555 'Jenna;;
4 de noviembre #🪽

Desde mi asiento en segunda fila justo en el centro de clase, observo por ventana como la lluvia cae sin cesar. En Irlanda, la mayoría de días al año llueve, por lo que el simple echo de que se asomen unos rayitos de sol, es motivo de celebración.

Estamos en clase de historia y el profesor parlotea sin parar mientras apunta numerosas fechas en la pizarra.

Siento como me presionan con la punta del lápiz en la espalda. Doy un respingo y me giro automáticamente para ver a Tadhg Lynch observándome con una risita malévola en la cara. Será gilipollas.

— ¿Te diviertes? Me has manchado el uniforme.

— Joder, es una mancha la hostia de grande.

A juzgar por su tono, se está riendo de mí.

— Y tú eres la hostia de gilipollas.

— ¡Wilmot! — Me giro hacia la pizarra. Es el profesor. — Está usted muy habladora, ¿no cree?

No soy yo la que lleva dando la tabarra 45 minutos.

Otro toquecito con el lápiz. Suspiro exasperada.

— Una disculpa, profesor.

Pasa de mi cara y vuelve con la clase.

Otro más.

— Que irresponsable — Comenta Cian por lo bajini riéndose de mi.

Uno más.

— Es una mala influencia — Coincide Tadhg.

— Os voy a meter el lápiz por el culo y le voy a dar vueltas.

Un golpe en la pizarra hace que me sobresalte otra vez y vuelva a mirar al profesor.

— ¡Wilmot, fuera de clase! ¡Ahora!

— Tadhg no deja de molestarme — Me defiendo.

— ¡Es una mentirosa! — Se mete.

Agarro mi estuche y se lo lanzo, lo atrapa por los pelos y la clase estalla en risas.

— ¡Oye!

— ¡Serás gilipollas!

— ¡Niñata!

— ¡Imbécil!

Tadhg hace el amago de hablar pero el profesor aparece a nuestro lado.

— Los dos fuera de clase, ahora.

— Pero...

— ¡Fuera de clase si no queréis acabar en dirección!

Sin mediar palabra, Lynch y yo nos levantamos de nuestros sitios y salimos de clase.

Cuando el profesor nos cierra la puerta en las narices, los dos nos giramos a la vez para mirarnos. No logramos aguantarnos y nos echamos reír a carcajada limpia.

Joder, creo que es la primera vez que le escucho reírse y podría convertirse en mi nuevo sonido favorito.

— ¿Niñata, enserio? — Pregunto cruzándome de brazos mientras él se limpia una lágrima de felicidad que cae por su mejilla.

— No se me ha ocurrido nada mejor — Admite. — Tú eres una básica.

— Tú un capullo.

— ¿Ah si? Pues tus p...

Se corta de inmediato cuando ve a Eoghan salir de clase. Mierda.

Me tenso por completo y doy dos pasos para alejarme del rubio.

— ¿Tienes que arrastrarla a tus mierdas, Lynch?

Mi compañero de pasillo ladea la cabeza, repentinamente divertido.

— Algo me dice que le gusto yo más que tú.

— Y una mierda. La obligas con estas gilipolleces a estar contigo.

Me meto entre ellos.

— Yo he empezado la discusión, Eoghan. Bájale con tus mierdas — Como si llevase una correa atada al brazo, él me agarra por la muñeca y tira de mi, haciéndome daño. — ¡Joder! Me duele.

Tadhg tarda apenas milésimas de segundos en agarrarme por la cintura y alejarme de él, ocultándome tras su espalda.

— No te pases, gilipollas. No es tu perro.

— ¿O si no qué?

— ¿Quieres tener la cara echa un cuadro como el año pasado?

Aprieta la mandíbula claramente tenso al recordar el incidente de segundo curso. Sin ningún argumento para defenderse, me asesina con la mirada y luego vuelve a entrar a clase dando un portazo.

Me relajo por completo pero la ansiedad vuelve a mi cuando veo a Tadhg volverse hacia mi con expresión cabreada.

— ¿Dejas que te trate así siempre?

— A sido solo por que estabas delante.

Siempre es así cuando la conversación te incluye a ti.

— Claro, claro. Tu novio es un poco inseguro, ¿no crees?

— Que no es mi novio, joder.

— Y una mierda — No respondo. Alza las cejas sorprendido. — Un momento, ¿lleváis liados desde mediados del año pasado y aún no te ha pedido ser su novia?

Asiento lentamente.

— Que fuerte, ¿eh?

— Que imbécil.

Consigo cambiarle de tema a cualquiera menos uno que tenga el apellido Wilkinson de por medio y amenizo la espera en el pasillo. Para cuando acaba la clase, estoy sentada frente a él, cada uno con la espalda pegada a la pared y mirándonos fijamente mientras hablamos de cualquier cosa.

El timbre que da por finalizada la cuarta hora por fin suena y nuestro castigo en el pasillo tiene su fin. Tadhg se levanta y me tiende una mano para que yo me levante. Tras replanteármelo unos segundos, acepto su mano y con suma facilidad, el chico tira de mi y me levanta con cuidado. Sonrío levemente.

— Gracias.

— Espero que la clase en el pasillo les haya echo reflexionar a ambos.

Como si quemáramos al otro, nos separamos dando un respingo y miramos al profesor.

— ¿Hay algo que hacer? — Pregunto y Tadhg me pellizca el costado, le aparto la mano de un manotazo.

— Tenéis que hacer un trabajo.

— ¿Tenemos? — Pregunto horrorizada. — ¿Juntos?

— Debido a que se han perdido la clase de hoy, deben hacerme un trabajo sobre lo explicado y presentármelo la semana que viene.

Debe de ser una broma. Miro a Tadhg como si pudiera separarle la cabeza del cuerpo, este solo tiene la cabeza agachada y contiene una risita.

Suspiro.

— De acuerdo — Acabo aceptando.

En el cambio de clase de quinta a sexta hora, me escabullo por los pasillos de tercero hasta llegar a los de sexto en busca de mi hermana. La encuentro apoyada en su taquilla con Aoife y Patrick.

— Holiiii — Aoife me saluda con la mano.

— Aoif, Feely — Este me devuelve el saludo con un asentimiento y yo vuelvo a mirar a mi hermana. — Kat, ¿todo bien?

Ella asiente rápidamente, aún que mi instinto me dice que no.

— Si, si. ¿Que pasa? Nunca sueles aparecer por aquí en los cambios de clase.

Muchas veces, suelo mezclarme con el grupo de mi hermana en el comedor o antes de entrar al instituto por las mañanas.

— Verás, no iré a casa a comer. Hoy me han sacado de clase y ahora me toca hacer un trabajo.

— ¿Con Tara?

— Con Tadhg.

Patrick abre los ojos como platos mientras Aoife y Katie comparten una mirada silenciosa. Veo como Molloy le da un toquecito en el costado a mi hermana.

— Con Tadhg... — Repite la rubia. — Vas a ir a casa... de Tadhg.

— Si — Frunzo el ceño. — ¿Tan complicado es de entender?

— Te han sacado de clase... — Empieza Patrick. — Con Tadhg.

— Mini-Joey está que se sale — Katie murmura y su amiga le da un codazo, esta esconde una risita.

— Si, con Tadhg. Tadhg Lynch. Ese que es clavadito a Joey. A ti te suena, ¿verdad Aoife? Joey, Joey Lynch digo. Hasta me parece que tenéis un...

— No seas pesada — Me regaña Katie.

— No intentes reírte de mí — Espeto. — En fin, era eso. Dejo de intervenir en tus flirteos con Feely.

— ¡Serás...!

No alcanzo terminar de escuchar la frase ya que me alejo a toda velocidad de mi hermana mayor.

Jenna 1.
Katie 0.

Ir a casa de Tadhg todo el día ya me parecía una pésima idea, pero mis sospechas se confirmaron cuando nos montanos en el coche con Johnny Kavanagh y Shannon Lynch, la hermana de Tadhg.

— ¿Como te van este año las notas? — Pregunta Shannon.

Aprieto el borde de mi falda con los puños, nerviosa. Escucho como Tadhg reprime una risita.

— Bien, gracias. ¿Y a ti? Kat me contó que querías ser veterinaria.

— Si, todo va bien — Sonríe. — A Tadhg no...

— Shannon — Advierte el menor.

— A Tadhg le cuesta ponerse a estudiar, ¿sabes?

Oh.

— Podrías ayudarle — Interviene Johnny.

Joder, que cabrones. Viendo las caras cómplices que tienen esos dos, estoy segura de que Aoife le ha contado a Gibsie mi conversación con ella y Kat esta mañana y Gibsie se lo ha contado a Johnny. Que a su vez, se lo ha contado a Shannon.

Ese grupo es como un puto circulo cerrado.

— No tengo 5 años — Se defiende.

— Pero si un 5 en economía y historia.

— ¿Te lo ha contado él gordo de Gibsie? Igual que se come la comida se puede comer sus palabras. Chivato.

Johnny ríe y Shannon regaña a su hermano con la mirada.

— Yo no tengo problema en ayudar — Admito. — Se me da bien historia.

— ¿Ves? — Shannon sonríe. — Puede ayudarte. El año pasado, Johnny me ayudaba a mi en matemáticas.

— Si, y me parece que en algo más.

— ¡Tadhg! — Regaña su hermana.

— Doy la conversación por finalizada.

Johnny, sin atreverse a mirarnos por el espejo del coche, sube el volumen.

A mi parecer, la comida fue más o menos bien. Edel me ha estado preguntando cosas de mi vida y yo le he contestado todo con una sonrisa y sin vacilar. Shannon y Johnny intervenían de vez en cuando.

Y por no olvidarme de la presencia de un hombre que no conozco. Parece de unos veintitantos años, moreno y bastante parecido a Shannon. ¿Un familiar, quizá?

Cuando Tadhg me llevó a su habitación, me quedé asombrada. Era bastante grande, tenía una cama matrimonial pegada a la pared. Habia una enorme cristalera que llenaba la habitación de luz. Un escritorio con un ordenador. También había una tele frente a la cama con una vídeo consola.

Joder.