que la perturbó y desactivó sus poderes, dejando de ser invisible mientras se cubría las orejas.

Todos los presentes se cubrieron las orejas por ese sonido tan agudo que les ocasionaba dolor en la cabeza, perturbando todos sus sentidos.

—¿Si oyeron eso? -El chico desconocido les pregunta luego de que el sonido haya cesado.

Si había un sistema de sonido para poder detener a Ava, no era una buena señal. Eso fue colocado ahí especialmente para ella, una trampa para evitar que pueda escapar con facilidad.

Georgette mira a su alrededor notando que la habitación se encontraba completamente cerrada, era probable que los hayan encerrado ahí y no había manera de huir por ningún lado. No era una profesional armando planes porque nunca tuvo que estar en una situación similar, siempre se encontraba lejos de sus víctimas o se los entregaban maniatados, ella solo tenía que meterse en sus cabezas y compartir su propia oscuridad pero armar planes y ser una estratega entrenada como las personas que la acompañaban, no estaba entre sus habilidades.

Pero era lo suficientemente consciente para afirmar que estaban atrapados y no había salida.

Dudaba un poco en moverse pero lo hizo, sintiendo sus pies descalzos contra el frío material del concreto que conformaba la habitación mientras trataba de detallar a su alrededor. Quería ser útil y sobre todo, salir de ahí para poder obtener respuestas por parte de Valentina.

Antes que se pudiera decir o hacer algo más que robarle las armas al cadaver de Taskmaster, las luces blancas del lugar se apagan por completo y dan paso a iluminación rojiza bastante tenue como de alerta acompañada de una alarma que resonaba con fuerza y lo que parecía ser algo encendiéndose, como una máquina o el motor de algo.

—Esto no es una trituradora -Ava dice mientras mira a su alrededor–. Es un incinerador.

—Dos minutos y la que empieza de cero es Valentina.

—No, no tienes ninguna prueba -John insiste su posición frente a las afirmaciones de Yelena–. Podría ser cualquier cosa. Puede ser un aviso de que vienen por mi

—¿Puedes sentir eso? Como de pronto subió la temperatura y se calentó esta bóveda -Ava se gira hacia él para contradecirlo con obviedad.

John se queda un segundo en silencio dejando de fingir demencia.

—Sí, es un incinerador -John por fin les da la razón.

—Ay, ¿por qué tengo que morir quemado? -Expresa el desconocido lamentándose un poco.

—¿Y cómo preferirías morir, Bob? -La pregunta retórica se dirige hacia Bob por parte de John.

Ese era el plan de Valentina desde el principio. Hizo que todos llegaran a la bóveda para que se mataran unos contra otros para cumplir con sus respectivas misiones pero de no funcionar, el pequeño empujón para que todos murieran era utilizar las pesadillas de Georgette y así no hubiera ninguna duda de que todos estaban eliminados. Cuando ninguno de los agentes estuvieran vivos, prendería fuego la bóveda deshaciéndose de cualquier pista sobre sus cuerpos y así también eliminando a Georgette en el proceso, su último cabo suelto.

Ella también era un objetivo.

—Mierda -Georgie murmura para sí misma.

pay attention 'cause
५🦁★ ASLAN SPEAKS . . .

POR FINNNNNNNNNNNNNN
actualicé por aquí jijijij

¿probablemente ya se fue la fiebre
de Bob? probablemente pero ya di el paso <3
además, tengo ideas para esta fanfic y me gustaría
explorar un personaje con ideas nuevas y complicadas.

no se olviden de comentar y votar