vi.
"suicidal mision? im in"
De vuelta en la cabaña 5, sus hermanos la estaban esperando. Bayley, Alec, Sherman, Mark y Ellis. Todos ellos sabían que Aiden había quedado con cicatrices mentales por la guerra. Se habían despertado por los gritos de su hermana, y se habían quedado con ella mientras lloraba. Claro que, no dejaron que nadie en el campamento supiera de ello, y ellos mismos no hablaban de eso. Aiden los miró un segundo, y supo que ellos sabían que ella estaba aterrada.
Esa noche durmió con las palabras de aliento de sus hermanos pero, mala suerte para ella, aún con pesadillas.
Al día siguiente se despertó temprano. Se duchó con agua fría para que su cuerpo se acostumbre a la temperatura que comenzaba a bajar. Se puso una una camiseta naranja del campamento, pantalones negros y botas, junto con el abrigo de uno de sus hermanos. Tomó su mochila y salió de su cabaña, justo en el momento que su mejor amiga salía de la suya. Se miraron un segundo y caminaron hacia la otra.
"Luego de tanto tiempo es extraño no ir juntas en la misma misión" Dijo Annabeth antes de darle un abrazo. Iba vestida de viaje con un abrigo de invierno sobre la ropa del campamento, un cuchillo en el cinturón y una mochila al hombro.
"Te extrañaré cuando no tenga quien me regañe por caminar dos pasos de más" Aiden bromeo, pero sabía que la iba a extrañar. La rubia rió
"Lo harán bien" Annabeth trató de calmarla, pero por el tono de su voz pareciese que lo dijo más para sí.
"Por supuesto que si." Aiden rodó los ojos. Se encaminó hacia la cabaña 1 al lado de Annabeth "Y quien sabe? Quizá hasta te traeré un recuerdo"
Annabeth rió pero todavía se notaba triste.
"Lo siento" dijo Aiden, mirando al suelo "te prometí que iría contigo."
La hija de Atenea sonrió suavemente, antes de pasar un brazo por encima de sus hombros.
"Oh Aiden, no debes disculparte" Annabeth suspiró "Se lo mucho que te... afecta... La misión, digo"
Llegaron a la cabaña de Zeus y Aiden abrió la puerta.
Dentro Jason estaba viendo una foto, y ella reconoció a las personas en el papel. Annabeth, Luke y Thalia, de cuando se conocieron. Aiden fué amiga de Luke cuando el aún vivía en el campamento, pero, al contrario que Annabeth ella no había desarrollado un crush por él. Thalia y Aiden se conocieron cuando ella dejó de ser un Pino, por el vellocino de oro, y se volvieron muy buenas amigas en poco tiempo.
"Es Thalia" dijo Annabeth, mirando por encima de su hombro. Tenía una expresión triste por los recuerdos que traía la foto. "Es la otra hija de Zeus que vivió aquí... pero no mucho tiempo. Lo siento, deberíamos haber llamado a la puerta."
"No pasa nada" dijo Jason." No es que este sitio me parezca mi casa."
Hubo un segundo de silencio antes de que él volviese a hablar.
"Me imagino que no habrás cambiado de opinión con respecto a lo de acompañarnos" dijo al final. Annabeth negó suavemente.
"Ya tienes un buen equipo. Yo me voy a buscar a Percy. "
"Lo haremos bien" Aiden habló "Yo tengo algo de experiencia en esto"
"Además" continuó Annabeth "algo me dice que esta no es tu primera misión."
Si hay algo que Aiden aprendió de todas sus misiones juntas, es que si Annie tiene un presentimiento sobre algo, usualmente es acertado, especialmente si hablan de trampas. Su mente la llevó hacia la Guerra de Manhattan, especificamente al momento en que tuvieron que pelear contra otros semidioses. Personas, adolescentes como ella que eligieron el bando de un titán que al de su propia gente. Y ellos estaban decididos a matarlos si significaba que podrían destruir a los Dioses. Aiden escaneó a Jason. Más o menos de su edad, manos grandes, y figura lo suficientemente atlética, con un porte de soldado que contrastaba con la edad que aparentaba. Y por supuesto, no se le había escapado su postura la noche anterior, era obvio que había levantado un arma antes. "algo me dice que esta no es tu primera misión" lo que Annabeth acababa de decir sobre Jason había hecho volver sus banderas rojas. Y si Jason era parte de aquellos que estaban tan ensimismados en que Kronos estuviera en el poder? El nuevo pensamiento trajo un escalofrío que le recorrió el cuerpo, y lo único que hizo fue que su confianza en Jason decreciera.
Jason vaciló unos segundos antes de volver a hablar.
"Ustedes saben quién soy" aventuró, "¿verdad?" Annabeth agarró la empuñadura de su daga. Rastreó con la mirada alrededor de la cabaña --si eso podría ser considerado cabaña-- pero no pareció encontrar lo que buscaba.
"Sinceramente, Jason..."Annabeth hizo una pausa mientras lo analizaba" no estoy segura. Creo que eres un solitario."
O, también puede ser eso.
"Un.. solitario?"
"A veces pasa." Aiden continuó con un carraspeo "Por un motivo u otro, el campamento no te había encontrado, pero sobreviviste moviéndote continuamente de aquí para allá. Te entrenaste a ti mismo para luchar. Te encargaste de los monstruos solo. Venciste las dificultades."
"Lo primero que me dijo Quirón" le recordó Jason "fue «Deberías estar muerto»."
Aiden revivió el recuerdo, y no es que le haya parecido un saludo muy agradable.
"Ese podría ser el motivo" dijo Annabeth. "La mayoría de los semidioses no consiguen sobrevivir solos. Y un hijo de Zeus... no hay nada más peligroso que eso. Las posibilidades de que cumplas los quince sin encontrar el Campamento Mestizo--"
"o sin morir..." Aiden interrumpió
" --son microscópicas. Pero, como ha dicho Aiden, a veces pasa. Thalia se escapó cuando era pequeña. Sobrevivió sola cuatro años. Incluso cuidó de mí durante un tiempo. Así que a lo mejor tú también eras un solitario."
Jason extendió el brazo.
"¿Y estas marcas?" Annabeth echó un vistazo a los tatuajes. Era evidente que le preocupaban tanto como a Aiden, pero mientras ella no ocultaba su desagrado por el hijo de Zeus, Annie sabia disimularlo mejor.
"Bueno, el águila es un símbolo de Zeus, así que tiene sentido." Aiden intentó de ponerle razón, pero eso es todo lo que llegó a su mente. Miró a Annabeth para que siga y ella captó el mensaje rápidamente.
"Las doce rayas... tal vez representen años, si llevaras haciéndotelas desde que tenías tres. SPQR es el lema del antiguo Imperio romano: Senatus Populusque Romanus, el Senado y el Pueblo de Roma. Aunque no sé por qué te ibas a grabar eso en el brazo. A menos que tuvieras un profesor de latín muy severo... "
Aiden frunció el seño al oír las palabras latinas, mientras trataba de traducirlas por su cuenta, pero aún así apreció el chiste de Annabeth esbozando una sonrisa al final.
"Anoche yo..., ejem..., tuve un sueño raro" dijo Jason.
"A los semidioses les pasa continuamente" respondió Aiden. "Alguna parte del tiempo sirven de ayuda. ¿Qué viste?"
Habló lobos,una casa en ruinas y dos espirales de roca. Mientras él hablaba, Annabeth empezó a pasearse con aspecto cada vez más agitado, y Aiden se sentía mareada. De que me suena? La pregunta seguia resonando en su mente, y todo en su ser decía que era un detalle importante para el futuro. No podía ponerle un significado a los pensamientos que se agolpaban en su cabeza como escenas a toda velocidad que terminaban sin que ellas pudiera siquiera procesarlas, parecía la versión mental de 'tener la respuesta en la punta de la lengua'.
"¿No te acuerdas de dónde estaba la casa?" preguntó. Jason negó con la cabeza.
"Pero estoy seguro de que he estado allí antes. "
"Secuoyas " meditó su amiga "Podría ser el norte de California. Y la loba... He estudiado a las diosas, los espíritus y los monstruos toda mi vida. Nunca he oído hablar de Lupa. "
"A mi me suena" Dijo Aiden e inmediatamente ambos se volvieron para verla, expectantes "No recuerdo exactamente de qué... pero si recuerdo que fué un ensayo de Latín. Sufrí mucho con ese ensayo. Por alguna razón mi mente se rehusa a retener algunas cosas sobre el tema, pero estoy segura de haber leído ese nombre en algún libro en casa de mi padre." Jason asintió decepcionado de no tener respuesta para una de las muchas preguntas en su mente. Annabeth puso una mano en su hombro y le dió una pequeña sonrisa.
"Dijo que el enemigo era una mujer. Pensé que tal vez sería Hera, pero..."
"Yo no me fiaría de Hera" intercedió Annabeth repentinamente, y Aiden asintió de acuerdo "pero no creo que ella sea el enemigo. Y esa cosa que salía de la tierra..." La expresión de Annabeth se ensombreció. "Tienes que detenerla."
"Sabes lo que es, ¿verdad?" dijo él. Aiden miró a Jason un segundo antes de pasar su vista a Annabeth esperando una respuesta "O por lo menos te lo imaginas. Anoche vi tu cara en la fogata. Miraste a Quirón como si de repente estuvieras cayendo en la cuenta, pero no quisieras asustarnos."
Annabeth vaciló.
"Jason, lo malo de las profecías... es que cuanto más sabes, más intentas cambiarlas, lo que puede ser desastroso. Quirón cree que es mejor que encuentres tu camino, que descubras las cosas a su debido momento." Aiden suspiró pero asintió solemne.
"Si me hubiera contado todo lo que sabía antes de mi primera misión con Annabeth y Percy..." Aiden sopesó, mientras su amiga la miraba con comprensión "Tengo que reconocer que no estoy segura de que hubiera podido cumplirla.
"En el caso de su misión, es todavía más importante."
"¿Tan grave es?" Aiden sonrió cansada. Acababa de levantarse y ya sentía que quería volver a su cama y dormir, pero sabía que incluso si intentaba dormir ahora, las pesadillas no dejarían que descansara.
"No si tienen éxito. Al menos... espero que no. "
"Tendremos éxito--"
"Pero ni siquiera sé por dónde empezar." Jason cortó "¿Adónde se supone que tengo que ir?"
"Sigue a los monstruos" propuso Annabeth.
"Está bien" dijo. "¿Cómo encuentro a los vientos de la tormenta?"
"Personalmente, yo preguntaría a un dios del viento" dijo Annabeth. "Eolo es el señor de todos los vientos, pero es un poco... impredecible. Nadie puede encontrarlo a menos que él quiera que lo encuentren. Yo probaría con uno de los cuatro dioses de los vientos estacionales que trabajan para Eolo. El más cercano, el que tiene más trato con los héroes, es Bóreas, el dios del viento del norte. "
"Así que si lo buscara en Google Maps..."
Aiden sonrió con complicidad.
"Oh, no es difícil de encontrar" le aseguró Annabeth. "Se ha instalado en Norteamérica, como el resto de los dioses. Por supuesto, eligió la región más antigua del norte, prácticamente todo lo lejos que se puede llegar al norte. "
"¿Maine?" aventuró Jason.
"Más lejos." Cantó Aiden.
"Canadá" decidió. "Quebec." Aiden chasqueó los dedos y soltó un 'Bingo!'
Annabeth sonrió.
"Que bueno que ví Ratatouille antes de venir al campamento." Aiden bromeó "Espero que hables Francés" Ir a Quebec. Encontrar al dios del viento del norte, localizar a los espíritus de la tormenta, averiguar para quién trabajaban y dónde estaba la casa en ruinas. Liberar a Hera. Todo en cuatro días. Pan comido.
"Gracias, Annabeth" miró las fotografías que todavía tenía en las manos. "Así que... es peligroso ser hijo de Zeus. ¿Qué le pasó a Talia? "
"Oh, está bien" contestó Aiden. "Se convirtió en Cazadora de Artemisa: una de las sirvientas de la diosa. Vagan por el campo matando monstruos. La vemos poco en el campamento, aunque es buena onda. Su escudo es especialmente genial."
"¿Quién es el chico de la foto?" preguntó. "El rubio."
La expresión de Annabeth se tensó, y Aiden sintió su buen humor esfumarse.
"Es Luke" respondió Aiden rápidamente, mirando a Annabeth de reojo. "Está muerto."
Jason se quedó mirando la foto, con una expresión de ansiedad, como si algo no cuadrara.
"¿Cuántos años tiene ella ahora?" preguntó.
"Es difícil saberlo. Fue un árbol durante un tiempo. Ahora es inmortal."
"¿Qué?" la cara de incredulidad que puso Jason hizo que Aiden suelte una carcajada
"No te preocupes. No es algo por lo que pasen todos los hijos de Zeus. Es una larga historia, pero... estuvo fuera de servicio mucho tiempo. Si hubiera cumplido años regularmente, ahora tendría veintitantos, pero sigue igual que en esa foto, como si tuviera... más o menos nuestra edad. Quince o dieciséis."
"¿Cómo se apellida?" Aiden se sorprendió por la pregunta y frunció el ceño.
"La verdad es que no usaba apellido." Aiden se dió cuenta "No recuerdo ahora pero cuando no le quedaba más remedio, usaba el de su madre, pero no se llevaban bien. Talia se escapó cuando era muy pequeña."
Jason permaneció a la espera.
"Grace" dijo Annabeth. "Talia Grace."
En cuanto terminó de decir su nombre la foto cayó balanceándose al suelo.
"¿Estás bien?" preguntó Aiden dando un paso al frente.
Jason no contestó.
"¿Qué pasa?" insistió Annabeth.
"Tienen que jurarme que no se lo dirán a nadie" advirtió.
"Jason... " Aiden habló insegura.
"Júralo" la apremió. "Hasta que descubra lo que está pasando, lo que significa todo esto... "Se frotó los tatuajes quemados del antebrazo. "Tienen que guardar un secreto."
Annabeth vaciló, pero la curiosidad la pudo.
"Está bien. Hasta que tú me lo permitas, no le diré a nadie lo que me cuentes. Lo juro por la laguna Estigia."
Aiden suspiró "Yo también lo juro...-- por la laguna Estigia"
Un trueno retumbó en la cabaña, más fuerte que los demás que había oído hasta entonces. Jason recogió la foto del suelo.
"Me apellido Grace" dijo. "Esta es mi hermana."
Aiden pasó de la confusión a la incredulidad en un segundo y estaba segura de que había palideció. Habían muchas preguntas en su mente, y su parte bélica le decía que eso es imposible, que era un truco, --seguido de un canto de matar matar matar--, pero la otra --la civilizada, por decirlo de alguna forma-- le decía que era cierto.
Justo cuando iba a preguntar algo a Jason las puertas de la cabaña se abrieron repentinamente, y media docena de campistas entraron en avalancha detrás de un muy agitado Butch.
"¡Deprisa! "dijo, y Aiden supo qué iba a decir, adelantándose a sus acompañantes y corriendo hacia la puerta. "El dragón ha vuelto. "
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"¿Ese es Leo?" gritó Aiden asombrada.
Efectivamente, sentado encima de una gigantesca máquina mortal de bronce sonriendo como un loco se encontraba el latino. Antes de que aterrizara, la alarma del campamento saltó. Todos los sátiros comenzaron a gritar: «¡No me mates!». La mitad del campamento salió corriendo ataviada con una combinación de pijamas y armaduras. El dragón se posó justo en mitad del prado, y Leo gritó:
"¡Tranquilos! ¡No disparen!"
Los hijos de Apolo bajaron sus arcos con indecisión. Los toracitas retrocedieron, manteniendo preparadas sus lanzas y sus espadas. Formaron un ancho corro alrededor del monstruo metálico. Otros semidioses se escondieron detrás de las puertas de sus cabañas o se asomaron por las ventanas. Nadie --salvo sus hermanos-- estaba impaciente por acercarse.
Y Aiden entendía porqué. El dragón gigantesco relucía al sol matutino como una escultura de peniques viviente —distintos tonos de cobre y bronce—, una serpiente de casi veinte metros de largo con garras de acero, dientes de brocas y brillantes ojos color rubí. Tenía unas alas con forma de murciélago que medían el doble que su cuerpo y se desplegaban como unas velas metálicas, emitiendo un sonido de monedas saliendo de una máquina tragaperras cada vez que aleteaba. Espera... Tenía alas? Aiden no pudo contener su admiración por la bestia.
"Es... bellísimo." —murmuró. Los semidioses a su alrededor la miraron quedaron mirando como si le hubiera crecido otra cabeza, pero ella no les prestó ni la menor atención.
El dragón levantó la cabeza y lanzó una columna de fuego al cielo. Los campistas se dispersaron y alzaron sus armas, pero Leo se deslizó tranquilamente por el lomo de la criatura. Levantó las manos como si se rindiera, solo que todavía lucía la misma sonrisa de loco en la cara.
"¡Habitantes de la Tierra, vengo en son de paz!" gritó.
"Me encanta este chico" le murmuró a Annabeth.
Parecía que se hubiera estado revolcando en la fogata. Tenía la chaqueta militar y la cara embadurnadas de hollín. Sus manos estaban manchadas de grasa, y llevaba un cinturón portaherramientas alrededor de la cintura. Tenía los ojos inyectados en sangre. Su cabello rizado estaba tan grasiento que le sobresalía como las púas de un puercoespín, y desprendía un extraño olor a salsa tabasco. Pero parecía totalmente encantado.
"¡Festo solo está saludando! "
"¡Esa cosa es peligrosa!" gritó Bayley en pantalones de pijama verde militar, una camiseta de Guns n' Roses y armadura griega, blandiendo su lanza. "¡Mátala ahora mismo!"
"¡Retírense!" ordenó Aiden con Jason a su lado. Se abrieron paso entre la gente a empujones, flanqueados por Annabeth y Nyssa de Hefesto. Jason contempló el dragón y movió la cabeza, asombrado.
"¿Qué has hecho, Leo?"
"¡He encontrado un transporte!" Leo sonrió. "Dijiste que podría participar en la misión si encontraba un medio de transporte. ¡Pues te he conseguido un bicharraco volador metálico de primera! ¡Festo puede llevarnos a cualquier parte! "
"Tiene... alas" dijeron Aiden emocionada, y Nyssa tartamudeando.
"¡Sí!" contestó Leo. "Las he encontrado y se las he vuelto a fijar."
"Pero no tenía alas. ¿Dónde las has encontrado?" Nyssa continuó.
Leo vaciló.
"En... el bosque" dijo. "También le he reparado los circuitos, la mayoría de ellos, así que ya no hay peligro de que se averíe."
"¿La mayoría?"preguntó Aiden, de repente no tan emocionada. La cabeza del dragón se movió nerviosamente. Se ladeó, y un chorro de líquido negro --tal vez aceite; con suerte, solo aceite--, salió de su oreja y cubrió a Leo.
"Solo me falta resolver unos cuantos problemas" dijo Leo.
"Pero ¿cómo has sobrevivido?" Nyssa seguía mirando fijamente a la criatura, asombrada. "El fuego de su boca"
"Soy rápido" contestó Leo, y seguido hizo unos movimientos que parecian un intento de baile de capoeira combinado con ganas de ir al baño. "Y tengo suerte. Bueno, ¿puedo participar en la misión o no?"
Jason se rascó la cabeza.
"¿Le has puesto Festo? ¿Sabes que en latín festus significa «feliz»? ¿Quieres que vayamos a salvar el mundo en el Dragón Feliz?"
"¡Yo voy!" A Aiden le pareció tan tonta la idea que casi se olvidó que posiblemente no vuelvan de esa misión.
"¡Sí, amigo!" dijo Leo. "Bueno, propongo que nos pongamos en marcha, chicos. Ya he cogido provisiones en el... ejem... el bosque. Toda esta gente con armas está poniendo nervioso a Festo."
Jason entrecerró los ojos.
"Pero todavía no hemos planeado nada. No podemos--"
"Lo harémos en el camino" Aiden empezó a tirar a Piper y Jason hacia el Dragón.
"Vayan" dijo Annabeth, quien no parecía nerviosa en absoluto. Tenía una expresión triste y melancólica, como si aquello le recordara tiempos mejores, y Aiden los recordaba también. La primera vez que Percy llegó al campamento, sujetando un cuerno de Minotauro con el que mató al Minotauro, Su primera misión recuperando el rayo de Zeus, la segunda buscando el vellocino de oro para salvar el Pino de Thalia, la primera vez que conoció a Tyson, Thalia y Nico, la muerte de Bianca y Zöe... sintió su corazón hundirse en su pecho. Era la primera vez que viajaba en una misión sin sus amigos. Era la primera vez que se separaba de sus amigos, al menos desde la Guerra de Manhattan, y cuando lo hizo Annabeth fué malherida. "Jason, solo tenéis tres días hasta el solsticio, y nunca hay que hacer esperar a un dragón nervioso. Sin duda, es un buen presagio. ¡Marchaos!" Aiden le dió un abrazo y le prometió que volvería, y cuando lo haga le traería un recuerdo. Se volvió hacia Jason y Piper que le estaban esperando.
Jason asintió hacia Annabeth y luego le sonrió dudoso.
"¿Estás lista, socia?"
Aiden miró las alas de bronce reluciendo contra el cielo y aquellas garras que una vez casi hacen trizas su brazo. Tenía miedo, eso es seguro. Pero al mismo tiempo estaba emocionada por volver a salir del campamento en una nueva aventura. Y eso superó al temor de morir que le había perseguido desde la noche anterior. Fijó su vista en sus nuevos acompañantes para la misión, sonrió de lado mostrando los dientes y dejándose llevar por el buen comienzo de su travesía.
"No tengo otra opción, verdad?"
3431 palabras en total. (sin contar éste inciso) Hasta ahora lo ás largo que escribí.
Tuve que editar el capitulo, ya que no estaba conforme con algunas escenas, que escribí en el pasado, lo que me recuerda que dentro de poco pondré el libro en edición para arreglar unas cosas y oyos en la trama que yo misma creé.
Comentarios, Votos y Correcciones son bien recibidos :D
WAR CHILD
𝚓𝚊𝚜𝚘𝚗 𝚐𝚛𝚊𝚌𝚎
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