05 .ᐟ bailando un vals
555 'Jenna;;
10 de enero del 2006 #🪽
Hoy volvemos de las vacaciones de navidad, que, a mi parecer, han sido una auténtica mierda.
No hablé con nadie estas vacaciones más que con Tara y sobretodo Niamh. No aparecí por clases desde primeros de diciembre, cuando me desmayé en mitad de clase de educación física.
Mi madre no me había dejado salir de casa, aún que ella tampoco estaba aquí. Nadie estuvo pendiente de mi, así que seguí haciendo lo que quise.
Después de unas navidades horribles, conseguí convencerla de que me dejase volver a clase con regularidad.
Solo aparecía en Tommen para hacer los exámenes finales y luego me volvía a ir. Así sucesivamente durante un mes completo.
La mañana del lunes, me hice una trenza que caía sobre mi hombro y la até con un lazo azul oscuro. Mamá obligó a Katie a observarme mientras desayunaba y no me pierde el ojo hasta que llego a la puerta de clase, donde Tara está recostada en la espalda de Cian.
— ¡Pero si está aqui la desaparecida! — Sonríe Cian. — ¿Como va eso, Wilmot?
Me obligo a sonreír.
— Bien, gracias — Miro a Tara. — Veo que te han cuidado bien en mi ausencia.
— Más que bien — Asegura ella.
Niego con la cabeza, sonriendo.
— Voy a entrar, luego nos vemos.
— Besos — Tara me lanza un beso mientras paso por su lado.
Agarro los tirantes de la mochila con más nervios de los que me gustaría admitir. Cuando entro en la clase, todos los pares de ojos se posan sobre mi.
Sobretodo, los profundos ojos verdes de Tadhg Lynch, quien ha dejado de mirar a Saoirse Wilkinson solo para mirarme a mi.
Por mi cabeza pasan uno de los sucesos más importantes de mis últimos días antes de las vacaciones, la paliza que le dio Tadhg a Eoghan. Desde ese día, a Tadhg lo expulsaron y no lo he vuelto a ver hasta hoy.
Le saludo con un pequeño asentimiento de cabeza y una sonrisita incómoda. Cuando llego a mi sitio, veo que hay una mochila encima de la mesa.
La de Saoirse.
— Eh, yo...
— Se iba — Tadhg aparece a mi lado.
Apretando la mandíbula, agarra la mochila y la tira al suelo, justo al lado de otra mesa.
Saoirse llega a nosotros.
— Pero yo iba a sentarme cont...
— Yo me siento con Jenna. Siempre. No intentes quitarle el sitio.
— Pero...
— No soy flexible en esto. Soy una persona que le gusta mantener lo que ya está bien — Se cruza de brazos con indiferencia. — Y estoy muy bien sentado con quien estoy.
Ella va a gesticular algo pero se arrepiente en cuanto Tadhg le da la espalda para volver a mirarme. Alzo la cabeza para poder mirarle a los ojos.
Le acaba de dar puerta a Saoirse... por mi.
Para sentarse conmigo.
— ¿Como estás? — Es lo único que soy capaz de preguntar.
— ¿No debería de preguntártelo yo a ti? — Ladea la cabeza. — Niamh me contó lo que te pasó.
Trago grueso. Mierda.
Reúno las manos tras mi espalda, nerviosa.
— Me mareé — Excuso. — Nada más.
— Claro, y yo estuve bailando un vals con Eoghan Wilkinson.
Su comentario me hace reír. Mi primera risa de verdad después de más de dos meses.
Extrañaba esa sensación. Esa pequeña oleada de felicidad que sientes cuando ríes.
Te olvidas de todo, simplemente sonríes.
Decido continuar su juego.
— No sabía que bailabas tan bien.
Él da un paso hacia mi. Me invaden los nervios.
— Cuando quieras te enseño, rubia.
Su voz era baja, algo entre los dos. Como un secreto a plena vista. Por que, por supuesto, estamos en mitad de clase y la poca gente que hay dentro nos observa.
Abro la boca para soltar otro comentario, pero por primera vez en mi vida, no tengo nada para responder.
Gracias a dios, soy salvada por la campana cuando el profesor de economía aparece por la puerta. Pongo mi mejor cara de superioridad y chisto.
— Otro día será, Lynchy.
Ríe por lo bajo mientras se suelta la corbata y se sienta en su silla justo al lado de la mía.
Me siento como si todo volviese a encajar.
Cuando toca el timbre, agarro mi mochila y salgo de clase. Me pierdo entre los pasillos hasta que choco con alguien.
— Uy, perdona.
Alzo la cabeza y veo a la versión mayor de Tadhg. Ojos verdes, pelo rubio y cara de pocos amigos.
Joey. Y a su lado, Aoife.
— ¡Jen! — Saluda Aoif sonriente.
Le devuelvo el saludo.
— Katie nos dijo lo que te pasó — Dice Joey. — ¿Como estás?
Me sorprendo ya que no me esperaba esa pregunta por su parte, la verdad.
— Bien. Muy bien — Sonrío, recuperando seguridad. — Fue una tontería — Resto importancia. — Nada más.
La rubia me pasa un brazo por los hombros y tira de mi para que ande junto a ellos.
Perfectamente, podría parecer su hija. Excepto por la altura, claro.
— ¿Como te han ido los finales? — Inquiere Aoife.
— He ido justa por todas las faltas, pero bien.
— ¡Genial! — Aplaude. — A Joe lo han cambiado a la clase avanzada junto con Johnny.
Elevo las cejas sorprendida. Kat me ha dicho que los hermanos Lynch son increíblemente listos.
Supongo que debido a sus circunstancias — de las cuales no se casi nada y tampoco me atrevo a preguntar — se han visto ciertamente... limitados.
— Que guay, ¿y tú?
— Ella está en la clase de los cortitos con Gussie — Aoife le da una colleja a Joey. — Auch.
Su novia le ignora y este blanquea los ojos.
— ¿Vas al comedor?
Asiento.
— Si, supongo que mis amigos me estarán esperando.
— ¿Tadhg entre ellos? — Pregunta y parece que eso llama la atención de su novio. Vuelvo a asentir. Ella sonríe y da otra palmada con un saltito de felicidad. — ¡Que guay! Te dejamos, entonces.
Tras despedirme de ellos, me dirijo a la muerta del comedor mientras escucho a Joey murmurar:
— No hay quien te arregle, Molloy.
— Me quieres así, semental.
Río por lo bajo al escucharles. Me encanta su relación.
Conocerse desde los doce, pasar por todo lo que han pasado y aún así seguir juntos... me parece lo más bonito del mundo.
Para mi, eso es el amor de verdad. La forma en la que se quieren el uno al otro. Con sus defectos y sus virtudes.
Estaba divagando sobre lo sola que estoy cuando siento que alguien me agarra de la muñeca y tira de mi con fuerza. Solo soy capaz de ver un cabello moreno cuando me arrastran hasta un pasillo solitario y me empujan contra una taquilla.
— ¡Joder, Eoghan! ¿Que coño haces? — Muevo la muñeca en círculos mientras siento como el dolor me recorre la columna vertebral. — Me has hecho daño.
Ahora que me fijo, su nariz está prácticamente recuperada pero aún le quedan rastros de lo que sucedió en aquel vestuario. El cabrón de Tadhg le dio bien.
— ¿Que hacías con Tadhg Lynch esta mañana?
Frunzo el ceño, confundida.
— ¿Qué?
— Me has oído. ¿Que te traes con él?
— Nada, joder. Nos sentamos juntos. Mi mejor amiga sale con su mejor amigo, ya está.
Ni siquiera sé por que le estoy dando explicaciones. Pero el estómago se me remueve cuando veo mi muñeca, que ahora está ligeramente roja.
— No eres mi novio. No te debo explicaciones — Recuerdo.
Da un golpe a la taquilla, justo al lado de mi cabeza, yo me estremezco.
— ¿Sabes? Creo que no me estás entendiendo.
Vaya, que sorpresa.
No me da tiempo a rebatir cuando estampa sus labios contra los míos.
Eoghan Wilkinson me está besando.
Joder.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Com