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𝟎𝟏 de regreso a barcelona

# CAPÍTULO 1
──────────────────────
DE REGRESO A BARCELONA

────────୨ CLARA ৎ────────
07 de septiembre 2025

Teníamos menos de 24 horas en Barcelona y mi habitación ya parecía una zona de guerra.

Cajas abiertas, maletas a medio vaciar, y ropa por todas partes. Literal, por todas. En la silla, la cama, el suelo, la lámpara. Si me tiraba encima una chaqueta, probablemente nadie me encontraría hasta el día siguiente.

Estaba doblando unos jeans que no sabía si guardar o lanzar por la ventana cuando alguien tocó el timbre.

Fruncí el ceño.

¿Quién tocaba a estas horas? Papá estaba en una reunión con no sé quién del club, así que bajé yo.

Casi me caigo al bajar las escaleras, tenia demasiado sueño y el clima no ayudaba. Pero nada de eso importó al ver quién estaba tras la puerta.

Y entonces grité.

—¡¡NOOOOO!!

—¡¡SÍÍÍÍÍ!! —gritó Bella de vuelta, con los brazos abiertos, una sonrisa de oreja a oreja y una mochila colgada de un solo hombro. —¿Vas a hacerme pasar o qué?

La abracé tan fuerte que casi la tiro, pero no me importó.

—¿Pero cómo...? —pregunté mientras subíamos corriendo las escaleras. —¿Cómo sabías dónde vivía?

—Tu padre, obviamente. Le mandé cinco audios, dos correos y un gif de perrito llorando. Funcionó.

Solté una carcajada mientras empujaba la puerta de mi cuarto.

—Vale... pero prepárate para ver el apocalipsis.

Bella entró, se detuvo en seco y levantó las cejas.

—Oh. Wow. Esto sí que es un mood.

—Lo sé. No me juzgues.

—Jamás. —dijo, y se lanzó de cabeza sobre mi cama llena de ropa. —Ahora cuéntame TODO. Absolutamente TODO. ¿Qué es eso de que el Barça te quiere? ¿Y por qué aún no me has llamado chillando?

Rodé los ojos.

Me tiré al lado de ella, con un suspiro.

—Fue rarísimo. Papá estaba hablando con alguien del club, colgó y me lo dijo como si me estuviera invitando a una barbacoa. "Quieren que seas la imagen oficial de la nueva equipación. Temporada 2025–2026." Así. Como si fuera normal.

Bella me miró como si me hubiera salido una segunda cabeza.

—¿Y tú qué dijiste?

—Que estaba en shock. Que no sabía.

Bella me miró, como si hubiera dicho que no acepté.

—¿Clara? —se oyó la voz de papá desde el pasillo —Hast du schon alles vorbereitet? Morgen ist die Party und ich will nicht, dass du mit Augenringen rumläufst.

La puerta se abrió apenas un poco y papá asomó la cabeza... solo para encontrarse a Bella sentada en mi cama.

—Hola, señor Flick. —dijo, muy digna, como si no se hubiera colado en nuestra casa.

Papá la miró con media sonrisa y negó con la cabeza.

—Sabía que eras tú desde que vi tus cinco correos y el gif del perro llorando.

—Funcionó, ¿no? —respondió ella, sin un gramo de vergüenza.

—Funcionó. —admitió papá, apoyándose en el marco de la puerta. —¿Todo bien por aquí?

—Estamos bien. —dije yo, cruzando los brazos.

—¿Y tu habitación? ¿Eso también está "bien"? —añadió, mirando alrededor.

—Definitivamente tiene personalidad. —intervino Bella.

Papá soltó una pequeña risa y luego me miró directamente.

—Mañana es importante, Clara. La fiesta no es solo una presentación. Habrá gente de prensa, patrocinadores, jugadores... No puedes salir con cara de "me quiero ir a casa".

—¿Y qué cara quieres que ponga? ¿De "viva el escudo"? —pregunté, medio en broma, medio no.

Se acercó un poco más y me habló en voz baja.

—Solo quiero que te sientas parte. Aunque sea por un rato.

No supe qué decir. Así que no dije nada.
Bella tampoco dijo nada, y eso ya era raro en ella.

—Me alegra que estés aquí. —dijo papá mirando a Bella.

—Gracias por dejarme venir. —respondió ella, y por primera vez sonó seria.

—Buenas noches, chicas. Intentad dormir temprano.

Cuando cerró la puerta, Bella me miró como si acabara de presenciar la Segunda Venida de Cristo.

—No.

—Bella...

—No.

—¡Bella!

—¡¡NOOOO!! ¡¡Dime que sí!! ¿Aceptaste? ¿Vas a ser tú?

Me reí, dejándome caer otra vez en la cama.

Sí. Lo haré.

Y entonces, como era de esperarse... chilló. Y a mí se me escapó una sonrisa que no pude frenar.

Bella gritó. Literal, chilló como si acabáramos de ganar un Grammy.

—¡ESTÁS LOCA! ¡¡LA NUEVA CAMISETA!! ¡¡TU CARA VA A ESTAR EN TODAS PARTES!!

—Bájale un poco que los vecinos van a llamar a los Mossos.

—No me importa. Esto es HISTÓRICO. O sea... el Barça, Clara. ¡EL BARÇA!

Sonreí. No podía evitarlo. Ni siquiera sabía si estaba emocionada, nerviosa o en modo supervivencia. Probablemente las tres cosas.

Hablamos un rato más. De la camiseta, de la fiesta, de cómo iba a ser modelarla. Bella ya estaba armando teorías conspirativas sobre los jugadores.

Esa noche, dormimos como antes. Las dos en la misma cama, hablando hasta que se nos cerraban los ojos.

...

8 de septiembre

Desperté con el sonido del WhatsApp explotando.

Bella, como siempre, ya estaba despierta, duchada, y ahora canturreaba por el pasillo mientras se hacía una trenza desordenada.

—¿Estás lista para que Barcelona te vuelva a enamorar? —dijo, asomando la cabeza por la puerta.—Porque hoy nos vamos de ruta.

—¿Ruta?

—Ruta. Turística. Emocional. Visual. Y probablemente culinaria. Vamos, arriba, que hoy es tu día.

—No quiero pasarme la mañana sudando para luego sudar más con maquillaje. —protesté, cubriéndome con la almohada.

—Pues te aguantas, modelo estrella. Vámonos.

No tuve escapatoria. A los veinte minutos ya íbamos caminando por Barcelona, comiendo un croissant y hablando de absolutamente todo menos de la fiesta.

Hasta que sí hablamos de la fiesta.

—¿Tú crees que alguien se lo espera? —preguntó Bella, mientras se apoyaba en una fuente del Gòtic.

—¿El qué? —pregunté, metiéndole un mordisco al croissant.

—Que seas tú. Que esa modelo misteriosa de la campaña del Barça sea la hija del entrenador. Una alemana que odia el fútbol y que se pone nerviosa cada vez que oye la palabra "equipación".

—Gracias por recordármelo. —dije, rodando los ojos.

—Es que no lo supero, Clara. Vas a salir ahí con esa camiseta puesta y todo el mundo va a pensar: "¿Quién es esa?" Y yo voy a estar en primera fila gritando "¡¡MI MEJOR AMIGA, ESO ES QUIÉN!!"

Solté una carcajada. Bella siempre tenía esa capacidad mágica de hacerme reír cuando estaba a punto de entrar en modo pánico.

—Aún no me creo que lo haya aceptado. —admití.

—¿Y por qué lo hiciste?

—Porque estoy cansada de decirle "no" a todo. —dije finalmente. —Porque tal vez... parte de mí quería ver qué pasaba si decía que sí.

Bella asintió, sin mirarme.

—Vas a romperla.

—¿Y si me rompo yo?

—Entonces yo te pego con cinta, te recojo los trozos y te armo de nuevo. Como siempre.

La miré. Sonreí.

Y justo entonces, me llegó un mensaje de papá.

PAPA

—Der Clubbus holt dich um 17:00 Uhr ab.
—Komm nicht zu spät.

Miré el reloj.

15:23

—Tenemos que volver —dije.

Bella sacó el móvil y lo giró hacia mí.

Una foto.

Nosotras dos, yo con una porción de bocadillo y Bella con una botella que lleva cargando desde que llegó a casa.

—Para que recuerdes que todo esto también es real. —susurró.

Volvimos a casa en silencio.

Yo, con el corazón acelerado y ella, probablemente ya planeando cómo gritar mi nombre sin ser expulsada de la fiesta.


───────────「 GAVI 」───────────

—¿Y si no voy?

Lo dije sin pensarlo, mientras giraba el tenedor en el plato como si eso fuera a hacer que el arroz volviera a estar caliente. Estábamos comiendo en el piso de Balde, donde terminábamos casi siempre desde que él se había empeñado en tener la nevera llena.

—¿Cómo que si no vas? —preguntó Balde, bajando su vaso de agua, como si lo que dije fue que me iría al Espanyol.

—A la fiesta.

—¿Qué fiesta? —preguntó Lamine desde el pasillo, secándose el pelo con una toalla.

—La del Barça. —contestó Pedri sin levantar la vista del móvil. —Hoy presentan la nueva equipación. Con modelo misteriosa incluida.

—Ahhh. —dijo Lamine, entrando en la cocina. —Lo de la tía alemana, ¿no?

—Esa misma. —añadió Ferran. —Dicen que ni los del club la han visto. Todo súper secreto. Están montando el show como si fueran los Oscars.

—Y Gavi dice que no va. —resumió Pedri, ahora sí mirándome con media sonrisa.

—¿Pero que dices tío? —preguntó Lamine, sacando un zumo de la nevera. —'Mano, tú vas a todos los eventos aunque sea para quejarte de la comida. ¿Qué te pasa hoy?

—Nada. —dije. —Me da pereza. Además, es todo marketing. Si ya sé cómo es la camiseta, ¿qué más da quién la modele?

—Da. —soltó Ferran. —Da si esa "quién" está buenísima y te lanza una mirada de esas que te dejan idiota.

—No estoy buscando miradas.

—Tú nunca estás buscando nada. —respondió Pedri con su voz tranquila de siempre.

Ferran se rió.

—Va, tío, no seas borde. Nos recogen todos juntos. Te sientas, te comes una mini hamburguesa fría, saludas a Laporta, ves a la modelo y te vas. Fácil.

—¿Quién dijo que era alemana? —pregunté, por preguntar.

—Lo dijo Deco ayer en el entreno. —respondió Pedri.

—Que es una chica top, internacional, pero que nadie sabe su nombre aún. Quieren que el foco esté en el escudo, no en ella. —dijo Lamine.

—Y lo están consiguiendo. —añadió Balde desde la cocina. —Todos están hablando más de la chica que de la camiseta.

—Eso es lo que pasa cuando lo vendes como si fuera "Misión Imposible Barça Edition". —dijo Ferran.

—¿Y a qué hora es? —pregunté.

—En una hora y media pasan por nosotros. —contestó Pedri. —Nos quieren a todos en primera fila. Imágenes para la prensa, ya sabes.

—¿Y si no me siento en primera fila?

—Entonces Laporta te manda una carta de despido y la cuelga en Twitter. —dijo Ferran con una sonrisa.

—Vale, vale. Voy. Pero si hay discursos largos, me duermo.

—Y si te duermes, te grabo. —añadió Balde.

—Va, ponte algo decente. Hoy sí hay cámaras de verdad. —bromeó Pedri.

—¿Decente tipo qué? ¿Traje? ¿Smoking? ¿Camiseta blanca y cara de interesante? —pregunté bromeando.

—Tipo no esa camiseta del 2019 con manchas de pizza, por favor. —dijo Ferran, levantándose también. —Representas al club.

Resoplé, pero me levanté igual.

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Holaaaaa! Primer capítulo de Fortnight!!! Que os ha parecido???

No sabéis las ganas que tenía de publicar este fanfic, y gracias a vosotras y a vuestro apoyo lo he subido.

Os quieroooooooo 💋

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