⠀𝟭𝟳. ❛ BACK TO NORMAL ❜
CAPÍTULO DIECISIETE ╱ VUELTA A LA NORMALIDAD
UN MES.
⠀⠀Ese era el tiempo que había pasado desde todo.
⠀⠀Desde que Will Byers había sido traído de vuelta del Mundo del Revés.
⠀⠀Desde que Carla había sido atacada por el monstruo, quedando marcada.
⠀⠀Desde que Eleven había desaparecido, aún sin ser encontrada... Desde que había muerto, en realidad.
⠀⠀Desde que todo había vuelto a la normalidad.... o tan normal como podían ser las cosas.
⠀⠀Actualmente, era el día de Navidad —más bien, la noche— y Carla Wheeler estaba en su cocina, ayudando a su madre mientras horneaba postre tras postre. La música navideña zumbaba ligeramente de fondo y la morena bailaba mientras hacía lo que podía con su escayola —Karen insistía en que Carla no ayudara con la repostería, ya que seguía escayolada, pero así era Carla Wheeler, siempre ayudando.
⠀⠀Cada pocos minutos, el sonido de risas o riñas infantiles se escuchaba por encima de la música, lo que siempre conseguía arrancar una sonrisa de los labios de Carla. Los chicos se merecían divertirse, volver a sus juegos y fantasías después de pasar por un infierno y volver. Will se lo merecía, más que nadie.
⠀⠀Hablando de normalidad... Carla también había vuelto a su horario normal.
⠀⠀Después de pasar otro día en el hospital para asegurarse de que estaba bien, Carla había vuelto al colegio con las muñecas escayoladas y vendadas. Dado que en Hawkins no había pasado nada interesante, había sido el centro de las conversaciones durante toda la semana —sus compañeros se preguntaban qué había pasado, si se había cortado las muñecas a propósito, por qué parecía tan cerrada—, pero ya había pasado. Había ayudado que tuviera a Nancy, Jonathan y Steve para defenderla.
⠀⠀Steve.
⠀⠀Seguía siendo amiga de él, sólo amigos.
⠀⠀Los dos habían conseguido mantener una amistad estrictamente platónica durante el último mes, y Carla no podía mentir y decir que no estaba agradecida por ello. Sabía que el Harrington sacaba lo mejor de ella, al igual que ella lo hacía con él. Aunque no estuvieran juntos, sabía que siempre había existido un amor mutuo entre ellos: Steve siempre sería su primer amor, y eso nunca desaparecería. Siempre le importaría, aunque no debiera.
⠀⠀En lugar de ignorarla por completo, Steve la había llamado con regularidad —los dos utilizaban el teléfono fijo para compartir cualquier pensamiento o emoción que se les ocurriera— y siempre la invitaba a reunirse con él y Nancy —aunque ella solía negarse, ya que a Carla no le gustaba la idea de ser la sujetavelas su ex y su hermana.
⠀⠀Nancy y ella también estaban bien ahora. Nancy se había disculpado por todo lo que había dicho en el bosque, así como por salir con Steve tan rápido en primer lugar y Carla simplemente la perdonó. Ya no quería pelearse con Nance: habían pasado por demasiadas cosas. Se había cansado de pelearse por Steve. Habían terminado; eran amigos. Él era de Nancy.
⠀⠀El timbre de la puerta sacó a Carla de sus pensamientos.
⠀⠀—Ya voy yo, mamá —murmuró la chica antes de dirigirse a la puerta principal, abriéndola para descubrir a su mejor amigo, Jonathan Byers. Una sonrisa adornó su rostro y se aseguró de que él la recibiera antes de mirar hacia atrás, saludando con la cabeza a su hermana gemela, que estaba acurrucada junto a Steve, también invitado a la Navidad de los Wheeler.
⠀⠀Nancy hizo contacto visual con el chico, que asintió, antes de subir corriendo las escaleras hacia su dormitorio.
⠀⠀—Supongo que estás aquí por Will, ¿no? —preguntó la Wheeler, dejando que el chico Byers entrara en la casa.
⠀⠀Jonathan asintió con firmeza.
⠀⠀—Sí.
⠀⠀—Están en el sótano, como siempre.
⠀⠀Los dos adolescentes caminaron hacia el sótano, las risas y el parloteo haciéndose más fuertes a cada paso.
⠀⠀El chico Byers soltó una risita seca mientras terminaba de bajar los escalones.
⠀⠀—Joder, ¿a qué huele? ¿Habéis estado jugando o tirándoos pedos?
⠀⠀Todos los niños soltaron una carcajada ante su comentario, y Lucas dijo:
⠀⠀—Ha sido Dustin. Se ha cagado.
⠀⠀Su comentario hizo que a Dustin se le cayera la cara de vergüenza, y el Sinclair procedió a empezar a cantar una canción con la letra "Dustin se ha cagado", con efectos de sonido después de cada línea. El Henderson parecía poco impresionado mientras se burlaba:
⠀⠀—Vale. Muy maduro, Lucas.
Por debajo de todo el jaleo que se estaba produciendo —Dustin y Lucas hablaban por encima del otro, se levantaban para empezar a jugar a las peleas—, Jonathan estableció contacto visual con su hermano pequeño.
⠀⠀—Will. Vamos.
⠀⠀Will se levantó y cogió su abrigo.
⠀⠀—Adiós, tíos.
⠀⠀Todos los chicos se despidieron a coro, sin dejar de reírse y pelearse mientras los dos Byers subían las escaleras.
⠀⠀Carla no lo siguió.
⠀⠀—Espérame arriba, Jonathan —los chicos le enviaron una mirada, y ella continuó con una ligera sonrisa—. Sólo quería felicitar la Navidad a mis chicos favoritos.
⠀⠀—Hablando de Navidad... —Mike se detuvo, una sonrisa se abrió paso en sus rasgos juveniles—. Tenemos un regalo para ti —le entregó una cajita envuelta descuidadamente en papel navideño, claramente hecho por uno de los chicos.
⠀⠀Carla frunció ligeramente el ceño.
⠀⠀—Chicos, no teníais...
⠀⠀—¡Sólo ábrelo!
⠀⠀Carla hizo lo que se le pedía y abrió la cajita. Dentro había una pulsera, claramente hecha a mano y no comprada. Era una mezcla de azules claros y oscuros, y por las miradas de Dustin, Lucas y Mike, había sido muy difícil de hacer.
⠀⠀—Es una pulsera de la amistad —Mike explicó mientras su hermana examinaba feliz el objeto.
⠀⠀—Cada miembro del Partido recibe una —añadió Lucas.
⠀⠀—Oh, chicos... Me encanta —exclamó la Wheeler con pura alegría. Puede que el regalo no fuera lo que ella había pedido, y mucho menos que estuviera bien envuelto o fuera caro, pero era perfecto. Venía del corazón, y para Carla, eso era todo lo que importaba—. Venid aquí, chicos.
⠀⠀Los cuatro compartieron un abrazo.
⠀⠀Permanecieron juntos unos instantes, antes de que Carla se separara y sonriera a los tres.
⠀⠀—Tengo que irme, pero gracias, de verdad.
⠀⠀—¡Adiós, Carla!
⠀⠀—¡Hasta luego!
⠀⠀—¡Feliz Navidad!
⠀⠀La chica subió corriendo las escaleras para ver a Jonathan y Will junto a la puerta principal. Delante del mayor estaba Nancy, con una caja envuelta en las manos.
⠀⠀No queriendo arruinar el pequeño momento, Carla se dirigió al salón, donde Steve Harrington estaba sentado en el sofá, viendo la televisión junto al árbol de Navidad iluminado. Su rostro estaba ligeramente alumbrado por las luces del árbol y llevaba el pelo bien peinado. Ya no tenía heridas que le mancharan la cara, y su nariz se había curado: seguía siendo recta, pero si te fijabas bien, te dabas cuenta de que no era tan perfecta como antes. Llevaba un jersey navideño hortera —obra de Carla— y unos pantalones caqui.
⠀⠀—¿Se lo ha dado ya? —preguntó Steve, dándose cuenta de que la Wheeler entraba en la habitación. Miró hacia atrás y vio que su hermana gemela tenía ahora la mano tendida hacia Jonathan, que parecía confuso.
⠀⠀—Creo que se lo está entregando ahora —respondió Carla, sonriendo ligeramente. Balanceándose sobre sus talones, la chica añadió—: Gracias por el walkman, otra vez. Te lo agradezco.
⠀⠀—Por supuesto. Gracias por el jersey... —Steve hizo un gesto hacia su atuendo mientras habla—, y... por la laca de Farrah Fawcett —se detuvo un momento, dirigiendo una mirada más severa a su ex—. Pero si dices una palabra sobre la laca a alguien más...
⠀⠀Carla recordó lo que le había dicho desde que Steve le había contado sus secretos capilares durante su relación: ella era la única que sabía cómo conseguía Steve Harrington que su pelo luciera tan bien.
⠀⠀—Estoy en un lío, lo sé. Tu secreto está a salvo conmigo, Steve.
⠀⠀—Más vale que lo esté.
⠀⠀Al notar que Jonathan se alejaba ligeramente de Nancy con la caja en las manos, Carla envió una sonrisa hacia Steve.
⠀⠀—Bueno, será mejor que me vaya... Feliz Navidad, Steve.
⠀⠀—Feliz Navidad, Carla —Steve le devolvió la sonrisa.
⠀⠀La Wheeler se alejó dando saltitos, sin percatarse de cómo Steve observaba su figura alejarse con ojos cariñosos.
⠀⠀La chica se acercó a la puerta principal, donde Jonathan y Nancy se miraban; había algo en sus ojos, pero Carla decidió no mencionarlo. Miró a su amigo y le preguntó:
⠀⠀—Vale, ¿estás listo?
⠀⠀Jonathan asintió.
⠀⠀—Eh, sí.
⠀⠀—Vale, hasta después, Nancy.
⠀⠀—Adiós, Carla —sonrió Nancy.
⠀⠀Los tres salieron de la casa de los Wheeler.
⠀⠀El suelo estaba cubierto de una ligera capa de nieve y a Carla le pareció precioso. Se abrazó a sí misma mientras el aire invernal le rozaba la piel y se acercó con cuidado al coche de Jonathan. Permitió que Will fuera de copiloto, dejándola a ella en la parte trasera del vehículo.
⠀⠀—Muy bien, abrochaos los cinturones —Jonathan dio instrucciones una vez que los tres entraron en el coche, dirigidas más a Will que a Carla.
⠀⠀Will hizo lo que le decían, el regalo que había recibido su hermano le llamó la atención. Miró a su hermano y le preguntó:
⠀⠀—¿Puedo abrirlo?
⠀⠀—Sí, claro.
⠀⠀Rápidamente rasgando el papel cuidadosamente envuelto, el niño Byers dejó escapar una exclamación al revelar una costosa cámara a su hermano.
⠀⠀—¡Oh! Qué pasada —giró la caja para que Jonathan pudiera ver bien lo que ahora le pertenecía.
⠀⠀—Sí —Jonathan dejó escapar una pequeña sonrisa—. Sí, una pasada.
⠀⠀Carla sonrió ante su reacción. La cámara había sido idea de Steve en un principio, pero las dos Wheeler habían decidido aportar algo de dinero, dado que ellas también se sentían responsables en cierto modo.
⠀⠀Jonathan salió del barrio y se dirigió a su casa.
CARLA ESTABA AYUDANDO EN LA CASA DE LOS BYERS TAMBIÉN.
⠀⠀Había estado ayudando a Joyce con la cena de Navidad desde que había llegado a la casa —Joyce nunca había sido tan buena cocinera como la propia madre de Carla, y mucho menos con este tipo de comidas— y entre las dos se las habían arreglado para preparar una carne ligeramente demasiado hecha y unas patatas blandas.
⠀⠀Joyce pensaba que estaba bien. Carla pensaba que estaba perfecto.
⠀⠀Jonathan había abierto inmediatamente su cámara, y el clic de la documentación se oía cada pocos segundos. Maniobró entre las habitaciones, capturando imágenes de su madre cocinando, de su hermano sonriendo sobre los regalos envueltos, de Carla poniendo la mesa y ayudando en todo lo que podía.
⠀⠀Cuando Joyce entró con dos cuencos de comida, Carla detrás con los cubiertos, Jonathan hizo una foto. El flash sorprendió ligeramente a la madre, que miró a su hijo mayor con las manos levantadas y una sonrisa mansa.
⠀⠀—¿Qué...? ¿Qué estás haciendo?
⠀⠀Con la cámara en la cara, Jonathan respondió:
⠀⠀—Documentarlo.
⠀⠀—¿No has documentado suficiente? —Carla levantó una ceja en broma, dejando los cubiertos. Sabía que Jonathan nunca podría hacer suficientes fotos de la gente que le rodeaba, de los recuerdos—. Hace una hora que tienes la cámara y estoy segura de que ya tienes veinte fotos de cada uno de nosotros.
⠀⠀—¿Y? Todo tiene buena pinta.
⠀⠀Como si Jonathan no acabara de halagar la comida, Joyce empezó a quejarse.
⠀⠀—Oh, qué va, se me ha pasado mucho. Y el puré de patatas está... líquido. Mira qué líquido —levantó la cuchara y dejó caer cucharadas de patatas en el cuenco, notando el estado aguado que tenían.
⠀⠀—Mamá, va a estar muy bueno —Jonathan tranquilizó a su madre, pasando detrás de ella.
⠀⠀Carla asintió.
⠀⠀—Tiene una pinta estupenda.
⠀⠀Los tres se sentaron para empezar a comer, Will se apresuró a entrar en la mesa con una sonrisa brillante en la cara.
⠀⠀—Seguro que es un Atari.
⠀⠀—¿Un Ata-qué? —preguntó Joyce con una sonrisa.
⠀⠀—El regalo verde. Es un Atari. Hoy he tocado el de Dustin, y pesaba lo mismo.
⠀⠀—Supongo que tendremos que esperar hasta después de la cena para verlo, entonces —Carla respondió, sonriendo.
⠀⠀Will se levantó de la mesa, Joyce extendió un brazo hacia él.
⠀⠀—Eh, nada de espiar...
⠀⠀—No, he olvidado lavarme las manos, ahora vuelvo —tranquilizó el joven antes de salir corriendo hacia el baño.
⠀⠀—Muy bien —respondió Joyce, ligeramente sorprendida. Una vez que estuvo fuera del alcance del oído, susurró—: ¿Se va a lavar las manos?
⠀⠀Los tres restantes empezaron a comer, pero tras unos minutos sin Will, empezaron a preocuparse ligeramente.
⠀⠀Carla se ofreció a ir a ver cómo estaba, y la chica se dirigió al cuarto de baño, donde pudo oír el sonido del agua del lavabo corriendo. El agua corrió durante otro minuto más o menos, haciendo que la Wheeler apretara el nudillo contra la puerta.
⠀⠀—¿Will? ¿Estás bien ahí dentro?
⠀⠀No hubo respuesta.
⠀⠀Volvió a tocar a la puerta.
⠀⠀—¿Will?
⠀⠀Nada.
⠀⠀Entonces, la Wheeler abrió la puerta para ver al chico mirando sin rumbo a su reflejo. Parecía asustado.
⠀⠀—Oye, ¿Will? ¿Estás bien? —Carla entró y puso una mano en el hombro del chico. Él dio un pequeño respingo al contacto, pero asintió a su amiga, claramente olvidándose de lo que había pasado cuando la puerta había estado cerrada.
⠀⠀—Sí, e-es que me he perdido en mis pensamientos —el Byers cerró el grifo, con voz todavía cansada. Carla no se fiaba de sus palabras, pero se dio cuenta de que no tenía ganas de hablar y decidió seguir la corriente a lo que había dicho Will.
⠀⠀Los dos volvieron a la mesa de la cena donde comenzó una conversación sobre el juego de Will de Dragones y Mazmorras, Will explicando lo sucedido a su madre, que no entendía la mayoría de las reglas o el juego en absoluto.
⠀⠀Carla escuchó con una sonrisa. Todo volvía a ser normal. Lo que le había ocurrido a Will, el Mundo del Revés, no era más que una pesadilla, una pesadilla que nunca volvería ni se plantearía de nuevo.
⠀⠀Lo que menos se imaginaba era que, a partir de ese momento, las cosas no harían más que volverse más extrañas.
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