21 .ᐟ no hay vuelta atrás
555 'Tadhg;;
25 de diciembre #🪽
Desde aquel día en el instituto, he intentado pasar el máximo tiempo posible con Jenna. Distrayéndola a la hora de comer y cenar, para que se le olvide lo que hace y se acabe el plato por completo. La mayoría de veces funciona. Para evitar que vomite después, la llamo y no le cuelgo hasta asegurarme de que esta dormida.
Es el día de navidad, junto a los Kavanagh y los Molloy, hemos celebrado el cumpleaños de Joey como una familia.
Como todos los años desde que vivo aquí, me paso todo el día pensando en la última navidad que pasé en aquella casa.
Joey ahorró durante meses para comprarnos lo que queríamos. Mamá le dio a papá todo el dinero que le prestó Joey para comida y Aoife nos tuvo que llenar la despensa ese mes.
Tras librarme de la tortura que es cantar el cumpleaños feliz, me pongo el abrigo y salgo al jardín.
Enciendo un cigarro y me lo llevo a los labios mientras observo la casa del árbol que construyeron hace unos años Johnny, Hughie, Feely y él gordo de Gibsie para Ollie.
Recuerdo que fue poco después de llegar. Después de que nuestra casa se incendiara. Y lo hicieron para que Ollie tuviera algo con lo que entretenerse y así que no pensase en todo lo que acababa de ocurrir.
Joey tenía a Edel y Aoife.
Shannon a Johnny.
Ollie la casa del árbol.
Sean no era capaz de comprender la gravedad de lo que acabábamos de vivir.
Y yo... no tenía a nadie.
— Eres el que más se parece a mi, ¿sabes?
No me hace falta darme la vuelta para saber quien es. Reconozco la voz de mi hermano a la perfección.
— Me has criado tú — Recuerdo. — ¿Que esperabas?
Llega a mi lado. Lleva un enorme abrigo negro y más manos metidas en los bolsillos.
— Que con Edel te serenaras un poco.
Le doy una calada y suelto una risita junto al humo.
— Te equivocaste.
— Lo supe desde el principio — Me quita el cigarro y le da una calada. — Edel me ha enseñado tus notas. Has mejorado.
— Parece que después de todo si me he serenado un poquito, ¿no?
— Eres un tío listo. Podrías aprovecharlo más.
— También me parezco a ti en eso.
Resopla con una risita.
— Me han contado que últimamente eres muy amiguito de Jenna Wilmot.
— Me da clases. Es mi mejor amiga.
— Yo también tuve una — Me pasa el cigarro. — Si quieres saber como acabó, entra.
— Hay un niño de dos años correteando por ahí que me lo recuerda constantemente.
Ríe.
— Es un cabroncete muy listo.
— Como su padre.
— Y como su tío.
Le doy una calada grande al cigarro y luego dejo que la ceniza caiga al suelo. Suelto el aire lentamente.
— Tadhg.
— Joey.
Apoya una mano en mi hombro y lo aprieta levemente.
— Estoy orgulloso de ti, ¿sabes?
Por primera vez, me giro a mirarle.
— Yo estoy más orgulloso de ti, créeme.
Aprieta la mandíbula y me aparta la mirada. Hago lo mismo.
— Se que no estás bien.
Conozco a mi hermano. No le gusta hablar de estas cosas. En realidad, nunca recuerdo haber tenido una conversación profunda con él.
— Son gilipolleces.
— Llevas así desde el incendio.
— Todos hemos cambiado desde el incendio.
Asiente.
— Shannon está radiante — Admite. — Ollie y Sean tienen una familia de verdad. Joder, hasta yo soy feliz — Me vuelve a quitar el cigarro y da otra calada. — ¿Pero y tú?
Mantiene sus ojos verdes en los míos. Aprieto la mandíbula.
— Yo...
La puerta de casa se abre, John habla a nuestra espalda.
— Chicos, entrad — Ofrece. — Os vais a helar ahí fuera.
Es de noche, son más de las doce y hace un frío de cojones. Joey y yo no tardamos en aceptar su oferta.
Cuando entro, subo directamente a mi habitación. Me niego a más celebraciones, regalos o a Darren intentando hacerse el hermano perfecto.
Simplemente, no me apetece.
Me tumbo en la cara y me quedo mirando al techo.
Rubia
< Rubia preciosa llamando a Lynchy >
< Disponible? >
Tadhg
< Para ti siembre, rubia >
Rubia
< Me aburro >
Tadhg
< Vaya, cuanto lo siento >
Rubia
< Tú también >
Tadhg
< Puede ser, te importa? >
Rubia
< Ajam >
< Hacemos algo? >
Tadhg
< Como que exactamente? >
Rubia
< Ver el amanecer >
Tadhg
< Aún quedan horas para eso >
Rubia
< ¿Y >
Tadhg
< En media hora estoy allí >
Rubia
< Así me gusta, Lynchy >
Tadhg
< Que te jodan >
Rubia
< XX. >
Estoy terminando de ponerme los zapatos cuando Shannon entra a la habitación.
— ¿A dónde vas?
Termino de atarme los cordones.
— Voy a dar una vuelta.
Sonríe levemente y enarca las cejas.
— Con Jenna.
— ¿Te importa?
— Bueno, dado que son las 1 de la mañana y eres mi hermano pequeño, si.
— Pues si, voy con ella — Suspiro. — Y los dos sabemos que aquí el que cuida del otro soy yo.
Ignora mis ultimas palabras.
— Guay.
Sonríe y cuando esta a punto de salir de la habitación, la detengo.
— Shan.
— ¿Dime?
— Tres años.
— ¿Eh?
— Tres años a tardado en contarme lo que le ocurría.
— ¿De que me hablas?
No se acuerda.
— La conversación que... — Me corto. — Mira, da igual.
— ¿Estás seguro?
Asiento y voy hacia la puerta. Ella está apoyada en el marco.
— Feliz navidad, Shan.
Ella sonríe y me rodea la cintura en un abrazo. Le doy un beso en la frente.
— Feliz navidad, Tadhg.
Una vez he llegado, repito el proceso de colarme en el jardín, subir a la caseta y agarrar la cornisa de la ventana para impulsarme.
Como siempre durante el último mes, está abierta.
Me quedo sentado en ella con una pierna dentro de la habitación y otro fuera. Miro a la chica sentada en la cama, con las rodillas pegadas al pecho y una sonrisa en la cara.
— Hola, rubia.
— Hola, Lynchy.
No me sorprende el echo de que nadie celebre nada en su casa. Su madre estará trabajando en el bar, Katie estará fuera y bueno, su padre... no está.
— ¿Lista para nuestra escapada a ver el amanecer?
— Tengo una idea — Sonríe emocionada.
— Soy todo oídos.
Joder, haría todo lo que tú quieras.
— Desde la habitación de Katie se puede subir al tejado. Podemos buscar un par de mantas, algunas almohadas y comida. Podemos verlo desde aquí.
— Me parece bien.
Entro del todo a la habitación y me lanzo a la cama de un salto, ella se echa a reír.
— Vamos — Tira de mi pero no me muevo. — No empieces con tonterías.
— Yo quiero dormir — Me quejo, bostezando. — Déjame dormir aquí.
— ¿En mi cama?
Mi espalda se tensa e intento que no se de cuenta.
Se me ha ido la cabeza.
Me levanto de la cama y me aliso la camiseta, haciendo como si no hubiera pasado nada.
— ¿Dónde están esas mantas?
Durante unos segundos, no me mira a la cara.
— Hay algunas en la habitación de Kat.
— Pues vam-... voy — Corrijo. — Voy yo a por ellas.
Me doy la vuelta e intento salir de la habitación cuanto antes.
— Tadhg, tenemos que subir por la ventana de su habitación.
Me freno en seco pero no me giro a mirarla.
— Oh. Pues vamos.
Sin esperarla, salgo de la habitación. Cuando llego al antiguo cuarto de su hermana, me doy de bruces con que está completamente vacío. Solo consta de una cama y un armario, nada más.
Voy hacia el armario y lo abro. Mientras rebusco en él para encontrar las mantas, escucho como Jenna entra en la habitación.
— ¿Tú hermana que estudia?
— Magisterio. Quiere dar clase a niños pequeños — Responde tras mi espalda. — Pero en realidad, ella siempre a querido hacer música.
— El hermano de Declan también, ¿no?
— Ajam. Ellos están... están juntos.
Por eso ella no está aquí en navidad. Está con la familia de Feely.
— ¿Hace cuanto que no la ves?
— Unos meses, pero me dijo que vendría a hacerme una visita.
¿Una visita? Ni que fuera el familiar que solo ves en tu cumpleaños y en navidad. Es su hermana y es navidad, joder.
— Guay.
— Si, guay.
Tras unos segundos de silencio sin saber que contestar, me doy la vuelta y le enseño las mantas elegidas. Me encuentro con que ella tiene un par de almohadas entre sus bracitos.
— Las damas primero — Digo al posicionarme a su lado. — Ah, y tú también puedes pasar primero.
Me lanza una almohada la cual yo esquivo con una risita.
El sol ya está saliendo, Jenna está sentada con las rodillas pegadas al pecho y abrazándose a si misma. Me daba la espalda, ya que yo estoy acostado por completo con las manos detrás de la nuca.
No puedo verle la cara, pero a juzgar por el silencio en el que llevamos sumidos varios minutos, está completamente fascinada por el paisaje que se cierne justo encima de nosotros.
El cabello rubio le cae por la espalda y está ligeramente ondulado por la trenza que seguramente había llevado durante todo el día.
— Es bonito, ¿verdad?
No aparto la vista de ella.
— Es increíble.
Y en este momento es cuando me doy cuenta de que solo tengo ojos para ella. Que pueden haber otras mil delante que yo solo la miraré a ella.
Puede ser que la haya cagado.
Puede ser que sea un gilipollas por que le voy a joder la vida.
Pero ya no hay vuelta atrás, por que caí en el encanto de Jenna Wilmot desde el primer día en el que la vi.
Hola bebas! Espero que les haya gustado este corto, aún que bonito capítulo <3
Me pasaba a decirles que por favor, le den amor a la historia ya que como pueden ver, hay mucha gente que la lee pero en comparación, recibe muy poquito apoyo :(. Así que si me hacen el favor de votar, lo agradecería mucho.
¿Opiniones hasta ahora? Ya sabéis que leo todo 💞
Besitos, Dann <3
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