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CAPÍTULO SIETE
¡BOY!
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YA ESTABA TODO listo, iba todo a la perfección. Fue una semana pesada, pero con orgullo podía decir que todo se predecía a un gran triunfo. Ya sólo faltaban dos noches para el gran día.
Las porristas ensayaban junto a los coristas — en los cuales se encontraban Héctor y Tarrant a la casi fuerza — y ella daba los toques finales a los asuntos de las decoraciones, era perfecta en esa área y no iba a ser para nada modesta, si iba a haber un gran cambio en Auradon (aunque le pese) iba a ser a lo grande, más grande era bueno, más grande era mejor.
Además aunque no lo admita en voz alta la idea de entablar amistad con los villanos ya no le precia tan mala. Después de darle muchas vueltas al asunto le pareció que Auradon ya necesitaba un cambio de estilo, a decir verdad tanta alegría la mareaba, y también significaba que habría personas con quien portarse mal...
Típicas y típicos príncipes primorosos por aquí y por allá, "pórtate bien" sonando por todos lados. Quería algo de juego sucio, maldad y hacer travesuras.
Así que pondría de todo su esfuerzo para que funcionara, pero tampoco aguantaría tanto. Si ellos querían estaba bien y sino también. No estaba en su lista de prioridades hacer que la amen.
Bianca estaba llegando a su casa aún con el uniforme de entrenamiento de porristas después de un largo día de estudio y pesadas jornadas de rutinas de baile.
Abrió la puerta de su gran hogar y justo oyó el grito de su hermano proveniente de algún lugar del castillo.
— ¡Cuidado con chico!
Bianca confundida miro en todas las direcciones hasta que diviso a chico —la mascota de Auradon prep— corriendo en dirección hacia ella, bueno, más bien a la puerta.
La cerró enseguida.
— No, no, no — le dijo con voz infantil — No cargaré otra responsabilidad así — dijo para ella misma.
— ¿No se escapo? — salió Nicholas de la cocina con un sándwich en mano.
— ¿Acaso te importa de verdad? — preguntó incrédula, mientras que el tranquilamente le dio una gran bocanada al alimento.
— ¡Claro que lo hace! — hablo con la boca llena asqueando a Bianca — Hoy era turno de Zedd cuidarlo, pero, está enfermo y no quise dejarlo y repetí turno.
Bianca rodó los ojos y se arrodilló hacia chico.
— No me lo tomes a mal, chico — hablo otra vez con esa voz ridícula e infantil—, pero por alguna razón siempre te orinas en mis zapatillas nuevas...
— Deberías tener más cuidado.
— Y tú cerrar tu puerta cuando nuestro huésped venga.
Ya que chico no tenía dueño en si, todos los del equipo de fútbol se habían comprometido a cuidarlo y criarlo entre todos. Cada noche le tocaba a alguien diferente y por lo regular las noches que se quedaba con Bianca y Nicholas eran cada mes o cada tres semanas ya que alguien casi siempre repetía turno, como el pelinegro hoy.
— ¿Y ya le dijiste a mamá? — tomó al canino en brazos mientras le hacía cariños.
— Espero a que... — comenzó pero fue interrumpido por un grito.
— ¡Nicholas!
— Olvida mi plan, ya se dio cuenta — Bianca soltó una gran risotada al saber cómo su mamá regañaría a su hermano.
— Nick — Apareció de las escaleras la gran y legendaria Blanca Nieves con no precisamente un rostro de felicidad — ¿Qué te he dicho sobre tener a chico dentro de la casa? — terminó de bajar las escaleras.
— Que si lo hago cierre todas las puertas menos la mía y la de Bianca.
La nombrada lo miro molesta pero aun mas su progenitora.
— ¡Eso no fue lo que acordamos!
— Tranquila mamá — su hijo la abrazo por los hombros — era un chiste, se en lo que quedamos, yo me haré cargo.
— Más te vale, hoy viene a cenar Eric, quiero que limpies el desorden que hizo en el baño de arriba.
A Bianca se le formó una gran sonrisa sin que sus dos familiares lo notaran.
Toda la semana siguió viendo al cazador del bosque. Unos días fueron en lugares no muy concurridos y con buenos disfraces mientras que otros fueron al mismo hotel de siempre. Encantadores.
— ¿Cenar? — preguntó el pelinegro confundido — Acabo de terminar de cenar — Metió el último bocado del sándwich a su boca.
Blanca Nieves rojo los ojos y le dio un leve zape en la nuca a su hijo y con la mirada cansada lo mando a limpiar el desastre de chico.
— No me olviden — gritó antes de desaparecer por las escaleras.
Bianca rió por las ocurrencias de su mellizo pero inmediatamente dirigió su atención al perro en sus brazos.
— Eres un chico malo nene — se encaminaba poco a poco a la salida — Espero y hayas dejado algo horrible para el — sonrió malvada y con cuidado lo bajo al piso para que este corriera libremente por el jardín trasero.
— Bee — giró ante el llamado.
— ¿Si, mamá?
— Me pondré un vestido plateado, ¿podrías ponerte el azul metálico que tanto me gusta? Ándale para estar combinadas — exclamó emocionada la de pelo más corto.
Bianca solo asintió fingiendo emoción sabiendo que en el fondo no le haría el más mínimo caso a su petición.
— Iré a alistarme.
Le dio un beso rápido en la mejilla y se dirigió a su habitación. Una hermosa alcoba.
Las paredes tenían papel tapiz azul marino elegante mientras que los muebles eran de un color rojo vino con detalles dorados y como no, un gran gran espejo. A pesar de la oscuridad se veía enorme, aún así tenía cortinas blancas para que entre más luz por el balcón .
Era muy común que su madre hiciera ese tipo de solicitudes. Ella aún se quería sentir joven y casi siempre intentaba usar a Bianca para que usara ropa que en ella ya no se vería bien, o que saliera con chicos que le parecían bien a ella, pero no a Bianca.
Pero a la princesa ya eso poco o nada le importaba, aprendió a ignorarla sin que este se moleste con ella, a fin de cuentas esas pequeñas cosas fueron las que la encaminaron a crearse un objetivo, que como ya había dicho antes, era el de superar a su madre, Blanca Nieves.
Nunca más volvería a ser conocida como "La hija de Blanca Nieves" a Blanca Nieves la conocerán como "La madre de Bianca"
Sin perder más tiempo Bianca comenzó a buscar en su inmenso closet un conjunto sexy pero igual no muy vulgar, pues estaría Eric, si, pero también sus padres. Optó por una blusa de cierre roja con una falda de tubo negra a la cintura junto a unos tacones negros.
Bianca se basaba fielmente en esos colores para todos sus accesorios y outfits, el azul, rojo, negro y muy pocas cosas amarillas, no le agradaba mucho ese color, irradiaba bondad y cosas lindas y Bianca no era una mentirosa, no iba a dar una imagen falsa. Era una perra, ella lo sabía, todo Auradon lo sabía y así le gustaba.
Dejo el conjunto sobre la cama y se metió a duchar.
【 👑 】
El sonido del timbre resonó por toda la propiedad junto con unos tacones que se acercaban apresurados a la puerta de entrada.
Bianca abrió la puerta ansiosa de ver a su hombre pero al tener una completa visión de quien se encontraba detrás de la puerta su sonrisa se apagó poco a poco. Pero inmediatamente la forzó.
Ambas mujeres sabían que las sonrisas que se daban la una a la otra eran totalmente falsas.
Ambas se odiaban a más no poder.
— Merida... — saludo a la esposa de Eric.
Está la recorto con la mirada y la vio mal.
— No finjas, estamos solas.
Bianca bufo mientras rodaba los ojos. Esa mujer de verdad era una antipática de lo peor. Era más que claro porque Eric la engañaba.
Y pensar que hubo un tiempo en el que la admiraba por ser la primera princesa valiente y sin necesidad de que la rescatara un hombre.
— ¿Dónde está Eric? — preguntó impaciente la pelinegra.
— Olvidó algo en el coche ¿Te urge mucho verlo, verdad? — preguntó la pelirroja con sarcasmo y sequedad en su voz. Como siempre.
— No te imaginas cuanto — respondió descaradamente la menor.
Si bien Merida tenía demasiado claro que la niña frente a ella veía con otros ojos a su marido jamás estuvo consiente de que si llegaron a mantener una relación. Bianca pensó en lo divertido que sería que la mujer se enterara, se tragaría muchas de sus palabras en encuentros pasados nada amigables.
Bianca no era de las chicas de peleaban por hombres, para ella eso era perder la dignidad de forma muy baja, pero su defendía su honor. La pelirroja la había insultado de mil formas denigrantes. Pero ella sabía esperar y ya vendría la de ella.
— Oh — exclamó como si hubiera olvidado algo — ¿Dónde están mis modales? Por favor, pasa. — Se hizo a un lado — Todos están en la mesa.
La arquera sin expresión alguna pasó casi contra su voluntad y se encaminó al comedor no sin antes darle una mirada de advertencia a la descendiente de Blanca Nieves.
Bianca espero a que desapareciera completamente de su vista y en cuanto lo hizo rápidamente se salió de su casa y fue en busca de su amado cazador.
Él iba justo de camino a la puerta pero al ver a la chica acercarse a él una sonrisa apareció en su rostro. Se veía tan guapo formal.
Bianca sin perder tiempo lo estampó contra uno de los pilares de la entrada y chocó sus labios con los de el deseosa.
— Te extrañe — hizo un puchero en cuanto terminó el beso.
— Nos vimos ayer — soltó una pequeña risa el rubio.
— ¿Que tienes ahí? — le quito la botella de las manos sin esperar a que contestara — Mmm Champagne, delicioso — sonrió coqueta y dejo un vasto beso en sus labios. — Hay que entrar.
Este solo le guiño el ojo.
【 👑 】
Durante la cena los "adultos" estaban muy enfrascados en su platica, Merida en parte, ella solo hacía gestos y muy pocas veces sonreía, cosa que desesperaba brutalmente a Bianca. ¿Es que esa mujer no tenía emoción alguna?
Ellos hablaban mientras que Bianca y Nick fingían prestarles atención, cada quien pensaba sus cosas.
La pelinegra no encontraba explicación alguna de porque siempre a la hora de comida el lindo pelirrojo descendiente de Hércules estaba en su mente. Tal vez porque su mamá siempre ordenaba cocinar zanahorias.
Ya tenía que sacarlo de su cabeza, no podía seguir así , pero tampoco podría sacarlo completamente ya que tenía esperanza de que en un futuro ellos estén juntos...
¿Por Zeus que estaba pensando?
Tenía a Eric enfrente, el cual de vez en cuando le daba sonrisas coquetas muy discretas pero igual era muy arriesgado y el prefería mantenerse al margen.
Al menos su plan con Héctor estaba funcionando, cada que el la buscaba o por error terminaban solos lograba sacar buenas excusas para huir y de ahí en más si lograba ignorarlo con éxito, eran contadas las veces que lo vio en la semana.
En el fondo le dolía, pero ¿qué era la vida sin sacrificios?
Queriendo distraer su mente llamo a su hermano el cual se encontraba distraído creando caritas felices con las verduras. Rodó los ojos.
— Pss, Nicholas — lo llamo entre susurros.
— Mmm — el siguió en lo suyo.
— ¿De qué hablaste con Mariela hace rato? — preguntó mientras se metía un espárrago a la boca.
— De... aguarda ¿tú cómo sabes que hable con Mari?—preguntó confundido.
— Hablas muy fuerte, te escuche desde mi cuarto — le restó importancia con los hombros.
— Bueno y eso a ti que te importa — siguió haciendo caritas.
— Ultimamente me excluyen mucho, casi no me doy cuenta porque he estado ocupada con la bienvenida, pero lo hice ¿qué traman?
— Nada
— Está bien, se que no me dirás, pero lo descubriré yo sola, estás advertido.
— Cambiando de tema ¿estás enojada con Héctor? —preguntó el mellizo mayor fingiendo inocencia.
Lo miro confundida
— Por supuesto que no...
— ¿Segura?
— ¿Por qué lo haría?
Nicholas solo se le quedó mirando con duda, quería aclarar tantas cosas en ese instante, pero no podía abrir la boca de mas o sino todo estaría arruinado.
Bianca al ver que el ya no diría nada siguió con su comida y no dejó atormentarse con eso.
Vaya que no se libraría de ese tema tan fácil.
【 👑 】
— ¿Segura que no estás molesta con el?
Mariela la perseguía por todo Auradon prep en busca de respuestas pero la pelinegra apenas y caso le hacía.
Mañana llegaban los villanos, todo tenía que estar perfecto.
— ¿Por qué tanta insistencia con ese tema?
Igual lo dejo ir, se estaba distanciando, era normal que pensaran ese tipo de cosas.
【 👑 】
— ¿No hay ni una sola posibilidad de que estes enojada? ¿En serio?
— ¡Que no, Chad! Ahora ayúdame y sube esto a esa plataforma — le señalo con un moño amarillo lo alto que lo quería.
— ¿Pero estás segura?
— ¿Por qué tanta insistencia con ese tema?
Ya no era normal que tres personas preguntarán lo mismo el mismo día, bueno, Nicholas lo hizo la noche pasada pero fue reciente. Algo estaba pasando...
【 👑 】
— Okey, ahora imagínate esta situación, el te roba una cereza de tu plato, tus favoritas ¿ni así estarías enojada con el?
— De todos los ejemplos que me haz puesto hoy, ese es el más ridículo, Crys , y no, no estoy molesta... — Siguió caminando por el largo pasillo mientras iba tachando las cosas que ya estaban listas — ¿Por qué tanta insistencia con ese tema?
【 👑 】
— ...¿Por qué tanta insistencia con ese tema?
FLASHBACK DE Nicholas, Mariela, Chad y Crystal:
El día anterior estaban los cuatro antes mencionados junto con Héctor y Ben en las gradas de entrenamiento justo antes de que iniciara la práctica final del coro con las porristas para la bienvenida.
— No lo sé... ha estado muy rara conmigo, muy distante... — hablaba Héctor abatido — ¿Creen que puedan preguntarle si está molesta o algo?
Todos asintieron felices de ayudar a su amigo y amiga, ya querían verlos juntos.
— Pero no sean muy obvios eh — Los señaló amenazante.
FIN DEL FLASHBACK
Nicholas, Mariela, Chad, Crystal: No por nada... curiosidad.
Sonrieron nerviosos en las diferentes situaciones en las que cada uno se encontraba con la pelinegra de intimidante mirada.
Perdón por la tardanza, estuve muy ocupada, pero gracias a end game y la depresión que me dio puse a mi mente a trabajar para estar ocupada en otras cosas, por lo que estaré actualizando más seguido esta y mis demás historias.
Viendo el lado positivo ¡ya van a llegar los villanos! Wuuu
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