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─── 014. AMANECER 2.

Capítulo catorce:
UNA ÚLTIMA VEZ.








—Tómalo como un descanso del entrenamiento— acotó Jacob desde el asiento trasero del auto.

—Si no le llevó a Renesmee a mi padre, vendrá aquí— contestó Bella con la mirada fija en la carretera.

—Ya sabes, Jake. Lo normal. 27 vampiros chupa sangre humana con un solo humano— dijo divertida Persephone girando su cabeza hacia atrás a ver al nombrado. —Sería muy el coliseo romano para mi gusto— siguió parloteando ganándose una pequeña risa de Renesmee.

—¿Eso fue lo que le dijiste a Edward?— inquirió en un susurro Jacob, haciendo que ambas mujeres volteen a verlo con su ceño fruncido y labios a apretados.

Bella regreso su mirada a la carretera pero Persephone solo giró su cuerpo y observó de reojo como Jake jugaba con Renesmee a piedra, papel o tijera; o también a la pulseada de pulgares.

—Aunque me alegra haberme alejado de esos apestosos chupasangres— siguió hablando Jacob sin prestar atención, concentrado en dejar ganar a Renesmee.

—Gracias por el cumplido, Jake— canturreo irónica Persephone volviendo su vista hacia delante.

—Sabes que no hablaba de ti, Pers. Tú hueles bien, en cambio, ellos no. Aunque es divertido sentir la mirada de querer matarme por parte de Bella— se burló el muchacho mirando a su amiga vampira por el espejo retrovisor.

—¡Te gane!— chilló Ness aplaudiéndose a ella misma.

—Oh, vamos. Estaba distraído— dijo Jacob regresando su atención a Renesmee. —Otra vez.

—Va a seguir diciendo eso hasta que gane, no caigas en eso Ness— acotó Persa en un leve canturreo.

Renesmee rio y levantó su mano hacia la mejilla de Jake, transmitiéndole todo lo que no podía decir en voz alta debido a Persephone y su madre; Jacob esbozó una pequeña sonrisa al sentir el cálido tacto de la mitad vampiro, sumiéndose en lo que la niña le estaba relatando.

Persephone frunció su ceño al ver esta acción por el espejo retrovisor y giró su cabeza levemente para ver mejor. Bella, en cambio, no pudo voltear a ver, pero si observaba con atención la escena de su hija y Jacob.

La mano de Renesmee se separó de la mejilla del moreno, quien miró con una sonrisa a la niña soltando una leve risa a medida que asentía.

—Sí, sería bonito— contestó mirando a la niña, esta afirmación hizo que Renesmee sonría aún más mirando al lobo.

—En este momento, estoy hecha un manojo de celos, Ness. Mi lobo necesita tu atención— se burló Persephone mientras volvía a mirar la carretera.

Vio por el rabillo del ojo que una pequeña mano se acercó a su cara para parar en posarse en su mejilla.

Jake huele bien, casi tanto como tú.

Persephone separó la mano de su impronta, activando su don de la audición casi al instante por mero instinto; giró a ver a Renesmee con su ceño fruncido y labios apretados, haciendo que la niña se sienta un poco temerosa ante la reacción de su tía por parte de lo que dijo.

—Olvídalo— gruñó está vez mirando a Jacob, quien frunció su ceño sin entender.

—No es lo que piensas, Persa— respondió el muchacho aún sin saber bien lo que Ness le había dicho, pero se podía dar una idea ante la reacción de su impronta.

Persephone miró fijamente los orbes chocolates de Jacob, casi retándolo con la mirada a un duelo lobuno de vida o muerte

—¿Qué ocurre?— preguntó Bella, mirando por el espejo retrovisor la riña de miradas de los alfas.

—Nada— respondió duramente Persephone volviendo a su lugar inicial. —Nada— enfatizó la palabra hacia Jacob, quien le gruñó en respuesta.

—No es tu asunto.

—¿Quieres hablar de esto ahora? ¿Estás seguro?— reprendió Persephone sabiendo que Jake no podía decir que si debido a Bella.

Jacob apretó los labios y gruñó por lo bajo mientras se dejaba caer completamente en el respaldo del asiento. Renesmee lo miró con atención y curiosidad al escuchar el leve suspiro frustrado que transmitió el lobo. Apretó sus labios y verificó que ni su tía ni su madre estén mirando, bajo lentamente su mano hasta la del moreno, donde las junto comunicándose solo entre ellos.

Jacob observo a la niña a su lado con disimulo, sintiendo todo lo que Renesmee le transmitía por su simple tacto. En esos momentos de discusión con su impronta, no podía estar mejor acompañado.

—Ya llegamos— dijo Bella estacionando el auto frente la casa Swan.

Renesmee no dudó en sacar su cinturón y bajar del auto para correr a los brazos de su abuelo, Charlie Swan, quien estaba acompañado por la mamá de Seth.
Bella bajo para saludar a su padre, siendo los alfas quienes no bajaban aún.

—Es una niña— reprendió Persephone en el momento que Bella centraba su atención al hombre que le dio la vida. —Y mi impronta

—Ya lo sé, Persephone. Fue solo una pequeña fantasía de Ness, no es nada— trato de tranquilizar Jacob.

—¿Pequeña fantasía?— el cuerpo de Persa giró a mirar a Jake. —Estamos hablando de una niña que crece día a día, ¿cuánto crees que tarde en alcanzar la madurez, Jake? Meses.

Jake suspiró. —Lo sé, Pers— apretó sus labios y la miró a los ojos. —Lo sé.

Persephone suspiró ante la mirada de cachorrito perdido que Jake le dirigía, exactamente la misma que ella recibió en el día que se imprimo en ella. Apretó sus labios y rodó levemente los ojos.

—Puedo sentirte, ¿sabes?— preguntó Persephone con voz acusatoria. —A mí no puedes mentirme con eso de que cuidas a Renesmee cuando yo no estoy porque lo que me importa a mi te importa a ti— Jacob aparto sus ojos de ella. —Así como puedo sentir la felicidad que derrocha Renesmee cuando le hablas— dijo bufando ante la reacción de su impronta con su lobo. —No apresures las cosas, Jake-— iba a seguir hablando pero el recién nombrado la interrumpió.

—Sé que es una niña, así como sé que tenemos todo el tiempo que nos queda— afirmó y se cruzó de brazos. —Déjame ser parte de su vida, al menos hasta que alcance suficiente edad para que le corresponda— rogó el moreno a su impronta.

—Jake, luego de lo que me hicis-— el hombre lobo la interrumpió.

—Sé que fui una basura contigo, Pers. Voy a esforzarme por Nessie— insistió Jacob y la miró a los ojos. —Lo prometo.

—Si llegas a lastimarla, te ahogo en la playa— amenazo la pelirroja arrugando su nariz de disgusto.

Jacob sonrió levemente y asintió. —Si no lo haces tú, lo hará ella misma. Sé que la convertirás en una mujer con carácter— afirmó el moreno haciendo que Persephone ruede sus ojos.

Bufo a medida que colocaba su mano en el seguro de la puerta.

—No puedo creer que eres su compañero de vida, chucho asqueroso— murmuro antes de bajar del auto con una sonrisa.

Cerró la puerta del auto con tanta fuerza que casi la hace giratoria, junto a ella salió Jacob, quien fue a saludar a Charlie y Sue Clearwater recibiendo un leve abrazo de ambos.

—Tú eres Sue, ¿verdad? Es un placer conocerte, Seth me ha hablado mucho de ti— alago Persephone a medida que le estiraba la mano a la mujer.

Sue la miró con una sonrisa y la estrechó. —Al fin te conozco, Persephone. También me ha hablado mucho de ti, te adora— afirmó la mujer haciendo que Persa ría. —Pasen está listo el almuerzo.

—Hay que decorar el árbol de navidad— dijo Charlie hacia su nieta, quien miró a Persephone con una sonrisa emocionada.

—Persephone y yo tenemos que hacer algunas cosas— habló Bella desde la puerta del auto. ¿En qué momento se fue a allí? —No nos tardamos.

La híbrida frunció su ceño hacia la neófita, quien le dio una clara mirada, enfatizando con ella sobre lo que Jasper le había dicho en la carta, haciendo que asienta y voltee a ver a Sue y Charlie con una mirada de disculpa. Se agachó hacia Renesmee y la miró con sus ojos entrecerrados.

—Si decoras el árbol con dorado y verde dormirás en el balcón con la nieve— amenazo juguetonamente haciendo que la niña ría.

Dicho esto le dio una severa mirada a Jacob, entendiéndola por completo, por lo tanto le asintió a su impronta y tomó la mano de Ness para dirigirse adentro.

—Espero que sea importante, Bella. Me estás quitando tiempo de calidad con Ness— fue lo primero que dijo Persephone al subirse al auto.

Bella comenzó a andar a toda velocidad por la carretera, dirigiéndose a la ciudad más cercana que tenía el pueblo de Forks, Seattle.

—Jasper y Alice me dejaron indicaciones antes de irse. Tenemos que reunirnos con un hombre llamado J. Jenks— habló Bella mirando la carretera.

Persephone frunció su ceño y la miró. —¿Jason Scott?— preguntó incrédula.

—¿Lo conoces?

Persa apretó sus labios y asintió. —Jasper me hablo de él cuando estábamos escondiéndome de los Vulturis.

—¿Y qué más? ¿Quién es? ¿Qué tiene? ¿Por qué Alice y Jasper nos mandaron a él?— insistió Bella con sus preguntas.

Persephone sabía muy bien quien era ese hombre. Cuando estaban en Egipto, Persa le preguntó a Jasper puntualmente sobre donde había sacado los documentos para salir del país, Jasper le contó que era un hombre llamado Jason Scott en los mercados ilegales, pero que mantenía su imagen limpia al nombre de J. Jenks, un abogado prestigioso de Seattle.

—No lo sé— se limitó a mentirle sin dejar de mirar la carretera.

Jasper Hale ¿qué tienes tramado?










Persephone observo el lujoso restaurante hasta el más mínimo detalle, a un ladode ella se encontraba Bella solicitando la mesa al nombre de James, quien lasestaba esperando sentado.

Al ver a las mujeres con belleza inigualable que se acercaban a su mesa, rápidamente pudo reconocer a una de ellas, recordando vagamente como hace unos años atrás falsificó uno de los documentos con su rostro.

Se levantó de su asiento dejando el bourbon de lado, y le tendió la mano a la castaña.

—Usted debe ser la señora Cullen— afirmó estrechando la mano de Bella, quien asintió con una leve sonrisa forzada. La mirada del hombre se posó en Persephone y repitió el mismo procedimiento. —Es bueno conocerla al fin, señorita Proserpina.

Un escalofrío recorrió la espina dorsal de Persephone al escuchar ese nombre, recordando el momento junto a Jasper en el auto, donde ambos iban dispuestos a mantener una vida juntos llena de aventuras y escapes de los Vulturis.
Persephone sonrió al igual que Bella mientras estrechaba la mano.

—Por favor— dijo J. Jenks apuntando hacia las dos sillas frente a él.

Persephone se sentó mientras que acercaba su silla a la mesa, mientras que el hombre ayudaba a Bella en símbolo de caballerosidad, haciendo que Persephone aguante rodar sus ojos y decirle que ella puede sentarse sola, pero ¿a quién engañaba? Era algo que Hale hubiera hecho con ella sin pensarlo.

Era extraño, porque le encantaba que Jasper sea todo un caballero con ella, pero al mismo tiempo le gustaba reprenderle que ella podía hacerlo por si sola; extrañaba esos momentos, en donde Jasper se reía y la dejaba sentarse sola, o cuando se despertaba y tenía el desayuno preparado gracias al rubio.

Demonios, lo extrañaba realmente demasiado.

—Siempre veo a mis clientes aquí... es más cómodo que la oficina— murmuro el hombre un tanto incomodo ante la mirada fija de Bella.

—Y público— acotó la neófita asintiendo.

Jenks rio levemente ante el comentario de Bella, sin poder evitar pensar en lo rápido que trabajo su cerebro para relacionar los cabos.

—Dígame, James. ¿Qué clase de trabajo hace?— siguió hablando la castaña para romper el hielo.

—Que no hace— acotó Persephone sonriéndole levemente al hombre quien le devolvió la sonrisa.

—Un poco de todo. De esto y aquello. Siempre es distinto, lo mantiene interesante.

—¿Conoce a Alice y a Jasper desde hace mucho?— indagó Bella con interés.

Persephone rio levemente ante la pegunta de su amiga, haciendo que la atención del hombre se pose en ella con una pequeña sonrisa divertida.

—A juzgar por tu rostro sabes la respuesta— contestó Jenks mirando a Persephone.

La muchacha se encogió de hombros con una sonrisa. —Apuesto a que sigue igual como cuando lo conoció— acotó riendo levemente.

—He trabajado para ellos por más de 20 años, mi difunto socio conoce a Jasper desde 15 años antes— relató a la señora Cullen. —Como dijo la señorita Proserpina, esta... desconcertantemente bien conservado— trato de buscar las palabras exactas ante lo que quería decir.

—Apuesto a que lo está— se divertido Persephone cruzándose de brazos sobre la mesa.

—Espero que el señor Jasper esté disfrutando sus vacaciones— acotó el hombre haciendo que Persephone clave una seria mirada a él.

—¿No le dijeron a donde pensaban ir?— inquirió Bella con interés.

Jenks negó. —El señor Jasper no habla mucho de su vida privada, solo me comentaron que ya no estaban juntos y que estaba en una nueva relación— contestó encogiéndose de hombros. —Lo comentó antes de hacer su pedido.

—El pedido está listo— afirmó Persephone mirando fijamente al hombre.

Jenks sonrió de lado. —Me extraña señorita Proserpina ante la falta de mi confianza. Siempre cumplo con mis fechas.

Dicho esto, le deslizó por la mesa a Bella, un sobre marrón claro con sumo disimulo y cuidado, mientras que la neófita lo tomaba en sus manos Persephone miraba hacia los lados distraídamente tratando de no levantar sospechas.

—El señor Jasper dejo esto para usted— la voz de Jenks hizo que su atención se pose en el.

Le tendió un sobre aparte, al igual que como hizo Bella, solo que ella fue menos disimulada y fue directamente a abrirlo.

—Mejor ábralo cuando esté en un lugar privado— advirtió Jenks haciendo que Persephone frunza el ceño al igual que Bella. —No quiero ofender, señora Cullen. Pero el señor Jasper insiste.

Como si fueran las palabras mágicas, Persephone dejó el sobre intacto en su regazo, prestando atención a lo que contenía el sobre de Bella.

Adentro de él, se deslizaron dos pequeños carnets de pasaporte, junto a un papel que lucía importante. En el momento que Bella abrió los dos objetos, Persephone quiso largarse a llorar al verlo. Los dos pasaportes contenían los datos de Jacob y Renesmee.
Apretó sus labios y bajo la mirada.

Persephone no era parte del futuro de su impronta, ella estaba segura que iba a morir en la batalla y es por eso que no había un pasaporte con su nombre.

—¿Está todo bien?— inquirió Jenks al ver los rostros disgustados de ambas mujeres.

Persephone levantó su mirada y asintió. —Creíamos que sería un viaje familiar— acotó con una leve sonrisa triste.

—Jasper dijo que solo tres viajarían— aseguró el hombre ganando toda la atención de Persephone.

—¿Tres?

—Dentro de su sobre están las indicaciones que el señor Jasper dejo para usted— aclaró sin dar detalle de más.

Bella miró de reojo a Persephone y le contestó a Jenks. —Mi error. Parece que eso no va a pasar.

El viaje de vuelta fue silencioso, ambas mujeres sumidas en sus pensamientos, creando diferentes teorías y posibilidades de vivir que tendrían una a otra. El suspiro pesado de Persephone fue lo único que se escuchó a mitad de camino.

Comenzó a abrir el sobre ignorando las indicaciones que había dejado Jasper, Bella miró de reojo la acción que hacía su amiga a medida que daba vuelta el sobre y dejaba caer diferentes cosas en el.

—¿Qué es?

Persephone no respondió, tomó el pasaporte y lo abrió examinándolo.

Kore Relish Hale.

Su corazón dio un vuelco al leer esos dos apellidos juntos, se limitó a cerrar el documento mientras lo dejaba descansar en su pierna, dispuesta a mirar el primer papel que tomó.


CERTIFICADO DE CASAMIENTO.

Por el presente informe, mediante el escribano Tobías Twebja, se declara el MATRIMONIO del señor Jasper Hale y la señora Kore Relish...


Persephone dejo el papel de lado con su ceño fruncido, tratando de ignorar el hecho que de ahora en más Jasper y ella estaban casados con documentos ilegales, y procedió a tomar el siguiente papel que tenía sobre sus piernas.

Persephone frunció su ceño al leer la declaración jurada de la tenencia de Renesmee Persephone Cullen, que ella supuestamente dio el día 7 de octubre de unos años anteriores, el supuesto nacimiento de Nessie.

Sin mirar a Bella, dobló el importante documento sobre la vida de su impronta. Estaba dispuesta a abrir el anteúltimo papel pero la neófita habló.

—Se te cayo algo— murmuró Bella mirando el piso del auto donde estaban los pies de Persephone.

Persa dirigió su mirada allí, observando el pequeño pasaporte que había a un lado de sus pies. Con extrañeza lo tomó y lo abrió.

Mecías Hale Cullen.

Persephone aguanto la respiración al ver la fotografía de Mecías y su nombre en el documento. El hombre que había amado durante toda su vida iba a ser parte de su futuro junto a su impronta y Jacob. Los ojos de Persephone se llenaron de lágrimas con solo imaginar la vida que podría haber llevado junto a Mecías, que había sido arrebatada por el temor a que los Vulturis lo busquen.

Cerró el documento y respiró hondo tomando al azar uno de los papeles faltantes. Comenzó a leerlo con vagues hasta que vio una cifra de números que la dejó sin habla.

ACTA DE HERENCIA.

Por el presente documento, se afirma el cambio de nombre de la cuenta bancaria del señor Jasper Hale al nombre de su esposa Kore Relish Cullen...

Jasper había conseguido que toda su herencia quede a su nombre, asegurándole un futuro rodeada de bienes y calidad de vida para ella como para sus acompañantes.

Suspiro sin saber que pensar o decir, llamar a Jasper para reprocharle haber dejado tanto dinero en sus manos no era una opción, ¡no contestaba su teléfono!

Cerró el papel y tomó el último que quedaba para leer.





Kore Relish, mi amada Proserpina;
te he estado esperando por mucho tiempo como para tener este trágico final.
En estos momentos de nuestra vida, puedo asegurar que eres mi amor eterno y espero que en algún momento podamos reencontrarnos si así lo quiere el destino.
Puedo asegurar de que estás leyendo esta carta ignorando las indicaciones que te deje, no soy tan estúpido como para creer que lo harías.

Lamento mucho no habernos casado como estaba esperando, pero era la única forma de poder dejar mi herencia en ti; soñé muchas veces con llevarte al altar y decir "si quiero" pero prometo que en una de nuestras vidas lo vamos a hacer.

Quería asegurar tu futuro tanto como el de Renesmee, Alice tuvo una visión sobre una de las realidades donde pasaban hambre y frío y no dude en darte toda mi fortuna para que eso no suceda.

Sé que probablemente estas enojada por las medidas extremas que tome, pero no me arrepiento. El futuro de Ness y el tuyo es lo más importante para mí en estos momentos.
Y por esa misma razón, el pasaporte de Mecías está en tus manos.

Alice tuvo una visión en la que se veía muy feliz junto a él, y me negaba a darme el privilegio de quitarte esa oportunidad de volver a estar junto a él. Prometí esperarte, y si tengo que hacerlo durante cinco siglos más, lo haré; puedo prometerte que te amare en esta vida y en todas las que me quedan.

Él es tu primer amor, yo inspiro a ser el último. Sin importar cuanto tiempo me lleve.

Mi dulce Proserpina, se feliz, amor mío.
Te amare toda mi eternidad.



—J. W.







Bella se limitó a observar como Persephone sollozaba a medida que leía el papel en sus manos, sus ojos azules estaban repletos de lágrimas y parecía que iba a explotar en cualquier momento.

La neófita estiró su mano y la colocó en el muslo de la muchacha, tratando de darle apoyo, pero en vez de causar eso provocó todo lo contrario. Persephone sollozo con más fuerza a medida que se aferraba a la mano de Bella.

—Es el amor de mi vida— dijo entre sollozos haciendo que la neófita la mire un segundo.

—¿Que?

—Jasper— sollozo. —Es el amor de mi vida, quiero una vida con él, hijos, viajes, felicidad, amor, tristeza. Lo quiero todo con el— alzó su voz quebradiza y ahogada. —Dios, me odio tanto por no haberle dicho una última vez que lo amaba.

Dicho esto, Bella frenó el auto en plena autopista, por más que estaba vacía, el derrape que provocó el brusco movimiento resonó en todos lados.

—Persephone, Jasper sabe cuánto lo amas— afirmó Bella girando su cuerpo hacia ella, sin importarle el hecho que el auto esté en pleno carril.

Persephone sollozo y negó con su cabeza. —No lo entiendes, Bella. La última vez que lo vi me negué a despedirlo porque sabía que nos íbamos a reencontrar, pero ahora ni siquiera sé si saldré viva de la batalla— se lamentó entre lágrimas.

—Persephone, no tienes que luchar si no quieres— aseguró Bella sacando la mano de su muslo para ponerla en el hombro de la pelirroja.

—Ness es mi impronta, Bella. Por supuesto que tengo que hacerlo.

La neófita negó con su cabeza y giró aún más su cuerpo. —Persephone, haz sido tan incondicional toda tu vida que no te diste tiempo para ser egoísta— Persephone miró a Bella y examinó su rostro.

La neófita estaba con su ceño fruncido y labios apretados, su rostro estaba contraído en sinceridad y preocupación. Sabía que Bella estaba un tanto sorprendida ante el llanto inesperado de Persephone, pero no podía evitar sentirse a gusto al ver como su amiga confiaba su llanto.

—Pero Ness-— Bella la interrumpió.

—Ness estará bien, tenemos mucho con que protegerla y más que nada te tiene a ti, Persa— apretó sus labios y colocó sus manos en la mejillas mojadas de Persephone. —Tú cuidaste de mí durante mucho tiempo, ahora déjame hacer lo mismo por ti, Persa.

La recién nombrada apretó sus labios y comenzó a sollozar a medida que Bella comenzaba a manejar con una mano en el volante y otra en el muslo de Persephone dándole su apoyo.

—Tendría que haberle dicho que lo amaba— sollozo Persephone. —Una última vez decirle cuanto lo amo.
















«Mi dulce Proserpina, se feliz, amor mío»







































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USTEDES LLEGANDO A ESTE PUNTO DE LA HISTORIA.

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