ニラギのゲーム
El sonido del arms al ser cargado resonó en mis tímpanos.
Chishiya no se movió ni un centímetro, pero yo notaba que miraba opciones.
—¿Y bien? —Niragi ladeó la cabeza con su sonrisa torcida—. ¿Qué vais a hacer?
Sentí mi respiración agitada, el dolor en mi pierna haciéndose cada vez más insoportable.
Chishiya metió las manos en los bolsillos y soltó una breve risa nasal.
—No sé, Niragi. Me pregunto lo mismo.
El tono despreocupado de su voz solo pareció divertir más a Niragi, quien inclinó el arma un poco hacia él.
—¿Sabes? Nunca te he visto asustado. Me pregunto si es porque eres realmente valiente o solo un puto psicópata sin emociones.
—¿No puede ser ambas? —replicó Chishiya, arqueando una ceja.
Niragi rió, pero yo sentía la tensión aumentando.
No podía quedarme de brazos cruzados.
Mis ojos recorrieron el callejón en busca de algo, cualquier cosa que pudiera usarse a nuestro favor.
Entonces, lo vi.
A mi izquierda, apoyado contra una pared cubierta de musgo, había un tubo de metal.
Si pudiera alcanzarlo...
Pero Niragi me observaba.
—¿Qué piensas, Hikari? —preguntó con diversión—. ¿Que me vas a sorprender con otro truco barato?
Su dedo se deslizó por el gatillo.
Chishiya suspiró.
—Honestamente, Niragi, me estás aburriendo.
Antes de que Niragi pudiera responder, Chishiya dio un paso adelante, desviando su atención de mí.
Ese chico era un maestro de la distracción.
—¿Aburriéndote? —repitió Niragi, con el ceño fruncido.
—Sí —respondió Chishiya, encogiéndose de hombros—. Siempre haces lo mismo. Amenazas, metes un poco de miedo... pero al final solo estás buscando atención.
Aproveché su distracción.
Con un movimiento rápido y silencioso, me estiré hacia el tubo y lo agarré con ambas manos.
Justo cuando Niragi soltaba una carcajada burlona y volvía a levantar el rifle, me impulsé con toda la fuerza que me quedaba y le golpeé la pierna con el tubo.
—¡Joder! —gritó, yéndose hacia un lado.
Chishiya no perdió ni un segundo.
Se lanzó hacia Niragi y le dio un golpe en la muñeca, haciendo que el rifle se cayera al suelo.
Niragi reaccionó rápido, intentando devolver el golpe, pero Chishiya esquivó con facilidad, retrocediendo un par de pasos con su sonrisa burlona de vuelta en el rostro.
—¿Ves? Te lo dije. Eres bastante predecible.
Niragi gruñó y fue a buscar el rifle, pero yo, ignorando el dolor en mi pierna, me lancé sobre él y lo empujé con todas mis fuerzas.
Tropezó y cayó de espaldas contra la pared.
Chishiya aprovechó el momento para tomar mi brazo y tirar de mí.
—Hora de irnos.
No discutí.
Nos giramos y empezamos a correr, mis pasos torpes por la herida, pero Chishiya me sujetaba lo suficiente para mantenerme de pie y no caerme al suelo.
—¡Idiotas! —rugió Niragi detrás de nosotros—. ¡Esto no acabará así!
Seguimos corriendo hasta que el sonido de su voz dejó de sonar.
Cuando finalmente nos detuvimos, me dejé caer contra la pared de un edificio derrumbado, intentando calmar mi respiración.
Chishiya se agachó frente a mí y observó mi herida con su mirada calificadora.
—Tienes que dejar de meterte en problemas.
—Créeme, no es mi intención.
Rodó los ojos y sacó de su bolsillo un trozo de tela.
—Déjame ver.
Me quité la mano de la herida y dejé que la examinara.
—Tendrás que aguantarte con esto hasta que podamos encontrar algo mejor.
Asentí, apretando los dientes mientras él ataba la benda que le había dado en mi pierna.
Cuando terminó, se sentó a mi lado, dejando caer la cabeza contra la pared con un suspiro.
—Bueno, eso fue divertido —comentó con sarcasmo.
Lo miré de reojo.
—¿Siempre eres así de tranquilo después de casi morir?
—La vida es demasiado corta para estresarse por cosas inevitables.
Bufé.
—Sigues siendo un enigma, Chishiya.
Él solo sonrió de lado.
El silencio nos envolvió por un momento, aunque no me iba a quejar, era cómodo.
Había vuelto a encontrarme con Chishiya.
Pero aún me faltaba Kuina.
Shuntaro y yo caminamos durante un largo periodo de tiempo, hasta que llegamos a una zona grande, con una persona a lo lejos.
Aunque yo no pude reconocer quien era, Chishiya sí lo hizo.
—Hola —le habló, llamando su atención—. También has venido aquí.
—Chishiya... —dijo Arisu.
—Solo quedan dos juegos, los jugadores se están reuniendo en Shibuya —informó—. Y, conociéndote, supuse que estarías vivo —dijo, y hubo un gran silencio, hasta que Arisu volvió a hablar, aunque no sobre lo mismo.
—Oye, has cambiado bastante —verbalizó.
—¿Sí?
—Sí —asintió—. Eres menos cortante.
Chishiya se rio levemente.
—Menos cortante, ¿eh? —preguntó—. Bueno, he pasado por mucho —se encogió de hombros y me miró, luego, empezó a caminar hacia Arisu—. Oye, Arisu... ¿puedo contarte algo a ti que no le he dicho a nadie?
Fruncí el ceño.
—Claro —asintió el chico.
Aunque, mientras Chishiya se acercaba más para que no me enterara de lo que decía, unos disparos le atravesaron el torso.
—¡Tíos! —habló esa voz, Niragi.
—¿Otra vez? —pregunté, con los brazos cruzados. No podía ser.
—¡Yo también me alegro de volver a veros! Estoy feliz —contestó.
—Niragi —dijo Arisu.
—Has evitado los puntos vitales adrede —informó Chishiya, con la mano en su herida.
Me arrodillé a su lado, mirándole la herida.
Empecé a buscar en mi mochila lo que me había traído, mientras los chicos seguían hablando.
—No me gustan los ataques sorpresa —le contestó Niragi—. Ha llegado la hora de empezar nuestro juego de matarnos los unos a los otros, ¿¡qué haríamos si no!?
—¿Un simple juego entre jugadores? —interrogó Chishiya, algo obvio.
Encontré lo que necesitaba para curar su herida, pero lo que me resultaría difícil era aplicarlo bien.
—Nos parecemos bastante —continuó hablando Niragi—. No encajamos en la sociedad. Pero... queremos saber más que nadie qué se siente estando vivo —dijo y tosió, escupiendo sangre—. Como veis no me queda tiempo, así que hacedme un favor... que somos colegas... ¡solo un último juego conmigo!
Su pistola salió volando, y Chishiya se levantó, cogiendo la pistola del suelo.
—Shuntaro, no lo hagas —le pedí desde el suelo.
—Estaré bien, quédate ahí —ordenó.
Puede que fuera raro que siguiera sus instrucciones, pero solo lo hacía porque sabía que él lo decía para que yo sobreviviera.
—¿Chishiya? —dudó Arisu, atemorizado.
—Tienes algo pendiente conmigo. Ajustemos cuentas ahora, juguemos los tres a su juego.
—¿Pero qué dices?
—Venga... saca tu arma que tienes una —ordenó Niragi.
—¿Es que no hay otra salida? —dudó Arisu.
Disparo tras disparo.
Holaaaaaa.
La pelea de mi chica, Chishiya y Niragi me ha recordado a tokyo revengers...
El viernes es carnaval, ¿de qué se disfrazarán?
Agradezco mucho todo o que me comentáis, los comentarios son re lindos 😭🫶🏻
Ley <3
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Com