Truyen2U.Net quay lại rồi đây! Các bạn truy cập Truyen2U.Com. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

𝟬𝟭𝟮. personal confessions

Noa Nishimura se sentía un poco culpable por no poderle decir a Hinata el secreto que le había contado su padre el día que volvió de su viaje, ya que debía ser una completa sorpresa. Pero, la tenía tan emocionado que podía esperar.

Para ese día tenían planeado ir al cine, aunque no había tantas películas buenas, pero habían logrado encontrar una interesante. Era una película corta japonesa sobre romance, y por lo mismo se había emocionado mucho. Noa se había puesto por primera vez pantalón, uno de mezclilla clara, una blusa de manga larga celeste y unos tenis blancos. Su estilo siempre estaba basado en su madre, que vestía tonos pasteles sin importar la ocasión, y se veía siempre hermosa.

Ahora Hinata le había dicho que iría por ella a su casa, menos nervioso de aparecerse, ya que el padre de Noa se había vuelto amigo de él. Ella temía que la cambiara por su novio temporal… rayos, eso sonaba tan triste que le causaba nostalgia, aún cuando no se habían despedido aún.

El timbre anunció la llegada de Hinata, por lo que Noa salió corriendo hacia la puerta antes de que su padre quisiera acercarse, porque en ese caso invitaría a Hinata a adentrarse y no podrían ir al cine. Pudo oír un quejido del hombre, pero ella fue más rápida y salió.

—¡Shōyō! —gritó con emoción, saltando a sus brazos, como se había vuelto costumbre. Él sonrió, envolviéndola con cariño.

—Te miras muy linda hoy, Noa.

—¡Ah, me harás sonrojar! —se rio, separándose de sus brazos y mirándolo con fascinación. Sus ojos brillaron, cosa que Hinata notó y no pudo evitar darle un beso rápido en la mejilla, provocando que ahora sí ella se ruborizara. Noa se tapó la boca fingiendo estar muy sorprendida—. ¡No puedo con tanta lindura, moriré!

—No morirás, Noa —se rio avergonzado, quitando sus manos de su boca y tomando una con cariño, entrelazando sus dedos—. No lo permitiré.

—Confirmo, eres un sueño —se rio, andando con él dando saltitos y moviendo sus manos de adelante hacia atrás. Hinata se rio en voz baja, sintiendo su rostro arder, para después seguirla en su caminata.

—Noa, ¿sabías que la película que veremos es la segunda vez que la proyectan en cines? Estuvo el año pasado que se estrenó.

—Oh, ¿de verdad? Qué curioso.

Ya que el cine estaba cerca de casa de Noa, se irían caminando. Podrían irse en autobús, pero habían decidido irse caminando para platicar.

Noa tenía una pregunta que hacerle a Hinata desde el primer día que salieron, pero sentía que no había existido la ocasión ideal. Y en ese preciso momento sintió que podía preguntarla, aunque tuvo que pensarlo varios minutos con nerviosismo, mirando de reojo a Hinata que le contaba animadamente una historia. Se mordió el labio inferior, para después, cuando él terminará de contarle y ella le respondiera algo sobre eso, habló:

—Shōyō, ¿puedo preguntarte algo personal?

—¿Uh? Claro, dime —él lució sorprendido, pero al instante la miró y le sonrió. Noa soltó un suspiro.

—¿Tú… habías tenido pareja antes?

La pregunta lo tomó por sorpresa, pero no demoró mucho antes de negar. Por alguna razón había imaginado que preguntaría cualquier cosa excepto eso, así que se sintió extrañado y quiso contarle todo completo para que ella lo conociera mejor. Noa siempre era la que contaba historias personales.

—No, nunca me había interesado ese tema… Alguna vez me había gustado una chica en secundaria, pero no fui capaz de decirle. Aunque sea extrovertido, las chicas son un tema que para mí era desconocido y me daba pavor… Hasta ahora contigo, estuve enamorado de ti dos años y nunca fui capaz de decirlo. De hecho, planeaba irme con este sentimiento, así que me tomó por sorpresa que tú dieras el primer paso… Y me siento realmente feliz.

Noa se giró para mirarlo a la mitad del relato, sintiéndose tranquila de ver que Hinata no tenía problema con contarle su vida personal, aunque parecía que había sido un poco vergonzoso para él. No dejó de verlo hasta que finalizó, para volver su vista al cielo.

—Vaya, eso es lindo, Shōyō —sonrió, bajando un poco la mirada con timidez, viendo de reojo sus manos y sus dedos entrelazados—. Me hace sentir especial.

—Es que lo eres, Noa —Hinata la tomó del mentón, provocando que ella lo mirará a los ojos. Los ojos marrones de Hinata estaban brillando, derritiéndola por dentro. La chica sintió que su rostro estaba ardiendo, pero se sentía feliz de oír sus palabras tan puras, lo cual la hizo sonreír.

Sin importarle la posición de ese momento, Noa saltó a sus brazos de nuevo, respirando su perfume y el olor natural que desprendía. Hinata olía siempre a balón, si es que eso pudiera tener sentido, y a hierba buena. Se quedó en sus brazos varios minutos, ya que se sentía en las nubes estando a su lado, sobre todo porque Hinata había colocado sus manos en su cintura, rodeándola con suavidad.

—Gracias por darme los mejores días de mi vida —le dijo en un susurro lo suficientemente alto para que él la escuchara, aferrándose aún más a su cuerpo. Hinata, por su parte, sonrió inconscientemente.

—Debería agradecerte yo a ti que me hayas aceptado tan solo un mes… Parece irreal que tengamos tan poco tiempo, pero lo soy disfrutando mucho.

—¡Yo también! —separó su rostro de su pecho, mirándolo con los ojos llenos de amor, sonríendole—. Yo… Shōyō, debo serte honesta. Me está doliendo mucho saber que debo despedirme de ti, pero siempre he creído que las almas gemelas si están destinadas a estar juntas, volverán a encontrarse. Así que, ¿podemos volver a intentarlo cuando vuelvas?

Era una pregunta que tampoco había salido de su mente y que había sido incapaz de decir en voz alta. Hinata la estaba enamorando tanto que no le bastaría un mes para estar a su lado, Noa quería estarlo toda la vida. Tal vez era demasiado precipitado, pero era alguien que no dejaba pasar los momentos especiales de la vida y sabía que la presencia de Hinata era uno de esos, el más precioso, en realidad.

Pudo ver que los ojos de Hinata se entristecian un poco cuando escuchó la pregunta final, y no podía culparlo. Pero, no dejó de verlo con la misma fascinación en ningún momento, esperando expectante su respuesta.

—Noa, me encantaría. Pero no sé sí soy capaz de prohibirte amar por varios años hasta que yo decida volver. Es egoísta… y tú mereces amar y ser amada.

—Pero yo sé que eres tú, Shōyō —murmuró con un hilo de voz, poniendo su mano en su mejilla, acariciándola con ternura y una sonrisa ladina llena de tristeza. Hinata bajó un poco la mirada, viéndose con el mismo sentimiento que ella tenía en su interior.

—Yo también siendo que eres tú.

—Entonces… —Noa suspiró, pensativa. Sabía lo que quería decir, pero tenía un poco de miedo—. Te prometo algo, Shōyō. No te esperaré, haré mi vida como normalmente, abriéndome a cualquier oportunidad que me brinde la vida de aquí a que vuelvas. Pero… si tú vuelves y ambos queremos continuar lo que dejamos aquí, te aceptaré con los brazos abiertos.

Pudo ver que los ojos de Hinata brillaron de felicidad, y asintió rápidamente, ahora él dándole un abrazo a ella. Noa sonrió, feliz de estar en sus brazos una vez más, esperando que no llegará el último día que tuvieran que darse uno. Al menos no aún.

Sin más, se dirigieron al cine, con los sentimientos a flor de piel. Ambos se sentían extraños, no querían dejarse ahora que estaban más enamorados que nunca… Pero lo sabían de antemano, y solo esperaban que los días restantes fueran igual de inolvidables que ese.

Noa lo sabía y haría lo imposible para que así fuera.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Com