16 .ᐟ roncola
555 'Tadhg;;
31 de octubre #🪽
Con mi disfraz de ghostface, entro a la lujosa casa de Saoirse Wilkinson.
Voy vestido completamente de negro, llevo la máscara en la mano y tengo el mango del cuchillo falso metido en la parte delantera del pantalón, con la sangre falsa cayendo por el filo.
— Que guapo vas.
Miro por encima del hombro a Saoirse, quien está detrás de mi vestida de diablesa con un vestido rojo minúsculo y una diadema con cuernos. Prácticamente me come con los ojos.
— Siempre voy guapo.
Sonríe de forma juguetona y se acerca a mi lentamente, pasa la mano por mi abdomen hasta llegar al filo del cuchillo. La sigo con la mirada.
— Bonito cuchillo.
Se relame los labios mientras intenta meter la mano dentro de mi pantalón. Trago grueso mientras doy un paso atrás.
— Voy a por algo de beber.
Sin esperar respuestas o peticiones por su parte, atravieso el pasillo plagado de personas hasta llegar a la cocina. Voy directo a la nevera y me preparo un roncola rápido.
— Casi, ¿eh?
El volumen de la música está muy alto, por lo que eleva la voz. Me doy la vuelta y veo a Declan disfrazado de vampiro. Sonrío levemente mientras alzo el vaso.
— Brindo por haber escapado.
Choca su vaso con el mío y ambos bebemos después.
— No esperaba que vinieras.
— No esperaba venir — Admito. — He venido de última hora por culpa de Niall. El mamón me ha sacado de casa a rastras.
— Si, es muy típico de él — Ríe y da otro trago.
Siento como un brazo se apoya en mis hombros.
— ¿Qué es muy típico de mi?.
Giro la cabeza para ver al recién nombrado a mi lado, con una sonrisita socarrona y una cerveza en la mano libre. Con un suspiro, aparto su brazo de mis hombros.
— Ser un gilipollas.
— Ahh, si — Asiente enérgicamente. — Eso si. Por cierto, ¿habéis visto el puto vestido que lleva Saoirse? Si es ella quien me tortura, quiero arder en el puto infierno.
Hago una mueca de asco mientras me siento en la encimera.
— Toda tuya.
Abre los ojos como platos.
— Joder, ¿te la has tirado?
— ¿Qué? Ni de coña, hostia. Nos hemos liado un par de veces.
— No se toca, entonces.
— No es un objeto — Le recuerdo.
— Lo sé, lo sé — Alza los brazos en señal de rendición. — Pero ya me entiendes.
Asiento lentamente para que no se preocupe. Aunque en realidad, me da igual si se acuesta con ella o no.
— Chicas, que guapas.
Giro la cabeza en la dirección en la que está hablando Declan y veo como Niamh y Jenna entran a la cocina. Niamh va disfrazada de enfermera sexy y Jenna... joder.
Lleva un body negro que deja poco a la imaginación y una cola y unas orejas de gatita. Lleva el pelo suelto y en la cara lleva pintados unos bigotes de gato. Siento como toda la sangre va a mi entrepierna y me reacomodo el pantalón.
Mierda.
Veo como Cian entra detrás de ellas y me guiña un ojo. Maldito hijo de perra.
— Hola chicos.
La cabrona sonríe como si no supiera perfectamente lo jodidamente buena que está.
Tras mantener contacto visual con ella y ver como me recorre con la mirada y se relame los labios, me empino en cubata y lo termino de un solo trago. Se lo tiendo a Niall.
— Ponme otro — Me aclaro la garganta. — Bien cargado.
Sin apartar la vista de mi, Jenna sonríe de forma malévola y retengo mis impulsos de arrancarle la sonrisita de un beso.
Llevo más roncolas de los que puedo contar y la cosa a llegado a tal punto que ahora mismo estoy viendo como Niall hace uno de sus bailes sensuales en mitad del salón. La gente grita ovaciones mientras le tira alcohol por encima.
— La vergüenza le tiene miedo a él — Comenta Jenna mientras se posiciona a mi lado.
Me obligo a no darle otro repaso y mantengo la vista en mi amigo.
— Me gusta tus disfraz — Vuelva a hablar, esta vez más cerca de mi oído.
La miro de reojo y veo como se ha tenido que poner de puntillas para alcanzarme. Aprieto la mandíbula.
— Gracias.
— ¿No me vas a decir nada? — Inquiere batiendo sus pestañas varias veces.
Alzo las cejas.
— ¿Debería decirlo?
Ella asiente con una pequeña sonrisa. Al ver que no digo nada, vuelve a hablar.
— Bonito cuchillo.
Ahora si.
— Bonitas piernas.
Su sonrisa se ensancha y no puedo evitar bajar la mirada a sus labios bañados en brillo.
La exhibición de uno de mis mejores amigos acaba y cada uno vuelve a su rollo. Algunos bailan o beben, otros se han subido a la parte de arriba y disfrutan de las ventajas de tener a alguien a quien tirarse.
Como si me leyera la mente, Cian habla.
— Tú tienes a alguien a quien tirarte. ¿Que haces aquí?
— Tú novia está aquí y va vestida de policía sexy. ¿Que cojones haces tú aquí?
Se encoge de hombros.
— Hemos discutido antes de venir.
— ¿Y por qué mierda estas aquí parado? — Frunzo el ceño. — Ve y recupera a tu chica.
— Últimamente está... rara.
— ¿Y por eso vas a dejarla en mitad de una fiesta sola y probablemente borracha? Te quiere y tú a ella, no seas mamón.
— ¿Desde cuando sabes tanto de relaciones?
Los hombros se me caen y no me creo las palabras que estoy apunto de decir.
— Desde que no puedo estar con la chica que quiero.
— ¿Y por qué?
— Por que estoy muy jodido como para hacerlo.
Alza las cejas.
— ¿Y crees que a ella le importa eso?
— Debería — Acepto. — Ya... ya sabes el por qué.
Me da miedo perder a alguien más.
Me da miedo que el amor se me escurra entre las manos otra vez. No se querer a nadie. Nunca he sabido y nunca me he sentido querido por alguien más que mi familia.
Me da miedo querer a Jenna, enamorarme de ella y que acabe mal. Que ella no me quiera o... no saber quererla yo. No hacerlo bien.
Me da miedo acabar como mis padres. Tener una familia rota, llena de personas infelices y que destroza a todo el que forma parte de ella.
Me palmea la espalda varias veces.
— No puedes decidir por ella. Pero si puedes luchar.
Cuando siento que estoy a punto de romperme, vuelvo a elevar mis muros de piedra y decido cambiar de tema.
— Ve y lucha por tu chica.
Sin esperar una respuesta por su parte, me alejo. No me da tiempo a avanzar demasiado cuando siento que me agarran del brazo y tira de mi hacia la cocina.
— Llevo toda la noche buscándote.
Saoirse se sube a la encimera y me rodea la cintura para atraerme a ella.
— Yo a ti también.
Mentiroso. No la buscas a ella.
Su olor a coco me inunda las fosas nasales y hago mi mayor esfuerzo para no alejarme. Luchando contra todo mi cuerpo, acabo cediendo y poso una mano sobre su cintura, la acerco más al borde.
— Que bien — Se acerca a mi. — ¿Verdad?
Asiento lentamente mientras acaricio su muslo con mi mano libre. Prácticamente ronronea y a la cabeza se me viene la imagen de cierta rubia disfrazada de gatita. Joder.
Antes de que Saoirse hable o permitirle a mi imaginación volar aún más, estampo los la labios De la morena contra los míos.
Por qué no es rubia, si no morena.
No es Jenna.
Me lo repito constantemente mientras devoro sus labios.
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