─── 010. ECLIPSE.
Capítulo diez:
SOY UNA SUGAR MOMMY.
Edward bufó molesto al escuchar como su sobrina le informaba a la familia Cullen que iba a invitar a Jacob Black a la casa para pasar la noche con ella.
—Ow, el cachorro cree que tiene una oportunidad con la gata arisca de Persa, que tierno— se burló Emmett ganándose una mala mirada de Persephone.
Una noche antes de la batalla, el clan Cullen se iría de cacería dispuestos a poder reforzar la caballería lo suficiente para la pelea; Alice le había insistido mucho a Persa para que vaya con ellos pero habían suficientes razones para no.
Primero, ella no bebía sangre, no necesitaba cazar. Segundo y mas importante, necesitaba dormir para recaudar fuerzas para mañana y en tercer lugar, esa era su casa, no es que tenia otra residencia por la zona la cual se podía establecerse por una noche; y si Edward pasaba la noche con Bella, ella la pasaba con Jacob.
Los olímpicos no estaban muy felices ante la mención del lobo y mucho menos de las intenciones de la menor de la familia, pero bajo las insistencias de la muchacha aceptaron a regañadientes, excepto Edward, quien estaba frustrado al no conseguir una noche a solas con Bella.
—Vamos, tío. No seas así— se saboreó Persa al ver que conseguía lo que quería. —Si quieres te bloqueo la audicion para que no me escu-— no pudo terminar la oracion porque el recien nombrado le tiro un pequeño jarron de decoracion.
•••
Luego de pasar horas tratando de comunicarse con Jake –no tenía su celular y cruzar a la reserva no era una opción–, pudo dar con el numero telefonico de su casa, rogando que no sea Billy quien conteste, pero como el mundo la detesta, por supuesto que fue él.
—¿Hola?— se escuchó del otro lado de la linea, reconociendo la voz.
Persa se sacó el celular de su oreja y tapó el microfono. —Mierda— susurró para luego acercar el aparato. —Hola, Billy— trató de saludar lo mas cortes que pudo.
—¿Qué quieres?— preguntó bruscamente haciendo que la muchacha ruede sus ojos.
—Sinceramente, quiero muchas cosas. Pero si me preguntas como el padre de Jacob te diria la paz mundial y erradicar la pobreza, y todas esas cosas— respondió.
Estaba esforzadose para habla lo más calmada posible, sabiendo que Jake era menor de edad, por lo tanto, su padre tomaba las decisiones.
—Ahora si me lo dices como miembro de ese grupo de viejos dueños de la manada, diría que me dejen pasar a dar una vuelta por la reserva— continuó sarcásticamente buscando irritar al hombre. —Ya sabes, a dar los buenos dias y esas cosas humanas.
Billy suspiró pasandose una mano por el rostro mientras oía a la irritante vampira que su hijo quería. —Persa, no lo volvere a preguntar. ¿Qué quieres?— un tanto sorprendido de toda la charla que había soltado en pocos segundos.
—Genial, subimos de nivel. Ahora nos tuteamos, me encanta como vamos avanzando— volvió a hablar con el mismo tono rápido, nervioso y sarcástico.
Antes de que pudiera seguir parloteando un ruido la interrumpió.
Pudo escuchar como abrian una puerta y hablaban: —Papa ¿quién es? ¿Rachel? ¿Becca?— se escuchó la voz de Jacob a medida que se acercaba.
—No y no. Gracias a los ancestros que llegaste. Es para ti y al parecer tiene muchas ganas de hablar.
Billy le tendió el teléfono a su hijo mientras se alejaba un poco para no escuchar pero por como gritaba la muchacha estaba muy en duda tener el privilegio de no oírla.
—¡Jacob!— exclamó Persephone con mucha energia y una sonrisa en su rostro.
El recién aclamado retiró el teléfono de su oído al escuchar el grito con su nombre, miro a su padre con sus ojos abiertos, demostrando un rostro de "Oh, dios. Ya entiendo a lo que te referías" ganándose una pequeña risa de Billy.
—¿Persa?— preguntó en un suave tono de voz, sin querer alterarla mas.
La recién nombrada sintió como sus manos se comenzaban a humedecerse de los nervios y vergüenza. No tenia idea porque, ella siempre se habia sentido muy cómoda con la presencia del lobo, pero esta vez ase limitaba a decir que era... diferente.
No todos los días se invitaba a Jacob Black a pasar una noche en su casa.
—Hola. Si. Jake— balbuceó como tonta antes de recomponerse. —Bueno, este es el asunto. Mi familia va a salir de cacería esta noche. Menos yo porque, bueno, no consumo sangre y Edward— explicó rápidamente haciendo un buen esfuerzo para no tartamudear.
Jacob miró a su padre sobre su hombro, quien quiera o no, llegaba a escuchar los balbuceos de la muchacha; se encogió de hombros al ver la mirada inquisitiva de su hijo, preguntando qué diablos ocurría con Persephone Hale.
—Entonces, aprovechando el tiempo, preparé una noche de peliculas. Iba a hacer algunas palomitas y comida hasta que me acorde que mi tío no come, pero después me volví a acordar que Bella se queda a dormir, y me emocioné y empecé a hacer comida, pero ella seguro se va a ir con Edward, y la comid-—Jacob cortó a Persa al ver como comenzaba a hablar repitiendo las palabras y sin parar a respirar.
—Persa, respira— dijo el licántropo con una sonrisa en su rostro. —Soy el plan de auxilio, ¿verdad?— preguntó un tanto divertido.
—Ven sin comer, tengo mucha comida hecha— gimoteó Persa mirando la isla de la cocina llena de postres, frituras y maiz para hacer pochoclos.
—Hecho.
Dicho esto ambos cortaron la llamada.
Jacob volteó a ver a su padre, quien lo miraba con una ceja alzada. —Sabes que aun eres menor, ¿verdad?
El licántropo sonrió de lado. —Sabes que mañana peleo contra un ejército de neófitos, ¿verdad?— preguntó igual que el con ironía. —¿Quieres que tengamos esta discusión, viejo?
Billy bufó tomando las ruedas de la silla para desplazarse en la casa. —¡Si algo sucede usen condon, no quiero ningun bebe vampiro, humano, licántropo corriendo por aquí!
Jacob se encogió en su lugar con solo escuchar el grito de su padre, frunciendo su ceño ante la combinación de seres sobrenaturales que hizo.
Por otro lado, Persa suspiró lanzando el celular al sofa, cayendo también ella. Miró a su padre que estaba sentado jugando a la play concentrado.
—Fue patético— murmuró Emmett con una sonrisa sin dejar de ver la televisión. —Y estas roja de vergüenza.
Tomó uno de los cojines a su lado y se lo coloco en su rostro frustrada. —¡Ugh!— exclamó Persephone.
•••
Bella estacionó su auto a un lado de la moto que reconocía fácilmente. Bajó del vehículo con su ceño fruncido, aún mirando lo que pertenecía a su amigo Jacob Black, pero su atención se centró en Edward abriéndole la puerta.
Ella subió los escalones de la entrada, parándose frente a Edward con una mirada curiosa.
—Creí que estaríamos solos— murmuró encogiéndose de hombros a medida que entraba. —O al menos sin Jacob— trató de bromear.
—Cambió de planes— respondió su novio cerrando la puerta principal. —Persa no necesita cazar y tiene que dormir así que-— vió como Bella volteo a mirar las escaleras. Frunció su ceño al ver como una sonrisa aparecía en el rostro de Bella. —¿Que ocurre?— inquirió.
Bella volteó a él y lo mío con sus cejas alzadas sin sacar la sonrisa. —¿No los escuchas? Están riendo a carcajadas— respondió ella casi contagiándose de la risa de sus amigos.
Edward sonrió de lado y asintió. —Eres inmune también a los poderes de Persa— Bella lo miró sin entender. —Se aseguró de bloquear toda la habitación, no puedo leer ni los pensamientos de Jacob— le informó a su novia dirigiéndola a subir la escalera. —Se emocionó e hizo mucha comida para ambas, y no quería estar de entrometida así que también llamó a Jacob para que...— Bella sonrió de lado al ver como Edward se tensaba sabiendo muy bien el porqué.
—¿Para que pase la noche con ella?— preguntó Bella sin sacar la sonrisa divertida de su rostro, apreciando como su pareja se enojaba al ver como su sobrina iba a dormir con alguien.
Comenzaron a caminar mientras se acercaban a la cocina para que la recién llegada salude a sus amigos a medida que Edward le respondía a Bella.
—No te regoces. Sigue siendo mi sobrina— murmuró colocando una mano en la cintura de la muchacha, aproximándola a la habitación.
Bella sonrió de lado al ver la escena.
Persa estaba sentada en el sofá con sus piernas sobre las de Jacob, quien estaba a un lado de ella. Podía ver cómo comían rápidamente la porción de pizza, tratando de sabotearse uno al otro para ganar la carrera, limitándose a pequeños golpes o tratar de hacerle cosquillas al otro jugador.
—¡Ghanme!— exclamó Persa con su boca llena y alzando las manos en símbolo de victoria.
Jacob comenzó a reír mientras veía a la pequeña chica a un lado de él tratando de masticar toda la pizza que tenía en su boca.
—Escupe, te harás mal— dijo el hombre lobo colocando una mano cerca del rostro de Persa, quien negó con su cabeza.
Bella frunció su ceño con asco aún sin emitir algún ruido al igual que Edward, disfrutando como Persa y Jacob la pasaban bien.
Eso era lo que Edward siempre quiso para ella, aunque no iba a aceptarlo nunca en voz alta, el también se alegraba que haya sido Jacob el que se robó el corazón de su sobrina.
—Persa— dijo Jacob con tono insistido para que lo haga.
La muchacha dejó de masticar y lo miró triste mientras abría la boca y dejaba caer la bola de comida que había masticado en la mano de Jacob.
—Hubiera podido con eso— reprendió Persa viendo como el muchacho se levantaba de su lugar, dejando las piernas de ella en el piso.
Jacob comenzó a caminar hacia el tacho de basura, pero su paso se detuvo al ver como Bella miraba la escena un tanto asqueada pero feliz y Edward con odio; con un leve asentimiento como saludo y se dirigió a tirar el bolo alimenticio y a lavarse las manos.
Persa observó como Jake miraba detrás de ella y volteo su cabeza rápidamente.
—¡Bella!— exclamó la muchacha sonriendo. Se levantó y caminó hasta ella abrazándola.
A Bella la tomó por sorpresa, debía estar muy feliz como para dar tanta muestra de amor. —Hey— se limitó a murmurar, teniendo un pequeño dejavú de cuando vino a conocer a los Cullen.
—Si tienes hambre puedes agarrar comida— comenzó a hablar mientras volvía a su lugar, donde la esperaba Jacob. —En el microondas hay fideos con salsa y en el horno papas fritas, quise hacer algo que no tenga carne. Se que eres vegetariana— explicó la muchacha mientras tomaba asiento volviendo a su posición de antes.
—O puedes comer frituras— dijo Jacob acariciando las piernas desnudas de Persa.
Ojeó un poco la mesa baja que había frente a ellos, donde estaba lleno de comida y palomitas de mais desparramados por todos lados.
—También hizo brownie y unos alfajores caseros de maicena— volvió a hablar Jacob mientras apuntaba a la cocina.
—Pero si lo comiste a todo— se burló Persa rodando los ojos.
—Deje un pedazo para Bella y para ti, Pers— utilizó un apodo que nunca le habían dicho hasta el momento.
Bella asentía a todo lo que le decían los dos chicos, un tanto agobiada al sentirse tan bien atendida y con un menú extenso de comida.
—Puedes tomar las cosas e irte, no hay problema. En esa bolsa que está en la isla, hay paquetes cerrados de algunas frituras— siguió explicando Jacob apuntando con su dedo la gran bolsa blanca de nailon.
—O puedes quedarte y mirar películas con nosotros. Íbamos a ver algunas de súper héroes y acción pero puedes elegir las que quieras si no te-— nuevamente ofreciendo la híbrida, pero Edward interrumpió a Persephone.
—Creo que ya a entendió— dijo asintiendo con un leve tono sombrío al ver como su pareja se incomodaba.
Persa lo miró con su ceño fruncido. —Solo quiero que se sienta cómoda, vampiro imbecil— reprendió la muchacha al escucharlo.
—Está bien, Persa. No tienes que preocuparte— intervino Bella con un tono de calma. —Dejare las cosas y comeré el brownie que Jacob devoró— habló apuntando con su cabeza el plato con el pequeño trozo de brownie.
—Asegúrate de no traer a sombritas contigo. No quiero malas vibras antes de una lucha— dijo Persa cuando escuchó como Edward y Bella seguían su camino.
La muchacha miró con rostro frustrado e irritado al licántropo, haciendo que suelte una pequeña sonrisa. Comenzó a dejar suaves toques en sus piernas, buscando que Persa calme la furia que había desarrollado ante Edward.
—Lo detesto, ¿cuál es su problema?— exclamó cruzándose de brazos.
Jacob sonrió de lado. —Lo hiciste con buenas intenciones, Pers. Y Bella lo sabe— le contestó.
Persa soltó un pequeño bufido burlesco, ganándose una mirada de extrañeza. —Pers— murmuró rodando sus ojos mientras mostraba sus dientes.
Jacob soltó una leve risa bajando la mirada, sintiendo como sus mejillas comenzaban a sonrojarse de pena. Persa soltó una carcajada mientras que tomaba una de ellas, apretándola como una abuelita.
—Ay, pero que tierno el niño— dijo Persephone apretando la mejilla hasta que Jacob se quejaba del dolor. Rió y lo dejó ir.
—No soy un niño— se quejó el muchacho.
—Para mi lo eres. Soy décadas mayor que tu— se encogió de hombros hasta que puso una expresión asqueada. —Oh, dios. Soy una Sugar Mommy— Jacob dejó escapar una carcajada.
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