555 'Tadhg;;
22 de octubre #🪽

Cuando veo bajar a Jenna por las escaleras, se me corta la respiración.

Va acompañada de Tara, pero solo soy capaz de fijarme en ella.

Lleva un top estilo pañuelo con escote en cadera de malla brillante color azul celeste con tirantes de pedrería, sus hermosas piernas van acompañadas de una mini falda de mezclilla azul con un cinturón integrado de hebillas metálicas, de corte ultra corto y unos tacones de tiras finas en charol azul celeste con plataforma y tacón de aguja alto. Lleva un par de accesorios dorados que le adornan el cuello y las muñecas.

Mente fría, Tadhg. No es tu chica.

Cuando ambas bajan, la mayoría elogia a la cumpleañera y ella sonríe a su lado como si no hubiera roto un plato en su vida.

La gente va llegando y el alcohol empieza a repartirse como agua en el desierto. La música estaba todo volumen, gente bebía y otra bailaba.

Otros subían al piso de arriba a disfrutar de los placeres de follar. No es mi caso.

Ahora, estoy en la cocina justo al lado de Declan y Niall.

— Necesito una novia.

Dec suspira.

— No, Niall. No necesitas novia, necesitas que alguien te quite el calentón.

— ¿Sabes qué? — Le apunta con un dedo. — Tienes razón. Voy a cumplir la misión que me has dado.

— Yo no te he dado nada, no me metas en tus mierdas.

Niall, tambaleándose, le da un par de palmaditas en la espalda.

— Te quiero tío — Arrastra las palabras. — Eres listo de cojones — Bosteza. — En fin, me piro.

Se aleja poco a poco procurando no tropezar. Me giro a mirar a Feely.

— Se encontrará a alguna tía, la seducirá, le vomitara encima y ella saldrá por patas.

— Cinco euros a que antes de seducirla le vomita encima.

Me estrecha una mano y la acepto.

— Trato. Voto por pillarnos unas pintas para celebrar.

— Si no ha ganado nadie.

— Pues voto por pillarnos unas pintas por que somos los tíos más guapos de la fiesta.

— Eso me gusta más.

Pasando por mi lado, me da una palmadita en el pecho y va en busca de bebidas.

Llevo mi vista hacia el salón.

Voy a arrancarme los ojos.

Eso es lo único en lo que puedo pensar mientras veo a Jenna riéndose sin parar sentada en el sofá al lado del imbécil de Wilkinson. Él tiene un brazo rodeando sus hombros y me invaden las ganas de ir y arrancárselo.

No es tu chica. Me recuerdo una y otra vez.

De repente, esa irritante voz me invade los oídos.

— Tadhg.

Tadhg, Tadhg, Tadhg.

Me llevo dos dedos al puente de la nariz y lo masajeo.

— Saoirse — Saludo si mirarla a la cara.

— Estás muy guapo hoy.

Suspiro y me obligo a darle un repaso. No estaba mal, he de decirlo.

— Tú también. Te queda bien ese vestido.

Ella sonríe como su acabase de hacerla la mujer más feliz del universo. De forma seductora, se acerca a mi contorneando las caderas y me posa un dedo en el pecho, empieza a juguetear.

— Podríamos hacer algo... — Se acerca a mi oído. — Lo pasamos bien este verano, ¿no crees? — Me da un peligroso lametón en el cuello. — Estoy dispuesta a darte más... mucho más.

Por un momento siento el impulso de aceptar y llevármela arriba para olvidarme de la rubia que hay en el sofá charlando con otro tío, pero pronto cambio de opinión.

Trago saliva mientras siento como ella agarra mi mano y la posa en su cadera. Por puro instinto, le doy un apretón ahí y ella se lo toma como un sí. Justo cuando va a pegar sus labios con los míos, doy un paso hacia atrás.

— ¡Declan! — Saludo a mi amigo con una repentina felicidad.

El pobre chaval, estaba parado detrás de Saoirse con una pinta en cada mano y una mezcla de confusión en su cara.

— Te he traído esto.

Iba a aprovechar y escabullirme con él, pero Saoirse se me adelanta y le quita las dos pintas a Feely, me tiende una la cual agarro.

— Gracias, Declan. Ya puedes irte...

Antes de que termine de echar a mi amigo, le arrebato la pinta y se la doy a Feely.

— Dec y yo tenemos mucho que celebrar. En otro momento, Sao.

Veo como pone un ligero rostro de fastidio, pero decide cambiarlo y volver a acercarse a mi oreja.

— ¿Luego nos vemos?

Asiento y cuando ella deposita un beso en mi mejilla, siento como se me tensa cada músculo del cuerpo. Cuando se aleja, aparto la mirada bruscamente.

— Joder.

Suspiro y choco mi pinta con la suya.

— Eso digo yo. Joder.

Ambos damos un trago sin mediar palabra.

Media hora más tarde y dos pintas más, a Declan le aborda una morena con cintura de infarto y decide abandonarme por un par de tetas y un culo bonito.

Cuando creo que ya es mi hora de irme, cierta persona se sube a la encimera y se sienta a mi lado, dejando caer sus piernas y moviéndolas como una niña pequeña.

— Llevas aquí toda la noche.

— ¿Llevas mirándome toda la noche? — Inquiero.

— Puede ser — Admite con la mirada fija en sus piernas. — Es dificil no hacerlo.

— ¿Eso que acaban de escuchar mis oídos es un cumplido por tu parte, rubia?

— Más quisieras — Tras unos segundos de silencio, vuelve a hablar. — Tadhg.

Doy un trago.

— Dime.

— ¿No vas a decirme nada?

— ¿Sobre qué?

— Ya sabes...

Rápidamente lo pillo.

— ¿Debería? — Ella asiente. — Tú novio está cerca.

— Da igual. Dilo.

— ¿Y si no quiero? — Dejo la pinta en la encimera y me cruzo de brazos. — Tú nunca me haces cumplidos.

— ¿Quieres que te haga un cumplido? — Asiento, ella se pone nerviosa. — Bonito... n-no puedo.

Carcajeo.

— ¿No tienes nada bonito para decirme, rubia?

— No es eso.

— ¿Entonces?

— Yo, no...

— Dilo.

— Bonitos abdominales, Lynchy. Una pena que no me los enseñes más.

Así me gusta.

— Bonitas piernas, rubia. ¿Cuando me las vas a abrir?

— En tus sueños, niño bonito.

— Dios mio, dos cumplidos en una noche — Le toco la frente. — ¿Tienes fiebre? Cuidado haber si le vas a coger gusto a eso de hacerme cumplidos.

— Y una mierda — Me quita la pinta y le da un trago.

Cuando he escuchado ese precioso bonitos abdominales se me ha bajado la presión. Ahora lucho por controlar mis nervios y no hacer algo de lo que me pueda arrepentir después.

Estamos todos en el salón, Tara acaba de abrir sus regalos.

Cian le ha regalado el último iPod que ha salido, justo el que quería. Cuando ha visto el regalo de Jenna se ha puesto a dar saltitos de alegría y, cuando a abierto el mío, me ha llenado la cara de besos y me ha estrujado en un achuchón de los suyos.

No suelo sentirme cómodo con este tipo de contacto físico, bueno, en general con ningún tipo, pero sólo se lo he permitido por que es su cumpleaños y me ha puesto cara de cachorrito triste.

Ahora, la fiesta volvía a estar en su auge y mis amigos y yo estábamos sentados en los sofás mientras aún había gente con ganas de bailar.

Le dije a Edel que me quedaba a dormir a casa de Cian y él le dijo a sus padres que se quedaba a dormir en la mía, así que ambos tenemos vía libre para beber y hacer lo que queramos.

— Por la buena vida.

— Por la buena vida, amigo.

1 semana sin actualización, perdónenme 😔😔😔

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