𝖘𝖊𝖕𝖙𝖊𝖒
°•●Visita a Hagrid
capítulo siete•●°.
○
La clase de pociones no fue a mejor para los leones, cuando la lección acabó, los Gryffindor salieron rápidamente murmurando
insultos para el profesor.
Para Elizabeth había sido una clase realmente interesante, podía decir que sinceramente pociones era una de sus asignaturas favoritas, si algo lamentaba era la falta de margen para experimentar.
De todas formas, la clase de pociones no era lo que le rondaba por la cabeza a la joven bruja, tenía que hablar con su hermano,
Llevaban sin dirigirse ninguna palabra desde el viaje en el tren, y Eliza se sentía realmente sola, incluso si había hecho migas con sus nuevos compañeros, ella necesitaba a su hermano.
Decidió ir a buscarle después de acabar una redacción de encantamientos sobre el uso de los hechizos elevadores, ella quiso ir a hablarle justo después de la clase de pociones pero, se distrajo hablando con Aurora y Lestrange y, su hermano fue de los que más rápido cruzaron el umbral.
Todo parecían excusas para evitar lo inevitable, así que después de acabar su tarea, dispuesta a encontrar a su hermano sacó su varita y susurro un hechizo que le había enseñado su tía abuela Tessie cuando era una niña. La varita giró ligeramente hacía la derecha, Eliza se puso en rumbo dirigida por su varita.
Después de unos quince minutos, la joven se encontraba en las afueras del castillo, su varita la dirigía hacia la izquierda, tras pasar un pequeño montículo de tierra pudo vislumbrar una especie de pequeña cabaña de madera, la cabaña tenía un aire rústico, se podía ver cómo el humo salía a borbotones por una pequeña chimenea de piedra.
Comprobando que el hechizo estaba funcionando bien, Eliza se acercó a la puerta y la golpeó un par de veces, la puerta se mantuvo en su lugar, Elizabeth estuvo a punto de dirigirse de vuelta, cuando un chirrido la hizo voltearse, el semigigante la recibió con una sonrisa cálida practicamente oculta por su espesa barba.
- Oh, ¿necesitas ayuda?- El enorme hombre parecía ligeramente confuso, no conocía a Eliza y no entendía por qué algún alumno de primer año se acercaría a su cabaña.
-Sí, estoy buscando a mi hermano, según tengo entendido se encuentra aquí- Trató de dirigirse cortésmente hacía el hombre
-Ya sabe, pelirrojo, Weasley, un poco idiota.- Añadió esta vez con un tono burlón
Ron, al escuchar estas palabras se asomó al marco de la puerta para encontrarse con su hermana, esbozó una ligera sonrisa de lado cuando la vio pero, acto seguido frunció el ceño como si acabara de recordar algo.
Antes de que pudiera dirigirse a ella el semigigante invitó a la joven a entrar a su casa.
-¿Así que un poco idiota eh?- Exclamó el pelirrojo con molestia fingida para luego soltar una breve risa.
Eliza se permitió sonreír de lado cuando su hermano rió, no parecía enfadado con ella, y eso lo hacía sentirse mucho más segura.
Antes de hablar con su hermano dirigió una breve ojeada a la estancia, se llevó la sorpresa de encontrarse con otro alumno más sentado detrás de su hermano.
Le bastó un simple vistazo para entender que era el mismísimo Harry Potter, apretó los labios y evitó hacer cualquier comentario, se recordó que estaba ahí por su hermano.
Sabiendo que su hermano no parecía enfadado, dudó en que decir a continuación, el rostro jovial de Ron destrozó todo su discurso que antes había practicado.
-¿Qué tal tu inicio de clases hermano?- Se sentía estúpida por preguntar algo tan simple- No hemos hablado desde el tren.
-Eso fue porque quedaste en Slytherin ¿no?- su tono tenía cierto rencor.
Jane hizo una pequeña mueca de dolor por sus palabras.
-¿Y eso importa?- La mueca de dolor había desaparecido de su rostro y ahora mostraba una frialdad impasible.
-Pues...- Ron se detuvo unos segundos hasta que su rostro volvió a una sonrisa burlona- Claro que no, juntos hasta el final como siempre.
-Como siempre- Murmuró ella como una especie de promesa mientras enmarcaba una sonrisa de lado.
El pastel de Hagrid resultó ser tan duro como una piedra y, el té sabía a orina de Murtlap pero, aún así, los brujos pasaron la tarde poniéndose al día sobre sus clases y nuevos compañeros.
Eliza aunque no lo admitiría nunca disfrutó enormemente de esa día, lo trató de tomar como un día de descanso antes de poner en marcha su plan.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Com